Friday, March 5, 2010

DE LAS LETRAS A LA PANTALLA


Me ha parecido buena idea (ésta puede ser el inicio de una buena serie) comentar la vida y obra de un clásico de las letras y posteriormente detenerme en la versión fílmica que se ha hecho sobre su obra capital. He decidido empezar por Herman Melville y su "Moby Dick".

Los lectores de hoy olvidamos frecuentemente la enormidad de obras fundamentales de la literatura de las que aun no hemos pasado ninguna página. Consideramos demasiado pesado coger el tomo de nuestra biblioteca (si es que lo tenemos) y preferimos leer alguna de las cositas que hoy nos venden en los grandes almacenes y librerías como bestseller (sin que ésto suponga crítica alguna hacia los buenos escritores actuales, ojo)

Todos hemos oido hablar de Moby Dick y la gran mayoría hemos leído esta novela (Con frecuencia, salvajemente mutilada en ediciones juveniles) en alguna de las veces que se ha editado la obra capital de Herman Melville. Confieso que yo le profeso un enorme amor a esta novela y presumo de tener una buena edición de ella así que si me lo permitís os hablaré de su autor y de cómo éste llegó a escribir su popular y "desconocida" obra.

Nuestro hombre nació hace casi dos siglos en Nueva York en el seno de una familia acomodada. Herman fue el tercero de ocho hijos y cuando apenas contaba doce años los malos vientos corrieron para su padre que tuvo que volver a Albany completamente arruinado. Una demencia atroz se llevó al pater familias dejando a la familia poco menos que en la miseria.
Herman vivió su primera adolescencia en el Instituto Clásico para niños de Albany y con apenas quince años comenzó toda una serie de trabajos para arrimar el hombro a la economía de la familia.
Pero el hombre, debido a sus muchas y caóticas lecturas desarrolló un gran espíritu aventurero y con solo 16 años se hizo por vez primera a la mar. Muchos biógrafos han especulado sobre esa decisión tan temprana de Herman pero él mismo la explica de su puño y letra: "Tristes decepciones en varios planes que había trazado para mi vida futura; la necesidad de hacer algo por mí mismo, unida a una disposición errante por naturaleza, habían conspirado ahora dentro de mí para enviarme al mar como marinero."

Arribó a Nueva York un buen día pobremente vestido y sin un centavo en el bolsillo, pero portaba un rifle que le había dado su hermano Gansevoort. Cruzó aquella oscura y fría ciudad y se dirigió a casa de un amigo de su hermano. Allí pasó la noche y al día siguiente se presentaron ambos en los muelles.
Encontraron un barco que zarpaba rumbo a Liverpool donde Melville se enroló como grumete por tres dólares al mes. De los tres años que duró aquella experiencia poco se sabe excepto lo que él escribió en su libro "Redburn", pero parece ser que no abandonó su interés por el estudio y la lectura. También se sabe que dió clases en Greenbush y al mismo tiempo escribía artículos para periódicos de provincias.

Pero Melville tenía un espíritu aventurero nato y aquella vida insípida en la que cada día se sentía más atrapado le ahogaba y aunque aquellos años de grumete habían reportado al futuro escritor alguna experiencia desagradable decidió enrolarse de nuevo y en 1841, con 22 años zarpa a bordo del ballenero Acushnet rumbo al pacífico.
Toda la tripulación estaba compueste de toscos y brutales lobos de mar. A bordo no existía moral alguna e incluso muchos de los tripulantes más jóvenes eran sometidos a vejaciones sexuales. No hay constancia de que Herman fueran humillado por alguno de aquellos animales marinos, él al menos no lo cuenta. Sin embargo en el Acushnet Herman encontró alguien que se apartaba de la brutalidad del resto. Se trataba del grumete de diez y siete años Richard Tobias Greene. ASí lo describió el propio Melville: "Toby estaba dotado de una apariencia notablemente atractiva. Ataviado con su capote azul y sus pantalones de lona, era el marinero de apecto más elegante que nunca pisó una cubierta; era singularmente pequeño y de constitución liviana, con gran flexibilidad de miembros. El color oscuro por naturaleza de su tez se había intensificado debido a la exposición al sol tropical, y una masa de mechones de color azabache se agolpaban en torno a sus sienes y proyectaban un tono más oscuro sobre sus grandes ojos negros".

