Este fin de semana ha sido muy extraño. Sobretodo por una experiencia, que yo no se si llamarla realmente sueño o simplemente una chorrada provocada por la mezcla explosiva de dos talentos: el artista catalán Max (Francesc Capdevila, si us plau) y ese tremendo imaginero cinematografico llamado Quentin Tarantino.
Estaba yo muy feliz el domingo por la mañana saboreando unos deliciosos JDs y compartiendo conversación chorra con uno de mis cuñados preferidos cuando me trajeron un regalo inesperado: dos volúmenes de Max, que eran "El prolongado sueño del Sr. T" y "Hechos, dichos, ocurrencias y andanzas de Bardín el superrealista". Cuando mi cuñado se marchó, forzado por su mujer, Lola y yo preparamos un suculento almuerzo que regamos con un Rueda fresquito. Obviamente, a las tres de la tarde, servidor de ustedes, cargado con los comic susodichos desapareció en uno de los dormitorios vacantes que existen en mi casa.
Debo decir que me los leí de un tirón y ya fuera por los vapores etílicos, ya fuera por lo que fuera lo cierto es que de pronto me vi en el desierto de los Monegros.
El cielo de tan puro azul quemaba los ojos, el paisaje arido y pedregoso contrastaba en un color amarillo cadáver. Yo me sentía la piel requemada y pegajosa.
- ¡Estoy de veraneo! ¡Ya sabes que no me gusta el frío ni Madrid!
Me volví asombrado. No había visto a nadie en aquel desierto, pero a mis espaldas, sentado sobre una roca elevada, había un hombre al que no podía distinguir muy bien porque el sol me estaba dando de frente.
- ¡Acércate! ¡Acércate te digo, no vaya a ser que me estropees la función!
Obedecí sin rechistar, pero no comprendía porqué aquel hombre me instaba de aquel modo. Cuando estuve casi a su altura mi asombro no tuvo límites.
- Pero tú, perdón, usted es Don Luis Buñuel.
- Pues claro que soy Luis Buñuel, jilipollas, ¿quién si no?
- Pero maestro- contesté obnuvilado- cómo ha llegado aquí, si hace muchos años que está usted criando malvas.
- San Ceremonio (personaje de Max) me ha resucitado y dentro de poco vas a tener la dicha de contemplar su aparición sobre aquellas piedras. Bueno, eso si al hijo de puta de Dalí no se le ocurre derretir los relojes. Siempre aparece a las doce del mediodía. Bendito de dios
- Pero maestro, permítame recordarle que usted, bueno, y yo también somos agnósticos y si me apura ateos totales e integrales.
- ¡Pues claro que soy ateo, gracias a dios, pero eso no impide que crea en San Ceremonio!
- Bueno, bueno, no se enfade, yo solo .....
No terminé la frase. En ese momento un gran resplandor, que hizo palidecer la luz del sol se proyectó sobre un montón de rocas a unos metros de nosotros. Inmediatamente un precioso serafinito portando un reloj muy barroco comenzó a volar delante de nosotros anunciando
- Son las doce en punto, hora de los Monegros, en breves momentos tendrán con ustedes a San Ceremonio. Que ustedes lo gusten. Ding, dong, ding, dong, ding............
Una música, que no logré distinguir, surgió de alguna parte.
- Esta es la parte mejor del espectáculo- murmuró Buñuel- ahora soltará el gran sermón a sus queridos pececillos
- Pero maestro, ¿cómo va soltar sermón ni nada si tiene la lengua cortada?- Yo sabía, por la historia que había leído, que le habían cortado la lengua para que no predicase.
- Ahí está la gracia, ignorante.
Me callé encogiendome de hombros. De pronto apareció un vejete calvo, con una gran barba blanca y una rosca de luz sobre su cabeza. Vestía una saya marrón, vieja y ajada. Nos miró en un trance místico y comenzó a abrir su boca emitiendo un batiburrillo de sonidos guturales que parecían los golpes de un tambor sin ritmo.
Para mi asombro comenzaron a saltar pequeños peces alrededor del santo. Me quedé atónito, y aun más cuando los peces comenzaron a hincharse y agigantando su tamaño mostrando unas poderosas fauces. Poco a poco fueron llegando cientos y cientos que se agolpaban en torno a la roca del santo. De pronto, un enorme salmón dió un salto y agarró el brazo del santo , donde sostenía un crucifijo y se lo zampó. Siguiendo el ejemplo varios peces también saltaron. Uno le agarraba una oreja, otro un pie. La sangre corría por todo el cuerpo del bendito que no cejaba en su muda predicación.
Un tremendo aullido surgió dentrás del santo. Los malditos bastardos estaban detrás de él riendo a carcajadas y descargando sus fusiles y pistolas al aire. Aldo el Apache se aproximaba con una sonrisa diabólica esgrimiendo su machete.
Me desperté porque el estridente sonido del despertador sonaba junto a mi oreja.
