Thursday, April 22, 2010

UNA "PALABRA" SUBLIME

"Ordet" o "La Palabra", es para muchos (también para mí) la obra maestra del director Carl T. Dreyer. Seguramente hoy no sería posible su realización por la sencilla razón de que no habría lugar para su exhibición en los actuales cines comerciales.
Dreyer se basó en la obra teatral "I Begyndelsen var Ordet", escrita por el clérigo danés Kaj Munk en 1925 y representada por vez primera en Copenhagen en 1932. La obra fue llevada al cine antes de que el director danés se decidiera a filmarla. Dreyer no utilizó todo el texto, sino solo una tercera parte de la obra original. Esta decisión no fue muy bien vista por los círculos culturales ya que suponía una traición a Kaj Munk, un héroe y mártir patriota, fusilado por los alemanes en 1944.

Pero todos callaron y se sorprendieron cuando los maravillosos fotogramas de "Ordet" llegaron a las pantallas danesas.

"La Palabra" se centra en una familia de granjeros, los Borden. Cuando comienza la película, Johannes el mediano de los hijos de Morten, viudo desde hace unos años, ha salido de la casa presa de sus desórdenes mentales. Anders el menor de los hijos da cuenta al padre de su preocupación por el hermano y sus desvaríos. Inger, la nuera, una mujer rebosante de salud y llena de vitalidad se asoma a la ventana y ve con preocupación cómo Johannes se aleja. Mikkel, el hijo mayor y esposo de Inger, comenta a su mujer que Johannes, en su locura, tal vez es más feliz que ellos en su razón. Sin embargo se apresta a salir inmediatamente a la búsqueda de Johannes.
Mikkel y su padre, que también ha salido, escuchan, con amargura y resignación, las peroratas religiosas del loco, que desde una colina, maldice a los que no tienen fe y han olvidado a Dios. Johannes se cree nada menos que Jesucristo.

Cuando padre e hijo logran convencer a Johannes de volver a casa, éste enciende unas velas en la ventana para según él, iluminar la oscuridad de las almas que están en tinieblas. Nadie en la casa se opone a la locura del hijo y del hermano, lo dejan hacer como algo sin remedio. Inger, como si esto fuera la cosa más natural del mundo, apaga las candelas y las vuelve a colocar en su sitio. Después sirve el café al resto de la familia, que se ha reunido en el salón.

Mikkel reprocha a su padre que obligase a su hermano a estudiar teología. El piensa que de ahí deriva la locura de aquel. Morten le replica que obró con su mejor voluntad. El propósito, según él, era que dadas las cualidades intelectuales del muchacho, una buena preparación teológica lo convertiría en un autentico reformador religioso.
Mikkel cuyo ateísmo es manifiesto prefiere dejar de discutir con su padre y se retira junto con Andres, su hermano menor.
Inger intenta consolar a su suegro, que está desolado con la enfermedad del hijo. Llega a confesar a su nuera que a pesar de sus creencias ni siquiera tiene fe en un milagro. Le dice a Inger con amargura que hoy los milagros no existen. La mujer, con dulzura, le insta a seguir rezando, ya que según su juicio, nada es imposible para Dios.

Mikkel discute con su mujer. Está harto de la religiosidad de su padre y quien verdaderamente le preocupa es su hermano. Inger, también comprensiva con su esposo, le reitera lo mucho que admira la bondad de su corazón y la honradez que preside todo lo que hace. Mikkel agradece la confianza de ella, pero le reitera que nada le hará creer en Dios.

Pasado este episodio la familia tropieza con otro hecho que tendrá importancia posterior. El joven Anders habla con Inger y Mikkel para que le ayuden a convencer a su padre de pedir la mano de la joven Anne, hija del sastre Peter Peterssen. El problema es que entre Morten y Peterssen hay diferencias religiosas y Anders teme que estas diferencias sean un obstáculo para su matrimonio con Anne.
Inger toma la iniciativa de convencer a su suegro para que de su consentimiento al matrimonio de los jóvenes, pero todo es inútil. Inger le llega a decir que lo más importante, incluso por encima de la religión, es amarse. El anciano Morten se muestra totalmente inflexible. Pero la amargura le sacude profundamente. Se refugia en el establo lamentando la desgracia de todos los miembros de su familia. Se siente abandonado de Dios y a la vez culpable por no haber tenido más fe y no haberle rezado con más fervor. Inger vuelve a decirle ingenuamente que Dios hace pequeños milagros y los hace a escondidas para que apenas se noten que lo son.

