A MI NUEVO GATO, QUE VA POR LIBRE. Y TAMBIEN PARA MI ANTIGUO GATO, QUE VIVIO COMO QUISO Y FUE EL DUEÑO DE LA CASA DONDE VIVO.
Erase una vez un lugar llamado Paraíso, dónde cierto dios coloco todas las criaturas y cosas que había creado. Todas ellas las puso al servicio del hombre, obra perfecta del divino ser, hecho a su imagen y semejanza.
Una vez que aquel dios hiciera dueño y señor al hombre de todo aquel Edén, quiso retirarse a descansar a su trono celestial y despreocuparse de aquel capricho creativo.
Adán, que tal era su nombre, comenzó su tarea dando a cada animal el puesto correspondiente. Así pues, el gallo rompía con su canto a la Aurora, cuando ésta apuntaba. El caballo, en graciosa cabriola llevaba como jinete a Adán, con garbo y elegancia. El perro, con su ladrido fiero, el Paraíso guardaba. La vaca daba leche fresca para que Adán desayunara todas las mañanas. En fin que todo animal, cumplía su deber, tal como el hombre mandara.....¿Todos?....Todos no, uno había que ninguna ley guardaba. Por no tener no tenía ni nombre. Adán no tenía idea de cuál ponerle.
Aquel ser rondaba por el Edén indiferente, orgulloso, peripuesto, impasible...sordo a cualquier disciplina campaba a sus anchas por el florido jardín tronchando todas las ramas y comiendo a su antojo cualquier bicho que pillaba.
Adán no podía hacer nada con aquel insolente ser. Cuando intentaba darle una orden, el animal se paraba, miraba al hombre desafiante y le volvía la espalda levantando el rabo.
El pobre Adán decidió pedirle consejo a dios. Temía molestarle, esa era la verdad, pero con la cabeza gacha llamó tímidamente a la puerta de la mansión celestial. Le abrió un Serafín con cara de malas pulgas esgrimiendo una espada flamígera.
- Señor angel, dígale a su majestad que tengo un problema y no sé cómo resolverlo.
- Y tú crees, infeliz, que puedes venir con una bagatela a molestar a mi señor?- le contestó el ángel agitando la espada de la cual salían peligrosas chispas.
Se conoce que su majestad oyó los gritos del serafín y salió a la puerta desperezándose.
- Vayamos con calma -dijo- ¿cuál es el problema?
- Aquel bicho blanco y negro, señor, ni me hace caso, ni hace nada, ni sé cómo tratarlo.
- Ven aqui- gritó imperioso la divinidad.
El animal acudió con cierta pereza, contoneando su brillante lomo, y frotando al ser divino comenzó a ronronear. También se atrevió a levantar la vista con cierto descaro a los poderosos ojos del ser creador.
La divinidad lanzó una celestial carcajada que rebotó por todo el paraíso y con voz de trueno gritó
- ¡¡Galhajhad Toha'mi!!- y bajando su mano hacia el animal comenzó a acariciarlo.
El serafín casi se quema los rizos de lo confundido que estaba y Adán preguntó estupefacto
- ¿Qué habeis dicho, señor?
- "Acariciador de dios", eso he dicho, buen hombre- y continuo apuntándole con el dedo- ¿Por qué habiéndote creado tan inteligente no le llamaste "gato", que era lo que mi imagen y semejanza te dictaba?....en fin, creo que me he equivocado contigo y eres más obstuso de lo que debieras. ¿Acaso no comprendiste que este animal no tenía que hacer nada? ¡Es la caricia de dios!, sólo eso y nada más, lo cuál no es poco.
- Lo siento señor.- contestó Adán con timidez.
- Esto me ha dado una idea. Como me has demostrado que no eres tan inteligente mañana te daré una compañera. Ella se encargará de que no seas tan idiota y así ya no me vendrás con problemas....¡Ale, ale, marcharos tú y el gato y dejadme dormir, que estoy cansado!
El serafín cerró con fuerza las puertas de la celestial mansión. El gato remoloneó en las piernas de Adán.
- ¿Qué cosa será la mujer, gato?
El gato le contestó con un maullido, pero si hubiera mirado las pupilas del animal hubiera visto en ellas un cierto sarcasmo.
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Erase una vez un lugar llamado Paraíso, dónde cierto dios coloco todas las criaturas y cosas que había creado. Todas ellas las puso al servicio del hombre, obra perfecta del divino ser, hecho a su imagen y semejanza.
Una vez que aquel dios hiciera dueño y señor al hombre de todo aquel Edén, quiso retirarse a descansar a su trono celestial y despreocuparse de aquel capricho creativo.
