Durante los años cuarenta hubo una eclosión de talentos en el cine de Hollywood. Directores (muchos de ellos emigrados de Europa), actrices y actores, guionistas e incluso músicos se juntaban para dar lo mejor de sí mismos. Esto dió lugar a la producción de verdaderas obras de arte, que hoy son imitadas hasta la saciedad. Ellas, por sí mismas, son el legado artístico de aquella época de la Historia del Cine.
De las poquitas cosas, que según el tópico, se podrían llevar a una isla desierta, yo elegiría sobre otras muchas películas "Double Indemnity" o "Perdición" (como se llamó en España, con notable mal sentido), del maestro Billy Wilder. A esta cinta le tengo verdadero respeto y admiración por muchas razones pero sobre todo por la emoción que me embargó la primera vez que la ví. Su cinismo sombrío y la relación turbia de los dos protagonistas me noquearon como una droga dura. He aquí porqué Wilder fue un maestro.
Esta película era tan solo la tercera que el vienés rodaba tras "El Mayor y la Menor"(1942) y "Cinco tumbas al Cairo"(1943). Ubicó la acción en la ciudad de Los Angeles-California, durante el verano de 1938. Utilizó decorados naturales, tales como la Estación de Trenes de Glendale, el Hollywood Bowl y una casa de estilo español en Québec Street.
El material literario de la película tiene como base una novela, no demasiado buena, de James M.Cain, que originariamente se tituló "Three of a Kind" y había sido publicada en forma de serial en la revista Liberty Magazine. M.Cain no era conocido solo por esta obra, ya había publicado en 1934 "El cartero siempre llama dos veces", que en 1936 se representó como obra teatral. Sin embargo fue Wilder quien primero se fijó en la obra del novelista para traspasarla a la gran pantalla. El se percató del interés que se podía sacar de aquella obrita y tras hacerse con los derechos escribió el guión en colaboración con el novelista Raymond Chandler.
Que Wilder se fijara en la obra de M.Cain reportó al autor una gran suerte ya que "El cartero siempre llama dos veces" fue llevada a la pantalla por Visconti en 1942 (hay que destacar que esta adaptación ,"Ossessione" fue su título en italiano, no había sido autorizada por el novelista)Tay Garnet en 1946 y Bob Rafelson en 1981. Otra de sus obras "Mildred Pierce"(1945) fue protagonizada por Joan Crawford.
"Double Indemnity", esta casi perfecta obra de arte, no mereció, según los académicos, premio alguno en la Gala de los Oscar a pesar de sus siete nominaciones: Mejor película, mejor actriz (Barbara Stanwyck), mejor director, mejor guión, mejor fotografía en blanco y negro (John Seitz), mejor sonido (Loren Ryder) y mejor música para un film dramático (Miklos Rozsa). Esta discriminación a la hora de premiar la película tuvo mucho que ver con la inconveniencia de un tema tan pesimista, mostrado tan crudamente, en años tan díficiles de guerra.
No se explica, abundando en el tema de los oscars, que se marginasen tan groseramente en las nominaciones al resto de los co mponentes del trio interpretativo: Fred McMurray y Edward G.Robinson, quienes bordan sus papeles de forma admirable.
Existe una anécdota, que probablemente no sea del todo cierta. Cuando el director, ganador del oscar, Leo McCarey se acercaba para recoger su galardón por la blandengue "Going My Way", Wilder, que estaba sentado al borde del pasillo, sacó la puntera del zapato y zancadilleó al rival que le había arrebatado el oscar. Probablemente lo que ocurrió en realidad fue que Mc Carey tropezara sin más.
Como esta película merece una extensión tranquila, para ser degustada, me voy a remitir a próximas entregas que mostraré en tres bloques, como los antiguos actos teatrales: exposición, desarrollo y desenlace. No me tachen de pesado, solo quiero que ustedes lean esta película y despues la vean mil veces sin cansarse.
De las poquitas cosas, que según el tópico, se podrían llevar a una isla desierta, yo elegiría sobre otras muchas películas "Double Indemnity" o "Perdición" (como se llamó en España, con notable mal sentido), del maestro Billy Wilder. A esta cinta le tengo verdadero respeto y admiración por muchas razones pero sobre todo por la emoción que me embargó la primera vez que la ví. Su cinismo sombrío y la relación turbia de los dos protagonistas me noquearon como una droga dura. He aquí porqué Wilder fue un maestro.
Esta película era tan solo la tercera que el vienés rodaba tras "El Mayor y la Menor"(1942) y "Cinco tumbas al Cairo"(1943). Ubicó la acción en la ciudad de Los Angeles-California, durante el verano de 1938. Utilizó decorados naturales, tales como la Estación de Trenes de Glendale, el Hollywood Bowl y una casa de estilo español en Québec Street.
El material literario de la película tiene como base una novela, no demasiado buena, de James M.Cain, que originariamente se tituló "Three of a Kind" y había sido publicada en forma de serial en la revista Liberty Magazine. M.Cain no era conocido solo por esta obra, ya había publicado en 1934 "El cartero siempre llama dos veces", que en 1936 se representó como obra teatral. Sin embargo fue Wilder quien primero se fijó en la obra del novelista para traspasarla a la gran pantalla. El se percató del interés que se podía sacar de aquella obrita y tras hacerse con los derechos escribió el guión en colaboración con el novelista Raymond Chandler.
Que Wilder se fijara en la obra de M.Cain reportó al autor una gran suerte ya que "El cartero siempre llama dos veces" fue llevada a la pantalla por Visconti en 1942 (hay que destacar que esta adaptación ,"Ossessione" fue su título en italiano, no había sido autorizada por el novelista)Tay Garnet en 1946 y Bob Rafelson en 1981. Otra de sus obras "Mildred Pierce"(1945) fue protagonizada por Joan Crawford.
"Double Indemnity", esta casi perfecta obra de arte, no mereció, según los académicos, premio alguno en la Gala de los Oscar a pesar de sus siete nominaciones: Mejor película, mejor actriz (Barbara Stanwyck), mejor director, mejor guión, mejor fotografía en blanco y negro (John Seitz), mejor sonido (Loren Ryder) y mejor música para un film dramático (Miklos Rozsa). Esta discriminación a la hora de premiar la película tuvo mucho que ver con la inconveniencia de un tema tan pesimista, mostrado tan crudamente, en años tan díficiles de guerra.
No se explica, abundando en el tema de los oscars, que se marginasen tan groseramente en las nominaciones al resto de los co mponentes del trio interpretativo: Fred McMurray y Edward G.Robinson, quienes bordan sus papeles de forma admirable.
Existe una anécdota, que probablemente no sea del todo cierta. Cuando el director, ganador del oscar, Leo McCarey se acercaba para recoger su galardón por la blandengue "Going My Way", Wilder, que estaba sentado al borde del pasillo, sacó la puntera del zapato y zancadilleó al rival que le había arrebatado el oscar. Probablemente lo que ocurrió en realidad fue que Mc Carey tropezara sin más.
Como esta película merece una extensión tranquila, para ser degustada, me voy a remitir a próximas entregas que mostraré en tres bloques, como los antiguos actos teatrales: exposición, desarrollo y desenlace. No me tachen de pesado, solo quiero que ustedes lean esta película y despues la vean mil veces sin cansarse.
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