LA VIDA EN UN TRAGO Y MILES DE FOTOGRAMAS - 9
El hecho de encabezar esta entrada con el poster de la película "Todos los hermanos eran valientes" se debe a una cuestión puramente sentimental, que más adelante explicaré.
El honor del encabezamiento lo tendrían que compartir, en buena ley, peliculones tan grandes como "De aquí a la eternidad", "Raices profundas", "Vacaciones en Roma", "Cómo casarse con un millonario", "Los caballeros las prefieren rubias", "Stalag 17"...etc. Y eso por no hablar de los maestros japoneses Yasujiro Ozu que estrenaba "Tokyo Story" y Kenji Mizoguchi "Ugetsu" y Jacques Tati con sus "Vacaciones de Monsieur Hulot" y Clouzot "El salario del miedo"
Sí amigos, 1953 fue un gran año cinematográfico. Muchos de vosotros compartís conmigo la opinión de que el cine entró en esta década de forma prodigiosa....pero como sabeis yo suelo escoger solo una película que puede no estar entre las grandes, pero de ella hablaremos más tarde.
Para los españoles de aquel año lo único que sabíamos del inmenso continente africano eran nuestras "provincias españolas en Africa" sobretodo por el mercado de Tánger y por la mili que hacían allá los más pobretes o los que no tenían enchufe. Sin embargo, aparte de las aventuras que se veían en la gran pantalla, el continente negro se removía en un remolino accionado por las potencias europeas. El "Mau Mau", que se quería presentar como una banda de negros salvajes y sangrientos no era otra cosa que un movimiento liberador y rebelde que se vió abocado a una lucha en la que se traspasaron los límites. Al día de hoy aun no se conoce lo suficiente sobre las atrocidades de la potencia colonizadora en Kenia ni sobre las de los "MauMau" en lsu lucha de liberación.
Por fin dejaba este mundo el "padrecito de todas las rusias" el cruel y cínico dictador Joseph Stalin. A los pocos meses, el mundo saludaba al nuevo mandatario soviético Nikita Kruschev, el mismo que se escandalizó, años más tarde , cuando Shirley McLaine le ofreció su liga en el plató de la película "Can Can" . Entonces el soviético realizaba su primera gira "amistosa" por EEUU .
Quién le iba a decir a Ian Fleming que sus novelas sobre James Bond iban a tener tanto éxito...precisamente ese año, el novelista publica en el Reino Unido la primera entrega de su héroe. El título "Casino Royale".
¡Ay señor, ay señor!...el tiempo no nos enseña nada. En 1953 se daba por finalizada la Guerra de Corea...¿finalizada?...¿en qué año estamos? Pero ¿de qué nos extrañamos?, si en milenios el hombre no ha modificado sus hábitos violentos ¿ qué son 47 años de paréntesis?
¿Nos preguntamos que está ocurriendo ahora mismo en esos laboratorios ultrasecretos donde personajes que no salen en las portadas de los periódicos ni en los noticiarios televisivos, manipulan sustancias e idean artefactos que pueden repercutir en los millones de seres humanos que poblamos este miserable mundo?....Tampoco nadie se lo preguntaba en 1953 y sin embargo el personal técnico de la CIA aprobaba el uso del LSD en el proyecto MKULTRA....Despues supimos donde se descargó esa sustancia.
Tampoco todo fueron horrores. ¿Alguien se imaginaba que el primer computador random, el UNIVAC 1103, puesto a la venta se convertiría en esta herramienta, ahora imprescindible para todos nosotros?....
Muchísimas cosas ocurrieron aquel año y en mi vida también. No he titulado de esta forma la entrada en balde, como ahora vereis.
Nueve años son un puñadito de años y el niño ya empieza a no serlo tanto. Soy de la opinión de que la maldad nace con el hombre. Los niños hacen maldades, aunque siempre las achacamos a la inocencia.....No, no hay inocencia en los actos de un niño. Su maldad es deliberada aunque no mida las consecuencias de la misma.
