Wednesday, April 28, 2010

EL HOMBRE QUE ESCRIBIA HISTORIAS PARA EL CINE (SEGUNDO)

Ha sido como el soplo fortísimo de un huracán, pero he podido superarlo. El brillo de un relámpago cruza el cielo londinense. Me encuentro en Great Queen Street y frente a mí la Freemasons' Tavern. Dentro debe de estar celebrándose algún evento porque oigo el murmullo de los brindis. Me dirijo hacia el local. Nadie me impide la entrada. Como esperaba allí se encuentra mi anfitrión rodeado de varios invitados, Lord Lytton entre ellos. Este, visiblemente emocionado levanta una copa al tiempo que pronuncia unas sentidas palabras: "Dichoso el hombre que muestra con claridad sus títulos a las prerrogativas del genio cuando aun está vivo para gozar de las reverencias y la gratitud de aquellos a quienes sometió su imperio".

Dickens, que siempre ha sido sensible al halago acepta el brindis agradecido y orgulloso. En ese momento su mirada se cruza con la mía. Es la señal y tan pronto el resto de los invitados se enzarzan en conversación el maestro se levanta con parsimonia y se dirige al rincón donde me encuentro envuelto en semipenumbra.

-Así que de nuevo ha vuelto. Tenía la seguridad de que volveriamos a vernos. Sientese, por favor, podemos hablar con tranquilidad, ellos no notarán ahora mi ausencia.

- Me preocupa su aspecto, maestro, le noto muy distinto a la última vez que nos vimos, o tal vez sea esta atmósfera, tan distinta a la de Gadshill Place.

- Son las sesiones de lecturas, amigo mío, y esa terrible gira por EE.UU. que me ha dejado agotado. Tengo cierta debilidad en mi brazo izquierdo. En ocasiones no lo siento....pero no nos preocupemos de estas nimiedades.

Quiero retomar la conversación y un sinfín de preguntas se agolpan en mi boca con atropello. Se que no tengo mucho tiempo y deseo emplearlo lo mejor posible.

- ¿Por qué decidió emprender una segunda gira por América a pesar de las razones disuasorias de su amigo Forster? ¿No es cierto que se dejó seducir por motivos meramente económicos, aunque usted le pusiera la etiqueta de artísticos?

- ¡Vaya, no esperaba que usted pensara eso! Pero le voy a ser sincero. No puedo negar que el dinero, a pesar de mi posición más que desahogada, fue un canto de sirena a mis oídos, pero le voy a decir también algo que en su día no confesé con la suficiente claridad. Usted mismo me ha dicho al principio lo diferente que me ha visto físicamente. Nunca he querido confesar mi repugnancia a creer que pueda estar enfermo y acabado. Esa fue la principal razón para viajar a América, un reto a mí mismo de que podía y puedo convocar multitudes para que conozcan mi obra.

- Su paso por Nueva York fue todo un delirio. Un periodico llegó a decir que era más conocido allí que en Inglaterra.
- Me hizo tremendamente feliz aquella declaración. Se hacían colas interminables para escucharme y conozco a millares de americanos que hicieron un gran sacrificio con tal de verme. Era maravilloso como aquellos hombres y mujeres gritaban hasta el llanto mi nombre y alzaban alguno de mis libros en señal de respeto y amor hacia mí. Fue una emoción indescriptible.

- Los escritores americanos se le rindieron incondicionalmente. En su primer viaje Tanto Irving, como Felton y Longfellow fueron sus adalides e incluso fueron grandes propagandistas de su obra al tiempo que amigos.

- Desgraciadamente en mi segundo viaje muchos de ellos habían desaparecido y un trágico suceso había golpeado a Longfellow....su mujer, por un desgraciado accidente pereció pasto de las llamas y se abrasó, a pesar de los desesperados esfuerzos de mi amigo por ayudarla envolviéndola en una alfombra. Fue un suceso triste y lamentable que transformó a Longfellow en la sombra de sí mismo.

- Volviendo a su época más temprana. Desarrolla una actividad incansable. Escribe larguísimas novelas, funda y publica novelas, durante un tiempo editó un diario.....lo cual no le eximía de lucirse como una persona de mundo.

- Sin embargo estos detalles, digamos mundanos, será lo que menos tendrán en cuenta las gentes de su tiempo. Sí, es cierto que tuve aspiraciones de actor, e incluso tomé clases de dicción porque no podía evitar mi acento cockney. Pero estaba en mi ser natural mi jovialidad, mi exuberancia vital y mi risa contagiosa....eso, modestia aparte solían ser mis armas de seducción con las damas.

- Sin embargo, a pesar de frecuentar círculos aristocráticos, se le ha reprochado que jamás haya logrado retratar con propiedad este tipo de sociedad.

- Tenga en cuenta lo que ya le dije en su momento. Mi infancia transcurrió en los barrios bajos de Londres. Creo que un novelista puede trabajar con más propiedad los caracteres con los que ha convivido en la niñez. Me viene a la memoria un comentario de Fielding a este respecto: "Una de las razones por las que muchos escritores ingleses han fracasado con estrépito al describir las costumbres de la alta sociedad podría ser que en realidad no saben nada de ella. Sucede que a este orden superior de mortales no puede vérseles, como al resto de la especie humana, en las calles, las tiendas y los cafés".

- Hubo un cierto cotilleo entre la clase alta, concretamente , cuando Lord Jeffrey escribió a su amigo Lord Cockburn escandalizado por la suntuosa cena que usted le había ofrecido en su nuevo domicilio de Tavitock House.

- Mis ingresos me lo permitían. Quería que mi esposa e hijos gozaran del privilegio que se me había negado en mis años de niñez. Naturalmente contraté un buen servicio de doncellas, cocinera y criados y me compré un carruaje. Cuando invité a Lord Jeffrey no me movía turbarle con aspavientos de nuevo rico sino agasajarle con mi natural generosidad y alegría.

- El raudal de dinero que entraba en sus cuentas tenía ciertos desagües ¿No es cierto?

- La familia de mi padre, la de mi madre y la de mi esposa eran una dolorosa sangría...lo admito con pesar.

- Al principio hablamos de su segundo viaje a EEUU. ¿No es cierto que en su primer viaje a esta nación tuvo algunos tropiezos y algunos errores de bulto?

- No, no fue exactamente así. Fui agasajado como ningun otro escritor lo fuera antes, pero la prensa de ese pais es implacable a la hora de invadir la intimidad de cualquier personaje público noticiable, y si no colaboras con ellos y no te exhibes como un mono en un zoológico cargan las tintas sobre tí. Yo pequé de inocente y cometí un tremendo fallo, que ellos aprovecharon. Durante un discurso mencioné el desamparo de los escritores frente a los editores, quienes podían utilizar cualquiera de nuestras obras sin tener que pagar un penique por los derechos de autor. La reacción fue absolutamente virulenta y me tacharon de mercenario. Por contrapartida, en Filadelfia estuve estrechando manos durante dos horas

- Voy a preguntarle sobre un tema muy delicado Sr. Dickens. En 1836 se casó usted con Kate, la hija mayor de George Hogarth. Pero nada más instalarse con su mujer en su primer domicilio de Furnival's Inn invitó a su linda cuñada de 16 años, Mary, a vivir con ustedes. ¿Es cierto, como suponen muchos de sus biográfos que realmente estaba usted enamorado de Mary y no de Kate, que nunca fue una mujer muy notable?

Al maestro se le endurece el rostro y su mirada se torna oscura.

