Friday, August 31, 2007

CUANDO LLEGA SEPTIEMBRE






Todas las imágenes precedentes no tienen otro sentido que anticipar lo que va a constituir la materia de mis próximos trabajos. Por estas fechas, Septiembre el mes en el que todo empieza, tanto las emisoras de radio, como las cadenas televisivas lanzan a los cuatro vientos el contenido de sus programaciones para la temporada. Las empresas publicitarias bombardean al sufrido consumidor. Pues bien, yo voy a adelantar algunos trabajos, que espero alguien lea y me comente.

Encabezo las ilustraciones con un encantador trabajo de Vargas sobre la famosa estrella de los "silent movies" OLIVE THOMAS. A ella dedicaré un trabajo, centrándome en el entorno y decorado en el que se desarrolló su turbia vida.

"THE MANCHURIAN CANDIDATE" es una expléndida y olvidada película cuyo remake, protagonizado por Denzel Washington y Meryl Streep vimos la temporada anterior. De ella y de su director JOHN FRANKENHEIMER haré un estudio extenso, en la línea de "Double Indemnity" y "2oo1, una Odisea del Espacio"

ABRAHAM POLONSKY es el gran director olvidado y también truncado por los vientos siniestros de la caza de brujas americana. A él le dedicaré una memoria reivindicadora.

JOE HILL, fue un sindicalista americano, inmigrante sueco, que fue sometido a una caricatura judicial y condenado a morir fusilado. Su figura, aprovechando la película de Bo Winderberg, trataré de glosarla con la mayor honestidad posible.

Creo que la generación de cineastas españoles de los años setenta están sumidos en el olvido más injusto, me refiero a BASILIO MARTIN PATINO (En la foto), PEDRO OLEA, ANTONIO DROVE, MARIO CAMUS, PACO REGUEIRO, JORGE GRAU... etc, etc. Hay que hablar de ellos y tratar de enmarcar sus carreras en un tiempo cercano, pero lejano, y difícil.

Espero saber cumplir mi compromiso aunque tenga que compartirlo con mi trabajo y mis otras obligaciones.

Thursday, August 23, 2007

CUANDO LOS AÑOS SE VAN Y LA VIDA QUEDA


Si ayer daba cuenta de una efemérides muy señalada y querida, hoy voy a permitirme seguir de celebraciones. Mi deseo sería compartir con aquel que me leyere la tópica tarta de cumpleaños y cantar juntos aquello de "cumpleaños feliz...etc.etc.. Obviamente hoy celebro esa fecha. La de mi nacimiento hace 63 años. Ahí está la foto más reciente que tengo, tomada con mi compañera Lola,en un lago suizo hace tres meses.
Como este rinconcito de la red solo se dedica al cine voy a hacer un extraño bordado entre mi cumple y las pelis a ver lo que sale de todo ésto.

