Thursday, June 25, 2009

LA HISTORIA SEGUN HOLLYWOOD: "TIERRA DE FARAONES"

La imagen de esta "faraónica" Joan Collins es cuanto menos deliciosa. Que su "look" diste mucho de ser egipcio, eso es harina de otro costal. Allá por los años tales y cuales Hollywood consideraba un tanto secundario el aspecto histórico de sus historias, valga la redundancia. Los magnates buscaban epopeyas grandiosas para que el público aparcara las televisiones y llenara los cines.
A mediados de los cincuenta, la Fox había lanzado a bombo y platillo su nuevo sistema de visión panorámica llamado grandilocuentemente CINEMASCOPE. La pelicula que inauguró dicho sistema fue "The Robe" (La Túnica Sagrada) un peplum protagonizado por Richard Burton, Jean Simmons y Victor Mature. Debido al espectacular éxito del producto los estudios vieron el maná económico en las historias bíblicas. Había que explotar todas y cada una de las páginas del Libro Santo para buscar sexo, pasión y espectáculo. ¡Dios nos bendiga y que los cines se llenen!

Por aquel entonces el director Howard Hawks había sido elevado a los altares autorales por la revista francesa "Cahiers du Cinéma". Jacques Rivette, en un polémico artículo titulado "El genio de Howard Hawks publicado en el ejemplar de Mayo de 1953 comenzaba con esta increíble declaración: "La evidencia del genio de Hawks está a la vista de todo el que contemple sus obras en la pantalla. El público solo tiene que ir a ver "Monkey Business" para darse cuenta de que es una obra brillante, sin embargo muchas personas se resisten a admitir algo tan evidente" El artículo seguía prodigando alabanzas y comparaciones. En otro párrafo comparaba al director americano con el genio de Molière, Corneille y Murnau (?). El entusiasmo de Rivette era compartido por otros jóvenes de la revista. François Truffaut y Jean Luc Godard publicaron laudatorias críticas de "Los caballeros las prefieren rubias".

En aquel verano de 1953 Hawks vivía un "dolce far niente" relacionándose con egipcios de alto standing como el depuesto rey Faruk, del que incluso le propusieron que filmara su biografía. Otros egipcios le animaron a realizar algo sobre la historia de aquel pais en su periodo de explendor, incluso un antiguo amigo del director: Gregory Ratoff le habló de hacer la película "Abdulla el Grande", con Joan Collins en el papel femenino principal, en un rol muy similar al que haría más tarde en la aún no pergueñada "Tierra de Faraones".

Se dió la casualidad de que en aquel verano Hawks coincidió con Jack Warner en la Riviera, este le comentó que tenía comprometido un proyecto con el estudio y dado que "The Robe" había sido extrenada en el Roxy de Nueva York con una recaudación record de 265.000 dólares, todo un acontecimiento, propuso a Hawks que dirigiera un tema bíblico. Inmediatamente productor y director pensaron en "La Canción de Ruth", de Mawell Anderson, y también un "Salomón" , papel en el que estaba muy interesado John Wayne.
La Fox y su nueva marca Cinemascope se había puesto a la tarea de poner en imágenes la exitosa novela de Mika Waltari "The Egyptian" con un reparto superestelar: Jean Simons, Victor Mature, Gene Tierney, Michael Wilding, Edmun Purdon y Peter Ustinov. Entonces Hawks desechó la idea bíblica y se obsesionó en construir la Gran Pirámide.

"Noel, I'm going to build a pyramid", le dijo excitado Hawks a su mano derecha en París Noël Howard. Inmediatamente, encantado con la idea se dispuso a la búsqueda del escritor adecuado para su épica historia y se puso al habla con Anthony Veiller, el guionista de John Huston para "La Reina de Africa" y Ben Hecht. Hawks estaba verdaderamente excitado y Warner contagiado con el entusiasmo del director aparcó definitivamente el proyecto de "La Canción de Ruth" y se ilusionó igualmente con la construcción de la Gran Pirámide.

Hawks dió su primera orden de dirección contratando al famoso director de arte Alexandre Trauner, que había sido director artístico de "Le Jour Se Leve", "Los niños del paraíso" y el "Othelo" de Welles. Este hombre se convirtió en el gran amigo del director, éste le llamaba cariñosamenteTrau y junto con él y el bon vivant Noël Howard, que fue nombrado jefe de la segunda unidad y que aspiraba a ser director porque había trabajado con Victor Fleming en "Juana de Arco", formaron un trío que recorría los mejores restaurantes. Hay una anécdota que cuenta como Noël Howard cuando llamaba para reservar mesa solía decir: "A table for two for this evening for Monsieur Noël C-h-oward s'il vous plait". Era un espabilado el hombre.

Una vez en el terreno, Egipto, comenzaron los problemas, en especial el de las tomas de estudio. La industria cinematográfica del país no contaba con las condiciones para un estudio de primera categoría así que el rodaje de interiores se tuvo que trasladar a Roma. La administración egipcia tampoco estaba por la labor, porque desconfiaban de los americanos por su apoyo a Israel y Hawks seguía con la matraquilla de que su mayor interés se cifraba en construir la dichosa pirámide "a big one, real big".

Hacia mediados de noviembre de aquel año Hawks aun no había firmado nada concreto hasta que por fin Warner abrió la mano con una cifra realmente pequeña para tan gran proyecto: 1.36 millones de dólares, al tiempo que daba via a que se rodaran los interiores de "Tierra de Faraones" en Roma junto con otro peplum "Elena de Troya", dirigida por Robert Wise.
Los guionistas con los que Hawks había conectado no se habían decidido por nada así que pensó en un prestigioso novelista de temas históricos: Robert Graves, pero éste declinó el ofrecimiento. Hawks se volvió entonces hacia su viejo amigo Faulkner. Por aquel entonces el escritor había publicado "A Fable" y no tenía un proyecto inmediato , así que los quince mil dólares que le ofrecía Hawks y la posibilidad de vivir una temporada en Europa y Africa animaron al premio Nobel a aceptar la oferta.

Hawks sabía que Faulker no escribía los guiones en solitario, por lo que consideró en forzar a que Hecht se uniera al proyecto. Pero el guionista dijo que nones, y Hawks no tuvo más remedio que contratar a un hombre que nunca había trabajado con él, pero que le habían recomendado de forma elogiosa: Harry Kurnitz, un guionista , autor de teatro y novelista que estaba marcado políticamente y sufría las consecuencias de un divorcio tempestuoso.

