Monday, November 30, 2009

LAS WALKIRIAS DE FELLINI

Mas de uno de ustedes ha comentado o ilustrado la famosísima escena de "Apocalipse Now" en la que Copola emplea la música de la ópera de Wagner "La Walkiria". No se si cuando el director decidió musicar ese celebérrimo fragmento tuvo en cuenta, en el caso de haberla visto, otra secuencia genial musicada con la "Cabalgata de las Walkirias". Naturalmente me estoy refiriendo a las primeras secuencias de una obra maestra de Fellini: "Ocho y medio".


No está de mal que goceis de esta maravilla de escena antes de entrar en materia. ¿Verdad que es genial?....Pues hablemos de la gestación y la producción de esta obra fundamental del director italiano.
Nos encontramos en el año 1962. Federico Fellini está en la cumbre de su carrera, "La Dolce Vita" ha sido un éxito internacional, pero el director italiano no pasa por sus mejores momentos. Ha roto su amistad con Pier Paolo Passolini por cuenta de Accatone y en su propia productora hay grandes desavenencias. En algunos círculos próximos se comenta "off the record" que Fellini se ha endiosado y sus ideas han entrado en dique seco. En este clima nervioso Fellini anuncia el inicio de su próxima película que va a tener el título de "Ocho y medio"...Hasta los críticos más fervientes y próximos al director se echan las manos a la cabeza. "Además de feo, "Ocho y medio" es falso" comenta el crítico Pietro Bianchi. Se refería a que ocho aludía a sus ocho producciones fílmicas y el medio al episodio de Boccaccio 70, "Doctor Antonio". Pero Fellini había rodado otro "medio". El episodio "Agencia matrimonial" de "L'amore in cittá". Fuera lo que fuese, el título estuvo sometido a discusión y lo que peor hubiera podido ocurrir es que el extraño y onírico "Ocho y medio" se hubiera podido llamar "Film cómico" (Ni me puedo imaginar tal aberración de título)

La elección del actor principal no podía ser sino el protagonista de "La Dolce Vitta", Marcello Matroianni, pero el propio Fellini, a pesar de la admiración que sentía por el actor, puso ciertos impedimentos. En conversaciones con sus colaboradores, el director comentaba la buena apariencia del actor y aquel lo que quería era un tipo de apariencia siniestra y torva. Todo se solventó maquillándole ojeras, le empolvaron el cabello y le colocaron gafas. Ni más ni menos que esa imagen que acabais de ver en esas secuencias iniciales que he colgado.
Fellini tenía una proverbial mala leche y sabiendo los puntos flacos de Marcelo le dijo en cierto momento del rodaje: "Ahora tiene que resbalarse la sábana y se te tiene que ver el culo". El director sabía la reticencia que tenía el actor a aparecer desnudo ya que le acomplejaba la delgadez de sus piernas. Este se resistía y le comentaba: "No, Federico, por favor, eso va a quedar muy feo¨.

He comentado que Fellini no atravesaba su mejor época personal. De hecho andaba un poco neurótico. Se desplazaba de un lado a otro, por los alrededores de Roma, sin un destino fijo alegando que buscaba el lugar adecuado para el rodaje. Agarraba enormes cabreos con sus colaboradores acerca del guión y los productores se arrancaban los pelos de la cabeza cuando Fellini les largaba aquello de "No importa que la película sea buena o mala, lo importante es que tenga vida". Naturalmente a los productores sí les interesaba que la película fuera buena para que produjera dinero.

Después de muchas dudas acerca de la profesión del protagonista Fellini hace una pregunta retórica: " ¿Y si fuese director de cine?....He descubierto que Guido Anselmi soy yo"

Todos los comentaristas de esta singular película han encontrado múltiples interpretaciones y docenas de lecturas diferentes. Es obvio que existen numerosas referencias biográficas y guiños del entorno de la industria del cine italiano de la época. No es difícil encontrar un paralelo entre el productor Mezabotta y en su joven pareja a Carlo Ponti y Sophia Loren. La extravagante actriz extranjera es Luise REiner y muchos de los colaboradores del maestro están más o menos reflejados en sus respectivos dobles cinematográficos. Naturalmente Fellini nos muestra su particular mundo privado. Su niñez, las mujeres que le rodearon, la influencia de la Iglesia Católica. Todo ello conforma un tapiz cinematográfico que ha tenido una influencia indiscutible en posteriores directores. Woody Allen y su "Stardust Memories" o Bob Fosse en "All that Jazz" o "El fabuloso mundo de Alex" de Paul Mazursky, donde el propio Fellini hace un cameo de sí mismo.