- Esa pregunta me trae una marea de recuerdos. Mire usted esta sortija. Perteneció a la adorable Mary. El día que murió le quité este anillo de su dedo y nunca me lo he vuelto a quitar. Mari era una criatura encantadora, alegre y de afable compañía. Comprendía todos mis pensamientos y sentimientos más que nadie que haya conocido o conoceré nunca. ¡Ojalá un día pueda reunirme con ella!

- Perdóneme, pero hubo otra persona de su familia que le consoló de la pérdida de Mary y ésta fue su también cuñada Georgina.

- Georgina llegó a casa algunos años después, cuando contaba la misma edad que Mary. Las veladas en las Georgy, Kate y yo estábamos sentados juntos me parecía creer que la muerte de Mary había sido un triste sueño del que acababa de despertar. Tal era el parecido de Georgy con su hermana Mary.- Hace una pausa y sonríe.- Georgy era muy bonita, y tenìa un talento especial para la imitación, lo que me divertía hasta la carcajada. Descubrí en ella una confidente útil y fiable.

- Su mujer Kate no fue feliz en su matrimonio. En realidad solo fue para usted la hembra de cría de su numerosa prole. Ella habia callado todas sus veleidades e incluso permaneció callada aun sospechando su "real" o "platónica" relación con Mary y Georgy, pero estalló cuando usted se enamoró de una hermosa actriz de 18 años llamada Ellen Ternan.

- Debo confesar que a partir de entonces mi relación con Kate se volvió muy tensa. Para agravarla más aun el problema Kate recibió por equivocación el obsequio de una pulsera que yo había comprado para Ellen. Hizo una escena terrible.

- Entonces se decidió la separación total.

- Yo no quería que las cosas llegaran a ese punto pero Kate decidió instalarse en una casita a las afueras de Canden Town y una renta anual de seiscientas libras. Mi hijo mayor Charles se fue a vivir con ella durante un tiempo. Desgraciadamente Kate cayó en la debilidad de la bebida y Georgy tuvo que hacerse cargo de los niños.

- No quiero abundar en este tema Sr. Dickens y tampoco quiero forzarle a contestar algo que jamás se permitió aclarar: su auténtica relación con Georgina. Muchos han pensado que tanto usted como Georgy no pensaron en casarse por la reticencia de la Iglesia y el EStado hacia el matrimonio con la hermana de la primera esposa. Ambos estamentos consideraban cierto tipo de incesto en esas relaciones.

El maestro no hace ningun comentario al respecto, como era de esperar.

- Algunos estudiosos de su obra, reconociendo los méritos de sus novelas señalan que es usted artificioso en sus argumentos. Señalan que a sus novelas les falta un alto grado de seriedad y que rebosan ingenuidad, sobre todo si se las compara con la obra de los maestros rusos o franceses.

Dickens esboza una sonrisa y sus ojos se elevan por encima de mi hombro. Hace un gesto con la cabeza como señalándo algo a mis espaldas. Sigo su gesto y asombrado veo desfilar una serie de personajes a los que logro identificar: Fajín, Micawber, Peggotty, Oliver Twist, Copperfield, Mr. Scrooge, Uriah Heep, Mr. Pickwick.......Todos ellos y muchos más me hacen el saludo propio de los actores cuando salen a escena.
Emocionado me vuelvo hacia el maestro. Ya no está frente a mí. Entonces me doy cuenta de lo que ha querido decirme. Los críticos pueden decir lo que quieran pero los personajes que salieron de la pluma de este inigualable maestro son tan reales como nosotros. Están vivos.

Salgo a la calle. La noche se ha tornado tranquila y quieta. Se ha producido un cambio. Hay mucha gente deambulando por los alrededores. Los coches pasan a toda velocidad por el asfalto. Un enorme bus rojo se acerca hacia la parada, En uno de sus laterales veo el anuncio de un musical: "Oliver", un espectáculo del Dominion Theater.

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NOTA ACLARATORIA.- Para realizar este trabajito he utilizado una muy buena biografía de Dickens titulada "Dickens: Public Life and Private Passion" de Peter Ackroyd. También me he basado en un magnífico volumen de William Somerset Maugham.
Naturalmente he utilizado solo una diezmillonésima parte de lo mucho que hubiera dado de sí una "verdadera" entrevista con el Maestro.




Saturday, April 24, 2010

EL HOMBRE QUE ESCRIBIA HISTORIAS PARA EL CINE (PRIMERO)

Algunos de vosotros, que ya me conoceis, sabeis que de vez en cuando, cual personaje de la serie "Perdidos" tengo una facultad especial para viajar en el tiempo. Este privilegio me ha dado muchas satisfacciones, pero lo que hoy voy a intentar narrar ha superado todas mis espectativas.

Es un expléndido día de verano. Hay un brillante azul en el cielo y me dirijo desde la cercana villa de Higham, en el condado de Kent, hacia la mansión de Gad's Hill. Juro que no se cómo he llegado hasta aquí ni lo que me espera en ese imponente edificio de ladrillo rojo que domina la verde colina por la que asciendo.
A contraluz veo una silueta oscura. Me acerco y de pronto tengo la convicción de que el individuo que me espera es el objeto de mi viaje.
Es un hombre bien plantado pero no muy alto. Me recibe con una gran sonrisa y un fuerte apretón de manos. Inmediatamente caigo en la cuenta de que he visto su cara en numerosas ilustraciones, pero sobre todo recuerdo la imagen que he visto colgada en la National Portrait Gallery de Londres. Tengo delante de mí a uno de los personajes literarios más extraordinarios del siglo XIX, Charles Dickens.

- Encantado de conocerle Sr. Dickens, me siento extraordinariamente honrado de que haya accedido a recibirme.
- El placer es mío, Sr.....no recuerdo cómo dijo que se llamaba.
- Rodriguez, sr. Dickens, un poquito largo y difícil de pronunciar para ustedes, los anglosajones.
- No se preocupe, pero venga, venga que le voy a presentar a mis invitados.

Al igual que en su retrato de la Portrait Gallery, la mirada de mi anfitrión despide una luz brillante, tal vez un reflejo de los sentimientos que se caldean en su espíritu. Su gesto es grave pero no produce incomodo alguno. A pesar de que debe de tener una edad que sobrepasa los sesenta conserva todo el cabello, un tanto gris, en cuidadas ondulaciones. Viste como un dandy, pero tiende a la exageración. Su levita es de terciopelo azul oscuro, el chaleco es de llamativos cuadros rojos y de su bolsillo izquierdo pende un pañuelo también rojo. Se cubre del sol veraniego con un sombrero panamá blanco.

Hay unas treinta personas en unos cenadores de toldos blancos, charlan animadamente en torno a las mesas donde se sirven bebidas y alimentos. Varios niños revolotean juguetones en el prado delantero de la mansión.
Dickens me presenta a su familia. También a sus invitados, entre estos me sorprende conocer en persona a Hans Christian Andersen, un hombre extraordinariamente feo, y a Wilkie Collins, el padre de la novela policíaca. Este último me saluda de forma muy extraña y me mira de hito en hito con ojos extraviados. Siento un leve escalofrío cuando le choco la mano.
Departo con todos ellos, me sorprendo de la naturalidad con la que hablan conmigo . No tiene importancia, al parecer, que sea la primera vez que me mezclo en sus vidas (de forma inexplicable, obviamente). Cuando la tarde comienza a declinar Charles Dickens me lleva a su escritorio para llevar a cabo la entrevista, objeto de mi viaje.