Las cosas iban poniéndose cada una en su sitio y como no hay dos sin tres, se unió al equipo de guionistas un neoyorkino de 29 años: Harold Jack Bloom que sería nominado un año despues para el oscar por la película de Anthony Mann "The Naked Spur".
Los tres guionistas se reunieron en Italia, en una villa rodeada de un explendoroso bosque de pinos, un remanso de paz donde era obvio que la inspiración vendría dada por el ambiente. Bloom y Kurnitz simpatizaron de forma inmediata, pero Faulkner se mostró desde el principio un poco borde. Bloom confesó: Faulkner me frustró. No le gustaba el cine y no estaba predispuesto a leer nada nuevo. Yo le pregunté de forma cortés qué libros había leìdo recientemente y me contestó secamente: "Yo no leo lo que se publica ahora, sólo leo a los clásicos", por contraste Kurnitz era el hombre más divertido que imaginarse pueda. Fué mi salvación, si no hubiera sido por Harry , pienso que hubiera dimitido a la semana".

Hawks dejó claro al equipo de escritores que el foco principal de la historia era la dichosa pirámide. En ese punto debían converger todos los elementos de la acción.
El climax del film se produce en la escena final, cuando se celebra el entierro del faraón y toda la comitiva de sacerdotes, el gran chambelán y la nueva faraona se dirigen a la cámara mortuoria. Allí se incia el mecanismo de sellado mediante unos dispositivos que desalojan arena y hacen bajar la tapa de granito de la tumba. Trauner llevó a Hawks a un antiguo enterramiento en el valle de los reyes donde se había utilizado algo similar. Naturalmente Hawks se entusiasmó y aplicó aquella ingeniosa idea para sellar toda la pirámide.

El cinco de enero se celebró una fiesta para celebrar el 45 cumpleaños de Kurtnitz. Allí Hawks le comunicó a Jack Warner lo entusiasmado que estaba con el trabajo: "Estoy convencido de que éste es el mejor trabajo que he hecho". Exageraba el hombre en este punto. Y siguió contándole a Warner que la historia iba de un faraón que acumula riquezas a todo pasto, producto de sus guerras de rapiña. Durante veinte años se enfrasca en la tarea de construir su pirámide y su gran error es caer seducido por los encantos de "una joven putilla". En algunas secuencias se ve la ingenuidad del ya envejecido faraón, que trata de demostrar a su querida y nueva esposa que aun es capaz con su fuerza de vencer a un toro. Hawks quería rodar una escena, que nunca llegó a filmarse. La noche antes de la muerte de Cheop, Nellifer, su intrigante mujer, prepara una fiesta erótica para premiar la fuerza de su macho, pero el invento se frustra porque por aquel entonces no existían las pastillitas azules.

Respecto al reparto de "Tierra de FAraones" Hawks tenía muy claro que no quería protagonistas de mucho relieve. En principio pensó para Cheops en Sydney Chaplin, el tercer hijo del mítico personaje, pero finalmente se decantó por el inglés Jack Hawkins, que en verdad el faronismo le cae tan mal como a un cristo dos pistolas. Tampoco Joan Collins en el papel de Nellifer está muy siria, pero hace su rol de víbora con cierta clase, aunque en "Dinastía" bordaría el mismo papel. Sydney se unió al reparto en el papel de Treneh, el guardián del tesoro seducido por Nellifer.

Hay una anécdota bastante divertida sobre los carros de combate. Hawks se reunió con el equipo artístico para discutir determinadas decisiones. El encargado de efectos especiales le comunicó al director que había comenzado la confección de un centenar de carros de combate para la escena inicial del desfile victorioso del faraón. Entonces Noël Howard, que se había hecho cargo de la investigación histórica dijo que se veía en la obligación de anunciar, que la rueda no se utilizaba por aquel tiempo en Egipto y por supuesto no existían carros de combate. Según los jeroglíficos solo se usaban en la guerra caballos y camell0s. Todos se quedaron con la boca abierta tras esta honesta declaración histórica. Parece ser que Hawks dijo con rabia: "Te voy a volver del revés, Noël que se jodan los carros, pero si quieres que no te joda a tí, búscame inmediatamente cien camellos!".....y eso es lo que vemos en el desfile faraónico, los carros de combate se eliminaron de un plumazo.

Todos los exteriores del film se rodaron en las proximidades de Giza y se reclutaron miles de extras, que eran dirigidos por potentes altavoces desde los que se impartían las órdenes que movilizaban a todo aquel maremagnun humano.
Cuando el equipo se trasladó a Roma, Joan Collins y Sydney Chaplin se habían liado en un affair amoroso desmelenado y en plena vorágine de la dolce vita de Via Veneto pasaron dos semana s de sexo, pasta y vino de forma que cuando Hawks volvió a verl a su actriz ésta había engordado unos cuantos kilos y le dijo sarcásticamente: "La princesa Nellifer tiene una semana para sacudirse la preñez que padece, de lo contrario habrá que tomar medidas más enérgicas".

Según Noel Howard, por este tiempo Hawks estaba obsesionado con dos cosas: la salud y la riqueza. Cada vez que se mencionaban nombres como J.Paul Getty y Howard Hugues se emocionaba visiblemente. Un día Noël buscaba a su jefe y nadie le decía donde estaba, para su sorpresa oyó algo en el decorado donde se escenificaba la cámara del tesoro del faraón. Hawks admiraba silenciosamente todas las "joyas" que allí se acumulaban. Movía su cabeza de un lado a otro sin prestar atención a nadie. Entonces entró de improviso Chaplin y nlanzó una exclamación de sorpresa. Hawks volvió lentamente la vista hacia él y dijo como si estuviera drogado: "Sydney, mira todo ésto......¿verdad que.......es hermosísimo?". El actor creyendo que se trataba de una broma le siguió la corriente y le contestó como si no le diera importancia: "No está mal- y subiendo los escaleras- Habla con mi viejo tesorero, tal vez puedas arreglar algo con él".

A finales de Agosto el costo de la película llegaba a los dos millones setecientos cincuenta mil dólares y las alarmas ya se habían desatado en el estudio, y aun no se había contratado al músico que compondría la banda sonora. Esta labor recaería finalmente en Dimitri Tiomkin.

