Friday, July 3, 2009

QUADROPHENIA: UNA HISTORIA EN DRUNKBURY LANE

La semana pasada revisé una película que me habían regalado. Se trataba de una edición especial de una de las más famosas películas de culto de los setenta: "Quadrophenia", basada en la ópera rock del mismo título, compuesta por The Who.

La experiencia, que viví a solas, ya que la Lola se encontraba de viaje, resultó tremenda y al margen del valor de las imágenes , me hizo recordar una historia que si me lo permitís os voy a contar. Obviamente los nombres no son los reales y la calle donde ocurrió la tragedia no existe en el plano de Londres.
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Donald era una personalidad en Drunkbury Lane. Todos lo considerábamos un tío legal y de vez en cuando nos divertíamos con él tomándonos unas birras o liando un canuto. Era irlandés, pero curiosamente y a pesar de sus veinte y medios años, solía caer en una suerte de raras depresiones que ninguno de sus amigos comprendíamos, aunque se lo achacábamos a su relación, a veces tempestuosa, con Jill, su girlfriend.
Jill era la gran pasión de Donald (sus amigos considerábamos excesivo aquel derroche de sentimientos), pero tenía otras pasiones, que a nosotros sí nos parecían razonables. "The Who" era otra de estas pasiones. No se cansaba de oir lo que el consideraba las dos obras maestras de la música de los setenta "Tommy" y el recien editado "Quadrophenia":

"The beach is a place where a man can feel
He's the only soul in the world that's real,
Well I see a face coming througt the haze
I remember him from those crazy days"

Donald era también un gran entusiasta de dos dramaturgos Bertolt Brecht y Marlowe. Especialmente adoraba a "Kit" Marlowe y seguía con fanatismo la teoría de que el malogrado dramaturgo era el autor de todas las obras atribuídas a Shakespeare. Este, según él, no pasó de ser un simple actorcillo y un astuto "negro". Cuando los amigos estábamos sorprendentemente sobrios Donald esgrimía todos los argumentos escritos a este respecto por Calvin Hoffman, Daryl Pinksen y Louis Ule.
- OK, Donald. Todo eso que dices es cojonudo. Está de pelotas, pero Shakespeare se ha llevado el gato al agua y todos esos tremendos dramas llevan su firma y está enterrado en Wensmister ¿o no?- Carlos estaba en la fase de la yerbamate.

- Ya, eso es lo peor!- respondía indignado Donald- por eso le dice la sobra a Hamlet, y lo sabía por desgracia el propio Marlowe, que no había tenido más remedio que fingir su propio asesinato: "El asesinato es lo más repugnante, incluso en el caso más justificado. Pero éste es el más repugnante, insólito y antinatural".

- Vos siempre buscás lo más retorcido, che- y del mate, Carlos pasaba a liar una yerbita para compartir.

Jill, la girlfriend de Donald iba de chica mona por la vida y sacaba partido de ello. Era visitante compulsiva de Mary Quant, Marion Foale y Rally Tuffin en Carnaby. Allí también, acompañada de Donald recalaba a la tarde noche de los viernes en "Roaring Twenties", donde en una ocasión presenciaron un directo de los Who. De ese concierto conservaba Donald un trozo de guitarra de Pete Townshend que el roquero rompió tras su actuación. Era una reliquia religiosa que nuestro amigo conservaba como si se tratara del fragmento de la cruz de Cristo.

Jill desplegaba un pijismo bohemio, que transmitía como un saumerio en todas las reuniones. Se dedicaba a la interpretación en perfomances de Elephant and Castles. Había conseguido un pequeñísimo papel en la película de Ken Russell "Billion Dollar Brain", apareciendo unos breves segundos. De ese minuto de gloria no cesaba de hablar a la primera de cambio.

- ¡Qué dulce fue Michael conmigo! - se refería a Michael Caine- Fue una verdadera delicia trabajar con él....sin embargo Françoise Dorlèac es muy suya, demasiado francesa para mi gusto.

- Piss off, Jill- graznaba Sing Chang que ya había oído el comentario un millón de veces.

- Fuck you, Sing- Era un diálogo adorable entre el chino hongkones y Jill. Se odiaban amistosamente.

Donald tenía en sus manos, prácticamente, todas las bazas para ser feliz. Gozaba de la aún juventud explosiva de los veinte, tenía una planta física formidable, no tenía problemas económicos y encima compartía amistad con una peña de personajes, que aunque no era todo lo positiva que debiera la formaban unos amigos gamberros, vitalistas y multirraciales , en cuya ácrata hoja de ruta figuraba tumbar al mundo del revés. Quizá, ahora lo pienso, no tendría que haber ocurrido lo que ocurrió.

