Monday, February 22, 2010

"ES NECESARIO QUE ALGO CAMBIE PARA QUE TODO SIGA IGUAL"

Cuando ya tenía prácticamente escrito este post me entero de que un conocido rotativo de la capital lanza a partir del domingo una promoción gratis de DVDs dedicados al cine clásico. La primera de estas pelis es nada más y nada menos que la que a continuación comento "El Gatopardo". Pues bien, ya no teneis excusa ninguna para haceros con esta obra maestra por solo dos euritos y encima podeis leer este periódico mientras os tomais el cafelito de la mañana dominguera.


No creo posible que el cine italiano pueda llegar hoy a esta cima artística. Visconti puso el tablón demasiado alto con "Il Gattopardo". Esta bellísima película (¿verdad, querida Alicia?) no se queda en la pelusa del brillo o en su majestuosa estética....sus diálogos inteligentes, su puesta en escena, la reconstrucción de un ambiente, las geniales interpretaciones ( en especial ese recital interpretativo de Lancaster), la meláncólica música de Rota...todo está tocado por el genio del maestro de los maestros italianos, con permiso de Fellini.

Nos encontramos en la Sicilia del año 1860. Garibaldi y su ejército ha entrado en la isla. El príncipe Fabricio de Salina( Burt Lancaster), aristócrata conservador ve la situación desde un punto de vista desagradable. El está acostumbrado a una cultura y a un refinamiento exquisito y por ningún motivo está dispuesto a renunciar a su palacio cercano a Palermo. No piensa del mismo modo su sobrino Tancredi Falconeri (Alain Delon), quien decide unirse a los hombres de Garibaldi para evitar males mayores. Su tío decide apoyarle e incluso le da dinero para la causa garibaldina.
El cabeza de familia y todos sus miembros se trasladan a la residencia de verano del Príncipe en Donnafugata donde vuelve el boato y las fiestas con la consiguiente alegría de las autoridades del lugar. Al baile de gala acude el alcalde y su hermosa hija Angélica (Claudia Cardinale). El joven Tancredi queda prendado de ella, cosa que no agrada demasiado a su tío, que deseaba casarlo con su hija Concetta.
Cuando se celebra el plebiscito para la unidad de Italia, el príncipe deja bien claro que su voto es afirmativo.
Mientras tanto Tancredi abandona la lucha revolucionaria y vuelve a casa convertido en oficial saboyano. Mientras resuenan en las calles los fusilamientos de sus compañeros garibaldinos, Tancredi asiste con su familia al palacio Pantaleone, donde se cita la nobleza local con los oficiales de los ejércitos piamonteses.
Fabrizio siente que su hora ha pasado se siente viejo y cansado, presagia su próxima muerte. En mitad de la fiesta consiente en abrir el baile con Angélica. Ambos representan el pasado y el futuro. La nobleza y la burguesía emergente, la sensualidad y la decadencia . Se funden en un bellísimo baile para el que Rota desempolvó un vals inédito de Verdi. De madrugada los invitados abandonan el palacio. Don Fabricio decide regresar solo y a pie. Las descargas de los fusilamientos garibaldinos reompen el silencio de la oscura madrugada. Son los hombres de Pallavicini que cumplen su última "obligación" fusilando a los garibaldinos capturados en Aspromonte. Don Calogero y Tancredi pueden estar tranquilos, todo ha cambiado, pero todo sigue igual.
Con "Ill Gattopardo se establece un punto divergente en la obra viscontiniana. El elemento social de denuncia, presente en "Ossesione", "La Terra Trema", "Bellissima" y particularmente en "Rocco e i suei fratelli", deja paso a la reflexión intimista a la crónica de los sentimientos personales. A partir de ahora el cineasta va a diseccionar al aristócrata que ha sido desde la cuna dejando de lado sus ideas políticas izquierdistas.
Muchos de los personajes que aparecerán en sus próximas películas son trasunto del propio autor. Estos personajes están empapados de melancolía, de escepticismo, de desilusión y de la premonición de una muerte acechante. Tanto Aschenbach de "Muerte en Venecia", Luis II de "Ludwing" o el Profesor de "Confidencias" son seres desplazados que no encuentran su lugar en la sociedad de su momento.
En este cambio de registro del maestro tiene mucho que ver la muerte de Palmiro Togliatti en 1964 que conmovió a toda la izquierda italiana. Naturalmente Visconti quedó muy afectado con la desaparición de este símbolo y se nota en la "despolitización" de su obra futura.