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Bueno, es tiempo de abordar el verdadero motivo de este post. Estoy completamente seguro de que muchos de ustedes conocen de sobra a este señor, galardonado en el 2007 con el primer premio nacional de comic por su estupendo tebeo "Bardin el superrealista". Yo, humildemente, y con todos los respetos, he utilizado uno de los personajes de este tebeo para mi "sueño particular", naturalmente San Ceremonio, mártir.
Este fin de semana, Las Palmas de Gran Canaria, en su Centro de Artes Plasticas, inauguró, en presencia del propio Max, la exposición "MaxHipnotopia", exponiendo 75 obras originales, entre lápices, tintas y gouaches, y 15 reproducciones.
Afortunadamente, este genial artista, ha sido profeta en su tierra, porque en el prestigioso Salón del Cómic de la Ciudad Condal ha sido galardonado en diversas ocasiones.
Poco puedo yo decir de este gigante de la historieta española salvo recomendar su lectura a todos los que aun la desconozcan. Hay una frase en su obra "El prolongado sueño del Sr. T." en la que Cristobal T. se reúne con las tres partes de sí mismo y una de ellas le dice: "Si a cualquier hombre le quitas su lado oscuro, su lado femenino, y su lado sabio ¿qué crees que es lo que queda?....Pues eso. A reflexionar. Y como colofón un nuevo poster de "Inglorious Basterds" que acabo de descubrir.
Estaba yo muy feliz el domingo por la mañana saboreando unos deliciosos JDs y compartiendo conversación chorra con uno de mis cuñados preferidos cuando me trajeron un regalo inesperado: dos volúmenes de Max, que eran "El prolongado sueño del Sr. T" y "Hechos, dichos, ocurrencias y andanzas de Bardín el superrealista". Cuando mi cuñado se marchó, forzado por su mujer, Lola y yo preparamos un suculento almuerzo que regamos con un Rueda fresquito. Obviamente, a las tres de la tarde, servidor de ustedes, cargado con los comic susodichos desapareció en uno de los dormitorios vacantes que existen en mi casa.
Debo decir que me los leí de un tirón y ya fuera por los vapores etílicos, ya fuera por lo que fuera lo cierto es que de pronto me vi en el desierto de los Monegros.
El cielo de tan puro azul quemaba los ojos, el paisaje arido y pedregoso contrastaba en un color amarillo cadáver. Yo me sentía la piel requemada y pegajosa.
- ¡Estoy de veraneo! ¡Ya sabes que no me gusta el frío ni Madrid!
Me volví asombrado. No había visto a nadie en aquel desierto, pero a mis espaldas, sentado sobre una roca elevada, había un hombre al que no podía distinguir muy bien porque el sol me estaba dando de frente.
- ¡Acércate! ¡Acércate te digo, no vaya a ser que me estropees la función!
Obedecí sin rechistar, pero no comprendía porqué aquel hombre me instaba de aquel modo. Cuando estuve casi a su altura mi asombro no tuvo límites.
- Pero tú, perdón, usted es Don Luis Buñuel.
- Pues claro que soy Luis Buñuel, jilipollas, ¿quién si no?
- Pero maestro- contesté obnuvilado- cómo ha llegado aquí, si hace muchos años que está usted criando malvas.
- San Ceremonio (personaje de Max) me ha resucitado y dentro de poco vas a tener la dicha de contemplar su aparición sobre aquellas piedras. Bueno, eso si al hijo de puta de Dalí no se le ocurre derretir los relojes. Siempre aparece a las doce del mediodía. Bendito de dios
- Pero maestro, permítame recordarle que usted, bueno, y yo también somos agnósticos y si me apura ateos totales e integrales.
- ¡Pues claro que soy ateo, gracias a dios, pero eso no impide que crea en San Ceremonio!
- Bueno, bueno, no se enfade, yo solo .....
No terminé la frase. En ese momento un gran resplandor, que hizo palidecer la luz del sol se proyectó sobre un montón de rocas a unos metros de nosotros. Inmediatamente un precioso serafinito portando un reloj muy barroco comenzó a volar delante de nosotros anunciando
- Son las doce en punto, hora de los Monegros, en breves momentos tendrán con ustedes a San Ceremonio. Que ustedes lo gusten. Ding, dong, ding, dong, ding............
Una música, que no logré distinguir, surgió de alguna parte.
- Esta es la parte mejor del espectáculo- murmuró Buñuel- ahora soltará el gran sermón a sus queridos pececillos
- Pero maestro, ¿cómo va soltar sermón ni nada si tiene la lengua cortada?- Yo sabía, por la historia que había leído, que le habían cortado la lengua para que no predicase.
- Ahí está la gracia, ignorante.
Me callé encogiendome de hombros. De pronto apareció un vejete calvo, con una gran barba blanca y una rosca de luz sobre su cabeza. Vestía una saya marrón, vieja y ajada. Nos miró en un trance místico y comenzó a abrir su boca emitiendo un batiburrillo de sonidos guturales que parecían los golpes de un tambor sin ritmo.