A pesar de que nuestras reuniones en Drunkbury Lane habían sido escasas en los últimos meses, debido a que Donald dependía cada vez más peligrosamente de su girlfriend, se terció un paréntesis porque Jill se había marchado a los Midland. Había conseguido otro papelito en una película en la que trabajaba Oliver Reed, actor al que adoraba. Aquello era un regalo del cielo para ella y ni corta ni perezosa hizo sus maletas y se marchó.

El pequeño grupo de amigos corrió en auxilio de Donald, quien por momentos estaba cayendo en un despeñadero oscuro y sombrío. Eramos cinco tíos tan distintos como la noche y el día.
Carlos el Porteño (do you know? che..), muy guapo al estilo argentino, utilizaba todo su potencial de armas de seducción con las mujeres (para nuestra envidia), pero tal vez se pasaba y alguna vez fue un poco cabrón con alguna chica.
Lian Doherty, irlandés por los cinco costados, y si me apurais, por los seis. Bebedor compulsivo, bronco, perjuro y peleón. Te podía joder de un puñetazo, pero enseguida te levantaba del suelo, te daba un abrazo y te invitaba a un barril de cerveza, si se terciaba.
Sing Chang (siempre me pareció un nombre de tebeo de postguerra) era el doble perfecto de Bruce Lee, y como él practicaba el Jeet Kune Do (JKD) una mezcla de arte marcial y filosofía. Otra habilidad de este chino londinense era el Kali (los dos palos) que siempre llevaba consigo. Yo lo quería de verdad porque en alguna ocasión me defendió. Me llamaba "hermano" y cuando un día le regalé el disco de Santana "Caravanserai" casi se me pone a llorar. Era un duro con sentimientos.
John O'Casey era un enorme tallo de Norfolk (medía dos metros largos), pero si en estatura podía competir con algún miembro de los Glober Trotters, su habilidad en el balón cesto era nula. Era un hombre torpe y desmañado y su mejor cualidad era la calma con que se tomaba la vida. Su apellido irlandés le confería una dignidad literaria de la cual carecía en absoluto. No tenía nada que ver con el famoso dramaturgo Sean O'Casey.
El quinto miembro era Toni Rodriguez, un español pequeño, locuaz, vitalista y en ocasiones ingenuo, que se apuntaba a cualquier trapicheo sin medir las consecuencias. Su especialidad era meterse en líos, pero sorprendentemente solía salir de todos ellos sin tropiezo aparente. Su último lance había sido retozar con la chica de un "armario jamaicano" y aterrizar de pie al día siguiente sin haber recibido la paliza de su vida. El tipo husmeó y sospechó algo, pero pasó del fucking spaniard.

Aquella noche de viernes Doherty apareció en casa de Donald hacia las diez de la noche. Este se encontraba en la fase previa al colgamiento de su alma en la percha de la oscuridad abisal de la depresión. Estaba viendo, sin ver , una vieja película musical en la BBC 2: "Till the Clouds Roll By", en el momento en que June Allyson estaba cantando "Leave it to Jane".

- Leave it tu Lian¡¡¡- cantó el irlandés al tiempo que apagaba aparatosamente el televisor- Déjate hacer, my friend Donald, porque de lo contrario las nubes se te van a enrollar bien fuerte.

- ¿Pero, por qué haces eso tío? ¿Por qué me has apagado la tele Lian?. Me estaba gustando esa peli. La Gardland está dentro de ella.

- Shit!, Donald sabes de sobra que necesitas otros resplandores más dinámicos y más contundentes que los de las viejas glorias. La peña ya está en camino. Vamos a elevarte al cielo ¡en una espiral y luego bajar en picado....Hy¡ ....we need something¡....What'll be?...¿qué será, sera?...

- Para¡..para, para, Lian. Explícame de qué coño estás hablando. Estás fumado y yo ahora no tengo ganas de rollos

- Donald, dentro de un rato va a ocurrir un pequeño suceso en Drunkbury Lane. Tú y todos tus amigos vamos a tener un viaje.....¿entiendes?

- No, no entiendo...¿O sí?- cayó en la cuenta con cara de asombro.

