Aquí los dos amigos están señalando una cosita que a lo largo de todo nuestro viaje por tierras alemanas ha sido una constante. Me refiero claro está a los exquisitos pasteles de manzana denominados "apple strudel". Creo que no hay en todo el mundo algo semejante a éste manjar, del cual hemos realizado una competición. Porque claro está, no son iguales los de Berlín, que los de Munich o los de Nuremberg. Lola sentenció que el mejor se lo comió en la Plaza Sony de Berlin. Tengo que decir que ese no pude probarlo porque mientras ella se deleitaba con el dulce, yo me andorreaba las salas del museo del cine expresionista.
Bien para que ustedes juzguen miren la preciosidad que paladeamos el último día de nuestras vacaciones.
Bien, a los golosos les estoy poniendo en un brete así que pasemos capítulo y contaremos algunas otras delicias sensuales de este viaje, que sinceramente se ha cerrado con un balance positivo al cien por cien.
Dicen que depositar esperanza excesiva en algo, puede llegar a generar una gran desilusión. Este no ha sido el caso. He vuelto encariñado con la amabilidad afable de los alemanes, con el convencimiento de la gran riqueza cultural de sus obras, con los colores intensos de los paisajes.
Hay una faceta que me ha dejado absolutamente perplejo. El amor de esta gente por la música. No es necesario que vayas a la sede de la Berliner Philarmonique, o al Statsopper Opera de Dresde o Munich. La música está en la calle, a la vuelta de cualquier esquina o en el atrio de cualquier iglesia. La puedes escuchar con la misma perfección e interpretada con la misma pasión.
En Munich, a la caída de la tarde, conocimos a un quinteto de cuerda y percusión que adaptaba música clásica a ritmo de jazz. Era asombroso. El violinista, de nacionalidad eslava, manejaba el instrumento con una perfección rayana en la maestría.
Siento no poder insertar la foto del grupo que os digo. En esa ocasión no llevaba mi maquinita, pero para ilustrar ahí va otra de estos muchachos, que si bien no llegaban a la altura de los otros, también nos deleitaron.
Lola es mucho más sensible a este tipo de grupos que a los establecidos. En ocasiones estoy de acuerdo con ella, pero no tengo más remedio que decir que uno de los placeres acústicos más intensos que se pueden tener en esta vida es escuchar a la Berliner Phillarmonique y a su conjunto de maestros absolutos. Y ese placer lo experimentamos.
Este era el saludo de Simon Rattle al término del concierto, en el que pudimos escuchar la cuarta y sexta sinfonía de Sibelius.
Uno tiene ciertas debilidades, y estas se vuelven irremediablemente apetecibles cuando te las muestran de esta forma. La escena tuvo lugar en el Hofbräuhaus de Munich, cervecería en la que recalamos todos los que nos acercamos a esta ciudad.
Munich es entrañable y abierto. Sus gentes son amables y encantadoras. Si eres capaz de subir todos los 320 escalones de la torre de la iglesia de San Pedro puedes contemplar esta vista maravillosa de la Marienplatz, centro neurálgico de Munich
Pero nuestro periplo comenzó en la ciudad del Reichstag, Berlín. Aunque la tarde de nuestra llegada el cielo no estaba precisamente esperanzador nada impidió que nos acercáramos a la Plaza Sony, un delirio arquitectónico. Allí tomamos contacto con la vida berlinesa nocturna que se prolongó al dia siguiente cambiando su aspecto festivo por el eminentemente cultural. Confieso que el busto de Nefertiti me dejó pasmado. Con el templo de Pérgamo y las puertas de Isthar entré en estado catatónico. En la Alte National Galerie aluciné con las obras de Caspar David Friedrich, por el que sentía una curiosidad especial.
