Juana de Arco, la Doncella de Orleans, es un personaje que auna la leyenda medieval y la historia convulsa de aquella época, en la que se lidiaba la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra.
Con solo 19 años fue la artífice de la coronación de Carlos VII de Francia, estuvo al frente del asedio de Orleans luchando a brazo partido con los mejores y más curtidos generales. Cuando se dirigia a la ciudad de Compiegne, tras una sangrienta escaramuza, el capitán de la villa, bien por miedo o por traición cerró las puertas de la ciudad. La doncella fue capturada por el bastardo Lionel de la Vandonne, vasallo del Duque Jean de Luxemburg, quien la entregó a los ingleses y tras un largo y doloroso calvario Juana D'arc fue condenada a morir en la hoguera en la plaza de Ruan el 30 de Mayo de 1431.
Hay dos especialistas, en muchísimos más, que han narrado la apasionante trayectoria de esta mujer con gran acierto: Regine Pernoud, autora de varios libros sobre el tema y Georges Duby autor de "Los procesos de Juana de Arco". Si nos movemos en el terreno escabroso ha habido teorías sobre el verdadero sexo de la doncella y sobretodo sobre sus oscuras relaciones con uno de los personajes más siniestros de la Edad Media: Gilles de Rais, que luchó codo a codo con Juana y a la que amó profundamente.
El cine, como no podía ser de otra manera, se ha interesado por su figura, pero de todas las versiones, que apuntaré después, hay una que sobresale muy por encima de todas: "La pasión de Juana de ARco" de Carl T. Dreyer.
A mitad de la decada de los veinte París era la feria de la vanguardia artística mundial: surrealismo, dadaismo, futurismo, expresionismo....y todos los ismos posibles cabían dentro de la ciudad luminosa, antorcha de europa y madre de todas las artes. Dreyer no era un desconocido en el nuevo arte de la cinematografía cuando la Societè Gènerale de Films le hizo una oferta para dirigir un nuevo film.
El director sueco devanó una serie de personajes franceses: La Tosca de Victoriano Sardou, Maria Antonieta o Catalina de Médicis, pero al final se decantó por Juana de Arco. Se había dado la circunstancia de que un par de años antes el escritor Joseph Delteil había ganado un prestigioso premio con una biografía de la santa. Los productores del film consideraron que el propio escritor podría elaborar el guión. Dreyer no se opuso, pero cuando Delteil presentó un tocho con palabrería ingente y lleno de heroicidades y sucesos que se amontonaban sin orden ni concierto, el director dijo que nones, que su estilo de filmar no era aquel.
Dreyer quería filmar la pasión de una mujer, y para recrear unos sentimientos no necesitaba sucesos rimbombantes ni grandes parafernalias y quiso centrarse solo y únicamente en el proceso. Su punto de vista artístico se centraría en la injusticia de una jerarquía que condena y en una inocente que asume la arbitrariedad de esa (in)justicia.
En ninguna película, como en ésta se ha jugado tan maravillosamente con los primeros planos, de hecho la película es una sinfonía de primeros planos que reflejan, la maldad, la altivez, el despotismo, la autosuficiencia, el desdén y la miseria; todos ellos en contraste con la luminosa inocencia de la expresión de la doncella.
Juana de Arco fue interpretada por Renée Jeanne Falconeti, quien no volvió a intervenir en ninguna otra película. Curiosamente durante la segunda guerra mundial se desterró aBuenos Aires, donde murió. Su cadáver fue incinerado.
Dreyer intenta transmitir a través del personaje de la doncella de Orleans el carácter de santa y a la vez el de heroína, naturalmente todo esa doble visión impregna de misticismo a la figura de Juana. Esto no quiere decir que Dreyer quiera hacer una mera estampita religiosa. Muy al contrario el director sueco pone en solfa la inutilidad del sacrificio y cuelga en jirones a toda la jerarquía eclesiástica.
En las imágenes de "La pasión de Juana de Arco" hay una causticidad tremenda que carga contra la religiosidad basada en la mera abstracción. Dreyer, como buen luterano es mucho más práctico y su cristianismo está fundamentado en una realidad razonada. Falconetti contribuye al deseo del director y compone una Juana que acepta el sacrificio como una fatalidad necesaria y para ello adopta una actitud pasiva con la que hacer frente al inmenso dolor de la que es objeto.