Nuevos miembros de la familia aparecen. El anciano consolado por su nuera sale con ella para recibir a sus nietas que están a punto de llegar del colegio.
Por supuesto en casa de Peter Peterssen, el sastre, también hay una oposición frontal al matrimonio de Anne con Anders. A la joven Anne, ni se le ocurre oponerse a la decisión de sus padres. Las razones, para negarse al enlaze entre ambos jóvenes, que Peterssen le da a Anders son eminentemente religiosas y despide al joven sin más, no considerándole suficientemente bueno para su hija.

Se produce una agria entrevista entre Morten y Peterssen acerca de las relaciones entre sus respectivos hijos. El grado de enfrentamiento es tan insoslayable que Morten llega a sospechar que a Peter no le importaría que Inger muriese con tal de lograr ceder a sus exigencias religiosas.

Precisamente Inger se encuentra en avanzado estado de gestación y presenta complicaciones imprevistas. La situación se presenta alarmante y Mikkel se ve obligado a llamar al médico y a telefonear a casa de Peterssen para avisar a su padre de la grave situaciòn.

Inger lucha hasta el agotamiento. El bebé viene en mala postura y la comadrona y el médico se ven y se desean para ayudar a la parturienta. Mikkel se desespera sin saber cómo ayudar mientras Morten decide ponerse a rezar.
Johannes vaga por la casa sin rumbo diciendo cosas sin sentido y anunciando una próxima muerte. El anciano se desespera ante el dramatismo de la situación y teme volverse loco como su hijo. En su desesperación le dice: "¿Qué diferencia la locura de la razón?". Y Johannes le contesta que ese es el punto donde comienza el encuentro con Dios.

Hay una escena muy significativa en la que la pequeña Maren, hija de Inger, se acerca a Johannes y le comenta con regocijo que si su madre muriera ella confiaría ciegamente en que su tío la resucitaría. Johannes conmovido por la confianza le promete a la niña que lo hará.

Llega un momento de respiro e Inger parece recuperarse. El médico lo cree así y abandona la casa con el pastor. Cuando todo parece volver a la normalidad Johannes irrumpe en la sala anunciando la inminente muerte de Inger. Nadie quiere hacerle caso, pero Mikkel regresa del lado de su mujer, con el rostro desencajado y diciendo que Inger ha muerto.

Todos los miembros de la familia rodean el lecho de la difunta. Ante la sorpresa de la familia, Johannes, al contrario de lo que había anunciado dice que Inger no está muerta sino dormida y cae postrado en un desmayo.

Mientras todos se aprestan para el duelo Johannes, repuesto del desmayo sale de la casa y desaparece. La muerta es colocada en el ataud y familiares y vecinos vienen para acompañar a los deudos. También la familia Peterssen se une al dolor de los Morten. La muerte de Inger ha sido tan inesperada y todo el mundo está tan dolido que incluso Peterssen accede a la boda de Anne y Anders. Mikkel no logra detener sus lágrimas.
En medio de este escenario de dolor Johannes reaparece. Todo signo de locura ha desaparecido de él, pero les reprocha a todos que no hayan confiado en Dios y la falta de fe que han demostrado. También les señala que nadie se ha vuelto a Dios para pedirle que Inger vuelva a la vida. En ese momento la pequeña Maren se le acerca. Johannes le aprienta la mano en actitud cómplice. Mira a la niña, preguntandole en silencio si cree que él podrá resucitar a su madre. La niña no lo duda un instante.
Es un momento tenso y solemne. Johannes grita. "Inger, en nombre de Jesús, te lo ordeno, ¡levántate!.
Nadie se atreve a respirar , cuando pasados unos segundos Inger vuelve a la vida y abraza a su marido Mikkel mientras murmura con pasión "¡La vida, la vida!"