El estreno tuvo lugar en el Teatro Egipcio de Los Angeles . El éxito fue fulminante y las críticas positivas, pero a medida que pasaban las semanas de exhibición el globo se iba haciendo cada vez más pequeño......."Tierra de Faraones" no fue el crack que se esperaba. De los 5.716.120 dólares de costo total, la película recaudó solo 4.181.909.

Sin embargo el prestigio autoral de Howard Hawks aumentaba en Europa gracias a Cahiers du Cinèma y al gran teórico cinematográfico Andrè Bazin.
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Si tienen interés en darle un vistazo a la pelicula la pueden ver completa en You Tube, me refiero a la versión completa de 143 minutos y no a la abreviada de 106 minutos. Es bastante agradable de ver y tiene un punto. En muchos momentos se ve el buen pulso del director.

Friday, June 19, 2009

INICIOS SUBLIMES


En mi post anterior nombraba de pasada a un genial diseñador gráfico, Saul Bass, un verdadero artista cuya obra es un complemento importantísimo de las películas firmadas por los grandes directores de la Historia del Cine. Títulos de crédito como: "North By Northwest", "El Hombre del brazo dorado", "La Edad de la Inocencia", "Psicosis", "Vértigo" o "Casino" son algunos de los cuarenta títulos, desde 1955 a 1995 que este genial artista supo prologar con el más bello e innovador diseño.

Como una imagen vale más que mil palabras y en este caso la imagen es justificadísima, gocen, gracias a You Tube de algunas de estas joyas fílmicas.



"El Hombre del Brazo de Oro" en 1955 fué su primera colaboración con Otto Preminger y su primer título de crédito en un film. El mismo año filmaba el de "The Seven Year Itch" con Billy Wilder.



Este siguiente corresponde a una de las más lúcidas películas de Otto Preminger, casi una obra maestra.



Alfred Hitchcock supo sacar todo el potencial artístico de SAul Bass en tres grandes obras maestras. Nadie que haya visto "Vértigo" puede olvidar este magnífico prólogo.


Una gozada que corresponde a una película que en su tiempo se proyectó en Cinerama, "It's a Mad, Mad, Mad, Mad World" de 1963



De la mano de Kubrick realiza "Spartacus". Es fabulosa la capacidad de registros que este hombre desplegaba para que cada película tuviera la impronta que requería ¿No es para maravillarse?


No podía faltar el correspondiente a mi entrada anterior: "La Tentación vive arriba". (Yo dije que se trataba del primer título de crédito para el cine, pero hay una duda en si fué éste o "El hombre del brazo dorado", ambos se realizaron en 1955.


Les dejo con un título, al que acompaña una música inolvidable. Que pasen un feliz y cinematográfico fin de semana.

Tuesday, June 16, 2009

LAS COSQUILLAS DEL SEPTIMO AÑO O RODRIGUEZ DE VERANO


Este título del gran Billy cae al pelo, porque servidor de ustedes, aparte de mi apellido, ejerceré como tal a partir del próximo fin de semana porque la Lola se va a Turquía.
Uno, la verdad sea dicha, ya ha experimentado long, long time ago, esa picazón del séptimo año al que alude el título (sabeis muy bien que aquí se tituló "La tentación vive arriba") y las tentaciones que me rodean en el barrio donde vivo no están para tirar voladores. Sin embargo, sin embargo....mi vecina de cinta en la piscina es una lindísima guineana, que sí podría ser una verdadera tentación......pero no divaguemos con imposibles y dejando aparcado este asunto marginal centrémonos en esta maravillosa película de la no menos maravillosa y eterna M.M. de la que el maestro sacó todo el potencial erótico, que resultó ser toda una arma nuclear.

Cuando en 1952 se estrenó en Broadway "The seven year itch" de George Axelrod el éxito fue de clamor. Nunca antes se había estrenado en N.Y. algo tan atrevido. El famoso "way of life" del americano medio se derramaba por los suelos. Temas como el adulterio, y la descomposición de la típica familia eran tomados a guasa y naturalmente coreados por un público que asistía feliz a la subversión de sus propios principios.
Tom Ewell, un experimentado actor, interpretaba a Richard Sherman, un editor de Manhattan, padre y marido en toda regla, cuya mujer e hijos se marchan de vacaciones dejándole muy cerca de la tentación. Tentación personificada en su nueva vecina. Una explosiva joven tan "maciza como el Pentágono" (Animal dixit).
Axelrod no le puso nombre a esta mujer, a lo largo de toda la obra se le conoce por "la chica".

Un tema como este no podía pasar desapercibido por el tuno de Billy Wilder. De hecho antes de que la obra se estrenara había varias negociaciones en marcha por parte de MGM, Warner Bros y la Fox, pero dado que toda la obra giraba en torno al adulterio y ya algún miembro del Código había adelantado que era prácticamente imposible que dieran permiso para un posible guión, los estudios se replegaron.

Billy rió para sus adentros socarronamente. El tenía experiencia en torear la censura de manera que siguió adelante en solitario con las negociaciones. Más tarde, una vez concluida la película, más de un productor se llevó las manos a la cabeza por su torpeza porque el Código de Producción sentenció: "Como en la película no se realizan actos sexuales adúlteros no hay adulterio", y se quedaron tan panchos.

Según Ed Sicov, Lew Wasserman de la MCA, agente de Wilder propuso un trato no solamente para hacer una película ¡sino tres!: una en inglés, que protagonizarían Tom Ewell y Marilyn Monroe. Otra francesa, con Fernandel en el papel de Ewell y otra en español cuyo protagonista sería Cantinflas. No sabemos qué protagonista femenina tendrían estas dos versiones. Menos mal que imperó el buen sentido y solo gozamos de la única e irrepetible primera versión.

Una vez terminadas las negociaciones de producción y la puesta en marcha del proyecto , se inició la elaboración del guión. Como siempre Billy se negó a firmarlo en solitario y nadie mejor que el propio autor de la obra para colaborar en la reescritura fílmica.
La primera vez que Axelrod se presentó al director llevaba consigo un ejemplar de la obra de teatro original. Le dijo a Wilder que podían utilizar el texto como guía. Wilder le contestó: "OK, estupendo, lo utilizaremos como tope para la puerta" al tiempo que tiraba el volumen al suelo. Típica salida de un hombre que sabía perfectamente distinguir el lenguaje y estructura teatral del lenguaje y estructura fílmica.