Poco despues fuimos llegando todos. El último fue Chang, quien con una afilada sonrisa fué descubriendo la colgadera. Metió la mano en su cazadora Lewis y sacó con un chan-chan¡ las pirulas "lesederas"

Donald no se lo podía creer.
- ¿Es eso lo que creo que es?- preguntó, y el azul de sus ojos se había desplegado por todo el salón.
- Sí my friend, esto es la puerta que da al otro lado. El lado oscuro de la luna y todos vamos a caminar por el yelow brick road e incluso a volar- dijo exultante Doherty.
- Pero tíos....- vacilo Donald- bien están los canutos, pero ésto.....
- Fucking Donald, y tú eres seguidor de Quadrophenia?.....Queer¡
- Vamos, vamos...esto no es nada malo. Es una experiencia necesaria- dijo Tony conciliador.
- Eso es. Tony tiene razón. Es una ventana desde donde tiene que asomarse la cabeza y girar, girar.....

Donald se rindió y todos nos unimos a la experiencia. Todos volamos aquella noche. Eramos el Capitán Amèrica y el Capitan Ahab persiguiendo a una gigantesca Moby Dick que serpeaba entre nebulosas que giraban. Había colgaduras de colores pendientes de un techo inexistente por las que trepábamos al otro lado del espejo. Los marines USA se reían de nosotros mientras disparaban al narigudo de Nixon.
¡QUE BIEN LO ESTAMOS PASANDO.....COMO NOS MECE EL AIRE DE LA NADA¡

NO VEIS COMO LA GENTE NOS APLAUDE...NO VEIS LAS NOTAS DE LA MUSICA?

Ya no hay más que silencio y obscuridad. UN SILENCIO MUY GRANDE....INMENSO COMO EL MAR AMARILLO.


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Días más tarde la vida había recobrado su realidad. Tony hacía sus tareas de preparación de entrantes en el restaurante donde trabajaba y Doherty pasaba las comandas, ambos trabajaban en la cocina del local. Cuando terminó la jornada Doherty recibió una llamada telefónica. Después llamó a Toni. Doherty tenía la cara desencajada y pálida. Sostenía tembloroso una jarra de cerveza.
- Toni- dijo inusualmente serio y grave- Donald se ha colgado.

Al principio Toni no lograba entender lo que Doherty decía.
- Tío, se ha ahorcado. Se ha marchado del todo.

A Toni le vino a la memoria la última canción de Quadrophenia, "Love Reing O'er Me".

Jimmy Cooper era Donald
"I see a man whithout a problem....."

Jill había plantado a Donald y a Donald no le bastaban los Who, ni Marlowe, ni la Marihuana, ni elLSD. Seguía siendo un Mod que ya no podría viajar en la vieja Lambretta.

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Todos asistimos al entierro de Donald. Jill, vestida de negro sollozaba quedamente. Su melena rubia se mecía con un suave ritmo. No nos acercamos a ella. Nos fuimos todos en silencio y poco después en el flat de Chang escuchamos el disco de los Who.
La vida siguió y vinieron días más felices.

4 comments:

Josep said...

Estupendo relato, Antonio: estupendo de veras.

Con la vida que has tenido, deberías pensar en escribir más de tus vivencias.

un abrazo.

ANRO said...

Tengo abocetadas muchas cosas, entre ellas varias novelas cortas con un protagonista más que original, pero no me atrevo a seguir adelante. Tengo muchos peros y muchas carencias, debidoa que me dejo llevar de mis impulsos. En fin, de vez en cundo las iré soltando y veremos qué pasa.
Un abrazote

alicia said...

He de confesar que Quadrophenia siempre me ha producido una sensación muy extraña e inquietante; no sabría cómo explicarlo. Al igual que Tommy es mucho más "sinfónica", por decirlo de alguna manera, Quadrophenia es más sincera, íntima y turbadora. No puedo imaginarme una pregunta más desgarradora que el "can't you see the real me?". Y centrándonos en la película, me pareció que retrataba muy bien esa época.
Por cierto, apoyo la moción de Josep, deberías hacerlo.

ANRO said...

La pelí Alicia está muy buena y refleja con una realidad tremenda las luchas que enfrentaron a los Mods y a los Rockers en el famoso "riot" de Brighton de 1964.
Si, es ciertamente desgarrador ese grito: "Can you see the real me preacher?
Caan you see the real me doctor?
Can you see the real me mother?
Can you see the real me, me, me (el grito)...es tremendo. Me pone la piel de gallina.

Hombre, Alicia, te agradezco el apoyo a la moción, pero no se, no se....de vez en cuando me dejaré caer con alguna parida y ya se verá. De momento solo quiero traer en el recuerdo a tipos a los que he querido mucho.
Un abrazote.