Mas de uno de ustedes ha comentado o ilustrado la famosísima escena de "Apocalipse Now" en la que Copola emplea la música de la ópera de Wagner "La Walkiria". No se si cuando el director decidió musicar ese celebérrimo fragmento tuvo en cuenta, en el caso de haberla visto, otra secuencia genial musicada con la "Cabalgata de las Walkirias". Naturalmente me estoy refiriendo a las primeras secuencias de una obra maestra de Fellini: "Ocho y medio".
No está de mal que goceis de esta maravilla de escena antes de entrar en materia. ¿Verdad que es genial?....Pues hablemos de la gestación y la producción de esta obra fundamental del director italiano.
Nos encontramos en el año 1962. Federico Fellini está en la cumbre de su carrera, "La Dolce Vita" ha sido un éxito internacional, pero el director italiano no pasa por sus mejores momentos. Ha roto su amistad con Pier Paolo Passolini por cuenta de Accatone y en su propia productora hay grandes desavenencias. En algunos círculos próximos se comenta "off the record" que Fellini se ha endiosado y sus ideas han entrado en dique seco. En este clima nervioso Fellini anuncia el inicio de su próxima película que va a tener el título de "Ocho y medio"...Hasta los críticos más fervientes y próximos al director se echan las manos a la cabeza. "Además de feo, "Ocho y medio" es falso" comenta el crítico Pietro Bianchi. Se refería a que ocho aludía a sus ocho producciones fílmicas y el medio al episodio de Boccaccio 70, "Doctor Antonio". Pero Fellini había rodado otro "medio". El episodio "Agencia matrimonial" de "L'amore in cittá". Fuera lo que fuese, el título estuvo sometido a discusión y lo que peor hubiera podido ocurrir es que el extraño y onírico "Ocho y medio" se hubiera podido llamar "Film cómico" (Ni me puedo imaginar tal aberración de título)
La elección del actor principal no podía ser sino el protagonista de "La Dolce Vitta", Marcello Matroianni, pero el propio Fellini, a pesar de la admiración que sentía por el actor, puso ciertos impedimentos. En conversaciones con sus colaboradores, el director comentaba la buena apariencia del actor y aquel lo que quería era un tipo de apariencia siniestra y torva. Todo se solventó maquillándole ojeras, le empolvaron el cabello y le colocaron gafas. Ni más ni menos que esa imagen que acabais de ver en esas secuencias iniciales que he colgado.
Fellini tenía una proverbial mala leche y sabiendo los puntos flacos de Marcelo le dijo en cierto momento del rodaje: "Ahora tiene que resbalarse la sábana y se te tiene que ver el culo". El director sabía la reticencia que tenía el actor a aparecer desnudo ya que le acomplejaba la delgadez de sus piernas. Este se resistía y le comentaba: "No, Federico, por favor, eso va a quedar muy feo¨.
He comentado que Fellini no atravesaba su mejor época personal. De hecho andaba un poco neurótico. Se desplazaba de un lado a otro, por los alrededores de Roma, sin un destino fijo alegando que buscaba el lugar adecuado para el rodaje. Agarraba enormes cabreos con sus colaboradores acerca del guión y los productores se arrancaban los pelos de la cabeza cuando Fellini les largaba aquello de "No importa que la película sea buena o mala, lo importante es que tenga vida". Naturalmente a los productores sí les interesaba que la película fuera buena para que produjera dinero.
Después de muchas dudas acerca de la profesión del protagonista Fellini hace una pregunta retórica: " ¿Y si fuese director de cine?....He descubierto que Guido Anselmi soy yo"
Todos los comentaristas de esta singular película han encontrado múltiples interpretaciones y docenas de lecturas diferentes. Es obvio que existen numerosas referencias biográficas y guiños del entorno de la industria del cine italiano de la época. No es difícil encontrar un paralelo entre el productor Mezabotta y en su joven pareja a Carlo Ponti y Sophia Loren. La extravagante actriz extranjera es Luise REiner y muchos de los colaboradores del maestro están más o menos reflejados en sus respectivos dobles cinematográficos. Naturalmente Fellini nos muestra su particular mundo privado. Su niñez, las mujeres que le rodearon, la influencia de la Iglesia Católica. Todo ello conforma un tapiz cinematográfico que ha tenido una influencia indiscutible en posteriores directores. Woody Allen y su "Stardust Memories" o Bob Fosse en "All that Jazz" o "El fabuloso mundo de Alex" de Paul Mazursky, donde el propio Fellini hace un cameo de sí mismo.