Billy Wilder no estaba muy seguro acerca del protagonista masculino. Dudaba muchísimo del actor que interpretaba el papel en Broadway Tom Ewell diera bien en pantalla. Hubo un rumor efímero en las redacciones del medio en el que se apuntaba a Jack Lemmon como el elegido, pero el propio interesado se apresuró a desmentir la noticia. Al final se barajaron un trío de actores: el propio Ewell, Walter Matthau y Gary Cooper. No fué tan sencillo el proceso de selección final, porque se añadieron los nombres de William Holden y James Stewart. Por diferentes razones el resultado final fué el menos esperado, es decir, Tom Ewell se hizo con el papel protagonista.

El 9 de septiembre de 1954 Marilyn llegaba a N.Y. a las ocho y quince minutos de la mañana. El departamento de publicidad había movilizado a quinientos empleados que ya estaban informados de la llegada de la estrella. La multitud se agolpó en las escalerillas hasta el punto que la policía tuvo que intervenir y varios agentes escoltaron a la actriz hasta una limusina.
La famosísima escena de exteriores que ha quedado como un icono no fué más que una mera maniobra publicitaria, que funcionó a la perfección. De hecho se hubiera podido hacer en decorados, pero en ese caso, aquel 13 de septiembre no hubieran podido congregarse varios miles de personas en los alrededores del Trans-Lux Theater, en Lexington Avenue, a la altura de la calle 52.
Marilyn se plantó encima de la rejilla, al tiempo que Paul Wurtzel, el jefe de efectos especiales mandaba accionar un gigantesco ventilador debajo de la calle. El vestido blanco se elevó como una hermosa flor y reveló unas bragas blanquísimas y la ausencia de enaguas (complemento interior femenino indispensable en la época). El rugido de la multitud quedó prendido de todas las fachadas de la calle 52 y el momento quedó congelado para la eternidad.

El 11 de Enero de 1955 Marilyn terminó el rodaje de las escenas en las que intervenía, por lo cual los Wilder celebraron una fiesta a la que acudieron la flor y nata del estrellato incluídos Bogart y Bacall. Todos los problemas que había acarreado la estrella durante el rodaje se olvidaron. Marilyn estaba encantada y se prestó a cantar a duo con Audrey Wilder la canción "Let's Do It". Todos estaban felices y contentos y Marilyn no cesaba de decir que le encantaría volver a trabajar con Wilder pero tal vez por el efecto de las burbujas le confesó a Axelrod: "Quiero que Billy me vuelva a dirigir. Pero ahora va a hacer la historia de Lindberg, y no me dejará interpretar a Lindberg".

"La tentación vive arriba" se recortó ligeramente en algunos monólogos de Ewell, pero también algunos planos de la falda. El Código consideró que se le veìan demasiado las bragas a la actriz.
La secuencia de los títulos de crédito se debieron a Saul Bass. Hay varias versiones de cómo llegaron a conocerse director y diseñador gráfico. Lo cierto fué que a partir de esta película Saul Bass se convirtió en uno de los mejores realizadores de secuencia de títulos de crédito de la historia del cine.

El estreno mundial de "The Seven Year Itch" tuvo lugar el 1 de Junio de 1955 en el cine Loews State. En su fachada se erigió un cartel de 16 metros con la icónica imagen de la Monroe. El cartel era tan atrevido que la Fox se inundó de quejas y hubo que sustituìrlo por otro más recatado. Ni que decir tiene que el éxito fué enorme y la recaudación satisfizo enormemente a los jerarcas ejecutivos. Sin embargo Wilder se quedó un poco molesto por una minucia. Años despuès el director contó que Zanuck y Feldman no le habían dejado incluir una pequeña escena. La película hubiera cambiado de arriba abajo. Se trataba de que la mujer de la limpieza está ordenando el apartamento de Tom Ewell. Se dispone a hacer la cama y de pronto se sorprende al encontrar entre las sàbanas una horquilla. Wilder tenía una mala leche sensacional y un talento a espuertas.

Saturday, June 13, 2009

MUERTE EN VENECIA

Los que me conoceis un poquito sabeis que hay unos cuantos directores puntales a los que vuelvo de vez en cuando. Uno de ellos es Luchino Visconti, del que he comentado varias de sus obras.
Hoy dedico este espacio a "Muerte en Venecia" . Considero que esta obra merece una revisión porque es un hermosísimo poema fílmico, realizado con una delicadeza que roza la perfección.

El film se abre con una expléndida secuencia del vaporeto dirigiéndose hacia la ciudad en medio de una húmeda bruma al tiempo que escuchamos el Adagietto de la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler (quizá uno de los momentos cumbres del cine en el que música e imágenes forman una perfecta simbiosis)



Un prestigioso director y compositor alemán viaja en el vaporeto que se dirige a la Ciudad de los Canales. Gustav von Aschenbach (Dirk Bogarde) un hombre que ha dedicado toda su vida al arte de forma disciplinada y ascética, pero está en un momento en el que sufre una crisis personal y artística.
El ha reservado una suite en el Grand Hôtel des Bains en la isla del Lido. Este lugar exclusivo para la alta sociedad europea bulle en los primeras semanas de la temporada. Entre los huéspedes Aschenbach dirige su atención hacia una distinguida familia polaca compuesta de la madre (Silvana Mangano) , una mujer elegante y huidiza, y sus cuatro hijos. Uno de ellos es un adolescente de rara y turbia belleza llamado Tadzio (Björn Andersen). La institutriz (Nora Ricci) no se separa un momento de los chicos.
El profesor Aschenbach experimenta un sentimiento extraño por el joven. Su turbación por este hecho llega a plantearle un conflicto. De hecho prepara las maletas y decide dejar el hotel, pero el destino juega en contra del compositor. Cuando se dispone a subir al tren, un empleado le informa que su equipaje se ha mandado por error a otra localidad.

Esta contrariedad supone un alivio para von Aschenbach, que en el fondo solo desea volver a ver al adolescente que le ha robado el corazón. De nuevo en el hotel el hombre ya no intenta ocultar su interés por Tadzio e incluso le sigue por los intrincados vericuetos de la ciudad.
A través de las callejuelas y los puentes se cierne un calor asfixiante y hay signos de inquietud en los rincones de ciertos barrios, donde se vierte desinfectante.
Aschenbach le pregunta al maitre del hotel cuál es el motivo, pero el empleado se muestra confuso y evasivo, pero ya no se puede ocultar que puede declararse una epidemia de cólera. La primera reacción del hombre es la de avisar a la madre del muchacho del peligro que se avecina, pero ante el temor de dejar de ver al adolescente le deja mudo.

