Estamos en el "boon" de las series televisivas, ésto es un hecho, y el que más y el que menos nos pegamos al televisor para ver aquella que más se adapta a nuestros gustos. Ocurría en el siglo XIX con los folletines literarios. La gente se pirraba por la última entrega de tal o cual novela. No hay que olvidar que Dickens o Tolstoy o Dumas, por poner algunos ejemplos eran escritores que publicaron sus grandes novelas en ese formato. De igual manera las series televisivas actúan adictivamente en los telespectadores.
Naturalmente, como en el cine, como en la literatura o en cualquier otra actividad artística, en los seriales televisivas hay mucha basura, varias obras notables y alguna que otra genialidad.
No me cabe la menor duda de que "Roma" pertenece a este último apartado.
A través de dos personajes: Lucio Voreno y Tito Pullo, cuya entidad histórica viene citada en el Libro V de "De Bello Gallico", asistimos a los últimos estertores de la República Romana y a los albores de la Epoca Octaviana y la fundación del Imperio.
Por la serie desfilan personajes históricos fascinantes que curiosamente y a pesar de la distancia temporal, nos parecen tremendamente cercanos. Atia, Marco Antonio, Servilia, Julio Octaviano, Catón Cicerón.....pertenecen a cualquiera de las familias políticas actuales.
Ni que decir tiene que tanto la ambientación como la interpretación son admirables. Nada resulta forzado ni postizo. Los soldados que luchan se ven sucios y sudorosos. Las calles de Roma son siniestras y violentas. Los palacios y casas senatoriales no están impolutas. Los caracteres de los personajes están dibujados con soltura y cada episodio tiene la carga de dramatismo necesario.
Al margen de la comparación con aquella otra admirable serie "Yo Claudio", "Roma" cubre un periodo de la historia romana mucho más interesante. Tanto Julio César, personaje central de la primera temporada, como Julio Octaviano en esta segunda, intuyen que la República está en fase política terminal. Roma, para sobrevivir, necesita una mano de hierro, que paradójicamente va a ser la de Octavio, un chico que a pesar de su aparente debilidad tiene el carácter suficiente para abofetear al prepotente Marco Antonio.
Hay una serie literaria, al margen de los anales históricos de la época, que recomiendo absolutamente a todos aquellos que quieran conocer a fondo todo este conflictivo período. Se trata de la saga escrita por Colleen McCullough que a partir de "El Primer Hombre de Roma" ha escrito con una fluidez estraordinaria los 150 años de historia romana anteriores a la Era Cristiana. Hay que armarse de paciencia, eso sí, ya que se trata de una monumental obra de seis tomos.
Naturalmente, como en el cine, como en la literatura o en cualquier otra actividad artística, en los seriales televisivas hay mucha basura, varias obras notables y alguna que otra genialidad.
No me cabe la menor duda de que "Roma" pertenece a este último apartado.
A través de dos personajes: Lucio Voreno y Tito Pullo, cuya entidad histórica viene citada en el Libro V de "De Bello Gallico", asistimos a los últimos estertores de la República Romana y a los albores de la Epoca Octaviana y la fundación del Imperio.
Por la serie desfilan personajes históricos fascinantes que curiosamente y a pesar de la distancia temporal, nos parecen tremendamente cercanos. Atia, Marco Antonio, Servilia, Julio Octaviano, Catón Cicerón.....pertenecen a cualquiera de las familias políticas actuales.
Ni que decir tiene que tanto la ambientación como la interpretación son admirables. Nada resulta forzado ni postizo. Los soldados que luchan se ven sucios y sudorosos. Las calles de Roma son siniestras y violentas. Los palacios y casas senatoriales no están impolutas. Los caracteres de los personajes están dibujados con soltura y cada episodio tiene la carga de dramatismo necesario.
Al margen de la comparación con aquella otra admirable serie "Yo Claudio", "Roma" cubre un periodo de la historia romana mucho más interesante. Tanto Julio César, personaje central de la primera temporada, como Julio Octaviano en esta segunda, intuyen que la República está en fase política terminal. Roma, para sobrevivir, necesita una mano de hierro, que paradójicamente va a ser la de Octavio, un chico que a pesar de su aparente debilidad tiene el carácter suficiente para abofetear al prepotente Marco Antonio.
Hay una serie literaria, al margen de los anales históricos de la época, que recomiendo absolutamente a todos aquellos que quieran conocer a fondo todo este conflictivo período. Se trata de la saga escrita por Colleen McCullough que a partir de "El Primer Hombre de Roma" ha escrito con una fluidez estraordinaria los 150 años de historia romana anteriores a la Era Cristiana. Hay que armarse de paciencia, eso sí, ya que se trata de una monumental obra de seis tomos.
1 comment:
Tengo muchas ganas de ver la segunda temporada, pero tendré que esperar a que la emita Cuatro en Enero, eso espero.
Lo bueno de esta serie es que se cuenta la Historia (con mayúscula) desde el punto de vista de unos personajes secundarios con mucho carisma a los que se les concede la categoría de protagonistas.
Un saludo!
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