Adán, que tal era su nombre, comenzó su tarea dando a cada animal el puesto correspondiente. Así pues, el gallo rompía con su canto a la Aurora, cuando ésta apuntaba. El caballo, en graciosa cabriola llevaba como jinete a Adán, con garbo y elegancia. El perro, con su ladrido fiero, el Paraíso guardaba. La vaca daba leche fresca para que Adán desayunara todas las mañanas. En fin que todo animal, cumplía su deber, tal como el hombre mandara.....¿Todos?....Todos no, uno había que ninguna ley guardaba. Por no tener no tenía ni nombre. Adán no tenía idea de cuál ponerle.
Aquel ser rondaba por el Edén indiferente, orgulloso, peripuesto, impasible...sordo a cualquier disciplina campaba a sus anchas por el florido jardín tronchando todas las ramas y comiendo a su antojo cualquier bicho que pillaba.
Adán no podía hacer nada con aquel insolente ser. Cuando intentaba darle una orden, el animal se paraba, miraba al hombre desafiante y le volvía la espalda levantando el rabo.
El pobre Adán decidió pedirle consejo a dios. Temía molestarle, esa era la verdad, pero con la cabeza gacha llamó tímidamente a la puerta de la mansión celestial. Le abrió un Serafín con cara de malas pulgas esgrimiendo una espada flamígera.
- Señor angel, dígale a su majestad que tengo un problema y no sé cómo resolverlo.
- Y tú crees, infeliz, que puedes venir con una bagatela a molestar a mi señor?- le contestó el ángel agitando la espada de la cual salían peligrosas chispas.
Se conoce que su majestad oyó los gritos del serafín y salió a la puerta desperezándose.
- Vayamos con calma -dijo- ¿cuál es el problema?
- Aquel bicho blanco y negro, señor, ni me hace caso, ni hace nada, ni sé cómo tratarlo.
- Ven aqui- gritó imperioso la divinidad.
El animal acudió con cierta pereza, contoneando su brillante lomo, y frotando al ser divino comenzó a ronronear. También se atrevió a levantar la vista con cierto descaro a los poderosos ojos del ser creador.
La divinidad lanzó una celestial carcajada que rebotó por todo el paraíso y con voz de trueno gritó
- ¡¡Galhajhad Toha'mi!!- y bajando su mano hacia el animal comenzó a acariciarlo.
El serafín casi se quema los rizos de lo confundido que estaba y Adán preguntó estupefacto
- ¿Qué habeis dicho, señor?
- "Acariciador de dios", eso he dicho, buen hombre- y continuo apuntándole con el dedo- ¿Por qué habiéndote creado tan inteligente no le llamaste "gato", que era lo que mi imagen y semejanza te dictaba?....en fin, creo que me he equivocado contigo y eres más obstuso de lo que debieras. ¿Acaso no comprendiste que este animal no tenía que hacer nada? ¡Es la caricia de dios!, sólo eso y nada más, lo cuál no es poco.
- Lo siento señor.- contestó Adán con timidez.
- Esto me ha dado una idea. Como me has demostrado que no eres tan inteligente mañana te daré una compañera. Ella se encargará de que no seas tan idiota y así ya no me vendrás con problemas....¡Ale, ale, marcharos tú y el gato y dejadme dormir, que estoy cansado!
El serafín cerró con fuerza las puertas de la celestial mansión. El gato remoloneó en las piernas de Adán.
- ¿Qué cosa será la mujer, gato?
El gato le contestó con un maullido, pero si hubiera mirado las pupilas del animal hubiera visto en ellas un cierto sarcasmo.
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Se que os he mandado una chorradita, pero sigo sin poder hacer nada porque tengo todo el material confiscado por los trabajadores. Conformaros con mi gato actual y con el minino difunto que es el sinverguenza que cogió la mejor hamaca. Como punto final os presento a quien fue mi animal amigo más querido. Ringo, mi pastor alemán, que ya no está conmigo sino en el cielo.
16 comments:
Amigo Anro,
es una pena perder una compañía como la de un perro o un gato que forman parte de tu vida.
Los gatos van más por libre, los perros son mucho más dependientes para todo. Me ha encantado lo de "Acariciador de dios". Es genial, porque esa es su verdadera utilidad. Sólo esa!.
Un abrazote y paciencia con el secuestro del material (si hay que ponerse violento, me avisas y te hecho una mano, que luego quiero sentarme en esas hamacas de ahí, hehehe).
De recuerdos andamos por lo que veo. Gatos y perros juntos, te estás buscando una ruina si es verdad eso de llevarse como el perro y el gato. Suerte con el material.