Hamburgo fue nuestro segundo destino. Nada más divertido que un domingo por St Pauli y el Puerto, y màs si el domingo te saluda con un sol admirable. St. Pauli es un barrio canalla pasadas las once de la noche, pero a la caida de la tarde es un barrio más que divertido en el que puedes encontrarte con las más variadas facetas de sexo que imaginarte puedas. Obviamente hay calles con filas interminables de chicas, que solo asaltan a los tipos que no van acompañados. Esta calle se llama Davidstrasse. En St. Pauli estuvieron unos tipos llamados John, Paul George y Ringo long long time ago. Tuve una mala suerte terrible. Había una camiseta que ya había visto en Berlín, pero que no pude comprar por estar el establecimiento cerrado. Aquí en St Pauli volví a encontrarla....pero estaba agotada. La prenda estaba ilustrada con una caricatura de los Beatles, como no había visto nunca.
Desde Hamburgo nos precipitamos al sur. Freiburgo, la capital de la Selva Negra. Tocaba la parte que a Lola más le gusta. Largas caminatas y naturaleza a raudales. Para nuestra suerte el tiempo seguía mostrándonos su lado amable. Esta etapa no hubiera podido ser tan espectacular si éso no hubiera ocurrido. Mejor que mis torpes descripciones he ahí unas imágenes bien elocuentes.
Verde, verde y amarillo, azul y de vez en cuando el rojo de las amapolas.....Una gozada bucólica que también permitió trasladarnos a Baden Baden y hacer una escapadita a Zurich, en la vecina Suiza.
Tras nuestro paréntesis de Munich nuestro siguiente destino fue Dresden. Esta ciudad me impresionó notablemente. El ochenta por ciento de ella fue destruida por los aliados en 1943 y posteriormente los rusos terminaron de arreglarla con sus horrorosas construcciones al servicio del pueblo. Menos mal que ha sido reconstruida, lo que impide que sea considerada patrimonio de la humanidad.
Es curioso que su palacio de la ópera no fuera borrado del mapa por la sencilla razón de que el originario arquitecto era un hombre que participó en las revoluciones europeas del año 46 del siglo XIX. Los rusos salvaron de la quema el magnífico edificio barroco y lo reconstruyeron siguiendo los planos originales. En este magnífico escenario tuve ocasión de ver la maravillosa opera de Verdi, Macbeth
Nuestra última etapa fue la famosa Nuremberg. Allí fue donde se celebraron los famosos juicios, que dieron lugar a la película "Vencedores y Vencidos" y también allí se pueden ver las ruinas de los terrenos de las Convenciones del Partido del Reich. Allí se promulgaron las leyes raciales. Hoy las autoridades lo han convertido en lugar de ocio y diversión. Maravillosa conversión para un escenario tan siniestro y nefasto.
En Nuremberg hay muchísimo que ver y disfrutar. A pesar de que este epílogo estuvo presidido por una lluvita fina, eso no impidió que nuestras jornadas allí fueran inolvidables. Allí hice este brindis por todos vosotros, y posé junto a mi equipo preferido.
Espero volver al ritmo habitual, pero aun ando un poco tocado. Iré visitando vuestras casas para ponerme al día.
Bien para que ustedes juzguen miren la preciosidad que paladeamos el último día de nuestras vacaciones.
Bien, a los golosos les estoy poniendo en un brete así que pasemos capítulo y contaremos algunas otras delicias sensuales de este viaje, que sinceramente se ha cerrado con un balance positivo al cien por cien.
Dicen que depositar esperanza excesiva en algo, puede llegar a generar una gran desilusión. Este no ha sido el caso. He vuelto encariñado con la amabilidad afable de los alemanes, con el convencimiento de la gran riqueza cultural de sus obras, con los colores intensos de los paisajes.
Hay una faceta que me ha dejado absolutamente perplejo. El amor de esta gente por la música. No es necesario que vayas a la sede de la Berliner Philarmonique, o al Statsopper Opera de Dresde o Munich. La música está en la calle, a la vuelta de cualquier esquina o en el atrio de cualquier iglesia. La puedes escuchar con la misma perfección e interpretada con la misma pasión.
En Munich, a la caída de la tarde, conocimos a un quinteto de cuerda y percusión que adaptaba música clásica a ritmo de jazz. Era asombroso. El violinista, de nacionalidad eslava, manejaba el instrumento con una perfección rayana en la maestría.
