Aunque a lo largo de este post os mostraré todos los carteles posibles de esta gran película," The Crowd", o "El mundo marcha", que se tituló en España, he elegido esa preciosidad muy en el estilo artístico de la época: los años veinte americanos.
Pero antes de hablar de "El mundo marcha" hay que detenerse y hablar de su padre artístico: King Vidor, el gran pionero y uno de los grandes maestros americanos de cine de todos los tiempos. En su filmografía podemos ver reflejada toda la turbulencia social que sacudió a América en la segunda década del siglo. Pero King Vidor también ha sabido retratar personajes de una gran fuerza dándoles a cada uno el toque preciso de emoción para que el espectador sea el que juzgue.
Vidor nació en Galvestón, siendo un niño sobrevivió a un terrible huracán y justamente su primer trabajo tras la cámara fue la filmación de otra tempestad que asoló Galvestón años más tarde. Lo último, pero no lo último. Fue él quien se encargó de la filmación de las escenas del huracán de Kansas en "El Mago de Oz". Todo esto no pasa de la mera curiosidad anecdótica, porque King Vidor fue sobre todo un director comprometido que filmó obras tan grandes, como la que intento comentar y joyas tales como: "The Big Parade", "Our Dayly Bread", "Stella Dallas", "Duel in the ¨Sun", "The Fountainhead" o "Ruby Gentry".
Su carrera como director es posiblemente una de las más largas, del cine americano, ya que comienza en 1913 y se prolonga hasta 1980.
No se si alguno de los lectores conoce una faceta privada de Vidor. En 1922 se cometió el asesinato del actor y director de cine William Desmond Taylor, amigo personal de Vidor. Nunca se resolvió el crimen. Sin embargo King , que investigó de forma privada, escribió unas notas que nunda quiso publicar. Hacia 1986 el escritor Sidney D. Kirkpatrick, declaró en su libro "Cast of Killer" que Vidor sabía toda la verdad sobre el caso. Pero esta historia ya la contaremos en otra ocasión.
Cercano el final de la década de los veinte del siglo pasado, se veían llegar algunos nubarrones que oscurecían la boyante economía mundial. Pero a pesar de todo, y sin hacer caso de algunas voces de cordura, el entusiasmo americano llevaba adelante su actividad industrial como si nada pudiera embarrancar todo aquel esfuerzo.
El espíritu de empresa encontro libre expansión en proyectos que se transformaban y crecían sobre los existentes. El entusiasmo no solo era propio de las grandes ciudades, donde proliferaban las industrias, esa alegría expansiva y la creciente demanda se extendió también en las granjas del mundo rural.
El cine, que también se habia convertido en una industria, vivía ajeno a la depresión que se acercaba a pasos agigantados. El propio Vidor, que cuando acomete el rodaje de "The Crowd" llevaba a sus espaldas una larga experiencia, habla en sus memorias "A Tree is a Tree" de la gran expansión, mejor un paso de gigante, de la producción de todos los estudios de Hollywood que alimentaban los centenares de miles de salas de todo EEUU.
Vidor, a pesar de formar parte de la maquinaria industrial cinematográfica americana, había conocido de primera mano la forma de trabajar de los grandes maestros como Murnau, E.A. Dupont, Fritz Lang y Ernst Lubitsch. Ellos habían curado de la parálisis a la cámara y así el maestro americano pudo filmar su primera obra maestra.
El mismo nos cuenta: "En "The Crowd" yo mostraba a una multitud que entraba y salía de un inmenso edificio comercial en el centro de Nueva York; en ese punto hice girar la cámara hacia arriba encuadrando en el plano los cientos de ventanas que daban idea de la altura del edificio. La cámara filmaba todos los pisos hacia arriba y se detenía en una de las plantas. Allí se detenía y entraba por la ventana. Como si se tratara del ojo de una persona se veían centenares de mesas y cada una de ellas ocupada por un empleado. La cámara seguía recorriendo todos los puestos de trabajo hasta detenerse en un empleado, nuestro héroe.
Billy Wilder tomó esta escena como referencia a su magistral escena inicial de "El Apartamento".
El protagonista de "Y el mundo marcha" es John, un chico joven que forma parte de la inmensa clase media baja americana. El aspira a salir de aquella mediocridad que le ahoga y está seguro de que su futuro no será el de un fracasado.
