Thursday, July 16, 2009

EN DEFENSA DE LA LIBERTAD

Desprecio a todo aquel y a todo aquello que quiera destruir la libertad del hombre. En el fondo asumo que la libertad es un concepto escurridizo y abstracto, pero se que tengo la capacidad de elegir y a eso lo llamo LIBERTAD, así con mayúsculas. Hay fuerzas oscuras que se empeñan en encerrar nuestra ilusionadora capacidad de soñar la libertad en las sucias letrinas de su férreo principio de autoridad. Estos seres, me resisto a llamarlos humanos, tengan o no dignidades, son los enemigos jurados de la humanidad. Son demonios rapaces, cuyo mayor deseo es encerrar en el último círculo del infierno a todo el que no se doblega a ellos. Nunca les perdonaré.

"Z" fue un film que las autoridades franquistas consideraron celuloide incendiario y lo borraron del mapa cinematográfico. Hoy pasados 40 años, despojado de su significación política, sigue siendo una película, que en cualquier momento y en cualquier lugar puede convertirse en actualidad viva. Cuando la película finaliza y comienzan a pasar los títulos de crédito, se añade una lista de todas las cosas que la Junta Militar Griega prohibió tras el sangriento golpe de estado de 1969: "Los movimientos a favor de la paz, las huelgas, los sindicatos, los cabellos largos en los hombres, los Beatles, toda la música moderna popular, Sófocles, Leon Tolstoy, Esquilo, Ionesco, Sartre, Chejov, Harold Pinter, Edward Albee, Mark Twain, Samuel Beckett, las Enciclopedias Universales, la prensa libre, las nuevas matemáticas y la letra Z. Esta última extravagancia tenía sentido, ya que simbolizaba el espíritu de la resistencia hacia aquellos terminators políticos. Z ó zi equivalía a "él (Lambrakis) vive".

Aunque la película no dice expresamente dónde se localiza la acción, no hay duda de que es en Grecia bajo el golpe de estado, hay un rótulo al principio que dice: "Cualquier semejanza con sucesos reales, y personas vivas o muertas, no es accidental, es INTENCIONADO".

La acción de la película gira en torno al supuesto asesinato de un diputado del que no se dice el nombre, aunque sabemos que es Lambrakis (Ives Montand). Tanto un comisario de policía Jean -Louis Trintignant, como el periodista Jacques Perrin saben que ha sido un crimen político perpetrado por los militares.
Naturalmente a pesar del empeño de estas personas no se logra llegar a la verdad. Los culpables tienen un juicio del que salen con penas ridículas. Sin embargo el comisario es apartado del cargo, todos los que trabajaban con el diputado o eran próximos a él mueren o son deportados. El periodista es enviado a prisión por utilizar documentos oficiales secretos.

A partir de entonces comienza uno de los períodos más negros de la política contemporanea europea: la dictadura de los coroneles griegos. Un episodio que comenzó el 21 de Abril de 1967, que se prolongó hasta 1974. Todos los derechos civiles fueron suspendidos y 6.188 sospechosos de comunismo u oposición política fueron encarcelados o exiliados a remotas islas griegas.
La tortura, una de las armas de persuasión de estas alimañas fue empleada a fondo y hay documentos que certifican que se practicaron las formas más terribles, formas que ni las bestias más repugnantes serían capaces de emplear. En este caso, como desgraciadamente en otros muchos, el hombre no fue un lobo para el hombre, sino un auténtico demonio.

Como era de esperar la película levantó las conciencias en toda Europa, menos en los lugares donde las guaridas de los militares tomaban buena nota para hacerla desaparecer. La película reflejaba una realidad palpable muy actual y próxima. Los espectadores lloraban y se sentían realmente furiosos con las imágenes que en realidad eran una crónica veraz. Naturalmente, el por entonces joven director Costa Gavras fue encumbrado y los premios a "Z" llovieron. La realidad es que no solo se trataba de un documento político, al mismo tiempo era un estupendo thriller.
Entre estos premios estuvieron: Oscar 1969 a la mejor película extranjera, Globo de Oro a la mejor película extranjera en 1970 y el premio el Jurado de Cannes de 1969.



Esta es una muestra y un pequeño avance para que os decidais a verla los que aún no la habeis podido ver. La música es de Mikis Theodorakis, un gran compositor, que si bien es conocido por sus bandas para películas como "Zorba el Griego" ó "Sérpico", por poner dos ejemplos, ha compuesto toda clase de música, incluidos oratorios, operas, música de ballet e himnos, entre estos últimos está el compuesto en 1991 para los Juegos Mediterraneos.


2 comments:

Josep said...

Me corroe una duda, Antonio.

¿Tú sabes en que fecha se estrenó en España? Porque yo la ví en "mi cine" hace ya tiempo, pero ni idea de cuánto.

La recuerdo impactante, mezcla de "polar" más que de thriller, por los protagonistas, supongo, y cine político que queda incólume en la escena final.

Un abrazo.

ANRO said...

Estoy absolutamente seguro, Josep, que no se estrenó hasta despues de la muerte del general.
Sin embargo los progres del 70 se quedaron de una pieza cuando se anunció en las carteleras madrileñas "La Confesión", otra película de Costa Gavras con guión de Jorge Semprún.
Eso no se podía creer. Mi amigo comunista Villarín me dió la noticia y me invitó a verla.
Nada más comenzar las primeras imágenes supimos porqué el gobierno de la dictadura admitió su visionado. La acción iba en torno a un prisionero político....en la Rusia Soviética.

Así pues tú debiste ver "Z" y "Estado de Sitio", otra peli comprometida de Gavras, allá por el 76 aproximadamente.
Duda resuelta. Un abrazote.