"Ocho y medio", comenzó a rodarse el 9 de Mayo de 1962 y se completó en Octubre del mismo año. Hay una curiosa anécdota en referencia al final de la película. La última secuencia debía transcurrir en un vagón restaurante de un tren en el que Guido y su mujer regresan a Roma. En un momento dado el protagonista eleva la vista y se da cuenta de que todos los personajes de su vida (y de la película) están sentados en las mesas del restaurante y le sonríen de forma extraña. Esta escena se eliminó para incluir un corto con la astronave en la playa de Ostia. A todo el mundo les pareció muy divertida esta secuencia y fue la definitiva. La del vagón restaurante se guardó, pero parece que tan bien, que no ha vuelto a aparecer hasta la fecha. ¡Una pena!

La película se estrena en Italia en Febrero de 1963. Las críticas, en general son elogiosas, más aún que las dedicadas a "La Dolce Vita". Pero no faltan las voces contrarias aunque respetuosas. Por ejemplo Alberto Moravia, que suele caracterizarse por ser excesivamente puntilloso escribe: "El personaje de Fellini es un erotómano, un sádico, un mitómano, un masoquista, un temeroso de la vida, un nostálgico del seno materno, un bufón, un mixtificador y un farsante. En algún sentido se parece a Leopold Bloom, el protagonista de "Ulises" de James Joyce, novela que Fellini demuestra en más de una ocasión haber leído y meditado".
Es más que posible que Fellini hubiera leído la novela de Joyce pero con todos mis respetos no estoy de acuerdo con Moravia. Nada más lejos que la exuberancia latina de Fellini y la melancolía dublinesa de Joyce.

El 13 de Abril de 1964 en el Auditorio de Santa Mónica en Los Angeles, Fellini recibe dos oscars de la Academia. Al mejor vestuario en blanco y negro y a la mejor película extranjera, galardón que el propio Fellini recibe de manos de Julie Andrews. Cuando el director vuelve a Italia la ceremonia vuelve a repetirse y en esta ocasión el propio Aldo Moro le concede a Fellini la preciada estatuilla.

Es obligado decir que "Ocho y medio" sirvió de inspiración a un celebrado musical de Broadway (que pronto veremos en su versión fílmica) titulado "Nine" en adaptación de Mario Fratti , libreto de Arthur Kopit y letra y música de Maury Yeston, que se estrena en el 46th Street Theatre protagonizado por Raul Julia en el papel de Guido (también interpretó el papel Antonio Banderas). Curiosamente, aunque Fellini dió permiso para adaptar su obra nunca permitió que se utilizase el título de su película, de ahí "Nine" y tampoco permitió que su nombre apareciese tras la coletilla "basado en la obra de".
Una nota amarga de "Ocho y medio" es que poco despues de finalizada la película, el pequeño actor que dió vida al Guido niño falleció de una enfermedad incurable.


12 comments:

Crowley said...

Una gran película que esta hecha por Fellini para Fellini, ¿no?. Desde luego no es mi preferida del director, pero no por ello deja de ser imprescindible.
No me extraña que no quisiera que se utilizara su nombre o título para posteriores revisitaciones, a saber qué son capaces de hacer algunos con un material tan explosivo y difícil de controlar.
Saludos

Josep said...

Que cosas más raras tiene la memoria: no recordaba ese uso de la música en las primeras escenas en el balneario, acertadísimo; pero en cuanto da el primer vistazo a la lejana muchacha, me he dicho: esa es Claudia Cardinale.

¡Y lo es! Muy curiosa, la memoria.

Magnífica entrada la tuya, Antonio, trufada como siempre de datos ignotos para mí, que me ha abierto -de nuevo- el apetito de repasar la película, aunque deberé ponerla en la lista porque ya....

Un abrazo.

p.d.: en cierta ocasión me ocupé de los efectos de la pieza "Muerte accidental de un anarquista" de Darío Fo (en teatro puramente aficionado) y usé las composiciones de Nino Rota para la banda sonora original de 8 1/2 que se te ha olvidado decir es fantástica.

Otro abrazo.

1600 Producciones said...

Definitivamente mi preferida de Fellini, de chico me enamoró su banda de sonido, de grande pude apreciar la magestuosidad de un director enorme, plasmada en cada una de las escenas.