Yo me complacía enormemente atando al rabo de "Blanquita" la gata, muy mansona ella, un cordelito enganchado a unas latas. También, en complicidad con mi amiguete Antonio (ambos éramos monaguillos en un convento de monjas) nos soplábamos el vino de la misa y a una pobre monja viejita le escondimos el cojín de su reclinatorio para que la infeliz no se pudiera arrodillar.
Mi padre estuvo a dos dedos de señalarme con su correa porque le robé del bolsillo un duro para comprarme golosinas. Justifico su rabia porque el dinero, en una familia supernumerosa, siempre venía escaso y cinco pelas de entonces eran muchas pelas.
Pero todo eso serían bagatelas, que no maldades. Quienes hayan visto la película "La Calumnia" comprenderán que lo que voy a confesar no es ni mucho menos una travesura.
Yo solía ir muy a menudo a casa de nuestros vecinos. Estos eran una familia que me quería muchísimo. De hecho dos hermanos habían sido mis padrinos de bautismo. Varias tardes en las que algunas de las chicas de la casa se reunían para hacer labores (todas en edad de 15 a veitintantos) solían llamarme para hacerles recados y comprarles tal o cual cosa que necesitaban. A mí me gustaba porque siempre solía sacar algo (una golosina o una monedilla). En ocasiones me quedaba allí remoloneando porque siempre había por allí un tebeo del Guerrero del Antifaz. El benjamín de la familia, Fausto, que no se perdía de comprar uno todas las semanas me lo prestaba.
Era una tarde tediosa y creo que las chicas hablaban de tal o cual chico, yo ojeaba el tebeo y de pronto me vino una idea a la cabeza.
- La otra noche ví a DAniel y a Mari en los jardincillos - dejé caer como quien no quiere la cosa.
Mari, la hija mayor de aquella familia estaba ya prometida con DAniel.
- ¿Qué dices, Antoñito? - preguntó Carmen, una de las hermanas de Mari
Yo con aire de indiferencia solté la bola.
- Estaban debajo del limonero besándose en la boca. Estuvieron mucho rato así, pegados.
Todas dejaron la labor con la sorpresa pintada en sus rostros. Inmediatamente capté lo que podía suponer esa noticia en el seno de una familia de postín, con ínfulas ultracatólicas.
Aprovechando la coyuntura tomé las de Villadiego sin más explicaciones.
El resultado de aquella bomba no se hizo esperar. El chivatazo vino de mi odiada hermana Rosarito y la primera paliza de la mano de mi madre, que con la zapatilla me puso el culo rojo grana.
Durante días no me atreví a ir a la casa vecina. Pero no sé cómo piqué el anzuelo e hice caso de los cantos de sirena de aquella arpías de moral tan estrecha.
- Ven Antoñito- me dijo una de ellas- que Mari ya no está enfadada contigo.
Aquellas palabrejas eran una enorme mentira.
Entré en la casa con aire culpable. Me llevaron a la azotea donde la Mari, sentada en una silla me miró con ojos de acero.
- ¿Por qué dijiste eso, granuja? - En ese momento pensé si en realidad lo que yo había soltado no sería verdad despues de todo.
- No se...yo no quise...de verdad- balbuceé.
- Ven aquí, acércate. - Y cuando estuve a su altura me arreó dos hostias que me dejaron soplado. Me fuí llorando a mi casa. Me encerré en la buhardilla y juré no volver a pisar aquella casa.
Aquel juramento lo quebré y poco a poco se fueron normalizando las relaciones, pero lo que son las cosas de la vida. Un par de años más tarde, cuando Mari y Daniel se casaron sorprendí una conversación (yo era un duende para eso) entre madre e hija, cuando ésta recién venía de la iglesia de contraer matrimonio . La madre nunca había querido aquella relación, de hecho no asistió a la ceremonia, tal vez alegando que no se encontraba muy bien. Era una persona dura y fría. En aquella conversación la hija le preguntaba si nó iba a abrazarla y besarla. La madre le contestó más o menos lo siguiente.
