Tuesday, June 16, 2009

LAS COSQUILLAS DEL SEPTIMO AÑO O RODRIGUEZ DE VERANO


Este título del gran Billy cae al pelo, porque servidor de ustedes, aparte de mi apellido, ejerceré como tal a partir del próximo fin de semana porque la Lola se va a Turquía.
Uno, la verdad sea dicha, ya ha experimentado long, long time ago, esa picazón del séptimo año al que alude el título (sabeis muy bien que aquí se tituló "La tentación vive arriba") y las tentaciones que me rodean en el barrio donde vivo no están para tirar voladores. Sin embargo, sin embargo....mi vecina de cinta en la piscina es una lindísima guineana, que sí podría ser una verdadera tentación......pero no divaguemos con imposibles y dejando aparcado este asunto marginal centrémonos en esta maravillosa película de la no menos maravillosa y eterna M.M. de la que el maestro sacó todo el potencial erótico, que resultó ser toda una arma nuclear.

Cuando en 1952 se estrenó en Broadway "The seven year itch" de George Axelrod el éxito fue de clamor. Nunca antes se había estrenado en N.Y. algo tan atrevido. El famoso "way of life" del americano medio se derramaba por los suelos. Temas como el adulterio, y la descomposición de la típica familia eran tomados a guasa y naturalmente coreados por un público que asistía feliz a la subversión de sus propios principios.
Tom Ewell, un experimentado actor, interpretaba a Richard Sherman, un editor de Manhattan, padre y marido en toda regla, cuya mujer e hijos se marchan de vacaciones dejándole muy cerca de la tentación. Tentación personificada en su nueva vecina. Una explosiva joven tan "maciza como el Pentágono" (Animal dixit).
Axelrod no le puso nombre a esta mujer, a lo largo de toda la obra se le conoce por "la chica".

Un tema como este no podía pasar desapercibido por el tuno de Billy Wilder. De hecho antes de que la obra se estrenara había varias negociaciones en marcha por parte de MGM, Warner Bros y la Fox, pero dado que toda la obra giraba en torno al adulterio y ya algún miembro del Código había adelantado que era prácticamente imposible que dieran permiso para un posible guión, los estudios se replegaron.

Billy rió para sus adentros socarronamente. El tenía experiencia en torear la censura de manera que siguió adelante en solitario con las negociaciones. Más tarde, una vez concluida la película, más de un productor se llevó las manos a la cabeza por su torpeza porque el Código de Producción sentenció: "Como en la película no se realizan actos sexuales adúlteros no hay adulterio", y se quedaron tan panchos.

Según Ed Sicov, Lew Wasserman de la MCA, agente de Wilder propuso un trato no solamente para hacer una película ¡sino tres!: una en inglés, que protagonizarían Tom Ewell y Marilyn Monroe. Otra francesa, con Fernandel en el papel de Ewell y otra en español cuyo protagonista sería Cantinflas. No sabemos qué protagonista femenina tendrían estas dos versiones. Menos mal que imperó el buen sentido y solo gozamos de la única e irrepetible primera versión.

Una vez terminadas las negociaciones de producción y la puesta en marcha del proyecto , se inició la elaboración del guión. Como siempre Billy se negó a firmarlo en solitario y nadie mejor que el propio autor de la obra para colaborar en la reescritura fílmica.
La primera vez que Axelrod se presentó al director llevaba consigo un ejemplar de la obra de teatro original. Le dijo a Wilder que podían utilizar el texto como guía. Wilder le contestó: "OK, estupendo, lo utilizaremos como tope para la puerta" al tiempo que tiraba el volumen al suelo. Típica salida de un hombre que sabía perfectamente distinguir el lenguaje y estructura teatral del lenguaje y estructura fílmica.

Billy Wilder no estaba muy seguro acerca del protagonista masculino. Dudaba muchísimo del actor que interpretaba el papel en Broadway Tom Ewell diera bien en pantalla. Hubo un rumor efímero en las redacciones del medio en el que se apuntaba a Jack Lemmon como el elegido, pero el propio interesado se apresuró a desmentir la noticia. Al final se barajaron un trío de actores: el propio Ewell, Walter Matthau y Gary Cooper. No fué tan sencillo el proceso de selección final, porque se añadieron los nombres de William Holden y James Stewart. Por diferentes razones el resultado final fué el menos esperado, es decir, Tom Ewell se hizo con el papel protagonista.