Muchísimos de los momentos que han jalonado estas seis décadas y pico han tenido como telón de fondo el maravilloso blanco y negro o el glorioso technicolor.
Mi primer recuerdo peliculero se remonta a los dibus de Disney y al Salvaje Oeste de Ford. Me fascinaba tanto el movimiento de los expléndidos cartoons como las emocionantes cargas de los indios sioux.
Como en mi famillia había una rama bastante influida por el nacional catolicismo no nos perdíamos ninguna de las producciones religiosas de la Cifesa o del ladino Cecil B.de Mille. Semejante lavado de cerebro místico devino en una vocación imposible (me sirve de consuelo que lo mismo le ocurrió a Martin Scorsese) la de ser santo.
Afortunadamente ahí estaban a la vista de todos las enormes carteleras de "Duelo al Sol" mostrando la fascinante atracción animal de Jennifer Jones. A mis ojos, aun inocentes, aquella mujer me producía una extraña desazón física. "Tentaciones del demonio" que decía mi tía Ciriaca.
La parte reaccionaria de mi familia siguió en sus trece y fuí ingresado en un colegio religioso, regentado por los curas paúles, para que hicieran de mí un santo misionero.
Por paradoja esos planes se truncaron gracias a un cura progre que nos impartió unas clases magistrales de literatura. Gracias a él conocí a Lorca, que por aquella època andaba de tapadillo y a muchos otros autores españoles y franceses de los que había que hablar en voz baja.
Su labor educativa no solo se limitó a la enseñanza sino también a la actuación. Formó un taller de teatro donde mi vocación encontró otro camino: la interpretación. Dí vida a un Isaías Krappo y un Mefistófeles con bastante fortuna. Aun me pregunto cómo pudimos representar "La Mordaza" de Alfonso Sastre, un autor comunista hasta los tuétanos, en el pequeño escenario de un colegio religioso. Obviamente las versiones teatrales estaban edulcoradas pero aun así....
Otro impacto cinematográfico que experimenté en aquel colegio fue el visionado de la versión americana del film de Hitchcock "Sabotaje".
Ser misionero no entraba dentro de mis planes y un buen día, pasados cuatro años me fuí sin dar explicaciones. La lluvia de improperios cayó implacable sobre mí y para estropear aun más el asunto no se me ocurrió otra idea sino escaparme a Madrid con la intención de ingresar en la Escuela de Cinematografía. Esa aventura terminó fatal a los tres días. Tuve que doblar la cabeza y volver a mi Jaén natal.
Allí entre intentos y fracasos por recomponer mi vida estuve enamorado de Kin Novak, Natalie Wood, Cyd Charisse........ deseaba ser como James Dean, bailar tan bien como Russ Tamblyn, y ser tan duro como Burt Lancaster. Pero los sueños, sueños son y la vida empujaba a ser más realista.

Ya, avanzada mi adolescencia comencé a trabajar en una fundición, esta industria, que también construía carretillas elevadoras y gruas tenía un nombre muy particular "La Constancia S.A."(No es broma, es absolutamente auténtico). Allí ví por primera vez una revista porno, que circulaba en los vestuarios de los trabajadores. Aquel ambiente me forjó en otros aspectos de la vida, pero mi amor hacia el cine no disminuyó y fuí descubriendo algo más que pequeñas historias.
La cuerda de mi vida fue anudándose hasta que recalé finalmente en Madrid. Tuve suerte en mis relaciones amorosas, en mis relaciones de amistad y en los trabajos que desempeñé. En la capital pude vivir el cine a lo grande. Comenzó a abrirse la manga censuradora del franquismo y pudimos ver algo de Godard, Truffaut, Chabrol.....y naturalmente Bergman. Todos ellos mezclados con los nuevos valores americanos.
Pero la gran eclosión, el gran extasis cinematográfico se abrió para mí en Londres, donde senté plaza, creía que para siempre.
Aquel largo paréntesis de mi vida fue enriquecedor en toda clase de experiencias, pero sobre todo conocí más sobre cine que en toda mi vida anterior.
Estuve trabajando a las órdenes del tipo más extravagante que jamás he conocido. Era (ya murió) un cocinero magnífico, con el genio endiablado de los irlandeses, que confió muchísimo en mí y me dió oportunidades magníficas. Por su restaurante, Odin's situado en Devonshire St., muy cerca de Baker St. desfilaban personajes como David Hockney (pintor de quien conservo una copia serializada del retrato de Peter, mi jefe, para la carta del Restaurante), David Frost,(el presentador de TV), Henry Kissinger, Sir Alec Guiness, Glenda Jackson (por entonces en la cresta ), Sydney Poitiers...etc...etc. En ocasiones se cerraba el restaurante para una reunión íntima de alguno de ellos y el propio Peter, así se llamaba el irlandés, preparaba aquello que su maravillosa imaginación le daba la gana. Yo cociné alguna vez a su lado y era una delicia y a la vez un infierno, por lo mucho que te exigía. En una ocasión me amenazó con un afilado cuchillo de cortar salmón. Tal vez este condenado esté preparando delicias para el diablo.
Gracias a Nigel, de quien tanto he hablado en muchos blogs, y a Carla, que trabajaba para unos estudios de cine, conocí a mucha gente del medio. No sé por qué razón, a pesar de mi trabajo humilde (empecé de lavaplatos) aquella gente me acogió con un cariño tremendo. Supongo que se cumplió aquello de estar en el momento y lugar oportunos o tal vez a mi carácter abierto y jovial.
Por aquel entonces estuve totalmente colgado de una mujer encantadora que se llamaba Eillen. Creo, o al menos así lo recuerdo , que era una bellísima chica. Ella acababa de romper con su boyfriend, porque trabajando de extra en una película de Zefirelli, él se había pasado a la otra acera. El romance entre nosotros duró apenas unos meses. Lo pasé fatal pero pronto volví a enamorarme, en esta ocasión de una chica española. La ruptura de esta relación ha sido uno de los golpes más grandes que he tenido en la vida. Pero como dice el musical "The show must go on".
En este punto, y sin contar el paréntesis, estos recuerdos quedan enlazados a los que conté en mi blog anterior. El resto es otra historia que no voy ni quiero contar.

