Monday, October 22, 2007

A PROPOSITO DE JANE AUSTEN


Jane Austen se ha convertido en una novelista muy cinematográfica. Ella, que escribía sus libros sin ánimo de ser publicados ¡qué diría si viera sus historias en la gran pantalla¡ Ahora, por si no fuera poco, su propia historia es objeto de guión cinematográfico. Su título en nuestras pantallas es "La Joven Jane Austen".

Me pregunto si muchos de los espectadores que acuden a ver esta película o bien las adaptaciones que de su obra se han realizado ("Sentido y sensibilidad", "Orgullo y prejuicio" por poner dos ejemplos señeros) conocen la vida y la obra de esta extraordinaria mujer.

Jane, nació en el seno de una familia formada por el Reverendo George Austen y Cassandra Leigh, quienes tuvieron ocho hijos, dos hembras y seis varones. A la muerte del reverendo Austen, la viuda y las dos hijas se establecieron en Southampton. La situación de la viuda Austen no era demasiado desahogada pero la aportación, por parte de los hijos, de cierta cantidad, ella y sus hijas se permitían vivir con cierto decoro.

El aspecto físico de Jane, de acuerdo con los retratos que se conservan era agradable. Era alta y esbelta de estatura. Tenía la tez clara, las mejillas redondeadas, la boca y la nariz pequeñas y su cabello rizado.

Estaba muy unida a su hermana Cassandra con quien compartía todos sus sentimientos. Cuando estaban separadas Jane escribía cartas interminables contándole a su hermana los detalles más nimios. Estos documentos son hoy un impagable botón de muestra del ingenio de la escritora. Frases como "Las mujeres solteras tienen una terrible propensión a ser pobres, lo cual es un argumento de mucho peso a favor del matrimonio" ó esta otra frase terriblemente caústica: "La señora Hale, de Sherborne, dió a luz ayer a un niño muerto, unas semanas antes de los previsto, debido a un susto. Supongo que sin darse cuenta miró a su marido" o bien esta otra del mismo calibre "La señora R. Harvey va a casarse, pero como es un gran secreto y solo lo sabe la mitad del vecindario, no debes decir nada".

Al igual que la protagonista de "Orgullo y Prejuicio" Jane era una joven alegre y desenfadada a la que le encantaba bailar: "Sólo hubo doce bailes, de los que bailé nueve, y lo único que me impidió bailar los demás fue la falta de pareja". Era una persona increiblemente observadora y su sentido del humor era contagioso. Por las perlas que se destilan en sus libros no cabe duda que la joven Jane era una aguda observadora de la sociedad provinciana, que en numerosas ocasiones fue blanco de sus mordaces y desenfadados ataques.

Jane no era una mujer de estudios muy profundos, como ella misma declara le gustaba el baile, el coqueteo con otros jóvenes, las representaciones teatrales, los vestidos y los sombreros. Ni más ni menos que gustos similares a los de otras mujeres de su edad y en las mismas circunstancias ambientales. Sin embargo hoy nadie discute su lugar de honor en la literatura inglesa y universal.

Según sus biógrafos leía novelas folletinescas (en el buen sentido del término) tales como las de Ann Ward Radcliffe. Naturalmente conocía a Shakespeare y a sus contemporáneos Walter Scott y Byron. Curiosamente también leía "sermones". Esto, que a primera vista puede parecer chocante no lo era tanto en aquella época. Se publicaban muchísimos boletines donde teólogos populares publicaban sus disquisiciones religiosas. El hecho de que Jane leyera estos folletos no quiere decir que fuera especialmente religiosa. Al fin y al cabo era hija de un pastor y como tal cumplía asistiendo a los oficios dominicales.