Siento no poder insertar la foto del grupo que os digo. En esa ocasión no llevaba mi maquinita, pero para ilustrar ahí va otra de estos muchachos, que si bien no llegaban a la altura de los otros, también nos deleitaron.
Lola es mucho más sensible a este tipo de grupos que a los establecidos. En ocasiones estoy de acuerdo con ella, pero no tengo más remedio que decir que uno de los placeres acústicos más intensos que se pueden tener en esta vida es escuchar a la Berliner Phillarmonique y a su conjunto de maestros absolutos. Y ese placer lo experimentamos.
Este era el saludo de Simon Rattle al término del concierto, en el que pudimos escuchar la cuarta y sexta sinfonía de Sibelius.
Uno tiene ciertas debilidades, y estas se vuelven irremediablemente apetecibles cuando te las muestran de esta forma. La escena tuvo lugar en el Hofbräuhaus de Munich, cervecería en la que recalamos todos los que nos acercamos a esta ciudad.
Munich es entrañable y abierto. Sus gentes son amables y encantadoras. Si eres capaz de subir todos los 320 escalones de la torre de la iglesia de San Pedro puedes contemplar esta vista maravillosa de la Marienplatz, centro neurálgico de Munich
Pero nuestro periplo comenzó en la ciudad del Reichstag, Berlín. Aunque la tarde de nuestra llegada el cielo no estaba precisamente esperanzador nada impidió que nos acercáramos a la Plaza Sony, un delirio arquitectónico. Allí tomamos contacto con la vida berlinesa nocturna que se prolongó al dia siguiente cambiando su aspecto festivo por el eminentemente cultural. Confieso que el busto de Nefertiti me dejó pasmado. Con el templo de Pérgamo y las puertas de Isthar entré en estado catatónico. En la Alte National Galerie aluciné con las obras de Caspar David Friedrich, por el que sentía una curiosidad especial.
Hamburgo fue nuestro segundo destino. Nada más divertido que un domingo por St Pauli y el Puerto, y màs si el domingo te saluda con un sol admirable. St. Pauli es un barrio canalla pasadas las once de la noche, pero a la caida de la tarde es un barrio más que divertido en el que puedes encontrarte con las más variadas facetas de sexo que imaginarte puedas. Obviamente hay calles con filas interminables de chicas, que solo asaltan a los tipos que no van acompañados. Esta calle se llama Davidstrasse. En St. Pauli estuvieron unos tipos llamados John, Paul George y Ringo long long time ago. Tuve una mala suerte terrible. Había una camiseta que ya había visto en Berlín, pero que no pude comprar por estar el establecimiento cerrado. Aquí en St Pauli volví a encontrarla....pero estaba agotada. La prenda estaba ilustrada con una caricatura de los Beatles, como no había visto nunca.
Desde Hamburgo nos precipitamos al sur. Freiburgo, la capital de la Selva Negra. Tocaba la parte que a Lola más le gusta. Largas caminatas y naturaleza a raudales. Para nuestra suerte el tiempo seguía mostrándonos su lado amable. Esta etapa no hubiera podido ser tan espectacular si éso no hubiera ocurrido. Mejor que mis torpes descripciones he ahí unas imágenes bien elocuentes.
Verde, verde y amarillo, azul y de vez en cuando el rojo de las amapolas.....Una gozada bucólica que también permitió trasladarnos a Baden Baden y hacer una escapadita a Zurich, en la vecina Suiza.
Tras nuestro paréntesis de Munich nuestro siguiente destino fue Dresden. Esta ciudad me impresionó notablemente. El ochenta por ciento de ella fue destruida por los aliados en 1943 y posteriormente los rusos terminaron de arreglarla con sus horrorosas construcciones al servicio del pueblo. Menos mal que ha sido reconstruida, lo que impide que sea considerada patrimonio de la humanidad.