Wednesday, August 22, 2007

UN DIA DE BODAS EN WANDSWORTH

La imagen que ilustra hoy mi entrada cinematográfica tiene una larga historia. El lugar es el National Film Theatre de Londres y la pareja es: mi compañera y yo mismo. El sueño de años que la distancia del presente es de treinta y dos años.
Aquel día, que era un 23 de Agosto, celebrábamos nuestro compromiso matrimonial dando un largo paseo por un Londres espléndidamente azul.
La boda se había celebrado en el town hall del distrito de Wandsworth. Creo que fuimos de las primeras parejas que eludimos el rito católico y el bullicio de invitados en torno a mesas repletas de bebidas y manjares.
Aquella fecha tuvo mucho de cinematográfico. Ofrecimos un pequeño ágape a nuestros amigos más íntimos (8 en total) . Entre los regalos que recibimos nos emocionó muchísimo el de Nigel. Se desprendió, con suma generosidad, de una foto original de Marilin Monroe. Esa foto era uno de los numerosos tesoros de su maravillosa colección cinematográfica.
Hubo una anécdota muy graciosa en la ceremonia nupcial. A la hora de intercambiar anillos nos dimos cuenta de que no habíamos tenido en cuenta ese detalle. Nuestra testigo Yolanda y nuestro testigo John retiraron los suyos propios de sus dedos y el enlace quedó sellado con anillos prestados. A la semana siguiente nos compramos unos modestos anillos de plata en un mercadillo por el módico precio de cincuenta peniques el par.
Nuestro día de boda se cerró en un cine, próximo a Picadilly Circus, disfrutando de las interpretaciones de Marlon Brando y Maria Scheneider en la película, mítica por aquellos años, "El último tango en París".
Al final de la velada y tras una cena íntima en un restaurante griego volvimos a nuestro nuevo apartamento en el numero 14 de Thorparch Road. Era la primera casa en la que nos sentíamos dueños los dos. Allí nos esperaba una sorpresa inesperada. Algo a lo que nunca hemos encontrado explicación lógica. Un gato, asombrosamente manso y cariñoso, había tomado posesión con no se qué derecho de nuestra casa. Desde el primer momento adoptó los pies de nuestra cama como dormitorio y no consentía separarse de nosotros. En días posteriores preguntamos por todo el vecindario para comprobar si se había escapado de alguna casa. Nadie sabía nada de "Gato"(nombre poco original que le pusimos) y allí se quedó con nosotros, blanco y negro, siempre meloso, siempre vigilante, mirandonos con cariño infinito.

Monday, August 13, 2007

EL EROTISMO EN EL CINE


Tengo algunos viejos libros, que tal vez sean un poco difíciles de conseguir en el mercado. Este domingo, haciendo un poco de limpieza en mis estanterías me topé con uno de estos volúmenes. Su título es "L'EROTISME AU CINÉMA. El texto es mínimo, pero las más de 300 fotos que recorren sus páginas son un documento impagable de lo que se podía ver en las pantallas europeas, allá por el año 1960. Naturalmente en nuestro país, por entonces, reinaba la censura más estricta sobre los escotes, y no digamos nada sobre el resto de la pelvis. Cuando mi amigo Nigel me regaló esta pequeña joyita lo más fuerte que se había hecho en cine era "El Ultimo Tango en París"....para seguir con las comparaciones a España solo habían llegado los olores de Perpignan, aunque muchos españoles ya usaban la mantequilla.