- Antes de comenzar he de decirle Mr. Dickens, que muchas de sus novelas e historias han sido adaptadas a un invento de finales de su siglo, llamado cinematografo.
- Curioso...pero no acabo de entender de qué se trata ese invento y cómo pueden adaptarse mis obras a él. Yo únicamente concibo adaptar una novela en obra teatral. O tal vez me esté hablando de alguna técnica mismérica.
- El cinematografo es una sucesión de imágenes en movimiento, que se proyectan en una pantalla plana. La obra se ve como si se tratara de una acción teatral, pero los actores son retratos en movimiento. Esto es una definición torpe del invento pero no sabría explicarselo de otra manera Sr. Dickens.
- Me hago cargo, y lo encuentro curioso, sí, realmente curioso. Y sí , hay algo de mismerismo en ello.

Hago una pausa para comenzar mi interrogatorio. En realidad no tengo un programa previsto, suelo hacer uso de la improvisación, pero creo que lo más sencillo es empezar por la raices familiares y los primeros años de mi entrevistado.

- Tengo entendido que su padre, John, fue un hombre....digamos, algo peculiar.
- No tenga reparos en decirlo, sí, mi padre siempre fue un insensato, pero al mismo tiempo he de reconocer que tenía un buen corazón, era generoso, nada necio y trabajador, pero inconstante y siempre arrastrando problemas económicos, que nos asolaron a todos los miembros de la familia.

- Cuando leí su magnífica novela "DAvid Coperfield" me llamó la atención que Mr. Micawber guarda un parecido extraordinario con la peripecia vital de su propio padre. ¿Se inspiró acaso en su progenitor para este magnífico retrato novelesco?

- Ja, ja, ja sí, algo he oído al respecto y no le puedo negar que mi padre se parece demasiado a Mr Micawber. Mi progenitor pasó demasiados años en prisión, al igual que Mr. Micawber, por las deudas que contrajo. No le culpo de nada. Cuando comenzamos a vivir en Chatham él estaba en buena posición económica y en casa disponíamos de una biblioteca bastante nutrida de buenos ejemplares. Entre aquellos libros descubrí "El Quijote" de Cervantes y "Gil Blas de Santillana" de Lesage. Fueron muy interesantes por los conocimientos que me dieron del noble arte de escribir. Ustedes pueden sentirse orgullosos de Cervantes, uno de los genios literarios más grandes que han existido. Aquel oasis económico duró bien poco e incluso todos los ejemplares de aquella biblioteca hubieron de ser vendidos para pagar a los acreedores que nos acosaban.

Hace una pausa y adopta una expresión grave

- Confieso que cuando era niño no comprendía cómo mi padre podía comportarse como lo hacía y nos obligaba a cosas que detestábamos. Yo mismo tenía que cuidar de mis hermanos pequeños lo cual me privaba de acudir al colegio. Eso me enfurecía y tal que podía evadirme callejeaba por Canden Town. En ocasiones me arriesgaba en el Soho o Limehouse, sitios no especialmente recomendables para un chico de corta edad.

- También trabajó usted en una fábrica de betún....

- Se lo dije a mi amigo John Forster, el primero que se interesó en escribir mi vida, y ahora se lo digo también a usted. Aquel episodio es una cuestión tan dolorosa que prefiero no hablar de ello. No he podido olvidarlo jamás, e insisto no voy a decir nada más sobre ello.

- Es extraño Sr. Dickens porque personas eminentes de la política o de las artes se han jactado de haber lavado platos o de vender periodicos por la calle ¿por qué considera un agravio tan grande o un secreto tan vergonzoso el haber trabajado en una fábrica de betún?

- No insista, por favor, punto final a ese asunto.

Logro cerrar el grifo de mi curiosidad y tras una pausa cambio de tema.

- A pesar de todas las vicisitudes de su niñez entra en su juventud con una formación más que respetable y con un puesto de trabajo envidiable en un despacho de abogados, ganando quince chelines a la semana.

- Sí, pero me aburría soberanamente y lo que es más importante , en aquel bufete no iba a prosperar así que valiéndome de mis conocimientos ingresé como relator en el Tribunal Consistorial de Doctors' Commons (Tribunal eclesiástico de Londres)

- En esa época se enamoró por primera vez ¿cierto?

El semblante del maestro se ilumina

- ¡Ah, la pícara Maria Beadnell!¡cuántos quebraderos de cabeza le dió al joven Charles!.....Han pasado muchos años, demasiados. Era una coquetuela empedernida. Prometía todo y te quitaba todo. Mi inexperiencia juvenil me impedía ver que ella lo único que trataba era de divertirse conmigo. Excitarse con la experiencia de un amante, pero sabía demasiado bien que yo no tenia ni un penique. Aquello se quebró. Pero ¿sabe? volvimos a vernos años más tarde. Las cosas habían cambiado. Ella era una mujer casada. Había engordado demasiado y sus modales eran vulgares y estúpidos.

- ¿No fue una cierta venganza utilizarla, como personaje en alguna de sus novelas?
- ¡Vaya, todo trasciende! Efectivamente ella es la Flora Finching de "La pequeña Dorrit" y la Dora de "David Copperfield".
- Entramos en los comienzos de su vida literaria. ¿Cómo empezó a emplear su imaginación por medio de la pluma?

- El aburrimiento, sencillamente el aburrimiento. Llevaba alrededor de un año trabajando en la Cámara de los Comunes. Teníamos horas libres para leer "The Morning Chronicle". En ese medio se publicaban cientos de historias que ocurrían en las calles de Londres. Pensé que yo podía también escribirlas y así lo hice, pero no me pagaron ni un penique por ellas.

- Ya, igual que nos ocurre a los blogueros en internet.

- ¿Perdone?....no lo he entendido....¿blogueros?...¿internet?

- No, no se preocupe Sr. Dickens, ha sido un "lapsus liguae" de mi época. Continue, por favor.

- Sí, le decía que no me pagaron nada por aquellas historias, pero hubo alguien que se fijó en ellas. Un editor , llamado Mr. Macrone, me propuso editarlas en dos volúmenes, ilustrados por Cruickshank. Convinimos en titularlos "Cuentos de Boz". He de decir con la mayor complacencia que recibí muy buenas críticas y un sustancioso bocado económico. Nada menos que ciento cincuenta libras.
- ¡Una gran fotuna! sobre todo para un joven que no tenía ninguna experiencia literaria. Tengo entendido que su primera novela "Los papeles póstumos del Club Pickwick" fue un encargo que en principio usted era reacio a escribir.

- El encargo era una narración sobre un club de deportistas, tema en el que confieso no saber nada. Los deportes nunca han sido mi fuerte....pero los honorarios eran demasiado tentadores para resistirse. Ciertamente los primeros cinco números no tuvieron mucho éxito, pero pronto todo Londres se volvió "pickwickariano". Lo comerciantes utilizaban esta palabra para recomendar sus artículos, las mascotas se llamaban como los personajes de la novela e incluso se compusieron canciones. Aquel inusitado éxito me llenó de satisfacción.

- Fué lo que en mi siglo llamaríamos un éxito mediático, pero tengo que hacer hincapié en algunas críticas de ilustres escritores que no se sumaron al agasajo popular. Tackeray dijo "Admito su genio, pero aborrezco su arte", Huxley, "Dickens pierde la facultad de ver la realidad" o el muy negativo Brookfield, "La estructura es horrible. Seguramente jamás ha existido u na novela peor"......