Las novelas de Jane Austen son un maravilloso torrente de sencillez y entretenimiento. De ahí su grandeza. La lectura de cualquier libro de Austen es un ejercicio de placer por encima de todo. Lo más asombroso de la obra de esta escritora es su modestia y falta de pretensión literaria, lo que convierte su escritura en un admirable ejercicio de observación. Sus personajes son tan reales que parecen estar a tu lado hablando con su propio lenguaje.
En aquella época no era nada honorable que una mujer escribiese. Escribía casi a escondidas. Utilizaba hojas de papel que pudieran ocultarse fácilmente de cualquier mirada ajena. Sólo su familia más allegada conocía su "afición". Incluso James, su hermano mayor, ocultaba a su hijo, en edad escolar, que los libros que leía con placer eran obra de su tía. Su primer libro publicado "Sentido y Sensibilidad" aparecía firmado "De una Dama".

Parece ser que Jane tuvo un romance entre 1798, año en que terminó "La abadía de Northanger" y 1809. Durante todo ese paréntesis temporal la autora no escribió una sola línea, por lo que muchos autores especulan con la hipótesis de que Jane estaba interesada en cierto caballero "cuyo encanto como persona, de espíritu y modales era tal que Cassandra pensó que era digno del amor de su hermana y que tenía posibilidades de conquistarlo."
Sin embargo aquel caballero murió repentinamente y Jane dejó de interesarse por el matrimonio.

Hacia 1809 Jane se instala con su madre y su hermana en Chawton, donde se dedicó de lleno a la revisión de todos sus textos anteriores. Poco a poco la posición de la mujer en el mundo literario se fue imponiendo gradualmente.
En 1813 publica "Orgullo y Prejuicio" vendiendo sus derechos por ciento diez libras. Escritores contemporáneos como Walter Scott le dedican elogios, un profesor reputado da una conferencia sobre la escritora en la Royal Society of Literature y el gran político victoriano Disraeli se jactaba de haber leído "Orgullo y Prejuicio" diez y siete veces.

Tal vez leer hoy a la "joven Jane Austen" sea un buen ejercicio de sosiego. Sus obras tienen el inmenso mérito de sumergirnos en un mundo de detalles, que se nos escapan por el vértigo en que vivimos. Tal vez los libros de esta autora no digan nada transcendente, pero cada página de sus libros es capaz de enganchar a la siguiente con un ritmo que te atrapa hasta llegar al final.


Monday, October 15, 2007

EL VIRUS QUE VINO DEL ESTE

La imagen final de "Promesas del Este", nos muestra a Nikolai (Viggo Mortensen), sentado en la semipenumbra del restaurante, que ha sido propiedad de Semyon. Su gesto, aparentemente abstraído, refleja su contradicción vital, su nueva y ambigua situación , que se ha visto obligado a asumir.

Esta nueva película de Cronenberg, que muchos críticos la sitúan como una concesión a la comercialidad, me parece uno de los estrenos más estimulantes y una de las obras más redondas de este maestro contemporáneo. Una cinta, que desde su comienzo, nos sumerge en una atmósfera dual y contradictoria a través de imágenes asfixiantes y desazonadoras.

Cronenberg ha seguido una línea coherente. Su obsesiva fijación por los vcuerpos extraños y por las deformidades tiene en "Promesas del Este" su equivalente metafórico. Londres, el frío y desengelado Londres, "donde sólo viven putas y maricones" como dice Semyon, es el cuerpo infestado por el virus de la violencia importada. Un Londres, que apenas se reconoce en estos escenarios, lejos de la atmósfera cosmopolita y moderna de sus rincones más atractivos.

Hay muchos momentos en "Promesas del Este", que impactan, como el golpe de un mazo, sobre el espectador. El director de "El almuerzo desnudo" utiliza estas imágenes para violentar el subconsciente del espectador y meterlo de lleno en ese pozo oscuro donde se mueven estos personajes "extraños" que han venido del hielo porque han desquebrajado su mundo. La maldad en ellos es una suerte de supervivencia de raza. Se protegen y se destruyen entre ellos de forma primitiva y tribal. Al fin y al cabo solo hacen en la oscuridad lo que otros bajo la luz brillante.