Yo creo que esa ese es el significado de esta maravillosa obra de arte, a la que muchos críticos le han colgado el calificativo de "religiosa". Dreyer habla de fe, de religión, de Dios....pero al final lo que nos muestra es que ninguno de los personajes "creyentes" es capaz de dar vida salvo el privado de la razón. Todo el discurso de Johannes, que precisamente se ha vuelto loco por el estudio de la religión, viene a desembocar, recuperada la razón, en una fe determinante en la vida y para puntualizarla aún más, pronuncia sus palabras acompañado de la inocencia de una niña, cuya única creencia es que su tío va a devolverle viva a su madre.

"Ordet" consiguió numerosos premios internacionales. Se alzó con el Globo de Oro a la mejor película en 1956 y el León de Oro en el Festival de Venecia. Tras "Ordet" Dreyer sólo volvió a filmar otra obra "Gertrud". Fue su testamento artístico y naturalmente otra obra maestra.

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NOTA AL MARGEN.- Dado que mañana es el día de Sant Jordi y muchos de los amigos son catalanes me uno a la costumbre de este pais, en ese día, donde suelen regalar una rosa y un libro.
Hoy me voy a unir a esa preciosa costumbre. Mi rosa, roja por supuesto, es un símbolo para que todos vosotros tengais siempre al lado una mano amiga. A pesar de que este presente es virtual lo hago con todo mi corazón.
En cuanto al libro que regalaría sería "Close Up on Sunset Boulevard", un exhaustivo estudio sobre la famosa peli de Wilder, o un libro preciosísimo, ilustrado con todas las fotos que Kubrick realizó para la revista "Look" durante 1945-50. Este último cuesta un pastón, pero vale la pena gozarlo.
¡¡¡FELICIDADES A TODOS LOS AMIGOS !!!






15 comments:

Crowley said...

Pues siento discrepar, amigo Anro, pero esta película es una obra maestra, pero Vampyr lo es más aún para mi.
Hay que ver la religión cuántos quebraderos de cabeza da, pero qué grandes películas nos suele dejar.
Gracias por ese regalo de Sant Jordi que nos brindas y a disfrutar del libro.
Un saludo

David said...

Gracias por el regalo y por la (por ahora "imposible") sugerencia.
Obra maestra. Y como no he visto todavía Vampyr, pues sigo decantándome por Ordet (y eso que Dies Irae me gusta muchísimo (más que Gertrud)).
Yo esta película la vi de crío (pero crío-crío) y me "impactó". Luego la puso Garci en su programa y le impactó a mi mujer (que no la conocía). Recuerdo que en el programa alguno dijo que tal vez era la primera vez que emitían Ordet en televisión (ya sabía yo que no (ja,ja)). Recuerdo también que comentaron que en el libro la "muerte" era un desmayo catatónico y que Dreyer prefirio optar por el milagro tal cual, sin explicaciones racionales o lógicas para "satisfacción" del espectador no creyente.
Esta película y la de "Macario" son dos que me marcaron cuando las vi en mi tierna infancia. Revisité Macario hace un añito. No está mal, pero ni de lejos la maravilla que es Ordet.
Un abrazo(+ te copyright: Anro)

Marcos Callau said...

Pues resutla AN-RO que tienes mucha razón en eso de que este tipo de cine no tendría lugar en carteleras actuales y realmente es una pena. Te agradezco que me descubras este cine y literatura que desconocía.

PD: Por cierto que yo soy aragonés y mañana es el día de San Jorge, día de Aragón (festivo en Zaragoza) y de Castilla León, así que me siento felicitado también aunque yo regale libros sin rosas... Un abrazo.

ANRO said...

No, no discrepas en absoluto, Crowley, toda la obra de Dreyer es una obra de arte conjunta. Ya comenté en su día "Vampyr" y es otra de las películas de honor de mi dvdteca.
La religión da demasiados quebraderos de cabeza efectivamente.
¡ojalá no se vuelvan a poner a hervir las conciencias, porque de los contrario vamos a ir bien listos!
Me hubiera gustado que mi regalo no hubiera sido virtual.
Un abrazote.

ANRO said...

Eres un cachondo mental, David, creo que eres un tipo genial y con buen rollo. Eso del copyright solo se te ocurre a tí.
Hombre, la sugerencia, te la puedo enviar ¡sólo prestada! cuando tú quieras, me fio de los amigos.
"Vampyr" estoy completamente seguro de que te gustaría, al menos tanto como "Ordet". A mí me regalaron la edición más completa y es una verdadera delicia.
Me ha gustado mucho estar de acuerdo en esta peli.
Yo la ví por primera vez en los llamados "cines de arte y ensayo" o en el pase de un cineclub, no recuerdo. Me impactó y luego la he visto muchas veces.
Investigo "Macario", no la centro. Ya veremos.
Un abrazote....¡vale, vale!

