Wednesday, January 13, 2010

CAVALLERIA CORLEONEANA




En ocasiones, el cine se viste de gala, abre el gran cortinaje y los personajes se desgarran azotados por las pasiones de la tragedia operística.
Casi toda la filmografía del gran Visconti lleva grabada el sello de la gran pasión que el director italiano sentía por este género musical, pero ningún director ha filmado un final más operístico que Coppola en su irregular "Padrino III".
El drama de los Corleone, en su epílogo final (toda una maravilla cinematográfica de 20 minutos) corre parejo con el trágico fin del joven Turiddu. El grito salvaje de las mujeres anunciando la muerte del campesino siciliano es el mismo que sacude a Michael Corleone abrazando el cadáver de su hija.
La preciosísima opera de Pietro Macagni está magníficamente hilada en la trama de esta película, que a pesar de que muchos críticos la ponen muy por lo bajo de sus predecesoras en la saga, a mí me parece una dignísima completación de un fresco cinematográfico.

23 comments:

David said...

Pues... no sé. La de El padrino III la vi hace mucho, mucho. Y no la he vuelto a ver. Las dos primeras las vi otra vez hace unos meses. A mí me siguen pareciendo superiores a la tercera. Pero bueno, que tampoco es mala, desde luego. Un abrazo.

ANRO said...

Todo el mundo opina así, David, y probablmente lleveis razón, pero yo insisto en que los últimos veinte minutos son insuperables, al menos en mi opinión.
Un abrazote

Crowley said...

Pues, amigo Anro, tendré que poner remedio al fallo de mi memoria porque no me acuerdo de ese final (bueno, salvo por lo visto en tu video, claro) y veré la peli entera. Desde luego, como todo el mundo, prefiero las dos primeras partes, sobre todo la segunda.
Un abrazo

ANRO said...

Es un maravilloso final, amigo Crowley. Y no me cabe la menor duda de que si consideramos las tres películas de forma independiente, la segunda gana por puntos, pero yo prefiero ver el conjunto como un gran tríptico.
Un abrazote.

alicia said...

Yo también opino que, aunque es inferior a las dos anteriores, sigue siendo magnífica, sobre todo por el final, componiendo la trilogía más redonda de todos los tiempos. Vivan las escenas operísticas, cuando se hacen por maestros como Coppola o Visconti.

Vivian said...

Esta entrada ha sido para mí una alegría con mayúsculas.

Soy una defensora de la saga de “El Padrino” como trilogía, y de la denostada tercera parte, que si bien, puede que algunos la vean inferior a sus predecesoras es una película muy por encima de otras mejor consideradas que no tienen que sufrir rigores de comparaciones previas.

Y es una doble alegría que destaques “ese” final/epílogo, “una maravilla cinematográfica de 20 minutos”, el momento en que la hija muere es de esos que encoje el corazón hasta del más insensible, eso sólo lo puede rodar un grande, un grandísimo director como Coppola.

Un abrazo muy fuerte

1600 Producciones said...

Voy contigo en esta Anro, volví a ver la trilogía hace poco y el final es para aplaudir de pie...

Yo por una cuestión de edad las vi siempre las tres juntas (ya estrenadas para que se entienda)y me cuesta analizarlas por separado.

Saludos y hasta la vuelta!!!

ANRO said...

Cuando se alcanzan cotas tan altas como en las primera y segunda parte de El Padrino, uno tiende a desilusionarse y a ser excesivamente crítico, pero si miramos todo el conjunto todo encaja y podemos gozar la peli como un todo (trio en uno, como el trébol irlandés)
Un abrazote.

ANRO said...

Y mira que lo he visto veces, Vivian, pero ese final me deja absolutamente emocionado.
Un abrazote.

ANRO said...

Sí, 1600, te dan ganas de ponerte en pie y aplaudir a rabiar completamente emocionado.
Me parece que ver las tres es la única manera de apreciarlas como todo un conjunto y no como tres piezas separadas.
Bueno, pues te echaremos de menos en estas semanas que pases fuera.
Un abrazote

FATHER_CAPRIO said...

Unanimidad total. El Padrino hay que verla en su totalidad. Vistas sus tres partes por separado la 2ª tiene una ligera pero sustancial ventaja. Pero vistas como un todo, el conjunto no es la suma de sus partes sino muchísimo mas.
Centrándonos en esta escena te confieso que me ha vuelto a poner la carne de gallina y aunque es cierto que en Almería no hace tanto frío como en otros lugares por estas fechas siento escalofríos en la espalda.
La genialidad de los actores se demuestra en momentos como éste. La genialidad de Coppola se ha demostrado en la trilogía completa.
Si recordar es volver a vivir, te agradezco esta poción de vida y excelente cine que tu post nos ha dejado.
Un abrazo

pepa mas gisbert said...

La Opera y el Cine se parecen mucho más de lo que muchos creen. No para todo claro, pero si para esas escenas donde la tragedia sobrevuela sobre los personajes como jugando a ver donde va a aterrizar por fin. Una bella escena si, que no recordaba.