- Le cito a Polibio que señalaba "Tan fácil es censurar los errores como difícil no incurrir en ellos". Como comprenderá todo artista de éxito es un blanco fácil para los que solo se preocupan de disparar dardos.

Mi entrevistado, considerado uno de los más grandes narradores de todos los tiempos , yergue su cabeza con orgullo. Sabe positivamente que tras "Oliver Twist", "Nicholas Nickleby" y "La tienda de Antiguedades" su carrera no va a detenerse en su ascenso. Macready, el empresario más prestigioso del Covent Garden da una cena de despedida. En agradecimiento a la dedicatoria que Dickens le ha regalado en su libro "Niccholas Nickleby" le invita al evento. Allí está la flor y nata de la sociedad londinense presidida por el Duque de Cambridge. El joven maestro se luce con su oratoria. En su aun corta experiencia mundana ha aprendido a decir solo aquello que es importante decir y calla aquello que no le conviene. Se ha convertido en un perfecto hombre de mundo. El sabe y valora que sólo unos años antes apenas parecía encontrar mundo para ser hombre.

Ha caido la noche y aun hay muchas cosas que el escritor tiene que desvelarme , pero las sombras parecen fundirlo y mi tiempo en el pasado se disuelve. Espero que se me conceda una segunda oportunidad. Confio plenamente en ello.






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Thursday, April 22, 2010

UNA "PALABRA" SUBLIME

"Ordet" o "La Palabra", es para muchos (también para mí) la obra maestra del director Carl T. Dreyer. Seguramente hoy no sería posible su realización por la sencilla razón de que no habría lugar para su exhibición en los actuales cines comerciales.
Dreyer se basó en la obra teatral "I Begyndelsen var Ordet", escrita por el clérigo danés Kaj Munk en 1925 y representada por vez primera en Copenhagen en 1932. La obra fue llevada al cine antes de que el director danés se decidiera a filmarla. Dreyer no utilizó todo el texto, sino solo una tercera parte de la obra original. Esta decisión no fue muy bien vista por los círculos culturales ya que suponía una traición a Kaj Munk, un héroe y mártir patriota, fusilado por los alemanes en 1944.

Pero todos callaron y se sorprendieron cuando los maravillosos fotogramas de "Ordet" llegaron a las pantallas danesas.

"La Palabra" se centra en una familia de granjeros, los Borden. Cuando comienza la película, Johannes el mediano de los hijos de Morten, viudo desde hace unos años, ha salido de la casa presa de sus desórdenes mentales. Anders el menor de los hijos da cuenta al padre de su preocupación por el hermano y sus desvaríos. Inger, la nuera, una mujer rebosante de salud y llena de vitalidad se asoma a la ventana y ve con preocupación cómo Johannes se aleja. Mikkel, el hijo mayor y esposo de Inger, comenta a su mujer que Johannes, en su locura, tal vez es más feliz que ellos en su razón. Sin embargo se apresta a salir inmediatamente a la búsqueda de Johannes.
Mikkel y su padre, que también ha salido, escuchan, con amargura y resignación, las peroratas religiosas del loco, que desde una colina, maldice a los que no tienen fe y han olvidado a Dios. Johannes se cree nada menos que Jesucristo.

Cuando padre e hijo logran convencer a Johannes de volver a casa, éste enciende unas velas en la ventana para según él, iluminar la oscuridad de las almas que están en tinieblas. Nadie en la casa se opone a la locura del hijo y del hermano, lo dejan hacer como algo sin remedio. Inger, como si esto fuera la cosa más natural del mundo, apaga las candelas y las vuelve a colocar en su sitio. Después sirve el café al resto de la familia, que se ha reunido en el salón.

Mikkel reprocha a su padre que obligase a su hermano a estudiar teología. El piensa que de ahí deriva la locura de aquel. Morten le replica que obró con su mejor voluntad. El propósito, según él, era que dadas las cualidades intelectuales del muchacho, una buena preparación teológica lo convertiría en un autentico reformador religioso.
Mikkel cuyo ateísmo es manifiesto prefiere dejar de discutir con su padre y se retira junto con Andres, su hermano menor.
Inger intenta consolar a su suegro, que está desolado con la enfermedad del hijo. Llega a confesar a su nuera que a pesar de sus creencias ni siquiera tiene fe en un milagro. Le dice a Inger con amargura que hoy los milagros no existen. La mujer, con dulzura, le insta a seguir rezando, ya que según su juicio, nada es imposible para Dios.

Mikkel discute con su mujer. Está harto de la religiosidad de su padre y quien verdaderamente le preocupa es su hermano. Inger, también comprensiva con su esposo, le reitera lo mucho que admira la bondad de su corazón y la honradez que preside todo lo que hace. Mikkel agradece la confianza de ella, pero le reitera que nada le hará creer en Dios.

Pasado este episodio la familia tropieza con otro hecho que tendrá importancia posterior. El joven Anders habla con Inger y Mikkel para que le ayuden a convencer a su padre de pedir la mano de la joven Anne, hija del sastre Peter Peterssen. El problema es que entre Morten y Peterssen hay diferencias religiosas y Anders teme que estas diferencias sean un obstáculo para su matrimonio con Anne.
Inger toma la iniciativa de convencer a su suegro para que de su consentimiento al matrimonio de los jóvenes, pero todo es inútil. Inger le llega a decir que lo más importante, incluso por encima de la religión, es amarse. El anciano Morten se muestra totalmente inflexible. Pero la amargura le sacude profundamente. Se refugia en el establo lamentando la desgracia de todos los miembros de su familia. Se siente abandonado de Dios y a la vez culpable por no haber tenido más fe y no haberle rezado con más fervor. Inger vuelve a decirle ingenuamente que Dios hace pequeños milagros y los hace a escondidas para que apenas se noten que lo son.

Nuevos miembros de la familia aparecen. El anciano consolado por su nuera sale con ella para recibir a sus nietas que están a punto de llegar del colegio.
Por supuesto en casa de Peter Peterssen, el sastre, también hay una oposición frontal al matrimonio de Anne con Anders. A la joven Anne, ni se le ocurre oponerse a la decisión de sus padres. Las razones, para negarse al enlaze entre ambos jóvenes, que Peterssen le da a Anders son eminentemente religiosas y despide al joven sin más, no considerándole suficientemente bueno para su hija.

Se produce una agria entrevista entre Morten y Peterssen acerca de las relaciones entre sus respectivos hijos. El grado de enfrentamiento es tan insoslayable que Morten llega a sospechar que a Peter no le importaría que Inger muriese con tal de lograr ceder a sus exigencias religiosas.

Precisamente Inger se encuentra en avanzado estado de gestación y presenta complicaciones imprevistas. La situación se presenta alarmante y Mikkel se ve obligado a llamar al médico y a telefonear a casa de Peterssen para avisar a su padre de la grave situaciòn.

Inger lucha hasta el agotamiento. El bebé viene en mala postura y la comadrona y el médico se ven y se desean para ayudar a la parturienta. Mikkel se desespera sin saber cómo ayudar mientras Morten decide ponerse a rezar.
Johannes vaga por la casa sin rumbo diciendo cosas sin sentido y anunciando una próxima muerte. El anciano se desespera ante el dramatismo de la situación y teme volverse loco como su hijo. En su desesperación le dice: "¿Qué diferencia la locura de la razón?". Y Johannes le contesta que ese es el punto donde comienza el encuentro con Dios.

Hay una escena muy significativa en la que la pequeña Maren, hija de Inger, se acerca a Johannes y le comenta con regocijo que si su madre muriera ella confiaría ciegamente en que su tío la resucitaría. Johannes conmovido por la confianza le promete a la niña que lo hará.