"La pasión de Juana de Arco" está considerada por muchos críticos como un hito en la filmografía del sueco (cosa harto difícil en un genio con tantas obras de arte en su haber), pero a nadie que visione este film puede dejar indiferente esa profusión de primeros planos, el realismo que dimana de ellos, los encuadres imposibles, la relación de unos y otros para conseguir un discurso de continuidad narrativa.....en fin, todo cuanto podamos decir de este film sería un mero apunte.
Comno bien sabeis, Dreyer no ha sido el único que se ha ocupado de la figura de esta mujer. La Doncella de Orleans ha sido objeto de deseo de numerosos realizadores y ha sido interpretada por numerosas actrices. Cecil B. de Mille y Geraldine Farral; Victor Fleming y Ingrid Bergman; Roberto Rossellini igualmente con Ingrid Bergman, Otto Preminger y Jean Seberg; Luc Benson y Mila Jacovick y un largo etc.
También escritores y músicos se han ocupado de ella: Shakespeare, Voltaire, Schiller, Verdi, Tchaikovski, Mark Twain, Jean Anouill, Bertolt Brecht, Bernard Shaw y Leonard Cohen.
Esta muchacha, de procedencia humilde, que fue protagonista de unos hechos históricos de capital importancia en la Europa moderna, fue canonizada por la iglesia católica en 1920. Su santidad, si nos atenemos a los hechos narrados en las crónicas , es muy discutible, pero no cabe duda de que su especial trayectoria vital ha fascinado a tantos artistas que sería una tarea harto difícil nombrar todos los que se han ocupado de su figura.
Con solo 19 años fue la artífice de la coronación de Carlos VII de Francia, estuvo al frente del asedio de Orleans luchando a brazo partido con los mejores y más curtidos generales. Cuando se dirigia a la ciudad de Compiegne, tras una sangrienta escaramuza, el capitán de la villa, bien por miedo o por traición cerró las puertas de la ciudad. La doncella fue capturada por el bastardo Lionel de la Vandonne, vasallo del Duque Jean de Luxemburg, quien la entregó a los ingleses y tras un largo y doloroso calvario Juana D'arc fue condenada a morir en la hoguera en la plaza de Ruan el 30 de Mayo de 1431.
Hay dos especialistas, en muchísimos más, que han narrado la apasionante trayectoria de esta mujer con gran acierto: Regine Pernoud, autora de varios libros sobre el tema y Georges Duby autor de "Los procesos de Juana de Arco". Si nos movemos en el terreno escabroso ha habido teorías sobre el verdadero sexo de la doncella y sobretodo sobre sus oscuras relaciones con uno de los personajes más siniestros de la Edad Media: Gilles de Rais, que luchó codo a codo con Juana y a la que amó profundamente.
El cine, como no podía ser de otra manera, se ha interesado por su figura, pero de todas las versiones, que apuntaré después, hay una que sobresale muy por encima de todas: "La pasión de Juana de ARco" de Carl T. Dreyer.
A mitad de la decada de los veinte París era la feria de la vanguardia artística mundial: surrealismo, dadaismo, futurismo, expresionismo....y todos los ismos posibles cabían dentro de la ciudad luminosa, antorcha de europa y madre de todas las artes. Dreyer no era un desconocido en el nuevo arte de la cinematografía cuando la Societè Gènerale de Films le hizo una oferta para dirigir un nuevo film.
El director sueco devanó una serie de personajes franceses: La Tosca de Victoriano Sardou, Maria Antonieta o Catalina de Médicis, pero al final se decantó por Juana de Arco. Se había dado la circunstancia de que un par de años antes el escritor Joseph Delteil había ganado un prestigioso premio con una biografía de la santa. Los productores del film consideraron que el propio escritor podría elaborar el guión. Dreyer no se opuso, pero cuando Delteil presentó un tocho con palabrería ingente y lleno de heroicidades y sucesos que se amontonaban sin orden ni concierto, el director dijo que nones, que su estilo de filmar no era aquel.
Dreyer quería filmar la pasión de una mujer, y para recrear unos sentimientos no necesitaba sucesos rimbombantes ni grandes parafernalias y quiso centrarse solo y únicamente en el proceso. Su punto de vista artístico se centraría en la injusticia de una jerarquía que condena y en una inocente que asume la arbitrariedad de esa (in)justicia.
En ninguna película, como en ésta se ha jugado tan maravillosamente con los primeros planos, de hecho la película es una sinfonía de primeros planos que reflejan, la maldad, la altivez, el despotismo, la autosuficiencia, el desdén y la miseria; todos ellos en contraste con la luminosa inocencia de la expresión de la doncella.