De las innumerables sensaciones que provoca el visionado de "Ill Gattopardo" priman sobretodas la melancolía y el pesimismo. A pesar de la descripción, minuciosa por otra parte, del problema sociopolítico de la Sicilia del siglo XIX, Visconti parece explayarse más, al igual que Proust, en la belleza de los objetos cotidianos , en todo aquello que rodeó el mundo de su infancia. Los rituales domésticos, el rezo del rosario, las veladas de lectura, las jornadas cinegéticas. Toda una atmósfera que parecía única e inmutable, pero que como todo lo que es se convierte en efímero y materia irremisiblemente perdida.
Muchos críticos han hablado de "Il Gattopardo" como un melodrama histórico, donde la música tiene tanta importancia como lo que se cuenta. De hecho los movimientos majestuosos de la cámara de Giuseppe Rotunno bailan al unísimo con las inspiradas notas de Rota y con la maravillosa plástica del decorado y el vestuario. Alguien le ha dado un calificativo mucho más acertado y apropiado "opera en prosa". Y le viene muy bien. Muchas veces he mantenido en algunos posts dedicados al maestro la similitud entre ambos géneros cuando por medio se mete la batuta de Visconti.

Sería injusto ignorar la valiosa colaboración y la excelente labor de adaptación del texto lampedusiano por parte de la gran amiga de Visconti y excelente guionista Suso Cecchi D'Amico, la cual ya había trabajado con el maestro en la mayoría de su obra anterior. Ambos hacían una inmersión total en la atmósfera y en los personajes de la trama y discutían absolutamente todos los aspectos del guión. Según la guionista su colaboración con Visconti transcurrió siempre dentro de una gran armonía intelectual.

Otra presencia absolutamente esencial en esta película es sin discusión alguna el actor Burt Lancaster, quien da vida al Príncipe de Salina. No cabe la menor duda de que en manos de Visconti, Lancaster logra expresar toda la amargura y dignidad del personaje sin alardes dramáticos excesivos. Burt Lancaster llega con esta película a la mayor altura interpretativa de su carrera, que ya tenía un listón bien alto. Sin embargo no era Lancaster la primera opción de Visconti. El director había tenido siempre en mente a Marlon Brando y cuando la productora le impuso a Lancaster, Visconti no pudo ocultar su desagrado. De hecho hubo una hostilidad manifiesta, por parte del director la primera vez que Lancaster se presentó en el plató para rodar la famosísima escena del baile. Claudia Cardinale aparte de estar guapísima y con un look intachable de siciliana da perfectamente su personaje. Alain Delon está más que correcto a pesar del pulso que sostuvo con Visconti a lo largo de todo el rodaje. El actor había sido descubierto por Visconti en Londres cuando éste preparaba la ópera Don Carlo en el Covent Garden. La belleza del joven de 23 años no pasó desapercibida para el italiano y no dudó un momento en contratarlo para "Rocco y sus hermanos", papel que catapultó a la fama al francés. El director italiano fue una suerte de Pigmalion para el joven e hizo de él uno de los actores más cotizados del cine europeo, pero la "galatea" se rebeló contra su creador y durante el rodaje de "El Gatopardo" el conflicto llegó a cotas difíciles de traspasar. Hay toda una historia acerca de estos desamores entre uno y otro que sería muy prolija de narrar aquí. (Sugiero dos estupendos libros "Life and Work of Luchino Visconti" de Caterina D'Amico y el de Henry Bacon).
La meticulosidad de Visconti con los decorados y la ambientación es legendaria. Para hacerse una idea de su escrupulosa manía os pongo una muestra. Para reponer las flores que decoraban los salones del palacio se fletaban aviones especiales desde San Remo todos los días. Las velas de las arañas se cambiaban cada hora lo que provocaba unos cortes molestísimo s para todo el personal. El jefe de fotografía Giuseppe Rottuno desplegó una paciencia infinita.
"Il Gattopardo" se considera una de las obras cumbres de Visconti (por no decir la numero uno) y una de las cimas indiscutibles del cine mundial. Obra maestra que los americanos no apreciaron en absoluto y que fue ninguneada alevosamente en taquillas. Sin comentarios.