La escena con la que se abre la película es antológico. Se celebra la festividad del 4 de Julio en una ciudad anónima de los EEUU. Una explosión de fuegos artificiales y paradas celebran el 124 cumpleaños de la Declaración de Independencia, pero en la casa de los Sims está ocurriendo un acontecimiento que no tiene parangón con el que celebra la nación. En un dormitorio situado en la parte alta de una humilde casa el doctor está atendiendo el nacimiento de nuestro héroe John. El niño, tras ser palmeado por el médico es envuelto en su mantita y depositado en los brazos del emocionado padre. "Voy a dar a este niñó todas las oportunidades que yo pueda, Doctor"
Pasados los años el pequeño Johny está con unos amigos. Cada uno se pregunta lo que va a ser de mayor. Cuando le toca el turno a Johny, éste responde: "Mi papá dice que yo voy a ser alguien importante". Pero cuando John llega a la edad adulta sigue siendo un don nadie. Con Bert, un compañero de trabajo salen a divertirse con unas chicas de la oficina a Conney Island. Ella son Mary y Artelle. John y Mary se enamoran y contraen matrimonio. Tras su luna de miel en Niágara se instalan en la ciudad donde comienzan a vivir la realidad de las miserias cotidianas, agravadas con el advenimiento de dos hijos.
Un golpe de suerte muestra la cara más amable de los "felices veinte" a la pareja. Ganan un premio de 500 dólares . Todo parece indicarle a John que su padre tenía razón y que la vida le aupa hacia los primeros puestos. Pero como en la canción de Serrat la vida muestra a la pareja su lado más feo. La hija mayor de la pareja es atropellada por un camión cuando cruza la calle.
John queda totalmente destrozado psicológicamente y pierde su trabajo. Mary, aconsejada por sus padres opta por separarse de John. Este solo ve un camino: el suicidio, pero desiste de ello y para seguir adelante consigue el patético trabajo de hombre-anuncio.
Llegamos al final de la película con una cierta y tímida esperanza, y el atisbo de un posible final feliz. John ha vuelto a reunirse con su mujer y su hijo. Vemos al trío sentado entre una multitud de espectadores que ríen las payasadas de un clow en un pequeño teatro de variedades. La cámara se eleva y se aleja. Nuestro protagonista y su famillia se van empequeñeciendo entre la multitud. Los tres son formas anónimas de la gran ciudad. Una gran ciudad que vive su mayor euforia de esperanza sentados justo al lado del abismo de la tremenda crisis del 29.
No quiero pasar por alto la trayectoria vital que corrió James Murray, el actor que dió vida al John Sims de la película.
James Murray nació en el Bronx de Nueva York en 1901, como su protagonista John. Recaló en Hollywood con la esperanza de ser alguien con apenas 20 años. Trabajó como extra en multitud de películas. Haciendo un pequeñísimo papel en una cinta de Vidor, éste se fijó en el muchacho y le mandó llamar porque creía que daba el tipo para ser protagonista de una película que estaba preparando.
James creyó que le estaban tomando el pelo, pero no era así y el actor después de protagonizar "The Crowd" y alabado por la crítica y por el público sintió que ya podía montarse en las grandes letras de Hollywood.....pero no fue así. Tras otro papel en "Thunder" la vida de Murray dió un giro de 180 grados. La bebida y los vericuetos mal dados en su carrera derivaron en la ruina total del individuo, que se vió obligado a mendigar. King Vidor no podía creer que el actor que él mismo aupó se encontrase en aquella ruinosa situación. Trató de convencerle para hacer un papel en su nueva película "El pan nuestro de cada día". El ex-actor rechazó el ofrecimiento porque no quería caridades. En 1936 su cadáver fue encontrado en el río Hudson.
Vidor pergueñó una obra de teatro inspirada en Murray que se tituló "The Actor", pero que jamás llegó a terminar.
Esta es la imagen publicitaria que la MGM realizó del malogrado protagonista de "The Crowd".
Pero antes de hablar de "El mundo marcha" hay que detenerse y hablar de su padre artístico: King Vidor, el gran pionero y uno de los grandes maestros americanos de cine de todos los tiempos. En su filmografía podemos ver reflejada toda la turbulencia social que sacudió a América en la segunda década del siglo. Pero King Vidor también ha sabido retratar personajes de una gran fuerza dándoles a cada uno el toque preciso de emoción para que el espectador sea el que juzgue.
Vidor nació en Galvestón, siendo un niño sobrevivió a un terrible huracán y justamente su primer trabajo tras la cámara fue la filmación de otra tempestad que asoló Galvestón años más tarde. Lo último, pero no lo último. Fue él quien se encargó de la filmación de las escenas del huracán de Kansas en "El Mago de Oz". Todo esto no pasa de la mera curiosidad anecdótica, porque King Vidor fue sobre todo un director comprometido que filmó obras tan grandes, como la que intento comentar y joyas tales como: "The Big Parade", "Our Dayly Bread", "Stella Dallas", "Duel in the ¨Sun", "The Fountainhead" o "Ruby Gentry".