La enfermedad cala en el compositor y consciente de ello acude a un peluquero donde intenta un cambio de imagen de apariencia más joven , pero el efecto del maquillaje le confiere un aspecto ridículo y afeminado.
La escena final es de un patetismo sublime. Aschenbach está sentado en una tumbona en la playa bajo un sol implacable. Su muerte se produce al tiempo que el calor va derritiendo el maquillaje sobre su rostro. Al fondo, adentrándose en el mar, la figura de un Tadzio glorioso se va difuminando entre la luz.

"Der Tod in Venedig" es el título original de la novela que Thomas Mann publicó por primera vez en 1912. La base argumental del relato la tomó el escritor del hecho histórico en la vida de Goethe, que se enamoró de un tal Ulrike von Levetzow, un joven aristócrata de 18 años, al que el escritor homenajeó en su famosa "Elegía de Marienbad". Pero hay otra raiz histórica que Mann silenció pero no su mujer Katia. Ella contó con todo detalle unas vacaciones en el primavera de 1911 a Venecia. El propio Mann se sintió atraído por un chico polaco de trece años "extremadamente hermoso", que no era otro que el Baron Wladyslaw Moes, que se le conocía por el nombre familiar de Waldzio ó Adzio. Parece ser que el tío de Katia, Privy Counsellor Friedberg, un famoso profesor de Derecho de Leipzig, exclamó fuertemente contrariado: "¡Vaya una historia¡ !Esto es una verguenza para un hombre casado y con una familia!

Visconti hizo de Aschenbach un sosias de Gustav Mahler. Naturalmente para reforzar el hecho la mayor parte de la banda sonora son piezas del compositor austríaco. Tengo que decir (puede que no sea objetivo, dado mi amor por la música de Mahler) que pocas veces ha quedado tan integrada la música en unas imágenes. Los fragmentos de la tercera y quinta sinfonía refuerzan la idea de la fugacidad del tiempo, del sentimiento de tristeza y el paralelo vital de la muerte y la vida, de la decadencia física y la explosión de una juventud radiante. Tadzio, en su adolescencia insultante, es un bello angel exterminador que aplasta a su admirador y lo funde en el fuego que ha creado.

Visconti no estaba del todo satisfecho con esta obra. Su deseo por aquella època era llevar a cabo el sueño de su vida: transformar en imágenes (tarea casi imposible) "En busca del tiempo perdido". Para el director fue también un sueño imposible, y eso que ya tenía en mente los intérpretes ideales: Alain Delon, como Marcel; Silvana Mangano como la duquesa de Guermantes; y obviamente Helmut Berger como Morel.

El máximo galardón que recibió "Muerte en Venecia" fué el BAFTA de 1972 a la mejor dirección artística. Fué nominado en Cannes y en el Festival de Cannes de 1971 como mejor film.


Tuesday, June 9, 2009

EL CINE COMO ARTE SUBVERSIVO


Hace varios años, mejor dicho muchos años, intenté escribir un artículo en el que hablaba de varios directores que desarrollaban en sus películas una temática apartada del convencionalismo al uso y que sus imágenes sacudían al espectador en sus sentidos más sensibles. Corrían los setenta y en Europa entera ya hacía tiempo que se conocían las célebres escenas de "L'Age D'Or". A pesar de contar con muchos años esta película seguía siendo pionera de la subversion en el cine.
Obviamente mi ingenuidad rozaba la paranoia, pero a pesar de que el "Ministerio de Censura" dejó mi artículo casi totalmente KO me permitieron la descripción de esa escena de la película del aragonés en la que "la chica chupa con delectación orgiástica el dedo gordo del pie de la estatua del jardín" (literal).
Mucho ha llovido desde entonces, pero aunque hoy nadie parece escandalizarse por nada, es posible que nos llevemos más de una sorpresa si revisamos filmes underground o "comerciales" de la época.
Un ejemplo fue el episodio "La Ricotta" de P.P.Pasolini en la película "Rogopap" que levantó los faldones de todo el Vaticano porque cuando se rueda una escena de la crucifixión de Cristo, los extras y el propio actor que descansa ya sobre la cruz , se deleitan con el strip de la actriz que interpreta a Maria Magdalena
Sin coñas, la Iglesia tenía sus motivos para escandalizarse. Hoy son más insípidos y se toman en serio cosas como "El Código" y demás chorradas del Brown.
En 1965 , el Reino Unido se llevó las manos a la cabeza con la película "The War Game" dirigida por Peter Watkins. Se trataba de un pseudodocumental absolutamente terrorífico y realizado con una meticulosidad admirable sobre una futura guerra atómica. Centrada la acción en Londres se muestra con todo detalle la imposibilidad de defensa alguna y la destrucción de toda clase de vida. La película fué vista y no vista porque inmediatamente fué prohibida por el Gobierno. Con esta prohibición empezó su leyenda de subversión y aún al día de hoy es un ejemplar rarísimo de visualizar.
El ataque a la religión, especialmente a la católica, siempre ha sido un acto de subversión, ya lo he apuntado más arriba en el caso de Pasolini. Ocurrió otro tanto en 1948 con Roberto Rossellini y su película "Le Miracolo". En este film Anna Magnani es una chica con cierta subnormalidad que se deja seducir y violar por un extraño al que cree San José. Una vez preñada decide tener el hijo porque cree, en su inocencia, que es el futuro mesías. La potente y desgañitada protesta del Cardenal Spellman y la Liga de la Decencia no se hicieron esperar. No hay que decir sino que la exageración verbal llegó a límites grotescos: "Cosas como éstas nos convencen de que el gran enemigo de la civilización es el ateismo comunista" (?)



"La Religieuse" de Jacques Rivette. Fué una de las causas célebres en el cine francés de 1965. Prohibida por la censura esta película se basa en el relato anticlerical de Diderot. Un clásico del siglo XVIII que narraba las vicisitudes de una joven forzada a tomar los hábitos. El director no se corta a la hora de mostrar toda la crueldad, el sadismo y lujuria del convento. Cuando la joven, al final consigue salir de su encierro le espera un mundo hostil donde se prostituye hasta la muerte.