16 comments:

Manuel Márquez said...

Como siempre, compa Antonio, majestuoso (muy a tono, por cierto, en este caso, con la peli reseñada). Aunque me consta que es pecado poco perdonable, no la he visto aún (y no porque no tenga un DVD por ahí perdido en casa, entre las montoneras de ellos...), pero supongo que, al menos, su aire y sus imágenes han de guardar bastante similitud con los de Senso, que sí tuve ocasión de ver, hace muchísimos años, en un cineclub universitario, y me dejó impresionado por su fastuosidad. Ya veremos y contaremos...

Un fuerte abrazo y buena semana.

Crowley said...

Pues como bien dices, amigo Anro, no tengo perdón ni excusa, porque no la he visto aún, pero prometo este próximo finde ir al kiosco y hacerme con el dominical en cuestión y la copia de una película que siempre he querido ver y nunca me he hecho el ánimo.
Muy bueno tu post, como de costumbre.
Un abrazo

Josep said...

Pues yo sí la he visto y varias veces.

Coincido en que me parece la obra cumbre de Visconti y que la interpretación de Lancaster es, probablemente, la mejor de su carrera, con una sobriedad fantástica.

Muy interesantes los detalles con que adornas la reseña, Antonio.

Ahora sólo me falta que digas en qué periódico de "la capital" van a presentarse piezas del cine clásico, no vaya a ser que me falte alguna...

Un abrazo.

alicia said...

¡Qué voy a decir que no sepas, Antonio!Fue el testamento de un auténtico maestro, en el que desplegó toda su infinita sabiduría. Nadie como él para describir un mundo que está desapareciendo, y nadie como él para resumir, tan sólo en un baile, todos los cambios y las diferencias entre ambas clases: vejez frente a juventud, belleza frente decadencia... Grandiosa.
Y gracias por la información del periódico.

ANRO said...

¡Manolo, vete inmediatamente a confesar de lo contrario te mandaré como penitencia ver tropecientas veces "El vecino del quinto"! ¡Y encima me dices que tienes el DVD por ahí perdido!....En serio, Manolo, es una gran peli. Es cien veces mejor que "Senso". Es una de esas pelis milagrosas que te reconcilian con el cine y te sumergen en el puro arte de la cámara. Una gozada.
En fin, espero que la veas para que te perdone.
Un abrazote (aunque no lo mereces)

ANRO said...

Bueno, bueno, esto es salir de villamala y meterse en villapeor, Crowley. El domingo te estaré acechando para que compres el periódico y te pongas a ver la peli, de lo contrario entraré a saco en tu deuveteca y te confiscaré toda la colección de Haneke y Lynch.
Un abrazote (aunque tu tampoco te lo mereces)

abril en paris said...

Qué gran peli y qué suerte que nos la ofrezcan con el dominical(El pais)
ésta y alguna otra tambien muy interesante de recuperar. Asi las asignaturas que tengamos pendientes
podremos aprobarlas no sea que nos " impongas un " castigo " je je..

Un abrazo

ANRO said...

Yo también la he visto varias veces Josep. En una ocasión la ví en italiano y me resultó extrañísimo oir a Burt Lancaster en ese idioma, obviamente estaba doblado, pero al cabo de unos minutos me parecía natural y le sentaba muy bien.
A veces me gustaría alargarme en los temas que me gustan y decir lo máximo de ellos, pero tienes que limitarte. En los libros que cito hay multitud de anécdotas en torno a esta peli que enriquecen su background.
No seas irónico. Sabes perfectamente a qué capital me refiero y no es que yo sea especialmente centrista, pero los madriles siguen siendo hoy por hoy el ombligo de esta españa en que vivimos. Vale, vale, Josito, haré publicidad y te diré que el peri al que me refiero es "El Pais".
Parece muy interesante la colección de pelis que van a ir apareciendo todos los domingos bajo el título de "Clásicos del Cine". No te la debes perder.
Un abrazote.