Es curioso que su palacio de la ópera no fuera borrado del mapa por la sencilla razón de que el originario arquitecto era un hombre que participó en las revoluciones europeas del año 46 del siglo XIX. Los rusos salvaron de la quema el magnífico edificio barroco y lo reconstruyeron siguiendo los planos originales. En este magnífico escenario tuve ocasión de ver la maravillosa opera de Verdi, Macbeth
Nuestra última etapa fue la famosa Nuremberg. Allí fue donde se celebraron los famosos juicios, que dieron lugar a la película "Vencedores y Vencidos" y también allí se pueden ver las ruinas de los terrenos de las Convenciones del Partido del Reich. Allí se promulgaron las leyes raciales. Hoy las autoridades lo han convertido en lugar de ocio y diversión. Maravillosa conversión para un escenario tan siniestro y nefasto.
En Nuremberg hay muchísimo que ver y disfrutar. A pesar de que este epílogo estuvo presidido por una lluvita fina, eso no impidió que nuestras jornadas allí fueran inolvidables. Allí hice este brindis por todos vosotros, y posé junto a mi equipo preferido.
Espero volver al ritmo habitual, pero aun ando un poco tocado. Iré visitando vuestras casas para ponerme al día.
19 comments:
Se te ha echado de menos. Y ya que no hemos podido contar con tus comentarios lo menos que podíamos esperar es que os lo hubiéseis pasado bien. Veo, con sanísima envidia, que ha sido así.
Lo que enseñas lo resumo en tres cosas. Cultura, Birra y Barça. No se bien si este será el orden pero me quedo con las tres
Bienvenido
Comparto contigo la pasión por el arte (tanto a nivel callejero como de museos y grandes conciertos), así como también el placer de beber cerveza, sin embargo, la afición por el Barça está ausente en mí, pero disfruto (y sufro) con algún otro equipo ;-P
Parece que ha sido un viaje perfecto y acompañado de buen clima.
Me alegro de leerte otra vez y de que lo hayáis pasado tan bien.
Un abrazo.
¡Bienvenido y añorado Antonio ! Con estas fotos que nos muestras nos hacemos una idea de lo mucho que habeis disfrutado.
Vuestras sonrisas ... la musica, el apetitoso y apetecible pastel, la arquitectura y los paisajes como de cuento..Solo faltan Hansel y Gretel o
¿ erais vosotros saboreando una pinta de cerveza ?
Un abrazo :-)) y repito Welcome !!
Amigo Anro,
qué grato volver a leerle por aquí. Aunque imagino que para usted no será tan grato, jejeje.
Ya veo que se lo ha pasado pipa y ha disfrutado de buen arte, buena música , buena comida y mejor cerveza...
Ahora, a recomponer el ánimo y ojalá disfrutemos pronto de su nuevo post.
Un abrazote
Felicidades, compa Antonio, tanto a tí como a Lola, por tan magnífico viaje. Lo que más me llama la atención es la variedad y diversidad de tus querencias culturales (en sentido amplio, o sea, sentido exacto: ¿quién dijo que los pasteles, la cerveza y el furgol no son cultura? ¿son obra de extraterrestres, quizá...?); eso es algo que, sin duda, siempre enriquece,y que, además, envidiamos los que nos movemos en terrenos mucho más limitados (y no lo digo sólo desde el punto de vista geográfico). En todo caso, me encanta que lo hayais disfrutado con esa intensidad que transmites en tus palabras y en tus imágenes (hermosísimas, por cierto...).
Un fuerte abrazo y buen día.
Qué placer volver a leer tus reseñas viajeras: sabes transmitir la alegría del viaje mientras apuntas datos y descripciones interesantes; se nota a la legua lo mucho que habéis disfrutado la experiencia, de lo que me congratulo.
Que buena idea la de catar apel strudel en cada ciudad del viaje: eso sólo se le ocurre a un sibarita gourmet como tú: ya te veo haciendo piscinas extra para perder esos quilillos de más, aunque bien mirado, supongo que habrás andado muchos pasos por tan estupendos escenarios como relatas.
Bienvenido y un abrazo.