Su carrera como director es posiblemente una de las más largas, del cine americano, ya que comienza en 1913 y se prolonga hasta 1980.
No se si alguno de los lectores conoce una faceta privada de Vidor. En 1922 se cometió el asesinato del actor y director de cine William Desmond Taylor, amigo personal de Vidor. Nunca se resolvió el crimen. Sin embargo King , que investigó de forma privada, escribió unas notas que nunda quiso publicar. Hacia 1986 el escritor Sidney D. Kirkpatrick, declaró en su libro "Cast of Killer" que Vidor sabía toda la verdad sobre el caso. Pero esta historia ya la contaremos en otra ocasión.
Cercano el final de la década de los veinte del siglo pasado, se veían llegar algunos nubarrones que oscurecían la boyante economía mundial. Pero a pesar de todo, y sin hacer caso de algunas voces de cordura, el entusiasmo americano llevaba adelante su actividad industrial como si nada pudiera embarrancar todo aquel esfuerzo.
El espíritu de empresa encontro libre expansión en proyectos que se transformaban y crecían sobre los existentes. El entusiasmo no solo era propio de las grandes ciudades, donde proliferaban las industrias, esa alegría expansiva y la creciente demanda se extendió también en las granjas del mundo rural.
El cine, que también se habia convertido en una industria, vivía ajeno a la depresión que se acercaba a pasos agigantados. El propio Vidor, que cuando acomete el rodaje de "The Crowd" llevaba a sus espaldas una larga experiencia, habla en sus memorias "A Tree is a Tree" de la gran expansión, mejor un paso de gigante, de la producción de todos los estudios de Hollywood que alimentaban los centenares de miles de salas de todo EEUU.
Vidor, a pesar de formar parte de la maquinaria industrial cinematográfica americana, había conocido de primera mano la forma de trabajar de los grandes maestros como Murnau, E.A. Dupont, Fritz Lang y Ernst Lubitsch. Ellos habían curado de la parálisis a la cámara y así el maestro americano pudo filmar su primera obra maestra.
El mismo nos cuenta: "En "The Crowd" yo mostraba a una multitud que entraba y salía de un inmenso edificio comercial en el centro de Nueva York; en ese punto hice girar la cámara hacia arriba encuadrando en el plano los cientos de ventanas que daban idea de la altura del edificio. La cámara filmaba todos los pisos hacia arriba y se detenía en una de las plantas. Allí se detenía y entraba por la ventana. Como si se tratara del ojo de una persona se veían centenares de mesas y cada una de ellas ocupada por un empleado. La cámara seguía recorriendo todos los puestos de trabajo hasta detenerse en un empleado, nuestro héroe.
Billy Wilder tomó esta escena como referencia a su magistral escena inicial de "El Apartamento".
El protagonista de "Y el mundo marcha" es John, un chico joven que forma parte de la inmensa clase media baja americana. El aspira a salir de aquella mediocridad que le ahoga y está seguro de que su futuro no será el de un fracasado.
La escena con la que se abre la película es antológico. Se celebra la festividad del 4 de Julio en una ciudad anónima de los EEUU. Una explosión de fuegos artificiales y paradas celebran el 124 cumpleaños de la Declaración de Independencia, pero en la casa de los Sims está ocurriendo un acontecimiento que no tiene parangón con el que celebra la nación. En un dormitorio situado en la parte alta de una humilde casa el doctor está atendiendo el nacimiento de nuestro héroe John. El niño, tras ser palmeado por el médico es envuelto en su mantita y depositado en los brazos del emocionado padre. "Voy a dar a este niñó todas las oportunidades que yo pueda, Doctor"
Pasados los años el pequeño Johny está con unos amigos. Cada uno se pregunta lo que va a ser de mayor. Cuando le toca el turno a Johny, éste responde: "Mi papá dice que yo voy a ser alguien importante". Pero cuando John llega a la edad adulta sigue siendo un don nadie. Con Bert, un compañero de trabajo salen a divertirse con unas chicas de la oficina a Conney Island. Ella son Mary y Artelle. John y Mary se enamoran y contraen matrimonio. Tras su luna de miel en Niágara se instalan en la ciudad donde comienzan a vivir la realidad de las miserias cotidianas, agravadas con el advenimiento de dos hijos.
Un golpe de suerte muestra la cara más amable de los "felices veinte" a la pareja. Ganan un premio de 500 dólares . Todo parece indicarle a John que su padre tenía razón y que la vida le aupa hacia los primeros puestos. Pero como en la canción de Serrat la vida muestra a la pareja su lado más feo. La hija mayor de la pareja es atropellada por un camión cuando cruza la calle.