ANRO said...

¿Te imaginas en un centro comercial, Marcos, esta película compitiendo con "Crepúsculo" o "Avatar"?....¡Imposible! Afortunadamente el invento del DVD nos ha dejado un margen precioso para que disfrutemos de ésta y de otras muchas maravillas.
En realidad me debía haber dirigido a todos los amigos con la felicitación de Sant Jordi, ya veo que también en Aragón se celebra...pues nada amigo Marcos, mi regalo virtual también es para tí y todos los amigos de Aragón, tierra en la que estuve el año pasado.
Un abrazote.

Josep Lloret Bosch said...

Hace ya demasiado tiempo que la ví en la tele y mis recuerdos flaquean, así que, amigo Antonio, deberé conseguirme ese dvd que indicas, porque segurísimo que películas como esta que nos reseñas tan apasionadamente jamás podré verla en lo que antes se denminaba "reestreno", buena costumbre que algún día habrá que reivindicar, visto lo visto.

Y feliz Sant Jordi para tí también...

Un abrazo.

abril en paris said...

Desconozco la pelicula y por lo que decis como no la encuentre en el FNAC
mi incultura seguirá mortificandome.

Me ha emocionado tu generosidad ANRO
Como aqui tambien es fiesta ( Cartilla-León -Paris )¡ va para ti la rosa y el libro que más te seduzca !;-))
Un abrazo.

ANRO said...

Amigo Josep,, estoy completamente seguro de que te gustará mucho más ahora de cuando la viste por primera vez. Dreyer es tan imprescindible como Bergman, Kurosawa o Ford, por poner solo tres ejemplos bien dispares.
Un abrazote.

ANRO said...

No seas dura contigo, Paris, la incultura cinematográfica no proviene de haber o no haber visto una peli, sino de no sentirla o no emocionarse con ella cuando se ve.
Eso estoy seguro que a tí no te sucede. Tu sensibilidad sale a flote en tus dibujos y pinturas.

Gracias por tu gentileza que acepto encantado.
Un abrazote.

David said...

Ja,ja.
Muchas gracias, Anro.. Pero no.
Yo también me fio de mí en este tipo de asuntos, pero no tanto de Correos o la fatalidad, así que.. además, que todavía tengo cantidad de libros por leer (o ver, que esta era de fotos).
Pero te agradezco mucho el ofrecimiento.
Un abrazo.

Luis Cifer said...

Jope, de Dreyer no he visto nada (creo).
Voy a tener que ponerme al día. Apunto vampyr y La palabra.

Si vosotros las recomendáis no pueden ser malas.

ANRO said...

¡Qué responsabilidad Luis Cifer!..Espero que tanto "Vampyr" como "La Palabra" te gusten. David sugiere también "Dies Irae". Ese trío dreyeriano es fundamental verlo, para hacerse una idea del estilo de este genial director.
Un abrazote.

Vivian said...

Ohhhh, no sabes que gozada llegar y leer esta maravillosa entrada sobre “Ordet”…
Ya conoces mi debilidad por Dreyer y sus obras maestras, aunque mi debilidad dentro de esa debilidad es “Gertrud” ;)

Curiosamente mis pensamientos tras ver por primera vez la película coinciden exactamente con tus reflexiones, lo primero que pensé tras verla fue como Dreyer nos hace ver que el milagro sólo es posible si creemos en la posibilidad de que ocurra y como, precisamente los únicos que creen que es posible son la mente perturbada de un loco y la mente inocente de una niña…

Me encantó esta entrada, de verdad, y, gracias por el regalo virtual ;)

Un abrazo muy fuerte

P.D: Yo también creo, como tú, que, desgraciadamente Dreyer lo tendría bastante, bastante complicado tal como está montada la “industria” del cine en la actualidad…

pepa mas gisbert said...

ORDET, o la palabra visual. No se si por el blano y negro, pero siempre que se habla de la película me surjen en la mente imágenes más que texto. Unas imágenes magníficas.

Un abrazo