- Yo no tengo que felicitarte por algo que no he aprobado ni aprobaré nunca.....y a propósito, el hecho de que Daniel y tú esteis casados no le da derecho a él para pisar esta casa. Que te quede claro.
La hija salió del cuarto secándose las lágrimas. Esta conversación no la confesé nunca. Me guardé mucho de contársela a nadie. Y también pensé si aquella madre , rígida hasta la exasperación, creyó que yo había dicho la verdad sobre el beso apasionado.
Bien, lo de la inocencia cuadra muy bien en este año. Según los cánones religiosos yo viviría el momento más feliz de mi vida tomando la primera comunión....¿Os sorprendería si os dijera que lo que más felicidad me dió en ese día fueron los bocatas de jamón serrano (manjar absolutamente escaso, por no decir invisible, en mi casa) que me prepararon los parientes más "ricos"y las pesetillas que me regalaron los conocidos a los que ofrecí mi estampita.
Ahí teneis la fotita con servidor vestido todo con traje blanco, como tenía que ser. Creo que esa frivolidad le costó a mi madre muchas noches en vela y no pocos sacrificios.
Y a todo ésto ¿qué pasa con mi peli de aquel año?....Como dije al principio mi elección viene dada por el valor sentimental de la película, no por sus méritos, aunque en este caso todos coincidireis en que méritos le sobran a "Shane" o lo que es lo mismo "Raices profundas"
Para aquellos que no se han emocionado con este western de George Stevens les ruego encarecidamente que no dejen de verlo y probablemente dejaran correr un lágrima cuando Joey, el niño (un estupendo Brandon de Wilde) grita "Shane" despidiendo irremisiblemente su niñez.
"Shane", es la historia de un forastero (Alan Ladd) que llega a una granja donde vive una familia formada por Joe Starrett (Van Heflin), su mujer Marian (Jean Arthur) y el hijo de ambos, el pequeño Joey.
Joe está alerta, y en principio cree que el forastero forma parte de la pandilla de rufianes de Rufe Ryker, un poderoso ranchero que domina casi todo el valle y está forzando a la familia a que deje la granja, antes de que desaparezca la nieve, porque necesita todo el terreno para el pasto de su ganado.
Shane se gana la confianza de los Starrets y Joe se interesa en que aquel trabaje con él en el rancho. Shane no dice que sí ni que no, pero todos parecen dar por sentado que se quedará, especialmente el pequeño Joey, que desde el principio siente una fascinación especial hacia el extraño. De hecho al día siguiente, el pequeño abandona al ciervo, que ha sido su compañero de juegos y va en busca de Shane que está tendido en el granero. El chiquillo le pide que se quede porque su padre necesita a alguien que le ayude en el trabajo.
Mientras tanto, otro granjero le dice a Starrets que los novillos de Riker han pisoteado su trigo y le han arruinado la cosecha. Joe le propone una reunión con los demás colonos al anochecer.
Ocurre un incidente en el pueblo. Shane, ya en traje de campesino, entra en el bar para pedir una botella de refresco para Joey. Allí le insulta un sicario de Ryker e incluso le arroja el contenido de un vaso de wisky en la camisa. Shane, rehuye la pelea y se marcha. Todo el mundo cree que el forastero es un hombre de poca sangre, especialmente cuando el vaquero se lo comenta a su patrón Rufe.
La reunión de los granjeros tiene lugar y hasta ellos ha llegado el rumor de la supuesta cobardía de Shane y nadie espera que su presencia les ayude lo más mínimo. El pequeño Joey que ha oído los comentarios le dice a su madre que Shane no es ningún cobarde. Marian aconseja a su hijo que no tome demasiado cariño al forastero.
Cuando todos los granjeros van al siguiente día al pueblo con sus respectivas mujeres e hijos Shane vuelve a entrar en el bar y pide al camarero dos wiskies, uno para él y otro para Joe. Como el vaquero vuelve a intentar ridiculizarle Shane se vuelve y arroja el contenido de los vasos sobre la camisa y el rostro del sicario. A continuación se desencadena una lucha en la cual Joe y Shane logran imponerse.