ANRO said...

Esperaba tu comentario, Alicia. Esta peli es una verdadera gozada. Desde la primera vez que la ví me quedé alucinado con ella y desdeluego es una de estas pelis que por mucho que la vea me produce la misma emoción. La escena del baile me parece una de esas genialidades que de vez en cuando se filman para el goce visual.
Parece que la colección es más que buena.
Un abrazote.

ANRO said...

Je, ja, Abril, seguro que tú no tienes ningún pecado "clásico" que perdonar, así que no te voy a imponer castigo alguno.
Sí, efectivamente ese era el periódico y la colección que anuncia es buenísima.
Un abrazote.

David said...

Pues después de leer tu estupendo post y el tono que están adoptando los comentarios...tengo que confesar que yo tampoco la he visto, Anro...
Y de hecho, otra confesión aún peor... no me acaba de "convencer" el cine de Visconti (y he visto bastantes suyas...si bien hace mucho... y en una futura revisitación podría cambiar de opinión ( pero lo dudo)).
De todas formas, este domingo me haré con ella y le daré un visionado después de tu recomendación... y no voy a mentirte... porque sabía que era una de las grandes del cine, su obra maestra, y me faltaba por ver (a pesar de que como te he dicho, no soy muy partidario de su cine...error mío, tal vez).
No sabía que la primera opción para el papel de Burt eran Marlon. Pero como luego volvieron a colaborar en aquella en la que hacía de profesor jubilado y tenía unos vecinos de los más raros (qué película más extraña para el crío que fui, señor)... pues supongo que quedarían satisfechos de la experiencia.
Lo de no funcionar con los actores previstos pasaba más de lo previsto en el cine italiano, ¿no?
Creo que Fellini quería a Bogart en la de Il bidone en lugar de a Broderick Crawford...
Un abrazo.

ANRO said...

Bueno, bueno David, voy a tner que pedir ayuda a Alicia para emprenderla a garrotazo limpio.

En serio, en el cine, como bien sabes, no hay nada que sea una regla fija para todos. Nos guiamos de las emociones y a unos les toca Visconti, a otros Ford o a otros Bergman e incluso hay otros a los que les caen todos mal y les gusta Almodovar.
Siempre he admirado a Visconti, primero por su cine social y en la línea neorrealista y en su segunda vertiente por la acertada disección que hace de su propia casta y origen.
Concretamente "El Gatopardo", con ese inmenso Burt Lancaster me parece uno de los frescos sociales más impresionantes que nunca se hayan filmado. Naturalmente y como toda obra, ésta se puede discutir y cada cual le puede poner el pero que le de la gana. No dejes de comprarte el peri y al menos la tienes gratis.
Un abrazote.

Scotty said...

ANRO, yo la he visto varias veces y la tengo en vídeo en dvd. No hay excusa para dejar escapar este regalazo que no puede perderse quien no la haya visto todavía. Uno de los momentos cumbre de la historia del cine.

Buen post, amigo.

ANRO said...

Menos mal, amigo Scotty que a tí no tengo que castigarte. Me alegra saber que has visto "El Gatopardo" no una sino varias veces. Eso está bien.
Un abrazote.

pepa mas gisbert said...

Película a revisitar siempre.

Un abrazo y un placer leer cosas como "Estos personajes están empapados de melancolía, de escepticismo, de desilusión y de la premonición de una muerte acechante".

Vivian said...

Si el cine tiene la calificación de “Arte” es justamente por películas como ésta, y por directores como Visconti, el maestro de la estética por excelencia, un director que, utilizando tus propias palabras, convierte la melancolía y el pesimismo en arte, al igual que los poetas…

Una gozada leer el texto que le dedicas, a la altura de la obra, obra cumbre como tú mencionas, aunque, he de confesar que si hablamos de Visconti, mi debilidad es “Muerte en Venecia” el culmen del cine hecho arte, la perfecta muestra de arte en el cine.

Como siempre he descubierto detalles que desconocía y he rememorado otros a través de tus palabras.

La escena del baile, una de esas maravillas que a veces nos regala esta bendita pasión llamada cine.

Un abrazo muy fuerte