El ataque al puritanismo y la exaltación de la izquierda eran temas que calentaban a la burguesía capitalista. Algunas películas eran un fuerte aldabonazo que en ocasiones tambaleó a algunos gobiernos. "La Batalla de Argel" es una de ellas. El visionado al día de hoy sigue siendo un golpe fuerte. Gilo Pontecorvo un director muy comprometido con la izquierda, realizó una de las obras más subversivas en el apartado político. Este superrealista "documental" no escatima absolutamente nada para mostrar toda la brutalidad y toda la crueldad del ejército francés en este punto de Africa. Si alguien no ha visto esta película tiene el deber de hacerlo. El espectador comprenderá cómo de aquellos polvos han nacido los lodos en los que estamos enfangados. La magistral escena final de esta película está cargada de un enorme simbolismo político, cuando el pueblo argelino, sin liderazgo alguno, ya que el Frente de Liberación Nacional ha sido masacrado, se vuelcan en las calles espontáneamente para demostrar que la fuerza de la libertad no ha muerto.
Existe, aunque es casi imposible de ver hoy, un documental americano: Mickey Mouse in Vietnam, realizado por Lee Savage. En realidad no se trata de documental sino de un supercorto en el cual el famoso ratón se alista en el ejército y se embarca para Vietnam. Tan pronto como toma parte en el combate es abatido salvajemente. El corto tuvo una vida breve porque nadie podía consentir que un mito nacional fuese masacrado en una guerra tan sucia.
En lo que a nosotros nos atañe existe un curioso documental titulado "España 68" realizado por un colectivo italiano que rodó de forma secreta numerosos incidentes en las universidades, declaraciones de políticos de izquierdas y mítines clandestinos de estudiantes y trabajadores. Este documental se proyectaba en numerosos foros de Europa. Servidor de ustedes pudo verlo, al igual que "Morir en Madrid" de Rossi en un club de izquierdas español cerca del famoso Portobello Road.
Los tabúes sexuales como la homosexualidad y otras variantes tuvieron cumplida plasmación en imágenes bien explícitas. Kenneth Anger, Andy Warhol, Jean Genet y Paul Morrissey fueron líderes en la cuestión con películas como "Firework", "Blow Job", "Un Chant D'Amour" y "Heat".

Hay una interminable serie de títulos curiosos donde no siempre la subversión es arte, pero en todo caso la inteligencia del espectador será la que juzgue cuando tenga ocasión de visionar alguna de estas películas.

Monday, June 8, 2009

INNISFREE, EL BRIGADOON DE FORD


Probablemente "The Quiet Man" no es la mejor película de John Ford, pero para mí es la favorita, sobre todo cuando suenan las notas de esa canción, que suele ponerme los pelos de punta: "The Wild Colonial Boy".

Prueben a tararear:

"There was a Wild Colonial Boy,
Jack Doolan was his name,
Of poor but honest parents,
He was born in Castlemain.
He was his father's only hope
His mother's pride and joy,
And deardly did his parents love
The Wild Colonial Boy"

Ahora escuchenla por favor, antes de entrar en materia.


"The Quiet Man" relato apareció el 11 de Febrero de 1933 en el Saturday Evening Post. Era un cuento irlandés muy sencillo escrito por Maurice Walsh. En el relato original aparecía el exboxeador Shawn Kelvin que vuelve a su Kerry natal. Allí se enamora de Ellen O'Grady y acaba peleándose con el bruto de su cuñado que "tiene la fuerza de un buey y un corazón no mayor que una manzana amarga". El motivo de esta pelea, que por paradoja devuelve la felicidad a la pareja es que este mal cuñado se negaba a pagar la dote de doscientas libras que había prometido.

Este esquema argumental es el que sirvió de base a John Ford para esbozar su película. El director llevaba tiempo dándole vueltas al tema. Desde el año 1946, año en el que dirigió "Pasión de los fuertes", quería rodar ese cuento en technicolor que le traía aromas de su Irlanda familiar. Sin embargo hasta 1951 no pudo llevar a cabo el proyecto. Entre medio había rodado nada menos que siete películas: "El Fugitivo", "Fort Apache", "Tres Padrinos", "La Legión invencible", "Bill, qué grande eres", "Wagon Master" y "Rio Grande".

Ford quería hacer una película jovial, risueña y llena de color, pero sobre todo auténtica. Cuando contrató a Frank Nugent para trabajar el guión de rodaje le envió al mismo tiempo una gran cantidad de libros relacionados con Irlanda para que se documentase, entre ellos un "English -Irish Dictionary". Nugent tomó muy buena nota y el resultado fué un expléndido guión.
Para justificar la negativa a pelear de Sean Thornton (nombre del protagonista en la película y naturalmente John Wayne) se añadió una historial colateral en la que se narra la trágica muerte en el ring del boxeador contrario.

En el relato original Shawn es un hombre "pequeño, robusto, con el rostro limpio y los ojos brillantes".....pero John Ford no quería otro protagonista que John Wayne, nada más lejos del retrato original. El cambio fué un acierto obviamente.
La maquinaria de producción se puso inmediatamente en marcha. Los exteriores debían de hacerse en Irlanda y para ello Ford confió esta labor a Charles FitzSimons, el hermano de Maureen O'Hara, que eligió el condado de Mayo, en AShford Castle. Todo el equipo de rodaje tuvo que apañárselo para acomodarse. Nada de hoteles ni confortables apartamentos quien más quien menos tuvo que alojarse en modestos bed and breakfast.

¿Alguien se imagina que este cuento entrañable pudiera albergar un substrato político? Pues parece ser que sí. Según Scot Eyman, autor de "Print the Legend" ciertos fragmentos del guión sin fechar revelan una subtrama sobre el IRA, pero finalmente el director decidió eliminar casi toda referencia a dicho tema, obrando de esta forma muy sabiamente.

Todos los extras que aparecen en la película son gentes del lugar. El doble de John Wayne se llamaba Joe Mellotte, quien años más tarde se enorgullecía de su cometido y no cesaba de alardear de ello en el pub que años más tarde abrió en el lugar.