¡Hombre, querido Father, ese orden está más que correcto!...Yo añadíría la gastronomía entre la birra y el BarÇa. Por cierto que las salchichas de Nuremberg están deliciosas y las sirven con una col muy fina. Un verdadero manjar.
Un abrazote.
Amiga Mucipa, te perdono lo de la pasión por el Barça, je, je, je. En serio. Todo lo que he visto y he oído ha sido una verdadera borrachera cultural. Espero que me dure mucho tiempo la resaca.
Sí, es curioso, pero todos los viajes que hemos compartido Lola y yo suelen resultar perfectos en todos los sentidos. Debe ser la buena disposición mutua y el que no nos importe demasiado el tiempo. Siempre encontramos remedio.
Un abrazote.
Ja, ja, ja, querida Abril, eso de Hansel y Gretel está muy bien....un poquito mayorcitos, pero vale.
Somos muy positivos y conscientes de que hay que aprovechar todos los momentos, porque cada uno es irrepetible.
Espero poder realizar nuestro próximo proyecto, que sería Argentina.
Un abrazote.
Querido Crowley. La próxima vez que me trates de usted te voy a mandar el ordenador a la cabeza. En el ciberespacio no hay edades ni condiciones. ¿OK?
También a mí me gusta reencontrarme con todos vosotros.
Un abrazote.
Querido Manolo, estás en lo cierto. La birra, la buena mesa y el Furbol (especialmente el del Barça) son cultura... y quien diga lo contrario merece ser atravesado como un bellaco.
Sí amigo. Hay que disfrutar hasta de lo más pequeño porque es un regalo que nos pone la vida por delante.
Un abrazote.
Querido Josep, lo del strudel fue idea de Lola que es mucho más golosa que yo.
Mi pasión por la birra me jugo una pataleta en Munich donde me eché al coleto más de dos litros....¡Ojo, no perdí el control, pero sí andaba un poco tocadillo!
En fin, capítulo pasado y volver a ilusionarse con Argentina...espero que se haga realidad el próximo invierno. Si la crisis lo permite.
Un abrazote.
Un recorrido precioso, Antonio, y me alegro mucho de que os haya gustado y lo hayais pasado tan bien. ¡No me digas que eres del Barça, qué callado te lo tenías!
El placer es mío, querida Alicia, de volver a compartir, con vosotros, los amigos, estos pasados días de birra, naturaleza y arte.
Ja, ja, ja, lo del Barça no lo tenía escondido y si no que te lo diga el amigo Josep.
Un fuerte abrazote.
Bienvenido de nuevo a nuestras casas. No hace falta preguntar ocmo lo haabeis pasado, solo es necesario ver las fotografias.
Amiga Alma, los dioses nos han protegido durante todo el viaje, especialmente Dionisios.
Un placer volver a dialogar con los amigos.
Un abrazote.
Felicidades por tan provechoso viajecito!!!!!
A la espera, entonces, de bebernos unas cervezas por las calles de Bs As, quedo a vuestra disposición para lo que necesites en lo que respecta a organización de tu viaje a estos pagos. (No es de cortesía, es en serio Anro, si puedo facilitarte algo, contá conmigo)
Saludos!!!!!!
Amigo 1600, nada me gustaría más que daros un abrazote muy fuerte in situ.
¡Ojala ésto se pueda producir en el próximo Febrero! Solo pensar en B.A, en su teatro Colón, en los paisajes de la Patagonia, en el glacial de Perito Moreno....los asaderitos de buena res....¡madre mía, ójala tenga suficientes perras para entonces, roguemos a los dioses que esto pueda suceder!
Muchísimas gracias por ese gentil ofrecimiento que valoro en lo que vale y de quien viene. Por supuesto donde vos me puedes ayudar más es en la información sobre los lugares más interesantes...ya hablaremos largo sobre el particular, cuando llegue el momento.
Un fuerte abrazote.
Pues usted disculpe, amigo Anro, no volveré a llamarle a usted de usted, jejeje (y que conste que no era por la edad, jejeje).
TE mando un abrazo, jejeje
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