Juana de Arco fue interpretada por Renée Jeanne Falconeti, quien no volvió a intervenir en ninguna otra película. Curiosamente durante la segunda guerra mundial se desterró aBuenos Aires, donde murió. Su cadáver fue incinerado.
Dreyer intenta transmitir a través del personaje de la doncella de Orleans el carácter de santa y a la vez el de heroína, naturalmente todo esa doble visión impregna de misticismo a la figura de Juana. Esto no quiere decir que Dreyer quiera hacer una mera estampita religiosa. Muy al contrario el director sueco pone en solfa la inutilidad del sacrificio y cuelga en jirones a toda la jerarquía eclesiástica.
En las imágenes de "La pasión de Juana de Arco" hay una causticidad tremenda que carga contra la religiosidad basada en la mera abstracción. Dreyer, como buen luterano es mucho más práctico y su cristianismo está fundamentado en una realidad razonada. Falconetti contribuye al deseo del director y compone una Juana que acepta el sacrificio como una fatalidad necesaria y para ello adopta una actitud pasiva con la que hacer frente al inmenso dolor de la que es objeto.
"La pasión de Juana de Arco" está considerada por muchos críticos como un hito en la filmografía del sueco (cosa harto difícil en un genio con tantas obras de arte en su haber), pero a nadie que visione este film puede dejar indiferente esa profusión de primeros planos, el realismo que dimana de ellos, los encuadres imposibles, la relación de unos y otros para conseguir un discurso de continuidad narrativa.....en fin, todo cuanto podamos decir de este film sería un mero apunte.
Comno bien sabeis, Dreyer no ha sido el único que se ha ocupado de la figura de esta mujer. La Doncella de Orleans ha sido objeto de deseo de numerosos realizadores y ha sido interpretada por numerosas actrices. Cecil B. de Mille y Geraldine Farral; Victor Fleming y Ingrid Bergman; Roberto Rossellini igualmente con Ingrid Bergman, Otto Preminger y Jean Seberg; Luc Benson y Mila Jacovick y un largo etc.
También escritores y músicos se han ocupado de ella: Shakespeare, Voltaire, Schiller, Verdi, Tchaikovski, Mark Twain, Jean Anouill, Bertolt Brecht, Bernard Shaw y Leonard Cohen.
Esta muchacha, de procedencia humilde, que fue protagonista de unos hechos históricos de capital importancia en la Europa moderna, fue canonizada por la iglesia católica en 1920. Su santidad, si nos atenemos a los hechos narrados en las crónicas , es muy discutible, pero no cabe duda de que su especial trayectoria vital ha fascinado a tantos artistas que sería una tarea harto difícil nombrar todos los que se han ocupado de su figura.
14 comments:
Excelente reseña, compa Antonio; el cine de Dreyer es una de esas mis asignaturas pendientes particularmente dolorosas (sólo he visto de él Dies Irae, y me pareció deslumbrante), así que supongo que debería ponerme a la tarea cuanto antes. Hasta tanto, a disfrutar con lo que de él nos cuentas, claro...
Un fuerte abrazo y buena semana.
Amigo Anro,
Dreyer es pura magia para los sentidos y este filme, con esos primeros planos de una Juana de Arco agonizante, son desgarradores.
Saludos
Pues me falta por ver ésta y otra más de Dreyer. Me gustó mucho Ordet... que la vi de niño y me impresionó.
Otra que no has citado de Juana y me parece magnífica es la de Bresson, que si no recuerdo mal se "atiene" a los diálogos históricos del juicio. Por eso había cosas que eran hasta difícil de situar si no vivías en aquella época. A mí, la versión de Bresson me pareció magnífica, impresionante. Y en un segundo visionado años después, siguió pareciéndomelo (creo que es la película suya que más me gusta.. aunque me faltan por ver su Lanzarote, el condenado a muerte y Diario de un cura rural.. me parece que el resto las tengo vistas).
La de Juana al rojo con Ingrid Bergman se me hizo soporífera... a pesar de Ingrid. Me pasó lo mismo con la que tiene con Renoir. Y es que hay veces que ni una mujer tan guapa o unos directores interesantes pueden salvar una película.
Un abrazo.
PD: No voy a apuntar la de Dreyer en mi lista por ver, porque la tengo apuntada hace años. Ya caerá..
Me emocionó mucho ver esta fascinante película en la tele (pase noctámbulo del entonces llamado UHF).