"El Hombre tranquilo" es quizá la película más popular de John Ford . Desde el año 52, fecha de su producción las distintas generaciones han sabido aceptarla como una afortunada obra capaz de deleitar todos los paladares cinematográficos. Es una película donde los colores, sobre todo el verde y el rojo, cantan una sinfonía vitalista.
Innisfree es una especie de Brigadoon. Un lugar apartado del mundo donde toda la troupe de Ford toca con sus manos el cielo de la interpretación: Sean, Mary Kate, Red Will, el padre Peter Lonergan....son personajes imborrables de nuestro imaginario cinematográfico.

Wednesday, June 3, 2009

UN TURBIO Y ATORMENTADO FIN DE SEMANA

Los dramas sociales no suelen tener cabida en el cine americano actual. Tal vez algún independiente se atreve a entrar en el tema, pero sabemos, por desgracia, que este tipo de películas no suelen pasarse por ninguno de nuestros cines-de-centro-comercial. Sin embargo allá por los años cuarenta había señores que sí se atrevían a desarrollar estos temas y las mayors se atrevían a producirlos. Tal es el caso de la película con la que vuelvo a vuestra compañía: "The Lost Weekend", titulada en España "Días sin huella", dirigida por el gran Billy Wilder.

El austro-húgaro Wilder, que ya se había consolidado como director hollywoodense con solo tres películas: "El mayor y la menor", "Cinco tumbas al Cairo" y "Perdición", se dirigía desde Los Angeles a Nueva York. Para entretener la larga distancia se proveyó de un libro titulado "The Lost Weekend" escrito por Charles R. Jackson, un best-seller notable al que Philip Wylie, crítico literario del New York Times había elogiado sobremanera. También el escritor Sinclair Lewis la había calificado como " Definitivamente la mejor historia sobre un alcohólico que jamás haya leído".
Wilder se enganchó totalmente de la novela y antes de terminarla de leer ya tenía en mente el esquema de lo que sería su futura película.
Sin perder un solo minuto, nada más llegar a la estación de destino llamó por teléfono a Brackett, guionista con el que había trabajado en dos de sus películas como director. Al autríaco no se le pasó por la cabeza que en L.A. era casi de madrugada y Brackett estaría dormido. Pero a Wilder no le importó, sabía que su amigo y colaborador tenía el mismo problema que se describía en la novela. Elizabeth Fletcher Brackett, su esposa, era una alcohólica sin remedio.

El alcoholismo era una tara más que frecuente en el mundillo de Hollywood, de los cuarenta posiblemente por la secuela de la famosa "ley seca" y parece ser que Charles Brackett había sido testigo de algunos casos aparte del de su esposa.
Hay una leyenda, no confirmada, según la cual Wilder sabía que su amigo Brackett aceptaría escribir el guión de "The Lost Weekend", no solamente por el duro tema del alcoholismo, que le afectaba indirectamente; también por la homosexualidad oculta del protagonista de la novela, que le afectaba directamente.

Al margen de esta oscura cuestión no cabe duda de que Wilder arriesgaba mucho en el empeño de llevar a cabo una película, cuyo protagonista es un borracho convencido. Don Birman, el protagonista de la historia es el antihéroe por excelencia, un hombre que se revuelca en su vicio desperdiciando su talento y su vida.

A finales de mayo de 1944 Wilder y Brackett comienzan a escribir "Días sin huella" y el director inicia los prologómenos de la producción. Este, consciente de la poca garra cinematográfica del tema, y del peligro de tocar la faceta oculta de Birman, decide publicitar la futura producción con el anzuelo de una gran actriz en la cabecera del reparto: Katherine Hepburn. Esta se entusiasmó con el proyecto, pero desgraciadamente estaba comprometida en "Without Love" para la MGM , con Spencer Tracy de coprotagonista.

La oficina Hays puso sus pilas a funcionar, conocedora del tema, y exigió leer punto por punto todos los fragmentos que los autores enviaban al departamento. Obviamente Birman aparcó toda su homosexualidad en la novela y se limitó al alcoholismo en la película. Aun así la barrera no estaba del todo franca y la industria cinematográfica se resentía nerviosa. ¿Puede ser rentable una película en la que el protagonista se pasa todo un fin de semana bebiendo?

A pesar de todo el proyecto siguió adelante. Wilder se pensaba el actor que interpretaría a Birman. Quería un actor anodino para que resultara más real, pero el jefe de la Paramount le aconsejó lo contrario y le dijo: "No, utiliza a un protagonista famoso, porque así el público se identificará con él. Querrá que se reforme". El director se lo pensó porque no estaba muy convencido de las razones del Jefe de la productora. Lo que sí fué seguro por fin fué el papel protagonista femenino. Una vez descartada la Hepburn y Jean Arthur, que rechazó el papel, Jane Wyman se adjudicó el papel de Helen StJames. Según Ed Sicov, en su biografía del maestro, Jack Warner se alegró de ceder a Wyman, que estaba bajo contrato de la Warner, para hacer "esa película borracha".

Para el protagonista masculino se barajó el nombre de José Ferrer, pero a pesar de la enorme popularidad del actor en los escenarios de Broadway, en los medios cinematográficos carecía de garra. Wilder se decantó finalmente por Ray Milland.

Las dificultades para escribir el guión se fueron acumulando. Señales luminosas rojas se encendían cada dos por tres, y a todo esto los diálogos no eran precisamente para una comedia intrascendente al uso. El rodaje comenzó en Septiembre y para entonces Brackett y Wilder no habían completado el guión, hecho que tenía en ascuas a los ejecutivos de los estudios. Tampoco era motivo de tranquilidad el que Wilder se empeñara en rodar los exteriores en el propio Nueva York, sobre todo en las secuencias del amanecer, cuando la luz natural sólo podía aprovecharse una hora, y en ocasiones ni siquiera ese tiempo.

Conforme avanzaba el rodaje "Días sin huella" había conseguido atraer la atención de todos los medios y estos la trasladaron a los responsables de la industria alcoholera. Naturalmente (entendamos que por entonces el cine era la más poderosa maquinaria de propaganda) esos señores no veían con buenos ojos lo que se les venía encima y comenzaron a ponerse a la defensiva. Los productores de licor tenían verdadero miedo al fantasma de la Prohibición.