Llega un momento de respiro e Inger parece recuperarse. El médico lo cree así y abandona la casa con el pastor. Cuando todo parece volver a la normalidad Johannes irrumpe en la sala anunciando la inminente muerte de Inger. Nadie quiere hacerle caso, pero Mikkel regresa del lado de su mujer, con el rostro desencajado y diciendo que Inger ha muerto.

Todos los miembros de la familia rodean el lecho de la difunta. Ante la sorpresa de la familia, Johannes, al contrario de lo que había anunciado dice que Inger no está muerta sino dormida y cae postrado en un desmayo.

Mientras todos se aprestan para el duelo Johannes, repuesto del desmayo sale de la casa y desaparece. La muerta es colocada en el ataud y familiares y vecinos vienen para acompañar a los deudos. También la familia Peterssen se une al dolor de los Morten. La muerte de Inger ha sido tan inesperada y todo el mundo está tan dolido que incluso Peterssen accede a la boda de Anne y Anders. Mikkel no logra detener sus lágrimas.
En medio de este escenario de dolor Johannes reaparece. Todo signo de locura ha desaparecido de él, pero les reprocha a todos que no hayan confiado en Dios y la falta de fe que han demostrado. También les señala que nadie se ha vuelto a Dios para pedirle que Inger vuelva a la vida. En ese momento la pequeña Maren se le acerca. Johannes le aprienta la mano en actitud cómplice. Mira a la niña, preguntandole en silencio si cree que él podrá resucitar a su madre. La niña no lo duda un instante.
Es un momento tenso y solemne. Johannes grita. "Inger, en nombre de Jesús, te lo ordeno, ¡levántate!.
Nadie se atreve a respirar , cuando pasados unos segundos Inger vuelve a la vida y abraza a su marido Mikkel mientras murmura con pasión "¡La vida, la vida!"

Yo creo que esa ese es el significado de esta maravillosa obra de arte, a la que muchos críticos le han colgado el calificativo de "religiosa". Dreyer habla de fe, de religión, de Dios....pero al final lo que nos muestra es que ninguno de los personajes "creyentes" es capaz de dar vida salvo el privado de la razón. Todo el discurso de Johannes, que precisamente se ha vuelto loco por el estudio de la religión, viene a desembocar, recuperada la razón, en una fe determinante en la vida y para puntualizarla aún más, pronuncia sus palabras acompañado de la inocencia de una niña, cuya única creencia es que su tío va a devolverle viva a su madre.

"Ordet" consiguió numerosos premios internacionales. Se alzó con el Globo de Oro a la mejor película en 1956 y el León de Oro en el Festival de Venecia. Tras "Ordet" Dreyer sólo volvió a filmar otra obra "Gertrud". Fue su testamento artístico y naturalmente otra obra maestra.

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NOTA AL MARGEN.- Dado que mañana es el día de Sant Jordi y muchos de los amigos son catalanes me uno a la costumbre de este pais, en ese día, donde suelen regalar una rosa y un libro.
Hoy me voy a unir a esa preciosa costumbre. Mi rosa, roja por supuesto, es un símbolo para que todos vosotros tengais siempre al lado una mano amiga. A pesar de que este presente es virtual lo hago con todo mi corazón.
En cuanto al libro que regalaría sería "Close Up on Sunset Boulevard", un exhaustivo estudio sobre la famosa peli de Wilder, o un libro preciosísimo, ilustrado con todas las fotos que Kubrick realizó para la revista "Look" durante 1945-50. Este último cuesta un pastón, pero vale la pena gozarlo.
¡¡¡FELICIDADES A TODOS LOS AMIGOS !!!






Monday, April 19, 2010

DE ESQUIZOFRENIAS Y CONCIERTOS


























Este fin de semana he tomado ración doble de cine. He cunplido, igualmente, de forma doble con mi entorno geográfico. Es decir he visto cine europeo, o dicho de otro modo, francés y español.

Ambas pelis: "El Concierto" y "La Isla interior", me habían sido recomendadas desde distintas esferas culturales, al margen, de las reseñas que había leído de ambas cintas.

¿Cual ha sido mi impresión personal? Diré , que mientras una me emocionaba y divertía a pesar de reconocer los muchos defectos que se le colaban; la otra me aburría soberanamente y me irritaba la pretensión culterana y la supuesta trascendencia de los personajes.

La primera, claro está es "El Concierto". Todos sabeis mi pasión por la música y en esta peli todo gira en torno al maravilloso concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky. La trama, advierto que llena de agujeros, narra las vicisitudes de un antiguo y famoso director del Bolchoi de Moscú que en la época de Breznev es degradado a limpiador del propio teatro donde se ha cimentado su fama. Su obsesión por el concierto para violín y orquesta del maestro ruso tiene una historia secreta cuyo climax y solución tienen lugar en el Chatelet de París, donde el antiguo director y la primera violinista, Jean Marie logran emocionar a todo el público con la interpretación gloriosa de la obra
Todos ustedes me podeis dar una paliza por ser tan benévolo con este film o unirse a mi entusiasmo por el mismo. Solo os puedo decir que a punto estuve de levantarme y aplaudir hasta reventar.
Pero quiero ser justo y objetivo y no engañar a nadie. "El Concierto" es una película que como ya he advertido tiene fallos, pero no hay intento de engañar a nadie. Sabes que los últimos veinte minutos van a estar dedicados a escuchar todo el Concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky, pero al margen de si te gusta o no la música clásica, estos veinte minutos son todo un prodigio de dirección cinematográfica.

Y vayamos a las esquizofrenias. Lola y yo andábamos dudosos entre "Los gatos Persas" , "Cinco minutos de gloria" y "La Isla interior".....con ciertas reservas nos decantamos por la última. El hecho de que los directores fueran los mismos de la deleznable "Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí" nos debiera haber echado para atrás, pero quisimos darle oportunidad al cine español y nos metimos en la sala.

¿Por qué, dios mío, por qué a los actores españoles se les nota tanto que fingen su papel? ¿Puede haber límite en alguna ocasión a la sobreactuación y continuo cabreo de Candela Peña?¿Tenemos culpa los espectadores de que Cristina Marcos sea una inepta integral?¿Tendremos que soportar muchos años a una Gerarda Chaplin cayéndose a trozos sin remedio?

Vuelvo a repetir que quiero ser objetivo, pero ¿es tan difícil contar una historia sin que te salga a flote la ampulosidad almodovariana? (conste que Almodovar no tiene culpa, aunque yo no sea fan suyo)......El personaje de Alberto San Juan es irritable, teatral y risible......¡Basta Antonio, acabas de decir que quieres ser objetivo!

La historia de "La isla interior" tiene un guión que hubiera podido ser bueno y los personajes, mejor dirigidos hubieran sido creíbles y soportables (Dreyer o Bergman hubieran podido filmar una obra de arte), al margen de las esquizofrenia que les afecta, (cosa que no se explica por qué). Por otra parte, elegir Gran Canaria como escenario de esta historia me parece de un sobado traído por los pelos, pero en fin, eso sería lo de menos.
Como todo es opinable, muchos dirán lo contrario de lo que yo estoy diciendo, pero la mayoría de nosotros sabemos que cuando miras el reloj a los diez minutos de haber empezado una peli, y cuando te dan ganas de levantarte y darle de bofetadas a los actores....algo no está funcionando en la pantalla.