Tras varios meses de navegación por el inmenso océano el Acushnet arriba a Nuku Hiva, en el archipiélago de las Marquesas. Toby y Herman, deciden desertar y escapan del ballenero y de la brutalidad del capitán huyendo hacia el interior de la isla, donde habitaba la tribu de los taipi. A pesar de la hospitalidad con la que fueron recibidos por los indígenas ambos muchachos se inquietan porque habían oído que los naturales de aquellas islas practicaban el canibalismo y lo sensato era poner pies en polvorosa. Ambos acordaron salir del poblado, pero Herman se hirió de una pierna y Toby lo dejó con la promesa de volver con ayuda. Nunca volvió, pero Melville consiguió superar la aprensión hacia los taipis e incluso hizo amistad con una linda muchacha llamada Fayaway.
Pasado un tiempo, pasablemente feliz, el futuro escritor se enteró de que un ballenero, el JUlia" había llegado a la isla. Logró convencer a los nativos de que lo dejaran ir y de nuevo nuestro hombre vuelve los mares.
Hacia 1844, Melville vuelve por fin de los mares del sur y reencuentra a su madre y a sus hermanos, que viven en un suburbio de Albany.
De nuevo en la civilización y en un mundo que está cambiando a pasos agigantados Melville decide ponerse a escribir y contar las experiencias de su viaje a los mares del sur. El resultado es un libro titulado "Taipi". Gracias a una gestión de su hermano Gansevooort, los libreros Wiley y Putmam lo editan en Estados Unidos con cierto éxito, y el escritor, animado decide escribir otro sobre la continuación de sus experiencias titulado "Omoo".

Por este tiempo Herman contrae matrimonio con Elizabeth Shaw y ambos conyuges se trasladan a Nueva York al número 103 de la Cuarta Avenida. Todos los biógrafos del novelista coinciden en señalar que aquel matrimonio no fue del todo feliz. Todas las cartas que se conservan de la señora Melville rezuman tristeza y decepción, sin embargo a través de ellas conocemos la trayectoria que siguió el escritor en la confección de "Moby Dick" su obra cumbre,
"Escribió la ballena blanca o Moby Dick en circunstancias desfavorables, pasaba todo el día sentado ante su escritorio sin esscribir nada hasta las cuatro o las cinco; luego iba a caballo al pueblo después del anochecer, se levantaba temprano y salía a pasear antes del desayuno, y a veces cortaba leña para hacer ejercicio. Todos nos sentíamos preocupados por la tensión sobre su salud en la primavera de 1853.
Por estas fechas Melville conoce al escritor Nathaniel Hawthorne con el que intenta entablar amistad sin mucho éxito. Le escribia cartas apasionadas que el veterano escritor apenas contestaba con medida educación: "Dejaré el mundo, según creo, con más satisfacción por haber llegado a conocerlo" o "Conocerlo a usted me convence de nuestra inmortalidad más que la Biblia". Era obvio que aquel cepillo untuoso no agradase demasiado a Hawthorne y cuando Melville le dedicó su "Moby Dick" aquel no dijo palabra lo que indica que la novela no debió de gustarle demasiado al gran admirado de Herman que encabezaba de esta forma su libro: "En señal de admiración por su genio, este libro está dedicado a Nathaniel Hawthorne". Tampoco los críticos y el público respondieron a las aventuras de Ismael y su desafortunado encuentro con el capitán Ahab y la terrible venganza del Leviatán.
Hacia 1870 Melville y su familia se trasladaron a una modesta casa en el número 104 de la calle Veintiseis este de NY. Las penurias y las desgracias se cebaron sobre el escritor. Malcolm, su hijo mayor se pegó un tiro (nunca se aclaró la causa) y Stanwix, otro de sus hijos se escapó de casa sin que nunca se supiera nada de él.
Cuando el escritor contaba setenta y dos años le sobrevino la muerte. Como escritor había sido completamente olvidado y nadie daba un penique por la reedición de su obra capital "Moby Dick", sin embargo pocos días antes había puesto punto final a una novelita titulada "Billy Budd".
Esta es a grandes brochazos la trayectoria vital de Herman Melville.