¡Qué decir de Viggo Mortensen, a Dios gracias fuera del acartonado Alatriste¡...Su interpretación de Nikolai es perfecta. Su dureza rechina, su gesto congela, pero cuando cruza su mirada con Anna (Naomi Watts) hay una sombra fugaz de su ternura casi perdida.

No creo haber visto a Vincent Cassel en un papel más convincente que el del atormentado Kirill. Su dureza postiza y obligada estalla en mil pedazos en la secuencia del sumidero del Támesis .

"Promesas del Este" es cine contemporáneo magistral. El director de "Spider" lleva su narración con un pulso ejemplar. Cada escena del film está en función de la desesperada y fallida fuga de sus personajes. Maravilloso ese encuadre, en el que vemos la moto en primer plano y los personajes alejándose por el estrecho y oscuro pasaje hasta desaparecer en las tinieblas.

No nos engañemos, Cronenberg no está narrando un "triller" convencional, sino una historia de tensiones insoportables, que agitan a sus personajes alejándolos de su centro. Sus historias tal vez estén ya definitivamente rotas pero tal vez hay algo claro en esa esa niña nacida del horror y la barbarie, y cuya vida ha podido ser salvada dos veces.

Saturday, October 13, 2007

UN "PEPLUM" DIGNO Y REALISTA

Estamos en el "boon" de las series televisivas, ésto es un hecho, y el que más y el que menos nos pegamos al televisor para ver aquella que más se adapta a nuestros gustos. Ocurría en el siglo XIX con los folletines literarios. La gente se pirraba por la última entrega de tal o cual novela. No hay que olvidar que Dickens o Tolstoy o Dumas, por poner algunos ejemplos eran escritores que publicaron sus grandes novelas en ese formato. De igual manera las series televisivas actúan adictivamente en los telespectadores.
Naturalmente, como en el cine, como en la literatura o en cualquier otra actividad artística, en los seriales televisivas hay mucha basura, varias obras notables y alguna que otra genialidad.
No me cabe la menor duda de que "Roma" pertenece a este último apartado.

A través de dos personajes: Lucio Voreno y Tito Pullo, cuya entidad histórica viene citada en el Libro V de "De Bello Gallico", asistimos a los últimos estertores de la República Romana y a los albores de la Epoca Octaviana y la fundación del Imperio.

Por la serie desfilan personajes históricos fascinantes que curiosamente y a pesar de la distancia temporal, nos parecen tremendamente cercanos. Atia, Marco Antonio, Servilia, Julio Octaviano, Catón Cicerón.....pertenecen a cualquiera de las familias políticas actuales.

Ni que decir tiene que tanto la ambientación como la interpretación son admirables. Nada resulta forzado ni postizo. Los soldados que luchan se ven sucios y sudorosos. Las calles de Roma son siniestras y violentas. Los palacios y casas senatoriales no están impolutas. Los caracteres de los personajes están dibujados con soltura y cada episodio tiene la carga de dramatismo necesario.

Al margen de la comparación con aquella otra admirable serie "Yo Claudio", "Roma" cubre un periodo de la historia romana mucho más interesante. Tanto Julio César, personaje central de la primera temporada, como Julio Octaviano en esta segunda, intuyen que la República está en fase política terminal. Roma, para sobrevivir, necesita una mano de hierro, que paradójicamente va a ser la de Octavio, un chico que a pesar de su aparente debilidad tiene el carácter suficiente para abofetear al prepotente Marco Antonio.

Hay una serie literaria, al margen de los anales históricos de la época, que recomiendo absolutamente a todos aquellos que quieran conocer a fondo todo este conflictivo período. Se trata de la saga escrita por Colleen McCullough que a partir de "El Primer Hombre de Roma" ha escrito con una fluidez estraordinaria los 150 años de historia romana anteriores a la Era Cristiana. Hay que armarse de paciencia, eso sí, ya que se trata de una monumental obra de seis tomos.