Esta escena, que a los espectadores de hoy podrá parecer anacrónica, tuvo una cuidada elaboración. El ratón era real y los miembros del equipo lo empujaron a través de la grieta al tiempo que le apretaban el rabo haciendo que el animal se retorciese. El murciélogo si era mecánico, pero ambos elementos, montados con maestría lograron reflejar el delirium tremens de Milland.
Para dar verosimilitud a su personaje Milland se pasó media noche en una residencia de alcohólicos. Tras unas horas de aullidos, gemidos, olor a orines y sudor el actor puso pies en polvorosa considerando que ya tenía demasiada experiencia.

El film tuvo su última vuelta de manivela en diciembre del año 44, cuando Europa aún humeaba entre ruinas, pero el fin no era definitivo. En la primavera de 1945 hubo un pase previo en Santa Bárbara. Wilder no podía creer que el público respondiera con risas a un film tan dramático. Pero las risas y los silbidos no eran el único problema de Wilder. Corrió el rumor, sin confirmar, de que el ganster Frank Costello había ofrecido a la Paramount cinco millones de dólares "en nombre de la industria del licor por el negativo de "Dias sin huella", con la intención de destruirlo" (Ed Sicov).

Parecía que los negros nubarrones se cernían sobre "The Lost Weekend" y que definitivamente la película iría a los almacenes del estudio para su olvido absoluto. Pero ocurrió uno de esos milagros que hacen que una película funcione de boca en boca. La Paramount había decidido estrenarla de tapadillo, pero debido al éxito progresivo decidieron estrenarla por todo lo alto en Nueva York. El cinismo de la Paramount se puso de manifiesto en la campaña publicitaria que decía: "La Paramount ha tenido el valor y la osadía de rodar esta extraña, poderosa y aterradora novela".

Las críticas se deshicieron en alabanzas y Wilder no desaprovechó su mala baba haciendo publicidad con un chiste cirrótico que cita Ed Sicov: "Tener o no tener" ha convertido a Lauren Bacall en "La mirada" así que no cabe la menor duda de que "The Lost Weekend" ha convertido a Mr. Milland en "El Hígado".

Siete nominaciones consiguió "The Lost Weekend" aquel año, de las cuales consiguió cuatro: Mejor película (Paramount Pictures-Charles Brackett productor); Mejor director, Billy Wilder; Mejor actor, Ray Milland y Mejor guión- Charles Brackett y Billy Wilder.

Dicho todo lo anterior solo me resta añadir que veais tranquilamente esta memorable película en vuestro sillón preferido.......
Es un soleado día de Octubre de 1938. La cámara se pasea desde la distancia hasta el centro de la ciudad y se detiene en unos pequeños apartamentos en el East 55th Street. Vemos tiestos de geranios en distintas ventanas. Ascendemos hasta los apartamentos de la cuarta planta y entramos en el piso de los hermanos Birnan hasta el dormitorio. A través de la ventana , al igual que a través de millones de otras ventanas, vemos la ciudad pero esta ventana tiene algo especial que no tiene ninguna otra: una cuerda de la que pende una botella de wisky........

Monday, June 1, 2009

DIAS DE SOL, DE VINO Y DE FLORES


Abro mi rentrée bloguera con una gran morriña de azul, de buen humor, de buena compañía y de magníficos momentos de amistad y de buen comer y beber....... no se puede acostumbrar uno a todas esas cosas hermosas. Cuando vuelves al trabajo y a la rutina tardas en ubicarte de nuevo. Pero hay que apechugar y para eso estamos aquí.

Me he vuelto a encontrar con una Girona diferente. Completamente nueva pero con los mismos tonos hermosos que conocía. Sus colores brillantes siguen en su paleta igual que hace años y en determinados lugares se han acentuado. Ha sido un placer volver a saludar estos paisajes.

Nuestro recorrido comenzó en Granollers y creo que no se escapó de nuestra visita ningún pueblo del Alto y Bajo Ampurdá y por supuesto de la Costa Brava.

Uno de los pueblos que nos fascinó fué Regencós, un lugar perdido cerca de Begur donde nos alojamos en un hotel rural precioso. Los propietarios nos trataron de forma exquisita y su hospitalidad fue más allá del simple negocio. Muy cerca de allí pudimos visitar Pals y Peratallada donde nos perdimos entre sus piedras en mitad de la media noche sin que pudieramos salir de su espectral atracción.

Afortunadamente, durante todo el viaje pudimos evitar las tormentas y dejando atrás Port Bou enfilamos hacia Colliure, ya en tierra francesa. Naturalmente era cuestión de honor rendir un homenaje silencioso al maestro Machado en su lecho eterno. Fue un momento emocionado evocar los versos, de ese poeta triste, que hoy apenas se balbucean.



Carcassone es una villa fascinante, situada en tierra de cátaros. Clavada en el tiempo, y despojada de toda la vitualla turística, fue todo un descubrimiento. Los famosos "delicatessen" franceses como el foie o la cassoulet (cuya receta os facilito), e incluso los vinos, no tienen nada que ver con todo lo que probamos en la provincia de Girona. Todos los catalanes podeis sentiros orgullosos de vuestra mesa y lo digo con toda la experiencia placentera que me han producido vuestros guisos y vuestros caldos. ¡Palabra de Honor!

Andorra tampoco anduvo a la zaga en cuanto a placeres gastonómicos. No tengo más remedio que citar a una borda cerca de Ordino, llamada "Neus", cuyo cocinero nos elaboró y sirvió sus propias creaciones, sobretodo unos postres espectaculares.

El paisaje de Andorra es grandioso. No te puedes explicar cómo en un espacio tan pequeño cabe tanta naturaleza. Desde Pas de la Casa hasta Port de Cabús y desde El Serrat hasta Sant Julia de Lòria no hubo rincón que dejáramos de explorar. Nuestro centro de operaciones estaba en un encantador hotel de Sispony en La Massana.

Y el punto final no podía ser otro que Córdoba la Sultana, ¡ole la grasia de Andalusía!, ¡qué alegría!¡qué jolgorio, señores!......porque la ciudad celebraba su feria por todo lo alto. Nuestro paso por allí fué breve pero memorable. ¡Casetas para bailar sevillanas!¡Moriles y Montilla para beber!¡gozo a raudales por todas partes!......y la judería para perderse. Y los patios para enamorarse.


Termino con esa preciosa foto de la Lola en un callejón de la Judería. ¿Os podeis creer que esta buena mujer después de este subidón de vacaciones se ha trajinado sin más una vueltita por Turquía a finales de este mismo més?....¡Increíble!