Sesenta y cinco años despues de la muerte del escritor, su novela "Moby Dick" era ya un clásico reconocido en todo el mundo y su fama superaba a la del autor al que Melville había dedicado esta obra; Nathaniel Hawthorne.
Un gran director de cine se embarca en la aventura del filmar la obra literaria. John Huston con la colaboración del prestigioso escritor Ray Bradbury, deciden escribir el guión de la famosa novela.
El film se inicia con un reparto espectacular. Gregory Peck, como el capitán Ahab. Un Richard Basehart (tal vez equivocado) como Ismael. Leo Genn como Starbuck. Friedrich Ledebur como Queequeg y Orson Welles como el pastor Mapple.
En principio no era Gregory Peck el que encarnaría a Ahab sino el padre del director Walter Huston, pero éste fallecería por aquellas fechas.
Las continuas desavenencias entre Huston y Bradbury fueron de leyenda y la tensión entre ambos las relató el escritor en "The Bradbury Chronicles". También en los libros de Bradbury "Green Shadows, White Whale" y "Banshee" se hacen alusiones veladas a las relaciones entre ambos personajes.

Las crónicas de Gran Canaria recogen el rodaje de esta película en la Playa de las Canteras de Las Palmas y muchos de los ancianos del Rincón recuerdan las juergas que se corría aquel impenitente "giri" en los baretos de pescadores.

"Moby Dick" de John Huston no es ni mucho menos una gran película. Hoy cojea en muchos aspectos, pero tiene escenas en las que puede detectarse el mejor Huston por ejemplo el sermón del pastor Mapple subido a un púlpito que es la proa de un navío.

La eterna discusión sobre las adaptaciones de obras literarias a obras filmadas sería muy oportuna con "Moby Dick". En este caso, servidor de ustedes se decanta por la obra literaria de la cual poseo una preciosa edición de Anaya ilustrada por Judit Morales y Adria Gòdia. Pero no estaría de mal volver a visionar la obra de John Huston que en su día y encaramado a las gradas de General de un cine de verano, hace un mogollón de años, quedé fascinado con aquel Leviatán surgido de los mares cuyos ojos reflejaban la furia de un monstruo que "no se hundiría en el infierno sin arrastrar una parte viva del cielo con él poniéndosela por yelmo".
Tras aquella títánica lucha, yo el niño, seguía con mis propios ojos pegados a la enorme pantalla blanca soñando el sudario de aquel mar, ya tranquilo, como lo estuviera antes de aquel gigantesco enfrentamiento.

14 comments:

Crowley said...

Plas, plas, plas, plas...
Amigo Anro, no puedo por más que aplaudir tu post y felicitarte por esta idea que espero se convierta en recurrente y nos deleites con más posts sobre libro y peli.
Asombroso, de verdad, como asombrosa y trepidante es la novela de Melville. Sobre si es mejor la peli o el libro no voy a entrar que luego David me riñe jejeje, pero... me quedo con el libro, siempre, que nuestra imaginación siempre supera cualquier cosa y esta película no es que haya envejecido especialmente bien.
El libro lo leí hace muchos años, en el instituto y me fascinó. Tienes toda la razón en que nos olvidamos de las obras fundamentales y nos centramos en lo que nos entra por los ojos por marketing o lo que sea, cuando es en novelas como esta donde está toda la esencia de la magia de la literatura.
Si es que hasta las vidas (como la del propio Melville) eran hasta más aventureras que ahora y todo erra un descubrimiento, no como ahora que todos conocemos de todo aunque no lo hayamos vistoo en la vida.
Un abrazo y a por otro libro, Capitán!!!

alicia said...

Magnífica idea, Antonio, que puede dar mucho de sí. Cierto que el Moby Dick de Huston es irregular, y para mi lo mejor sería el sermón de Orson Welles, casi que diría 100% Melville.

David said...

Guauuuu! Qué entrada..
Pues el libro de Melville es uno de los de mi lista por leer (ja,ja,ja).
Yo tengo la edición de Bruguera con traducción de Jose María Valverde...Pero una vez lo cogí y empezaba con todas esas anotaciones referidas a las ballenas y me dio pereza.. Pero tu entrada me ha encantado. Creía que al final Hawthorne y Melville habían llegado a ser amigos, pero lo que sí sabía es que al primero no le gustó nada Moby Dick ni que le dedicara la novela. Una vida muy curiosa la suya y una magnífica entrada la tuya.
La película ha envejecido (o así me lo pareció cuando la vi)...
¿Mejor o peor que el libro? No me parece que sean cosas que puedan compararse ni que tengan por qué hacerlo. Son medios distintos, y Crowley ya tiene aprendida la lección (ja,ja,ja). Un abrazo.

David said...