Hola!
Siento que no tengas el material a mano, pero tampoco pasa nada, pues sigues deleitándonos con entradas como ésta que nos ayudan a reflexionar y a observar que a veces la "dulzura y la ternura" que sentimos hacia los animales nos pueden hacer sentir verdaderamente mal cuando perdemos a una mascota.
Yo no he sido nunca de tener animales en casa (a mi madre jamás le ha emocionado la idea), pero estuve un mes en Canadá en casa de una amiga conviviendo con dos gatos y les cogí mucho cariño...
Un abrazoteee!!!
De los gatos en su relación con los hombres solo puedo añadir que son ellos los que nos " adoptan" somos sus "mascotas" nos acompañan, nos seducen y pelotean siempre a su conveniencia, pero con mucho estilo y suavidad...a no ser que les dejemos sin su sitio favorito en un hamaca al sol o junto a la chimenea..:-)).
De los dioses ¿ que se puede decir..?
Nos observan y compadecen de nosotros y de nuestra " idiotez " e ignorancia. Solo nos queda no provocar " su "divina ira "...
Pero de eso estoy segura que tú sabes muchisimo más.
¡Un encanto de gato y un perro estupendo parece el protagonista de una serie de cine Rintintin ! ja ja..Estoy contigo en eso de que debe haber un cielo para ellos
( no estoy tan segura para nosotros.. )
¡ Qué sea leve lo del secuestro !
Un abrazo Antonio :-))
La caricia de Dios es lo que le entregaron al día siguiente a Adán ;-)
Saludito.
Bueno, compa Antonio, veo que el "secuestro de material" es limitado, dado que te permite alguna delicatessen como ésta que nos has regalado (y conste que yo, al igual que la compa Mucipa, tampoco soy de animales en casa -y ahí ando batallando con mi peque, empeñado en meterme un gatito en el "chabolo"...-). De todos modos, una cosa es que a mí no me atraigan para tenerlos, y otra bien distinta que no entienda el cariño que se les coge cuando se tienen. Disfrútalos a tope, que bien lo merece quien su cariño les da...
Un fuerte abrazo y buen resto de semana.
Ese gato que encabeza tiene pinta de egipcio, Antonio, así que trátalo con cuidado, que es de estirpe real y tiene magia.
El que es guapo de verdad es Ringo; si no vivieras tan lejos, te diría que este finde, en el Palau Sant Jordi, se celebra de nuevo la jornada de adopción de mascotas y puedes elegir lo que quieras...
Un abrazo.
Lo malo, amigo Crowley es que esas hamacas ya están licenciadas, lo bueno que hay un balancín muy chulo.
A mí me costó lágrimas lo de Ringo.
Un abrazote.
Amigo Jack, la verdad es que mis perros, y en especial Ringo, no se llevaba muy mal con el gato. Lo que ocurre que tuvo que llevarse una buena bronca más de una vez.
Un abrazote.
Tiene muchos inconvenientes, amiga mUCIPA, el tener una mascota, porque conlleva muchas obligaciones, pero tambien te da muchas satisfacciones.
No te puedes imaginar lo que lloré cuando tuve que ponerle la inyección a Ringo, me miraba con una cara....
nada más evocarlo me da escalofríos.
Un abrazote.
No te quepa la menor duda, Abril, los gatos son tremendos maestros en ese arte, pero son tan mimosos....
Estoy completamente seguro de que Ringo se fue derechito al cielo, era un encanto de perro...despues de él no me atrevo a tener ningun otro.
Un abrazote.
Ja, ja, ja, no me cabe la menor duda, David.
Un abrazote.
Las mascotas son muy buenas para los peques, Manolo, lo que ocurre que luego son los padres los que tienen que hacerse cargo de ellas.
A mí me ocurrió con Ringo. Era un regalo para mi hijo, pero al final lo gocé yo.
Un abrazote.
El gato es una monería, Josep, pero es cierto que Ringo era un animal guapísimo.
Ahora no me atrevería a tener un perro como él, éramos demasiado amigos y no creo que pudiera tener un sustituto igual...
De momento me conformo con el gatito que va y viene cuando le da la gana.
Un abrazote.
No se puede ni imaginar la soledad y el dolor que te queda cuando un amigo asi se marcha.
Pd: Marditos confiscadores... ;).
A mi tambien me gusta mucho ese cartel en 3D.
Abrazo.
Nunca me han gustado los animalaes domésticos, pero con ese gato que no tiene porque dedicarse a nada, quizás haría una excepción.
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