Monday, April 21, 2008

CANNES SIN ALFOMBRA ROJA


Muchos medios informativos están publicando artículos sobre aquella lejana fecha del 68, que muchos han rentabilizado y en ocasiones mitificado.
Yo, que por entonces era casi un chavalín, apenas desflorado. Ingenuo, pero un poco rebelde. Tontillo, pero no jilipollas. Ignorante de mucho, pero hambriento de saber (también tenía ganuza, aunque el motivo era más bien pecuniario), en fin, recien arribado a la capital de las españas me encontré de pronto con sucesos que se rumoreaban en voz cómplice y que un lacayo de las Cortes, de fino bigotillo con tufo de falangista, manifestaba a viva voz en la mesa común de la pensión de la calle el Pez: "¡Esos hijoputas de franchutes están liándola y a saber dónde va a parar la bola¡¡Menos mal que aquí tenemos un Gobierno con dos cojones¡"
Bien, pues en aquellos murmullos secretos e ininteligibles y en aquellas barbaridades verbales se quedaron mis conocimientos sobre el Mayo del 68.
Un par de años despues, ya mucho más maduro y enterado, trabé amistad con algunas figuras de la farándula barcelonesa que habían estado en el cogollo francés. De ellas supe todo el frangollo que se formó en Cannes y eso es lo que voy a resumir para dar cuenta de la efémerides.

Aquel año se presentaba en la sección oficial la película de Saura "Peppermint Frappé". Naturalmente la pareja formada por el director y su musa y compañera Gerarda estaban por aquellos lares. También se asomaban al cotarro José Luis López Vazquez y Alfredo Mayo, que eran coprotagonistas de la película.
Un Paco Rabal con barba de progre acompañaba a otra progre antonioniana: Monica Vitti, recién salidos de "El Eclipse".
Pero ni la alfombra roja se extendió, aunque la Princess Kelly y la Begun estuvieron allí para exparcir glamour, ni hubo practicamente festival. Los jóvenes rebeldes capitaneados por Godard y Truffaut, presionaron al jurado del que formaban parte Polansky, Louis Malle, Monica Vitti y Terence Young, para que el certamen se sumara a la Huelga General

Paralelamente a los acontecimientos políticos se terciaron otras causas para que Cannes 68 no se celebrara. El 9 de febrero de aquel año Henri Langlois, secretario general de la Cinemateca Francesa y su fundador era desposeído de su cargo por decisión unilateral del Consejo de Administración, en el que naturalmente era mayoritario el propio Estado.
Cartas, críticas y manifestaciones de todo tipo llovieron sobre esta lamentable decisión. Entre las figuras del cine que levantaron sus voces airadas estuvieron: Buñuel, Hawks, Chaplin, o Marlene Dietrich. Todos ellos se negaron a que ninguno de sus filmes se proyectase en la Cinemateca, salvo que Langlois fuese restituído a su puesto.
Ante tal escándalo se formó un Comité de Defensa de la Cinemateca Francesa en la que figuró como Presidente de Honor Jean Renoir. Toda una pléyade de intelectuales y cineastas franceses formaron este Comité: Alain Resnais, Henri Aleken, Pierre Kast, Jean Luc Godard, Jacques Rivette, Francois Truffaut y Jacques Doniol-Valcroze.
Ante tanta presión el Estado decidió retirarse del Consejo de Administración de la Cinemateca, devolviéndole a ésta el carácter de asociación privada y reponiendo en su cargo a Langlois. Esto era lo justo y lógico, pero el Estado Francés fué tan ruín que suspendió toda subvención económica al templo del cine francés. Así pues lo dejaba libre, pero en la ruina más negra.

Este hecho fue el detonante que provocó las iras de aquellos jóvenes cineastas, cuyas conciencias se revelaban ante la hipocresía de un Estado que inflaba por una parte los fastos relucientes de un festival y por otro quitaba todo el aire al verdadero cine.
La Gran Sala se convirtió en una "toma de la Bastilla" en la que Truffaut, Godard y Albiccoco blandieron sus banderas republicanas.
Poco despues el delegado general del certamen tuvo que bajar a la gran sala para difundir el siguiente comunicado: "En razón de la dimisión de cuatro de sus miembros, en virtud de los acontecimientos actuales, el Jurado declara no estar en situación de ejercer sus funciones. En consecuencia, el Consejo de Administración del Festival, constantando que ya no se reúnen las condiciones necesarias, decide que la competición quede suprimida. Las proyecciones previstas se reemprenderán a partir del domingo 19 de mayo, a menos que los productores y realizadores se opongan a la proyección de sus filmes".

Naturalmente la cosa no quedó así. Los jóvenes rebeldes, en especial Godard, que en un momento dado, mientras luchaba porque las cortinas de la pantalla permaneciesen cerradas, perdió sus famosas gafas, siguieron presionando hasta que no quedó más remedio, a los responsables del festival, de bajar todas las banderas. Este hecho ocurría justamente el domingo 19 de Mayo de 1968, con lo cual el XXI Festival Internacional de Cine de Cannes, quedó para la historia como el Festival que nunca existió.



3 comments:

Josep said...

Interesantes datos, Antonio, que desconocía por completo.

Gracias por esa detallada información.

Un abrazo.

(estoy todavía en la oficina de la redacción y no encuentro la salida.... y ya me está entrando hambre...)

Anonymous said...

Pues de nada. Y a mandar......Cierto, cierto. Ya estamos casi para entrar en el restaurante......Sabes largar muy bien las indirectas ¿verdad?
Un abrazote y ten paciencia.

Josep said...

Aqui, en mi pueblo, decimos:

¡Qui no plora, no mama!

Creo que no hace falta traducirlo ¿verdad?

Un abrazo, pero breve: no te quiero entretener... .-)