Se me olvidaba...
Si tu edición es la de la colección juvenil Anaya Tus libros, te envidio, Anro. Esa colección era genial. Yo tengo unos cuantos y si puedo iré "pescando" los que pueda encontrar. Otro abrazo.

pepa mas gisbert said...

Puede ser una buena serie, una estupenda serie diría. Y además una muy buena elección para empezar.
La relación entre libro y película, en mi caso, se ha desarrollado en dos sentidos, tanto me apetece ver una película de un libro atractivo que viceversa. En este caso fue algo de las dos cosas, como dices, leí el libro de niña en una de esas mutiladas versiones infantiles a través de ilustraciones y texto reducido al mínimo, pero despues de ver la película me entró el gusanillo de leer la novela novela.

Un abrazo

ANRO said...

Me alegra Crowley tu entusiasmo. Como siempre, me gustaría estar a la altura de lo que se espera de mí. Una de mis pasiones desde casi cuando era niño fue la literatura y devoré muchísimos libros. Creo firmemente que la literatura clásica, lo mismo que el cine clásico debe ser una asignatura obligatoria para las nuevas generaciones. Desgraciadamente en un pais como el nuestro, donde hay tanta tradición literaria, parece que el interés por esos valores se está perdiendo. Pondré pues mi granito de arena e intentaré abrir camino.
Gracias por tus palabras de ánimo.
Un abrazote.

ANRO said...

Llevas razón Alicia, esa escena de Welles es magnífica y creo que es la que capta con más fuerza el espíritu de la novela.
Gracias a tí también por el empuje que me das-
Un abrazote.

ANRO said...

David, lo que más le achacaron los críticos a Melville fueron los capítulos en los que se detenía en descripciones y apuntes que no venían a cuento con la historia. Otro defecto que los críticos encontraron en su obra fue el nivel retórico y el afan de parecer poético, con lo cual se le veía elplumero, pero a mí personalmente no me rechinan. Los que lo puedan leer en el inglés original pueden encontrarse con mucha dificultas (honestamente, a mí me costaría mucho trabajo) porque emplea términos arcaicos y en ocasiones palabras eufónicas que no aparecen en ningún diccionario. Stevenson afirmaba que Melville no tenía oído, basándose en esa razón (?)-
Pero todo eso no empaña para nada la magnífica novela que es "Moby Dick".
Me alegra el ánimo de todos vosotros e intentaré esforzarmne cada vez más.
Un abrazote.

ANRO said...

No DAvid, la edición, que por cierto fue regalo de mi hijo, es la de Anaya, pero na la juvenil, sino la exhaustiva en traducción de Maylee Yabar y Jose Luis García, aunque creo que hay otra traducida por Jose Maria Valverde que también es fenomenal.

ANRO said...

No sabes Alma, lo que me alegra que te guste mi idea. Espero seguirla y más contando con vuestra cariñosa acogida.
Te pasó algo parecido a mí- Como ya digo en el post me quedé totalmente fascinado cuando ví la peli y cuando pude disfrutar de la novela novela me pasó igual.
UN abrazote.

Josep Lloret Bosch said...

Me avergüenza reconocerlo, pero no he leído la novela de Melville.

La película la vi en la tele hace tiempo y no me pareció muy notable pese a los intervinientes en la misma.

Lo que sí me ha gustado es la cantidad de detalles que desconocía de Melville.

Un abrazo.

David said...

Anro, la de Jose María Valverde es la que te he dicho que tenía yo.
Y por cierto, esas ediciones juveniles de Anaya Tus libros era totalmente exhaustivas. Ediciones íntegras de las originales, con sus ilutraciones, traducciones cuidadas (o eso notabas por las aclaraciones, que tampoco me puse a contrastar) y apéndices muy amenos. Ya te digo que era una colección "juvenil" pero más interesante que muchas adultas.

PD: Y ya sabes... A esforzarse... a esforzase, que eso puntúa!!!(ja,ja)
Un abrazo.

ANRO said...

Josep me he dejado en el tintero una gran cantidad de detalles sobre Melville. Es una gran novela que te sorprendería. Cuando tengas tiempo abre sus páginas y sumérgete en ellas. Puede ser una granexperiencia literaria.
La peli era interesante y tiene momentos pero obviamente no fue lo mejor de Huston.
UN abrazote.

ANRO said...

Lo haré David, lo haré....hay que puntuar, amigo. Habrá que mirar en las librerías de segunda mano para conseguir esos tesoros que mucha gentedesecha.
Un abrazote.