De las historias íntimas, me acabo de enterar gracias a tus letras.

Gracias Anro, una vez más.

Saludos

alicia said...

Claudia aparecía como un auténtico ángel salvador, si no recuerdo mal. La verdad es que tengo muchísimas ganas de ver Nine, y ya veremos qué respeta del original (aunque como muy bien dices, All that jazz prácticamente contaba la misma historia, pero sin copiar a Fellini, sino transformándolo en Fosse)

ANRO said...

La Strada, Las Noches de Cabiria, o Giulieta de los Espíritus y por supuesto La Dolce Vitta se reparten entre las favoritas del maestro italiano entre los cinéfilos, Crowley, pero Ocho y medio es tan personal que muchos críticos la colocan en el lugar de honor.
Un abrazote.

ANRO said...

Dedicar un párrafo, Josep, a Nino Rota es un delito, hubiera necesitado el doble de espacio. De hecho hay un fragmento en Ocho y medio musicado por el maestro que se ha convertido en el "himno nacional" de los fellinianos. En realidad mi intención, en principio, era resaltar la utilización sapientísima que hizo Fellini de la Cabalgata de las Walkirias, luego me enfrasqué en toda la historia y el post salió más largo de la cuenta.
Además de Rota se quedaron en el tintero multitud de cosas interesantes, pero amigo Josep, andamos en un tiempo difícil y cuando menos lo esperas tienes que dejar las teclas y atender a otras cosas más prosaicas, pero útiles.
Un abrazote.

ANRO said...

Coincidimos, 1600, a mí me ha fascinado siempre Ocho y medio desde la primera vez que la ví. Se puede decir que todo el cine de Fellini me seduce. Todas las películas del maestro tienen algo distinto que toca una fibra diferente de tu sensibilidad.
Un abrazote.

ANRO said...

Sí Alicia, la hermosísima Claudia tiene una aparición angelical. La chica estaba por entonces en un estado absoluto de gracia.
Sí "All That Jazz" es la más felliniana de las pelis americanas y Bob Fosse estuvo genial en ella.
Según todos los que lo han visto, el musical "Nine" es genial. Yo espero que su transposición a imágenes sea honesto al menos.
Un abrazote.

pepa mas gisbert said...

Como a mi lo de ocho y medio siempre me suena a nota de un exámen, le daremos a Fellini un nine por toda su obra.

Un abrazo

Al leerte he recordado una de mis entradas dedicadas al cine (muy sui generis eso si), en concreto la de La dolce Vita, te la traigo:
mi nombre es Anitona

Otro abrazo

ANRO said...

Ja, ja, ja, muy buena tu salida de nota, Alma. Y sí, vamos a darle a Fellini un nine.

Qué bueno ese monólogo dolcevitesco de Anitona. Mira por donde la Anita quedó inmortalizada for ever.
Un abrazote

Vivian said...

Como comenté recientemente, Fellini se encuentra en mi trío de ases cinéfilos particular ;)
No sabría colocar en orden de preferencia sus películas, cada una tiene su momento, dependiendo de mis momentos, y van encabezando el primer lugar según mis propias circunstancias. Eso sí, “8 y medio” es para mí la más fascinante de sus películas, la más Fellini (y enlazando con mi otro as, un Fellini muy Bergman)

Fellini de pequeño encontró refugio en el circo, Fellini amaba el circo, y creo que así fue y veía su vida y la vida, como un gran circo, con payasos, trapecistas, funambulistas… Se pueden encontrar referencias en muchas de sus películas, pero sí hay una que refleja la abstracción de esta idea creo que es “Ocho y Medio”…

Me gustó mucho esta entrada que le dedicaste a la película, llena de datos que desconocía y que ayudan a comprender mejor la película, y el momento en el que se encontraba Fellini cuando la gestó. Y me gustó especialmente la referencia musical, esas "Walkirias de Fellini".

Un abrazo

ANRO said...

Sí, Vivian, este Fellini puede enlazarse con cierto Bergman. A mí me emocionan ambos, pero de una forma diferente. Poniendo como ejemplo la arquitectura podríamos decir que Fellini es el templo barroco y Bergman la catedral gótica.
Suelo dedicar algunos de mis post a todo aquello que rodeó la filmación de la película.
Muchos de nuestros amigos comunes se detienen en cuestiones argumentales o emocionales. Esa variedad de nuestros puntos de vista enriquece el universo blogero que estamos componiendo en torno al cine, nuestra pasión.
Un abrazote.