Un abrazo

ANRO said...

Me alegro que estés de acuerdo conmigo, Father. Decidí rescatar esa escena porque con ella convencí a mi hijo de que toda la trilogía corleoneana era un todo donde no se podían diferenciar bloques.
Como bien dices , todos coincidimos en que todo el bloque segundo es un continuo bordado de genialidades, pero las tres partes son como decíamos antes "tres personas y un solo díos verdadero"
Un abrazote.

ANRO said...

Mi pasión por la ópera es conocida, querida Alma, por todos vosotros y la he aplicado varias veces a diversas películas, pero en Coppola y Visconti son muy señaladas las connotaciones.
Un abrazote.

abril en paris said...

¡ Áspera y dolorosa la vida de toda esa familia! pero que grande grande la trilogia. Yo me las ví de un tirón las tres una noche que no pegué ojo y cai rendida ante el maestro Coppola. Estremecedor final.
¡ Gracias por recordarnos lo que nos puede ofrecer éste cine con mayúsculas !
Un saludo afectuoso.

Josep Lloret Bosch said...

Se me hace harto difícil apreciar esa inmensa trilogía por partes: como soy veterano, las he visto todas en riguroso estreno y donde hay que verlas, es decir, en pantalla panorámica: Coppola no es Director para verlo en esas pantallitas de multi salas ni mucho menos en una tele, por grande que sea.

Ese final pone los pelos como escarpias: Pacino nunca ha trabajado tan bien como a las órdenes de Coppola: ese grito que tarda en arrancar es inmenso de dolor y pasión.

Incluso Andy García está inmenso en esta tercera parte concluyente, por desgracia; por desgracia, porque siempre pensé que iba a ver una cuarta protagonizada por Andy, pero está visto que no.

¿Es una ilusión? Será que no hay secuelas y precuelas infames, y nos quedamos con "sólo" tres partes de la saga mafiosa de Coppola y Puzo.

En definitiva: ojalá pudiera este fin de semana ver una película nueva con esa calidad. Y al otro. Y al otro. Y al otro.....

Un abrazo.

ANRO said...

Abril, esta saga es absolutamente tremenda y a pesar de que se vea muchas veces siempre te impresiona del mismo modo. Me alegra que te haya recordado ese final tan dramático.
Un abrazote.

ANRO said...

Querido Josep. La primera y segunda parte de esta trilogía las ví en Londres. La tercera la ví ya en España. Llevas razón, esta saga hay que verla en pantalla grande, pero tampoco queda mal en el salón de tu casa en un buen Sony de 55 pulgadas. Hay que ir acostumbrándose a las nuevas tecnologías, amigo, cada día hay menos espacio para los que añoramos buen cine.
Me alegro de que Coppola no hiciese otra secuela con Andy García. Ese final no demandaba continuación.
Un abrazote.

marcbranches said...

De esta tercera parte, me quedo con el plano final de Pacino, viejo y solo, derrumbándose torpemente desde una sillita mierdosa, acabando su existencia de una manera poéticamente patética. Pero vamos, este final operístico a varias bandas es extraordinario, y acompañado de la "Cavalleria rusticana" de Mascagni, todo un veterano cinematográfico, por cierto: recordemos que el "Intermezzo" de dicha ópera acompaña los sublimes títulos de crédito de "Toro salvaje". Casiná. Saludos.

ANRO said...

Cierto, Marcbranches, ese interludio de Cavalleria en las primeras imágenes de "Toro Salvaje" son de aplauso rendido.
Lo que digo, un buen fragmento de opera intercalando unas buenas imágenes dan un binomio de primera.
Un abrazote.

V said...

Amigo Anro...cuatro años después algunos todavía andamos discutiendo sobre los finales operísticos de la trilogía de Coppola...perdón de Los Corleone. Y charlando sobre ello una cosa llevó a la otra y terminó por salir el recuerdo de tu entrada, que sigue tan vigente como el día que se escribió.
Es lo que teneis los clásicos...siempre se vuelve a ellos. Un abrazo

abril en paris said...

Ay y yo me sumo a éste recuerdo por "culpa" de ese señor de arriba.
Allí donde estés estoy segura de que sonries pensando que somos "unos pelmazos" mientras escuchas el intermezzo de Mascagni.
Te añoramos.

Un abrazote querido amigo

Josep Lloret Bosch said...

Vengo a darte la razón, querido Antonio, en lo de las pantallas domésticas: uno, que se ha debido acostumbrar -a la fuerza- a tu ausencia, al final se halla en la forzosa situación de usar la tele porque si no, no hay forma de disfrutar de nuevo de esa trilogía, aunque no descarto poder convencer a alguien para que un buen día las exhiba de corrido, para que las nuevas generaciones sepan lo que es el buen cine.
Estoy seguro que, si ocurre, estarás en alguna parte de la oscuridad de la sala refocilándote como yo mismo.
Un abrazo.