Tanto, que no cesé hasta pillar la pieza de teatro de Bernard Shaw, de 1923, por la que le concedieron el Nobel.
Interesantíma reseña, Antonio, de las que se releen una y otra vez. Así da gusto.
Un abrazo.
Magnífica entrada, sobre el personaje, y sobre la película de Dreyer, no sólo coincido palabra por palabra en opinión, sino que descubrí detalles que desconocía interesantísimos.
Un personaje histórico cuya vida y muerte resulta tremendamente literario y cinematográfico, y en cine, si me tengo que quedar con una película, me quedo con la de Dreyer.
Una gozada pasar hoy por aquí y leerte.
Un abrazo muy fuerte.
Manolo, mi pelí preferida de Dreyer es "Ordet". Creo que es la pelicula perfecta, pero como en todo, hay opiniones. Pero una cosa sí es segura, absolutamente toda la obra de este autor es para gozar cine en esencia pura.
Un abrazote amigo.
Sí Crowley, ya le comentaba al amigo Manolo que Dreyer es cine en esencia pura. Tú mismo comentas la influencia que hay en Haneke de Dreyer. Es un maestro de maestros.
Un abrazote.
Hay que ponerse a la tarea, amigo David. Hoy es fácil de conseguir toda la obra de Dreyer en DVD en ediciones buenísimas y no demasiado caras.
Llevas razón sobre la versión de Juana en interpretación de la Bergman. Es mala y soporífera.
"La pasión de Juana de Arco" es una película que nadie se puede perder y menos un cinéfilo de buena cuña como tú.
Un abrazote.
Amigo Josep, tienes que volverla a ver, porque la época del UHF es pleistocénica. Te aseguro que ahora te va a emocionar muchísimo más y si puedes colar un ciclo de Dreyer miel sobre hojuelas.
Bernad Shaw era un magnífico escritor. También me interesò esta obra hace muchos años y logré encontrarla en una biblioteca pública de Jaén. Cuando se la pedí al bibliotecario hasta se extrañó.
Un detalle que me ha llamado muchísimo la atención es encontrar el personaje de Juana la doncella en la obra de Shakespeare "Primera parte del Rey Enrique VI".
Un abrazote.
Me encanta tu entusiasmo, Vivian. Eso da lugar a que uno se esfuerce y logre que la comunicación entre los amigos sea cada día más cálida.
Juana la doncella es un personaje del que he leído mucho, sobre todo porque el período de la historia europea denominado "La Guerra de los cien años" me fascina.
Otra faceta de esta mujer es la extraña relación que tuvo con Giles de Rais, otro personaje sobre el que estoy investigando para escribir un post.
Un abrazote, amiga.
Aunque con intermitencias tipo Guadiana, sigo estando aquí, y encontrame con un post sobre Dreyer y su Juana de Arco es todo un lujo.
Te confieso que vi la película en Septiembre de 2008. Muy buena restauración. De "chapeau".
Extraigo algunas frases de un comentario que realicé:
- "El primer plano al servicio de su majestad la verdad dolorosa"
- "Esta es la verdad. La iglesia consagrando la injusticia"
- "Orondos prelados cerrando filas alrededor de la iniquidad"
Bueno, todo ello para decir que es una OBRA MAESTRA de VISIÓN OBLIGADA.
Tu excelente post es también de lectura obligada.
Un abrazo.
Justos comentarios, Father, a tan gran obra. Yo he visto esta peli varias veces y siempre logra conmoverme....bueno, Dreyer siempre lo consigue.
Siempre es un placer que nos visites a esta mesa redonda, amigo, siempre y cuando tus obligaciones te lo permitan. Dicen que primero es la obligación y despues la devoción....A veces postpongo la obligación y el trabajo se me amontona de tal forma que el resultado suele ser una pequeña discusión con la Lola, ¡qué le vamos a hacer, los devotos del cine tenemos ese defecto!
Un abrazote.
Por motivos que no sabría explicar o mejor dicho, que no sabría, nunca me ha interesado la figura de Juana de Arco, salvo quizás en la película de Dreyer por lo que tu mismo dices, refleja no las heroicidades sino la pasión que la mueve.
Un abrazo
De las imágenes de la peli es muy difícil substraerse,querida Alma, independientemente de que guste o no guste, o interese o no interese la figura de esta mujer. Por otra parte es mucho más interesante la historia profana, por así decirlo, de la doncella, que la hagiográfica. Esta última es de estampita.
Un abrazote.
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