John queda totalmente destrozado psicológicamente y pierde su trabajo. Mary, aconsejada por sus padres opta por separarse de John. Este solo ve un camino: el suicidio, pero desiste de ello y para seguir adelante consigue el patético trabajo de hombre-anuncio.
Llegamos al final de la película con una cierta y tímida esperanza, y el atisbo de un posible final feliz. John ha vuelto a reunirse con su mujer y su hijo. Vemos al trío sentado entre una multitud de espectadores que ríen las payasadas de un clow en un pequeño teatro de variedades. La cámara se eleva y se aleja. Nuestro protagonista y su famillia se van empequeñeciendo entre la multitud. Los tres son formas anónimas de la gran ciudad. Una gran ciudad que vive su mayor euforia de esperanza sentados justo al lado del abismo de la tremenda crisis del 29.
No quiero pasar por alto la trayectoria vital que corrió James Murray, el actor que dió vida al John Sims de la película.
James Murray nació en el Bronx de Nueva York en 1901, como su protagonista John. Recaló en Hollywood con la esperanza de ser alguien con apenas 20 años. Trabajó como extra en multitud de películas. Haciendo un pequeñísimo papel en una cinta de Vidor, éste se fijó en el muchacho y le mandó llamar porque creía que daba el tipo para ser protagonista de una película que estaba preparando.
James creyó que le estaban tomando el pelo, pero no era así y el actor después de protagonizar "The Crowd" y alabado por la crítica y por el público sintió que ya podía montarse en las grandes letras de Hollywood.....pero no fue así. Tras otro papel en "Thunder" la vida de Murray dió un giro de 180 grados. La bebida y los vericuetos mal dados en su carrera derivaron en la ruina total del individuo, que se vió obligado a mendigar. King Vidor no podía creer que el actor que él mismo aupó se encontrase en aquella ruinosa situación. Trató de convencerle para hacer un papel en su nueva película "El pan nuestro de cada día". El ex-actor rechazó el ofrecimiento porque no quería caridades. En 1936 su cadáver fue encontrado en el río Hudson.
Vidor pergueñó una obra de teatro inspirada en Murray que se tituló "The Actor", pero que jamás llegó a terminar.
Esta es la imagen publicitaria que la MGM realizó del malogrado protagonista de "The Crowd".
9 comments:
Un placer leerte Anro, excelente entrada!!!
Saludos.
Sinceramente, Antonio, me ha sabido a poco; me he quedado con la miel en los labios; has acabado una excelente entrada de una forma que me lleva a pedir más.
Por no hablar de la interesante línea abierta del asesinato del amigo de Vidor, que apuntas y no esclareces.
¡Eso no se hace, coño!
¡Sigue! ¡Sigue!
Que nos quedamos a medias....
Hasta que no lo acabes, no hay abrazo, ¡hala!
Gracias amigo agradezco en lo que vale el cumplido.
Un abrazote.
Creo que voy a hacerte caso Josep. El caso Desmond es más que interesante y voy a tratar de escribirlo de forma aún más interesante.
Me ha gustado el reto.
Un abrazote.
Muy buen post. Hay que ver lo que aprende uno contigo Anro. ¿qué ocurrió con Vidor? Cuenta, cuenta que estoy impaciente.
Saludos.
Nos leemos
Ok Crowley hay una continuación en camino sobre la "historia" de Desmond Taylor en la que pondré a prueba a los lectores.
Un abrazote
En los terrenos por los que me muevo habitualmente, como sabes, King Vidor es un imprescindible. Y El mundo marcha está inevitablemente en mi agenda. Ya comenté Stella Dallas y El campeón. Y tengo vista El manantial.
Pero lo que no tenía previsto es aprender tantísimo leyendote y encima que nos prometas novela negra de la buena con el curioso caso de Desmond Taylor.
Esto no es un blog. Esto es la Universidad.
Saludos
Bueno, bueno, Father Caprio, te agradezco enormemente tu comentario. Como digo siempre, eso es un empujón más para seguir haciendo las cosas bien y mejor. Es un placer compartir conocimientos y placeres cinematográficos con los amigos que tienen tu misma afición.
Muchísimas gracias y un abrazote
La verdad es que Vidor nunca me gustó. Creo que a los americanos no se les ha dado bien el realismo social. Lo mejor que han dado para mi gusto fueron esas películas de cine negro en las que había un retrato social de fondo muy duro aunque a veces metafórico.
Con tu permiso te enlazo.
Un saludo. Sigue así.
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