Entra en escena un nuevo personaje, el pistolero Jack Wilson (Jack Palance) contratado por Rufe.Los desmanes hacia los granjeros crecen y mientras tanto el niño Joey le pide a Shane que le enseñe a disparar. La madre asustada interrumpe el ensayo y Shane le dice que no se trata del arma sino de quien la use.
Los Starret conmemoran el décimo aniversario de su boda y Marian baila con Shane. Joe, contemplando a ambos denota cierta inquietud o celos soterrados. Pero no hay tiempo para sentimientos cuando la guerra provocada por el pistolero de Rufe comienza a atemorizar a todos los granjeros de la comunidad.
Joe, que no es nada cobarde se va a dirigir al pueblo para hablar con Rufe. Este le ha mandado el mensaje de que le espera. Pero se trata de una trampa de la cual Shane ha sido avisado. Este se desprende de sus ropas de campesino y se viste de la forma en que llegó a la granja. El pequeño que ha visto las maniobras de aquel, avisa a sus padres. Joe se opone a que Shane le sustituya en algo que no le concierne, pero éste se empeña en resolver el asunto porque sabe que Joe nunca podrá competir con el pistolero. Marian interviene pidiéndole a Shane que impida ir a su marido. Pero Joe no quiere mostrar debilidad delante de su mujer y se enfrenta en una dura pelea con su amigo. Este golpea con el revolver a Joe que cae sin sentido.
El pequeño que ha visto sorprendido la pelea, y que le ha gritado a Shane que le odiaba, corre tras el jinete a través de un atajo que pasa por el cementerio. El será testigo de los acontecimientos que ocurran a partir de ahora.
Me abstengo de narrar las últimas escenas y sobre todo una en la que se sostiene un diálogo sublime y cargado de sentimientos.
En 1969, un periodista brasileño, Eduardo Escorel, en una entrevista con George Stevens le comentaba al realizador que el personaje de Shane le parecía un personaje triste y solitario.
El director le contestó: "Hay una buena razón para ello y si piensa en la historia que se narra en la película tendrá la respuesta.....Esta se hizo en una región habitada en su mayor parte por la tierra y el inmenso cielo. Todo aquel paisaje es triste en sí.Los grandes planos sobre las montañas son tristes, el sonido del viento es triste. Cuando lo oyes en la llanura es como una música monótona y melancólica. Igualmente cuando los cowboys cantan en la noche alrededor del fuego sus canciones tienen notas de tristeza...entonces lógicamente los sentimientos de un hombre solo se impregnan de la tristeza del paisaje y del entorno."
Aunque muchos críticos han señalado la influencia de Ford en este Western la verdad es que "Shane" es la cabalgada personal de Stevens. El entendía perfectamente lo que era el Oeste porque allí tenía sus raíces. Antes de que sus padres dirigieran un teatro de vaudeville en San Francisco, su abuela Georgia Woodthorp, era un actriz muy popular en la California de "la fiebre del oro".
Cuando Stevens comenzó su carrera como asistente de cámara para Hal Roach Studios realizó multitud de tomas en Wyoming, Montana y Utah, donde se sentía como en casa. De manera que cuando comenzó el rodaje de "Sane" era, en cierto modo, una vuelta a casa.
Si me dejara llevar por lo que deseo seguiría escribiendo sobre Stevens, un director al que admiro, y sobre esta maravillosa película que no debeis perderos ninguno, pero pienso que hoy me he excedido demasido. Así que pongo punto final hasta el próximo año.
¡Ah! me olvidaba de explicar porqué encabecé la entrada con el poster de "Todos los hermanos eran valientes". La razón es que había un cine de verano (una terraza, ya sabeis) en Jaén llamado "Trianón". Este cine tenía unas tapias relativamente bajas y los chaveas nos poníamos en una calle de enfrente, subidos a la plataforma de unas farolas y podíamos ver media pantalla. Esta película, o parte, recuerdo haberla visto de esta forma tan peculiar.