El 9 de septiembre de 1954 Marilyn llegaba a N.Y. a las ocho y quince minutos de la mañana. El departamento de publicidad había movilizado a quinientos empleados que ya estaban informados de la llegada de la estrella. La multitud se agolpó en las escalerillas hasta el punto que la policía tuvo que intervenir y varios agentes escoltaron a la actriz hasta una limusina.
La famosísima escena de exteriores que ha quedado como un icono no fué más que una mera maniobra publicitaria, que funcionó a la perfección. De hecho se hubiera podido hacer en decorados, pero en ese caso, aquel 13 de septiembre no hubieran podido congregarse varios miles de personas en los alrededores del Trans-Lux Theater, en Lexington Avenue, a la altura de la calle 52.
Marilyn se plantó encima de la rejilla, al tiempo que Paul Wurtzel, el jefe de efectos especiales mandaba accionar un gigantesco ventilador debajo de la calle. El vestido blanco se elevó como una hermosa flor y reveló unas bragas blanquísimas y la ausencia de enaguas (complemento interior femenino indispensable en la época). El rugido de la multitud quedó prendido de todas las fachadas de la calle 52 y el momento quedó congelado para la eternidad.

El 11 de Enero de 1955 Marilyn terminó el rodaje de las escenas en las que intervenía, por lo cual los Wilder celebraron una fiesta a la que acudieron la flor y nata del estrellato incluídos Bogart y Bacall. Todos los problemas que había acarreado la estrella durante el rodaje se olvidaron. Marilyn estaba encantada y se prestó a cantar a duo con Audrey Wilder la canción "Let's Do It". Todos estaban felices y contentos y Marilyn no cesaba de decir que le encantaría volver a trabajar con Wilder pero tal vez por el efecto de las burbujas le confesó a Axelrod: "Quiero que Billy me vuelva a dirigir. Pero ahora va a hacer la historia de Lindberg, y no me dejará interpretar a Lindberg".

"La tentación vive arriba" se recortó ligeramente en algunos monólogos de Ewell, pero también algunos planos de la falda. El Código consideró que se le veìan demasiado las bragas a la actriz.
La secuencia de los títulos de crédito se debieron a Saul Bass. Hay varias versiones de cómo llegaron a conocerse director y diseñador gráfico. Lo cierto fué que a partir de esta película Saul Bass se convirtió en uno de los mejores realizadores de secuencia de títulos de crédito de la historia del cine.

El estreno mundial de "The Seven Year Itch" tuvo lugar el 1 de Junio de 1955 en el cine Loews State. En su fachada se erigió un cartel de 16 metros con la icónica imagen de la Monroe. El cartel era tan atrevido que la Fox se inundó de quejas y hubo que sustituìrlo por otro más recatado. Ni que decir tiene que el éxito fué enorme y la recaudación satisfizo enormemente a los jerarcas ejecutivos. Sin embargo Wilder se quedó un poco molesto por una minucia. Años despuès el director contó que Zanuck y Feldman no le habían dejado incluir una pequeña escena. La película hubiera cambiado de arriba abajo. Se trataba de que la mujer de la limpieza está ordenando el apartamento de Tom Ewell. Se dispone a hacer la cama y de pronto se sorprende al encontrar entre las sàbanas una horquilla. Wilder tenía una mala leche sensacional y un talento a espuertas.

10 comments:

Josep Lloret Bosch said...

Eres un megacrack, Antonio (aparte de un suicida, por contar aquí lo la guineana, como si Lola no supiera leer), porque has conseguido que me parta de risa sólo con esos datos que no sé de donde diablos los sacas, un envoltorio de lujo para una película sencillamente prodigiosa, inteligente y divertidísima.

Creo firmemente que Tom Ewell borda el papel y ninguno de los otros candidatos hubiera sido capaz de retratar a ese rodríguez afortunado; de hecho, el más afortunado de la historia.

Por cierto: tú que lo sabes todo: ¿no estará a la venta ese cartel de dieciseis metros de la M.M.? ;-)

Un abrazo.

ANRO said...

Pues no sabes la alegría que me das, Josep. Pues mira. Tengo dos buenísimos libros sobre Billy Wilder, la biografía de Marilyn de Spoto, dos guias sobre las películas de Billy Wilder, guiones originales de pelis de Wilder y dos estudios sobre "The Seven Year Itch"....naturalmente habría que añadir los testimonios de personalidades cercanas....Tengo una bibliotequilla bastante decente sobre el tema.
Te voy a decir una cosa. no tengo idea de si el cartel de 16 metros estará a la venta, pero yo sí que poseo un poster original de más de dos metros de la actriz, que nos regaló el día de nuestra boda nuestro amigo Nigel. A su vez éste había recibido este regalo de una periodista norteamericana y no creo que existan muchos ejemplares actualmente. Desgraciadamente con tanta mudanza el poster se ha estropeado y lo tengo enrollado y guardado. Hace años adornaba el fondo del pasillo de mi primer piso. Te enviaré una foto cuando me ponga a buscarla.
Un abrazote.