Tuesday, April 13, 2010

¡TODOS A COMER!

Cuenta la leyenda, y no hay por qué dudarlo, que los soldados que se acercan a la fortaleza de Dunsinane en la versión de "Macbeth", que Welles rodó para Republic, eran sencillamente todos los extras del estudio, que al grito de "Todos a comer!" corrían en desbandada hacia los comedores. Orson, se reía cuando le recordaron la anécdota y se limitó a responder que iba con el tiempo contado y le pareció que la pitanza era un motivo más que suficiente para estimular el movimiento de la tropa.

Naturalmente en el siguiente plano la magnífica voz y presencia del gran Welles recitaba, cuando le anunciaban que el bosque de Birnam se movía: "¡Si mientes serás colgado vivo del árbol más próximo, hasta que el hambre te diseque!¡Si es verdad lo que dices, no me importa que hagas conmigo otro tanto!...Flaquea mi resolución y comienzo a sospechar el equívoco del demonio, que miente bajo la máscara de la verdad "No temas nada hasta que el bosque de Birnam venga a Dunsinane!....¡Y ahora un bosque viene a Dunsinane!...¡A las armas!¡A las armas!¡Salgamos!¡Si es cierto lo que que éste arfirma, importa poco que huya de aquí o me quede!¿Comienzo a hartarme de sol, y ansío que se haga ahora pedazos la máquina del Universo!¡Suene la campana de alarma!...¡Sopla, viento !..¡Ven destrucción!...¡Que al menos perezcamos con los arneses sobre la espalda!"

Orson Welles andaba por aquellos entonces con Rita Hayword con la que acababa de rodar "La Dama de Shangai". Había mediado una oferta del productor británico Sidney Bernstein para rodar una versión de el "Rey Lear". A Orson le pareció una buena idea y sobre la marcha pensó en utilizar el montaje de la misma en Salt Lake City para la realización del film. La intención de Welles era rodar un film serio, sin gastar mucho dinero y que para colmo fuera rentable.
El hombre se las vió y se las deseò para intentar convencer a los ejecutivos de Hollywood. Los tiempos del "Ciudadano Kane" habían pasado y Orson sabía que tenía que dar argumentos muy sólidos para que los productores soltaran la pasta, por poca que fuese.
Desechada la idea de "Rey Lear", Welles apuntó inmediatamente a "Macbeth". Tenía un precedente como aval. El "Henry V" de Olivier había sido rentable. Naturalmente los grandes estudios dijeron que nones, pero por paradoja, uno de los estudios más chavacanos y chuscos de Hollywood, la Republic, estuvo dispuesta a patrocinar el producto.

Nada detuvo a Orson. Los mismos actores que utilizaría para el montaje de Salt Lake serían los del film. El tiempo era vital. La representación en Utah estaba programada para Mayo y en Junio dispondría de 21 días que serían los que utilizaría para la filmación.

Como no pudo disponer ni de Geraldine Fitzgerald ni de Tallulah Bankhead para el papel de Lady Macbeth llamó a una conocida suya con quien había trabajado en un programa radiofónico, Jeanette Nolan, y él mismo, obviamente interpretaría al trágico Macbeth.

Por aquellas fechas, Christopher, la hija del actor director y de su primera mujer Virginia Nicolson, se encontraba de vacaciones junto a su padre. Era una niña muy comprometida y adoraba a su padre.
- Daddy ¿por qué no me das un papel en tu película?- le preguntó un día.
- Imposible, mi vida, en la película que voy a rodar no sale ninguna niña.- le contestó el padre paciente.
- Es igual- le contestó Christopher impasible- Tú eres el director y puedes hacer lo que quieras.

No sé si ese diálogo fue el que mantuvieron padre e hija, lo cierto es que Orson, quizá conmovido por la insistencia de la niña le adjudicó el papel de hijo de Macduff. Naturalmente la niña cobró su correspondiente salario. Ciento quince dólares semanales de la época, lo cual no estaba nada mal.
La pequeña no se portó estoicamente durante el rodaje, pero se aburría mortalmente. Por suerte para ella encontró a un pequeño actor, que se convirtió en su compañero de juegos y de aventuras. Ambos se escapaban a un plató donde rodaban una película del oeste. Más tarde le preguntó a su padre.
- Daddy por qué no diriges una película tan divertida como la de los vecinos?
Toda una monada de niña.

El rodaje comenzó a finales de junio de 1947. El presupuesto era de 884.367 dólares, ni un centavo más ni un centavo menos. En todas las reuniones , donde cotilleaban lo más granado de Hollywood, se hacían apuestas sobre si el director iba a ser capaz de ceñirse a tan delgada cifra. Pero Welles no solo fue capaz de ello sino que rebajó el presupuesto. Y para colmo terminó la película tambien en el plazo previsto. ¡Una verdadera hazaña!

En fase de montaje y dado que solo faltaban unos retoques de realización Orson decidió tomarse unas vacaciones a Europa donde pensaba recalar en Londres para entrevistarse con Alexander Korda. El productor inglés estaba eufórico y le dijo entusiasmado que tanto Laurence Olivier como Ralph Richardson estaban deseosos de compartir tablas con él. "Sereis como los tres mosqueteros" le dijo Korda.
Años más tarde Welles comentó la ingenuidad de Korda "¡Quererme a mí- dijo- " Estoy harto de oir lo que se contaba de ellos, como se daban guantazos por la siguiente representación; pero Korda creía a pies juntillas que se habrían limitado a decir: "¡Oh, maravillosos! Orson Welles va a trabajar con nosotros" Estoy seguro de que la primera noche Laurence Olivier me habría puesto la zancadilla para que me diese de narices contra la concha del apuntador."

Naturalmente nunca sabremos si aquel par de genios de la escena inglesa hubieran sido así de bellacos, pero en el teatro y entre primeras figuras lo más creíble es la zancadilla.

Otra anécdota muy sabrosa de su otra escala en Roma no tiene desperdicio. Se le concedió una entrevista con el papa Pio XII. El actor confesó que el papa le agarró las manos y no se las soltaba "las tenía secas y calientes como las lagartijas". A la pregunta de qué habló con el papa , Orson respondió: "Estuve cuarenta y cinco minutos a solas con él, me cogió la mano y no me la soltó en ningún instante y de golpe me dijo: "¿Es verdad que Irene Dunne piensa divorciarse? ¿Qué piensa del próximo matrimonio de Tyrone Power?"...la verdad es que durante todo el tiempo estuvimos hablando de chismes de Hollywood".

Cuando Welles volvió a los EEUU y se centró en los últimos toques de "Macbeth" comenzó a torcer el gesto. No le gustaba en absoluto el vestuario. A Bogdanovich le declaró años más tarde que él mismo parecía un trasunto de la Estatua de la Libertad.
No dejaba de llevar razón. Pero no fue el vestuario la causa del fracaso de "Macbeth". Republic decidió presentarlo en el festival de Venecia de 1948, pero aquí si que hubo zancadilla por parte de Olivier, que presentó su "Hamlet" a competición. Naturalmente todos los aplausos fueron para el inglés.

Las reacciones críticas en el estreno USA fueron negativas en su mayor parte. Nadie entendió demasiado porqué era necesario que los actores tuvieran acento escocés, pero sobretodo la decisiòn de Welles de condensar la magna obra shakesperiana en tan solo 107 minutos.

Afortunadamente en 1980, la UCLA Film Archives y Folger Shakespeare Library han restaurado el film con su metraje y banda sonora original. Todo un regalo para los sentidos.




