Tuesday, June 17, 2008

LAS CRONICAS DE LOLA-EL NUEVA YORK DE LA IRA


Nueva York 2008. Una ciudad glamourosa donde los visitantes pueden moverse en mil escenarios distintos. Todo Manhattan es un espectáculo, expléndidamente envuelto, para que el espectador quede satisfecho y hechizado por las bellas melodías vuelva a su hotel para seguir soñando. "The show must go on" canta la canción y dicen los neoyorkinos.
Pero hubo un día , "long, long time ago" en el que los más de cien mil hombres que trabajaban en el Rockefeller Building, lo hacían solamente por comer una sopa caliente.

Aquellas legiones de trabajadores llevaban mucho tiempo guardando mierda en sus corazones. La herida, inflijida a su alma de proletarios, no se encallecía como sus manos y un primero de mayo de 1932, tres años despues del fatídico martes negro dijeron basta.
Masas de todos los paises y razas comenzaron a llegar, desde muy temprano a Union Square. El día no tenía nada de primaveral. Era una mañana desapacible. Se veían muchas pancartas en las que podía leerse "¡Basura¡ ¡Eso es lo que dan los patrones a los trabajadores americanos¡". "¡Queremos trabajo, no caridad¡".
Naturalmente las autoridades andaban de cabeza. La tensión se desataba desde las altas esferas hasta las fuerzas policiales. La patronal sabía quién había organizado aquella manisfestación. Muy próxima a Union Square estaba la sede del Partido Comunista Americano, en el número 50 de la calle Trece Este.

Desde las altas azoteas de los edificios colindantes asomaban las bocas siniestras de las ametralladoras, y en la calle los policías exhibían, de forma amenazadora sus enormes porras. Nada de este intimidó a los manifestantes que iniciaron su " paseo". Las banderas rojas ondeaban al viento y los más jóvenes entonaron cánticos revolucionarios.
La marcha llegó a la sede del Partido Comunista donde se dieron vítores y aplausos al candidato comunista a la presidencia de EEUU, William Z.Foster. Las elecciones se iban a celebrar aquel otoño.

Todos aquellos cantos, todas aquellas consignas y aquellas proclamas revolucionarias llegaron a todos los despachos y a todas las dependencias oficiales. De allí partió un objetivo único. Descabezar al Partido Comunista y sofocar todas las revueltas.
En el desolado Waldorf Astoria, a cuyas fantasmales habitaciones llegaban las protestas revolucionarias, los "aristòcratas" reían por lo bajo, rumiando sus próximas inversiones. Se llegó a comentar que la propia Señora Rockefeller hizo cierta broma sobre una de sus adquisiciones pictóricas: "Cuando llegue la Revolución, verán que tengo algunos Groppers y Ben Shahn con el tema de Sacco y Vanzetti en casa, y quizás me perdonen".

America pudo "sovietizarse" . El pico más alto de Manhattan, el "Empire State" desgarró la nube proletaria y exparció su semilla por toda la nación.
Por todo lo ancho y alto del pais se cernía la oscura mancha de la miseria. Montana, Oregón, todo el Sudeste penaba con gentes sin hogar y sin trabajo, que se movían como hormigas sin rumbo.
Un hombre de letras asistía a ese éxodo de miseria y ponía título a la tragedia: "Las Uvas de la Ira". ERa John Steinbeck. Otro novelista urbano trazaba un terrible cuadro de la época en "Manhattan Transfer". Era John DosPassos.
El proletariado americano tuvo también un trovador. Woodrow Wilson Guthrie, conocido en los anales del folk como Woody Guthrie. Entre tormentas de polvo y campos desolados rasgueaba su guitarra para cantar al desencanto de los que acudían al sonido de las sirenas de California.
Pero en California no había lugar para las gentes trabajadoras, sino para los sueños y los oropeles.
Hollywood tenía que fabricar ilusión para que la ingenua Cecilia tocase el cielo con "la rosa púrpura".
Mientras tanto en Chicago la policía perdía el control ante una manifestación de cinco mil afroamericanos, causando varias muertes y multitud de heridos.
No importaba. En Broadway, Irving Berling acallaba los tumultos con las bellas melodías de "As Thousands Cheer", en la voz de la tremenda Ethel Waters. La gran Fanny Bryce, Eddie Cantor y Fred Astaire cantaban y bailaban en los escenarios llenos de luz y lujo.
Pero el opio de las melodías de Broadway no adormecía a las masas. Se necesitaba el tableteo contundente de los fusiles y pistolas. Aquel mismo año de 1932, cuatro mil parados de Michigan se plantaban a las puertas de la Ford Motor Company. Las ametralladoras de los policías tenían el gatillo fácil y también era fácil el blanco. La represión tenía que continuar, lo mismo que el espectáculo.
Y efectivamente el telón cubrió el rojo de la sangre, las protestas generalizadas, el hambre y la miseria. Un hombre, clave en la historia de los EEUU, fue elegido presidente de la nación. Era Francklyn Delano Roosevelt. Con su lema "Solo hay que temer al propio miedo", inventó el "New Deal" y el "American way of life". Lo cierto es que consiguió sacar a EEUU del agujero negro, en el que se encontraba desde 1929 y dirigir la nación hacia el "Imperio".
Esto ocurría hace tan solo ocho décadas. Como quien dice antesdeayer.

4 comments:

Josep said...

Enhorabuena: un relato de una época pretérita muy ajustado y muy bien escrito.

Tampoco hace tanto tiempo, es verdad, y son aspectos históricos que nadie parece recordar.

¡Muac! Saludos.


p.d.: Dile, Lola, al Boss, que te otorgue firma y santo y seña, porque se está apuntando todos los tantos, mientras hace el holgazán y se ocupa más de la Eurocopa que de proseguir con la tarea iniciada, que luego van a llegar las vacaciones y me veo en septiembre...
:-)

Anonymous said...

Escribí ese artículo porque todavía estoy emocionada con el alma de NY. Quería dar una retrospectiva a lo que esconden los rascacielos y los edificios más señeros. Prometo volver a los temas que nos ocupan.
El Boss mío, no el otro, anda en la tarea, lo que ocurre es que no puede resistirse a las emociones de la Eurocopa.
Un besazo de Lola

Anchiano said...

Me encantan vuestros posts. Un saludo. Un día tengo que visitar NY. Pero despues de pasarme por Tokyo :D

Un saludo.

Anonymous said...

Creo que Tokio podría ser nuestro próximo destino. Hubo un tiempo que me fascinaba la idea de viajar a Japón. Las películas de Korosawa e incluso los mangas pero sobre todo Mizoguchi me han hecho soñar sobre ese pais, pero no se cuando vamos a decidirnos. Tú tienes que hacerlo ya. Mis dos hijos ya han estado allá, así que junta perras, cuélgate una mochila al hombro, imagínate doce horas de vuelo y ¡¡¡¡zass!!! te plantas en el pais del sol naciente.
Un besazo de Lola.