Miquel Gimenez said...

¡Lo de la escena de la horquilla eliminada me parece genial! es la demostración de como la estupidez del censor puede hacer cambiar el sentido de toda una obra con una simple tachadura de bolígrafo y, a la par, como un genio puede justificar toda una trama con una simple horquilla. Tenía razón Trueba cuando dijo que no creía en Dios, pero sí en Billy Wilder. De hecho, si el guión de éste mundo no fuera tan malo, podría decirse que es Dios sin ninguna duda, pero él lo habría hecho mejor. Abrazos. ^OO^

ANRO said...

Efectivamente Miquel, Don Billy era mucho billy y sus películas seguirán siendo una gozada durante muchas generaciones.
Creo, no se si a tí también te ocurre, que mis hijos (que ya son cachorros de treinta) sienten lo mismo que yo por el maestro. Mi hijo David tiene debilidad por "Un, Dos, Tres".
Un abrazote-.

alicia said...

Mi adorado Billy dió con la actriz ideal para el personaje, sólo Marilyn era capaz de decir con esa mezcla de sensualidad e inocencia "hace tango calor que he metido mi ropa interior en la nevera". Tom Ewell está bien en el papel, aunque creo que Walter Matthau habría estado también muy bien, como puede verse en las pruebas que hicieron. Lo del detalle de la horquilla es perfecto, muy Lubistch/Wilder.

J.A. Pérez said...

Supongo que lo conocerás (y lo tendrás), pero te recomiendo mucho el libro-entrevista de Cameron Crowe al Billy Wider ("Conversaciones con B.W."). En él habla largo y tendido de esta y otras películas, amén de su relación amor/odio con Marilyn.

"La tentación vive arriba" me parece una buena película, pero no de las mejores de Wilder. Entre otras cosas por la elección del actor. Quizá Lemmon hubiese estado mejor, e incluso Walter Matthau (es cierto lo de las pruebas y dicen que a Wider le gustaba, aunque al estudio no).
Por cierto, también creo que el detalle de la horquilla creo que si no era de Lubistch bien podría haberlo sido...

Un abrazo!!

ANRO said...

El pobre Tom Ewell quedó totalmente eclipsado por el resplandor de MM. El hombre no hizo mucho cine después de esta peli, se encasilló en TV y pronto fue olvidado por el público. Todo el mundo coincide en que tal vez Matthau hubiera estado mejor...tal vez.
Me llamó muchísimo la atención lo del detalle de la horquilla, detalle genial. Ed Sicov lo cita textualmente, pero es cierto que también podría haber sido de Lubitsch.
Un abrazote.

ANRO said...

Efectivamente tanto "El Apartamento" como "Some like is hot" y "Perdición" , por poner tres ejemplos son mejores que la que comento, pero curiosamente "La tentación vive arriba" ha quedado fijada en la memoria colectiva por la famosa escena del respiradero del metro de NY.
Como le digo a Alicia, la escena de la horquilla me llamó la atención e inmediatamente la relacioné con Lubistch, pero la cita Ed Sicov en la biografía del maestro. Lo que ocurre es que muchas cosas de las que dijo Wilder hay que ponerlas en tela de juicio. Pero a él puede perdonársele todo.
Un abrazote

Manuel Márquez said...

Compa Antonio, qué gozada de relato, qué gozada. Ilustrativo y nutritivo, a la par que entretenido, como está "mandao". La peli en cuestión la ví hace muchísimos años (una copia en VHS de una colección que compré hace chorrocientos años...) y no sería mala cosa revisarla, aunque Marilyn, cuya potencia icónica líbreme Satanás de poner en cuarentena, no sea santa (o, más bien, diabla) de mi muy mucha devoción (probablemente, y fiándome de tu buen criterio, me resulte más atractiva tu vecina guineana...). Ah, disfruta de la "rodriguecía" (todo un grado...) y que a Lola le vaya bien en su viaje (mejor a Turquía que a los puertos, ¿no crees...?).

Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

ANRO said...

Je, je, je Manolo, tu Andalucía se te ve por los poros. Llevas razón lo de los puertos sería más grave.
Sí hombre, si, ve esta peli de nuevo, pero en DVD, como está mandado.
¡Qué pena no haber cruzado unas copejas contigo en Córdoba! Estuvimos en la Corredera, pero comiendo churros por la mañana, no se si sería un buen lugar de copas por la noche.
Ten seguro que la próxima vez que me arrime por esa bellísima y calurosísima Córdoba quedamos. ¿OK?
Un abrazote