Friday, April 9, 2010

REMITE: DESDE EL INFIERNO


Hace ocho años (Hay que ver cómo pasa el tiempo!) se proyectó en nuestras pantallas la adaptación cinematográfica de, en mi opinión, una de las más extraordinarias novelas gráficas que hacen del cómic un "arte mayor": "From Hell".
Si he de ser sincero, la película me decepcionó enormemente, pero vamos por partes y pongámonos en situación.

Tanto la obra gráfica, como obviamente la película, tienen un protagonista fascinante: Jack el Destripador. Un servidor, tal vez por aquello del lado oscuro, se ha sentido atraído por este personaje y he de decir que en cierta ocasión me aventuré en los lugares más oscuros de Whitechapell para captar la atmósfera y el espíritu de aquellos lugares donde operó en 1888 el asesino en serie más famoso de los últimos siglos.

La novela gráfica, o el cómic o el tebeo, como querais llamarlo, nació de la feliz unión de un escritor inglés, nacido en Northampton, llamado Alan Moore y un escocés, artista e ilustrador, llamado Eddie Campbell.
Ambos artistas comenzaron a publicar "From Hell" (título que alude al remite de las cartas que el Destripador envió al Jefe de la Policía, que investigaba los crímenes) en forma de serial en la revista "Taboo". Esta revista no tuvo demasiada repercusión, en consecuencia Moore y Campbell probaron suerte en Tundra Publishing y Kitchen Sink Press. Los diez volúmenes que componen toda la obra fueron publicados finalmente entre 1991 y 1996.
En 1998 se publicó toda la obra con el título "From Hell: The Dance of the Gull-Catcher" y en España, con el título original de "From Hell" los aficionados pudimos degustarlar en versión completa en Noviembre de 2001.

La teoría que barajan los autores para la trama de su obra es la de Stephen Knight's. Según este investigador los crímenes eran parte de una conspiración para que no llegara a hacerse público el nacimiento ilegítimo de un hijo del Príncipe Victor Alberto, Duque de Clarence, nieto de la Reina Victoria de Inglaterra.

Desde hace varias décadas se barajaron tres hipótesis históricas, pero la más escandalosa de todas y de la que se hablaba en susurros, no hace muchos años, era nada menos que Jack, conocido como el Destripador y el Príncipe Alberto Víctor eran la misma persona.
Victor Alberto era un hombre de constitución débil y probablemente no muy normal. Su nacimiento había sido traumático e incluso se temió por su vida. Sin embargo el hombre salió adelante a trancas y barrancas. Pero por si no fuera poco, cuando cumplió diez y seis años, en un viaje por las provincias del Imperio, contrajo la sífilis.

Durante su paso por el X Regimiento corrió un rumor entre los compañeros del Príncipe. Este parecía sentir cierta inclinación hacia las relaciones homosexuales. Para mayor escándalo , cierto día la policía le sorprendió en un prostíbulo de jovencitos de Cleveland Street, cerca deEuston Road. Este escándalo se ocultó por todos los medios posibles, pero poco después se comenzó a murmurar que el príncipe Alberto Víctor presentaba ciertos síntomas de locura.
Justo por entonces fue cuando comenzaron los terribles crímenes de Jack el Destripador. Según las crónicas el príncipe fue sometido a vigilancia médica exhaustiva, pero justo un día que dicha vigilancia se relajó, reapareció el siniestro personaje de Whitechapell.
Llegados a este punto nos topamos con un personaje que en el cómic es figura central: el Doctor Sir William Gull. Este hombre fue médico de la familia real y en especial de la REina Victoria. Parece ser que según la revista inglesa "The Criminologist" en un artículo firmado por el doctor Thomas Stowel, Sir William Gull le confesó que sabía a ciencia cierta que Jack el DEstripador era el Duque de Clarence.

Naturalmente la trama que desarrollan Moore y Campbell es mucho más compleja y se introducen vericuetos y subhistorias con tintes masónicos. Desafortunadamente la película, dirigida por Allen y Albert Hughes está lejos de la genialidad del cómic. También hay muchas diferencias con la historia original. El detective Abberline, interpretado por Johnny Depp, es en el film un joven viudo adicto al opio. En el cómic es un hombre de mediana edad casado. En la novela Mary Kelly es una lesbiana promiscua mientras que en el film esta faceta se traslada a Elizabeth Stride. Las relaciones entre Mary Kelly y Abberdine no pasan de ser amistosas en la novela mientras que en el film sonmás que una relación. Naturalmente toda la parafernalia sobre los elementos sobrenaturales y ocultistas son totalmente ignorados en la película.

No obstante hay que decir en favor del film de los hermanos Hughes , que utilizan una elegancia visual muy marcada para apartarse deliberadamente del dibujo, necesariamente feísta, de Campbell.

No quiero influenciar en sus respectivos gustos sobre "From Hell" película o cómic, pero yo, sinceramente no tengo ninguna duda en volver a leer la genial obra de esta pareja de artistas consumados que son Alan Moore y Eddie Campbell. La película la ví una sola vez y fue suficiente.

Monday, April 5, 2010

UNA CHICA MUY VULGAR


Hace algunos años me publicaron un pequeño relato. Me sentí particularmente orgulloso de ello. Todos los que sentimos las letras nos sentimos encantados de ver impreso nuestro nombre al lado de nuestra "gran obra". Cuando vuelves a releer esta cosita reconoces que no era para tanto, pero sigues teniendole cariño. Por lo menos es lo que me ocurre a mí y por eso hoy, que acabo de salir de una pequeña crisis de ánimo os la reproduzco. Incluyo al final parte de la crítica que me hizo uno de los grandes amigos que jamás he tenido.

"A él no le gustaba en absoluto su forma de caminar. Miraba, de forma furtiva los menudos pies de la muchacha, calzados con unos horribles botines, y experimentaba una cierta repugnancia. En su interior sentía cierto resquemor, que llegaba a causarle dolor físico. Inmediatamente le daba de lado y algo parecido a la ternura trataba de convencerle si realmente sentía algo por la chica junto a la cual caminaba.

Ella era pequeña de estatura, un poco gordita quizá. Su piel era muy blanca, la cara menuda y sus ojos extremadamente grandes, muy bien colocados y despedían un brillo especial. Era lo que a él le llamaba más la atención y por lo que se preguntaba si todos los demás defectos de la chica no eran sino solo prejuicios.

Era un sábado de mayo y habían salido de excursión con algunos amigos. Deliberadamente él había conseguido apartarse del resto para estar solo con ella. Volvió a mirarla y ella estaba un poco sofocada. Quizá un calor casi veraniego se estaba dejando notar demasiado. Se desabrochó algunos botones de su camisa. Como el camino era un tanto abrupto ayudaba a la chica a saltar algunos obstáculos.
Se internaron en una vereda que subía hacia un pequeño montículo desde el que se divisaba la línea azul del mar en el horizonte. Los vulanitos, frágiles y mágicos, se exparcían por todas partes aventados por la rabiosa cantinela de las chicharras, que batían sus patas con frenéticas extridencias. El fragante olor del romero y la jara henchían los sentidos de fragancias verdiazules.

- ¿Crees que nos hemos apartado demasiado de los otros?- Ella separaba un mechón de su melena, que le caía sobre los ojos. Su pregunta no tenía el más leve matiz de inquietud.