Para mi asombro comenzaron a saltar pequeños peces alrededor del santo. Me quedé atónito, y aun más cuando los peces comenzaron a hincharse y agigantando su tamaño mostrando unas poderosas fauces. Poco a poco fueron llegando cientos y cientos que se agolpaban en torno a la roca del santo. De pronto, un enorme salmón dió un salto y agarró el brazo del santo , donde sostenía un crucifijo y se lo zampó. Siguiendo el ejemplo varios peces también saltaron. Uno le agarraba una oreja, otro un pie. La sangre corría por todo el cuerpo del bendito que no cejaba en su muda predicación.
Un tremendo aullido surgió dentrás del santo. Los malditos bastardos estaban detrás de él riendo a carcajadas y descargando sus fusiles y pistolas al aire. Aldo el Apache se aproximaba con una sonrisa diabólica esgrimiendo su machete.
Me desperté porque el estridente sonido del despertador sonaba junto a mi oreja.
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Bueno, es tiempo de abordar el verdadero motivo de este post. Estoy completamente seguro de que muchos de ustedes conocen de sobra a este señor, galardonado en el 2007 con el primer premio nacional de comic por su estupendo tebeo "Bardin el superrealista". Yo, humildemente, y con todos los respetos, he utilizado uno de los personajes de este tebeo para mi "sueño particular", naturalmente San Ceremonio, mártir.
Este fin de semana, Las Palmas de Gran Canaria, en su Centro de Artes Plasticas, inauguró, en presencia del propio Max, la exposición "MaxHipnotopia", exponiendo 75 obras originales, entre lápices, tintas y gouaches, y 15 reproducciones.
Afortunadamente, este genial artista, ha sido profeta en su tierra, porque en el prestigioso Salón del Cómic de la Ciudad Condal ha sido galardonado en diversas ocasiones.
Poco puedo yo decir de este gigante de la historieta española salvo recomendar su lectura a todos los que aun la desconozcan. Hay una frase en su obra "El prolongado sueño del Sr. T." en la que Cristobal T. se reúne con las tres partes de sí mismo y una de ellas le dice: "Si a cualquier hombre le quitas su lado oscuro, su lado femenino, y su lado sabio ¿qué crees que es lo que queda?....Pues eso. A reflexionar. Y como colofón un nuevo poster de "Inglorious Basterds" que acabo de descubrir.
6 comments:
O sea: que tú eres de los que acaban de comer, se levantan y se van a otra habitación a leer, tan ricamente.
Y yo te pregunto: ¿Y quién lava los platos, eh?
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Veo que soy profeta, porque has acabado contándonos una de tus ya famosas "siestecillas"
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Lamento reconocer que hasta ahora, ni pajolera idea de ese Max que tanto aprecias. El cómic no es lo mío, desde luego...
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Hoy (ayer, de hecho) he ido al cine (mi cine hoy trabajaba, porque estábamos de Festa Major) y me aseguran que los Bastardos los veré dentro de bastante, por cuestiones de "agenda". Pero ando con la mosca detrás de la oreja, pues suenan voces discrepantes muy serias...
(No me respondas, que no quiero saber nada hasta verla)
Un abrazo.
Joder, Josep, es uno de mis privilegios. Si yo hago la comida ¿quién sino tendrá que lavar los platos?....
Las siestecillas, precedidas de lectura son un breve placer, porque no suelen durar mucho. Ya ves, ese homenaje surrealista a Max quedó muy majo ¿o no?
Max es un gran artista del que gozais los catalanes desde hace mucho tiempo. Ha sido reconocida su labor incluso en EEUU. y su obra está muy enraizada en la corriente surrealista. Comenzó en Bruguera, como todo el mundo. Cuando no se llamaba Max, sino Francesc Capdevila, me lo presentó Jaume Perich, a quien tuve el honor de entrevistar hace muchísimo tiempo.
Ve los bastardos y opina libremente.
Un abrazote
Bueno, casi estaba imaginándome a Simon del Desierto subido en su columna y a Silvia "Diablo" Pinal tentándole al oído. Has conseguido que nos metamos en la historia con surrealismo incluido. Desde luego los Monegros con Buñuel, Simón, Dalí y sus relojes, el tal San Ceremonio de quien no tengo el gusto y el autor del post "o algo parecido" de quien sí lo tengo, sería una oferta turística y de desarrollo de la zona de primer orden... Jajaja.
Buen post.
¿No te parece,Father, que es mucho más surrealista el proyecto Las Vegas que querían, o quieren ubicar en Los Monegros?...Siempre será más divertido ver a San Ceremonio.
Un abrazote.
Felicidades, Antonio, por el post, ya me gustaría a mi tener unos sueños así. Y precioso ese poster de Malditos bastardos.
Me alegro un montón que te guste ese poster, lo descubrí a última hora. En cuanto a los sueños, no todos son lo buenos que quisiéramos. Pero en fin, no me puedo quejar, esa es la verdad.
Un abrazote.
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