"Ocho y medio", comenzó a rodarse el 9 de Mayo de 1962 y se completó en Octubre del mismo año. Hay una curiosa anécdota en referencia al final de la película. La última secuencia debía transcurrir en un vagón restaurante de un tren en el que Guido y su mujer regresan a Roma. En un momento dado el protagonista eleva la vista y se da cuenta de que todos los personajes de su vida (y de la película) están sentados en las mesas del restaurante y le sonríen de forma extraña. Esta escena se eliminó para incluir un corto con la astronave en la playa de Ostia. A todo el mundo les pareció muy divertida esta secuencia y fue la definitiva. La del vagón restaurante se guardó, pero parece que tan bien, que no ha vuelto a aparecer hasta la fecha. ¡Una pena!
La película se estrena en Italia en Febrero de 1963. Las críticas, en general son elogiosas, más aún que las dedicadas a "La Dolce Vita". Pero no faltan las voces contrarias aunque respetuosas. Por ejemplo Alberto Moravia, que suele caracterizarse por ser excesivamente puntilloso escribe: "El personaje de Fellini es un erotómano, un sádico, un mitómano, un masoquista, un temeroso de la vida, un nostálgico del seno materno, un bufón, un mixtificador y un farsante. En algún sentido se parece a Leopold Bloom, el protagonista de "Ulises" de James Joyce, novela que Fellini demuestra en más de una ocasión haber leído y meditado".
Es más que posible que Fellini hubiera leído la novela de Joyce pero con todos mis respetos no estoy de acuerdo con Moravia. Nada más lejos que la exuberancia latina de Fellini y la melancolía dublinesa de Joyce.
El 13 de Abril de 1964 en el Auditorio de Santa Mónica en Los Angeles, Fellini recibe dos oscars de la Academia. Al mejor vestuario en blanco y negro y a la mejor película extranjera, galardón que el propio Fellini recibe de manos de Julie Andrews. Cuando el director vuelve a Italia la ceremonia vuelve a repetirse y en esta ocasión el propio Aldo Moro le concede a Fellini la preciada estatuilla.
Es obligado decir que "Ocho y medio" sirvió de inspiración a un celebrado musical de Broadway (que pronto veremos en su versión fílmica) titulado "Nine" en adaptación de Mario Fratti , libreto de Arthur Kopit y letra y música de Maury Yeston, que se estrena en el 46th Street Theatre protagonizado por Raul Julia en el papel de Guido (también interpretó el papel Antonio Banderas). Curiosamente, aunque Fellini dió permiso para adaptar su obra nunca permitió que se utilizase el título de su película, de ahí "Nine" y tampoco permitió que su nombre apareciese tras la coletilla "basado en la obra de".
Una nota amarga de "Ocho y medio" es que poco despues de finalizada la película, el pequeño actor que dió vida al Guido niño falleció de una enfermedad incurable.
No está de mal que goceis de esta maravilla de escena antes de entrar en materia. ¿Verdad que es genial?....Pues hablemos de la gestación y la producción de esta obra fundamental del director italiano.
Nos encontramos en el año 1962. Federico Fellini está en la cumbre de su carrera, "La Dolce Vita" ha sido un éxito internacional, pero el director italiano no pasa por sus mejores momentos. Ha roto su amistad con Pier Paolo Passolini por cuenta de Accatone y en su propia productora hay grandes desavenencias. En algunos círculos próximos se comenta "off the record" que Fellini se ha endiosado y sus ideas han entrado en dique seco. En este clima nervioso Fellini anuncia el inicio de su próxima película que va a tener el título de "Ocho y medio"...Hasta los críticos más fervientes y próximos al director se echan las manos a la cabeza. "Además de feo, "Ocho y medio" es falso" comenta el crítico Pietro Bianchi. Se refería a que ocho aludía a sus ocho producciones fílmicas y el medio al episodio de Boccaccio 70, "Doctor Antonio". Pero Fellini había rodado otro "medio". El episodio "Agencia matrimonial" de "L'amore in cittá". Fuera lo que fuese, el título estuvo sometido a discusión y lo que peor hubiera podido ocurrir es que el extraño y onírico "Ocho y medio" se hubiera podido llamar "Film cómico" (Ni me puedo imaginar tal aberración de título)
La elección del actor principal no podía ser sino el protagonista de "La Dolce Vitta", Marcello Matroianni, pero el propio Fellini, a pesar de la admiración que sentía por el actor, puso ciertos impedimentos. En conversaciones con sus colaboradores, el director comentaba la buena apariencia del actor y aquel lo que quería era un tipo de apariencia siniestra y torva. Todo se solventó maquillándole ojeras, le empolvaron el cabello y le colocaron gafas. Ni más ni menos que esa imagen que acabais de ver en esas secuencias iniciales que he colgado.