- Es igual. Me parece que ellos tampoco lo van a notar demasiado. ¡Ten cuidado con ese espino!- El tomó su mano para apartarla.
- Quería decirte- ella jadeaba un poco- que me ha gustado mucho que me invitaras a esta excursión. Ultimamente no nos veíamos mucho.
- Sabes que ando liado con los estudios. Mis padres no me dejan pasar ni media- Remoloneaba las excusas "Me jode que ande hurgueteando en lo que no le importa. Al fin y al cabo no se siquiera si me gusta ¿o no?"
- Pero hoy esta todo muy bien-dijo ella sonriendo -¡Mira qué cantidad de jaramagos!

Una gran mancha amarilla ondeaba suavemente como un manto repleto de sol. Aquí y allá salpicaban flores malvas menudas y docenas de saltamontes interpretaban una melodía loca de movimiento y color.
Corrieron un trecho y se tumbaron en la hierba. Realmente valía la pena- pensó él- El aire transparente permitía ver todo el azul del mar lejano. El paisaje los encerraba en un estallido de energía que estaba entrando por todos los poros de sus cuerpos.
Estaban recostados.
- ¿Te gusto un poco....solo un poco?- preguntó ella de improviso. A él le zumbó como un golpe en el pecho.

"¡Y qué te puedo decir yo!"- pensó mientras le sonreía estúpidamente. "No estoy seguro ni de poder meterte mano......Aunque bien mirado no estás tan mal del todo, a pesar de estar tan gordita.....y luego el asunto de tus pies....¡es tan terrible tu forma de caminar, pequeña!......Pero bien pensado eso no importa mucho a la hora de joder.....siempre y cuando no me salga una calientabraguetas...¡que esa es otra!"

- ¿Por qué me preguntas eso?. Estoy contigo y no con Ana- "Que es quien realmente me gusta" pensó- Me tienes que gustar entonces.

- Pues demuestramelo. Porque supongo que me has traído hasta aquí para algo.

"¡Vaya, pues no es tonta la tía! Además va directa al asunto. ¿No habrá estado ya con otros tíos?...A ver si despues de todo le va la quinta marcha"

- Mujer, así de golpe.....Siempre he pensado que tú eras un poco.... no se cómo decirte....un poco tímida. ¡Tú ya me entiendes!
- Eso no tiene nada que ver. Tú me gustas mucho y pienso que alguna vez hay que decidirse a ir al grano ¿no te parece?

"Ahí va, la hostia!......y lo dice tan tranquila. Porque ésta me está pidiendo un polvo a gritos. Y yo seré un jilipoyas si no se lo doy."

Ella le tomó la mano y se la colocó encima de uno de sus pechos. - Un galope trepidante le recorrió como una corriente eléctrica. Un olor quemado de rastrojos hizo que su nariz aleteara. Un rayo de sol le quemaba su pecho y un dolor intenso le fustigaba su bajo vientre.

- ¿De verdad quieres.......?
- Sí, quiero joder contigo- Se lo dijo sin titubear para nada.

Se acercó a ella y percibió el aliento de su cuerpo. Un aliento intenso que hizo licuar toda la saliba de su boca. Se volcó sobre su cuerpo al tiempo que se arrancaba la camisa. Sus manos nerviosas intentaban quitarle el sostén sin conseguirlo.

- Espera-dijo ella- no te precipites. Vete despacio. Ella se despojó del sostén. Los pechos se irguieron con los pezones desafiantes. Las manos de la chica lllegaron hasta su bragueta y acariciaban su miembro con una dulce energía.

Jodieron sobre la hierba muy verde y sobre los jaramagos muy amarillos. Las cigarras seguían martilleando el mediodía cuando se separaron jadeantes. Sus ropas estaban arrugadas y sucias.

- Será mejor que nos vistamos un poco ¿no te parece? - sugirió él.
Ella no contestó. Estaba inmovil, con los ojos cerrados y haciéndose pantalla con las manos de forma que le dieran sombra a la cara.
- ¡Vamos mujer, vístete. Puede venir alguien!- insistió él. Ha estado muy bien ¿no te parece?- le dijo mientras se subía los canzoncillos. Si te digo la verdad, yo no esperaba que fueras tan golfa. Me has superado, chica!
- ¿Entonces qué esperabas saliendo conmigo? - dijo ella muy seria, casi sin moverse.
El zumbido de un abejorro pasó por delante de las orejas del chico.

- Supongo que porque me gustas....bueno, ya te lo he demostrado.
- ¿Demostrarme qué, que me has echado un par de polvos?.......Eso no demuestra nada y por supuesto no sabes si a mí me ha gustado.

El pasó a la defensiva - "Esta tía es una bola de sorpresas. ¡Y qué tiene que decir ella de mi polla!"

- ¿Es que acaso no te he dado gusto?....Pues bien que te relamías cuando de la metí la segunda vez!

Ella no contestó. Se levantó y se sacudió la hierba. Se colocó bien la ropa y se sacudió el pelo.
- Mejor será que nos vayamos. Es un poco tarde- Se adelantó rápida sin esperar a que él se preparase.

- ¡Espera chica, no tan deprisa¡ ¡No te jode ésta!

Bajaron con todo el carlor golpeándole las espaldas. No cruzaron más que monosílabos. El sentía un regusto amargo que le bajaba hasta la boca del estómago. Se sentía torpe, tropezando sin darse cuenta. La chica iba muy ligera y ágil. Saltaba delante de él. Recogía de vez en cuando flores malvas y había confeccionado un pequeño ramo. Se colocó una ramita de retama en el escote de su camisilla. Pronto divisaron un claro donde había varias personas.
Ella se volvió y dijo
- Ellos están allí. Dame la mano- Le sonnrió nuevamente y le rozó con los labios. Le vino el olor a retama de su escote. Ella estaba distinta. Parecía muy segura y él muy torpe, pero despues de todo, aquello no tenía demasiada importancia......."

Y ésta fue la crítica de mi buen amigo, Juan Villarín, persona a la que debo mucho de lo que soy y que desgraciadamente ya no está entre nosotros.

"Y ahora abordemos el nudo de la historia y su envoltura. Empezaré con la misma cantinela de entonces- cuando nos decíamos amigos- y me echaba al coleto lo que paría tu numen, hace ya casi 25 años. Me gusta lo que cuentas y lo que sugieres. Hay en el fondo de las frases una intención- ¿existencialista?- que impele a plantearse la incongruencia de la llamada cortesía social. He releido varias veces el relato y me parece chabroliano (de Chabrol), por el desasiego ambiguo y reflexivo que flota en el ambiente, y por los cambios de humor del protagonista, que da cuenta de sus acciones y sus escrúpulos. Las frases tienen el pulso literario de la insatisfacción satriana, y algunas de ellas, me parecen especialmente buenas y hasta poéticas. He ahí el cóctel exacto de la buena literatura, según Oscar Wilde: "ponerle gotas de fantasía poética a la acidez de lo cotidiano" Empleas al final, en nota manuscrita, el término ambiguedad como resultado del mensaje, y te recuerdo que Sartre- a quién evoco lineas atrás- sentía la necesidad imperiosa de denuncia de "nuestras ambiguas relaciones", por parecerle las celdas en las que vive confinada la verdad que nos lleva a la incomunicación."

Juan Villarín fue un gran amigo. El más para mí que yo para él. Tengo todos los libros que publicó y su firma recorrió desde el extinto Diario Madrid a Cambio 16 y El Pais. Sentí un gran dolor el día que me enteré de su muerte, y cuando contemplo las fotos de nuestra època de periodistas novatos me recuerda un Madrid absolutamente improbable que él se llevó para siempre.