Fellini tenía una proverbial mala leche y sabiendo los puntos flacos de Marcelo le dijo en cierto momento del rodaje: "Ahora tiene que resbalarse la sábana y se te tiene que ver el culo". El director sabía la reticencia que tenía el actor a aparecer desnudo ya que le acomplejaba la delgadez de sus piernas. Este se resistía y le comentaba: "No, Federico, por favor, eso va a quedar muy feo¨.
He comentado que Fellini no atravesaba su mejor época personal. De hecho andaba un poco neurótico. Se desplazaba de un lado a otro, por los alrededores de Roma, sin un destino fijo alegando que buscaba el lugar adecuado para el rodaje. Agarraba enormes cabreos con sus colaboradores acerca del guión y los productores se arrancaban los pelos de la cabeza cuando Fellini les largaba aquello de "No importa que la película sea buena o mala, lo importante es que tenga vida". Naturalmente a los productores sí les interesaba que la película fuera buena para que produjera dinero.
Después de muchas dudas acerca de la profesión del protagonista Fellini hace una pregunta retórica: " ¿Y si fuese director de cine?....He descubierto que Guido Anselmi soy yo"
Todos los comentaristas de esta singular película han encontrado múltiples interpretaciones y docenas de lecturas diferentes. Es obvio que existen numerosas referencias biográficas y guiños del entorno de la industria del cine italiano de la época. No es difícil encontrar un paralelo entre el productor Mezabotta y en su joven pareja a Carlo Ponti y Sophia Loren. La extravagante actriz extranjera es Luise REiner y muchos de los colaboradores del maestro están más o menos reflejados en sus respectivos dobles cinematográficos. Naturalmente Fellini nos muestra su particular mundo privado. Su niñez, las mujeres que le rodearon, la influencia de la Iglesia Católica. Todo ello conforma un tapiz cinematográfico que ha tenido una influencia indiscutible en posteriores directores. Woody Allen y su "Stardust Memories" o Bob Fosse en "All that Jazz" o "El fabuloso mundo de Alex" de Paul Mazursky, donde el propio Fellini hace un cameo de sí mismo.
"Ocho y medio", comenzó a rodarse el 9 de Mayo de 1962 y se completó en Octubre del mismo año. Hay una curiosa anécdota en referencia al final de la película. La última secuencia debía transcurrir en un vagón restaurante de un tren en el que Guido y su mujer regresan a Roma. En un momento dado el protagonista eleva la vista y se da cuenta de que todos los personajes de su vida (y de la película) están sentados en las mesas del restaurante y le sonríen de forma extraña. Esta escena se eliminó para incluir un corto con la astronave en la playa de Ostia. A todo el mundo les pareció muy divertida esta secuencia y fue la definitiva. La del vagón restaurante se guardó, pero parece que tan bien, que no ha vuelto a aparecer hasta la fecha. ¡Una pena!
La película se estrena en Italia en Febrero de 1963. Las críticas, en general son elogiosas, más aún que las dedicadas a "La Dolce Vita". Pero no faltan las voces contrarias aunque respetuosas. Por ejemplo Alberto Moravia, que suele caracterizarse por ser excesivamente puntilloso escribe: "El personaje de Fellini es un erotómano, un sádico, un mitómano, un masoquista, un temeroso de la vida, un nostálgico del seno materno, un bufón, un mixtificador y un farsante. En algún sentido se parece a Leopold Bloom, el protagonista de "Ulises" de James Joyce, novela que Fellini demuestra en más de una ocasión haber leído y meditado".
Es más que posible que Fellini hubiera leído la novela de Joyce pero con todos mis respetos no estoy de acuerdo con Moravia. Nada más lejos que la exuberancia latina de Fellini y la melancolía dublinesa de Joyce.
El 13 de Abril de 1964 en el Auditorio de Santa Mónica en Los Angeles, Fellini recibe dos oscars de la Academia. Al mejor vestuario en blanco y negro y a la mejor película extranjera, galardón que el propio Fellini recibe de manos de Julie Andrews. Cuando el director vuelve a Italia la ceremonia vuelve a repetirse y en esta ocasión el propio Aldo Moro le concede a Fellini la preciada estatuilla.
Es obligado decir que "Ocho y medio" sirvió de inspiración a un celebrado musical de Broadway (que pronto veremos en su versión fílmica) titulado "Nine" en adaptación de Mario Fratti , libreto de Arthur Kopit y letra y música de Maury Yeston, que se estrena en el 46th Street Theatre protagonizado por Raul Julia en el papel de Guido (también interpretó el papel Antonio Banderas). Curiosamente, aunque Fellini dió permiso para adaptar su obra nunca permitió que se utilizase el título de su película, de ahí "Nine" y tampoco permitió que su nombre apareciese tras la coletilla "basado en la obra de".
Una nota amarga de "Ocho y medio" es que poco despues de finalizada la película, el pequeño actor que dió vida al Guido niño falleció de una enfermedad incurable.