En cada uno de los cuadrados de cada página se asoman viejas y, hoy, desconocidas actrices: Darry Cowl, Lily Damita, Yoko Tani, Nadia Gray, Danielle Darrieux, Brigitte Bardot. Todas ellas absolutamente seguras de la seducción que emanaba de sus cuerpos y sabiendose miradas por el "Peeping Tom" que abriera aquel libro.

Aquí en España, allá por el afortunadamente lejano 1960, se practicaban "vicios privados y públicas virtudes". En algunas de las entradas de este Blog creo que he narrado un hecho que me ocurrió en Madrid, cuando boli en ristre me colaba en algunos rodajes, de los que sacaba material, para luego escribir algunos articulillos infectos , que posteriormente, una Agencia de Prensa ponía en circulación por todos los periódicos de provincias.

La vida de nuestro cine, y la de todos los que se movían en torno al negocio, era turbia y sofocante. Creo que de todos aquellos años aún no se ha escrito ni la punta del iceberg, porque los trapos sucios aun se guardan hipocritamente en el cuarto de atrás. Salvo honrosas excepciones, nadie se atreve a abrir las alcantarillas porque el olor envolvería a muchos que aun pululan en el medio.

En fin, cuando decidí poner tierra por medio y abrir otra página en mi vida, todo aquello quedó muy atrás. Naturalmente no me sumergía en el mejor de los mundos posibles, pero cuando por las noches llegaba a mi cuchitril de Taybridge Road, me sentía tranquilo y feliz, porque, nadie de aquellos malditos "grises" se había llevado a ninguno de mis nuevos amigos a la DGS. ¡Claro, no era un sueño, vivía por primera vez en un pais democrático¡

Entonces, las nuevas imágenes y las nuevas películas prendieron en mi retina y volví a enamorarme del cine.

En fin, todo este rollo venía a cuento del libro que comentaba. I'm sorry , pero no puedo evitar irme por las ramas de mi memoria. Supongo que todos los mortales tenemos este vicio tarde o temprano. Al fin y al cabo ¿qué sería de la humanidad si se borrasen nuestros recuerdos?

Friday, August 3, 2007

PLANET "Z"

He adelantado la visión de "Planet Terror" a una sesión íntima del proyecto GRINDHOUSE al completo, en V.O. y no me corto un pelo en decir que ha sido como una cojonuda masturbación cinematográfica. ¡Vaya gozada de cine B y Z¡. Me he revolcado de risa con las barbaridades chungas de Robert Rodríguez.
Estoy seguro que más de uno se va a rasgar las vestiduras pero ahí tenemos a todas las revistas "sesudas" de cine dedicando sendos y largos artículos a este par de flipantes películas, cuya paternidad se atribuye tan solo a Tarantino en perjuicio de Robert Rodriguez. La culpa de esta "injusticia" la tiene ese descabellado despropósito de proyectar un producto único en dos mitades.
Por supuesto mañana sábado yo seré de los primeros que acudan a ver en pantalla grande "Planet Terror". No tengo ni la menor duda que la sala va a estar ocupada por adolescentes, jóvenes y frikies, que van aullar de delirio por las delirantes escenas, valga la redundancia. Y creo, que saltándome mis canas o mi poco pelo, voy a imitarlos....¿Es esto correcto?....¿Puedo hablar ayer de Bergman y Antonioni y hoy de alguien tan en las antípodas como Robert Rodriguez?... Pues sí y la razón es muy sencilla.

Tanto Tarantino ,cuya DEATH PROOF tendrá su entrada correspondiente, como Robert Rodriguez han dado a las nuevas generaciones, en este proyecto conjunto, el primitivo espectáculo del CINE con mayúsculas. Hace 40 y 50 años, cuando el lujo de las grandes superproducciones llamaba a las gentes a los "Cines de Estreno", en los cines de barrios, con un real o dos nos empapábamos una "Sesión Doble" que nos sabía a gloria. Eran películas que corrían todo el alfabeto menos la A.
Muchos grandes directores se curtieron haciendo cine proletario y no hay duda de que este cine ha dejado un buen puñado de obras maestras.....¡ con un presupuesto de risa¡

En el caso concreto de esta primera parte de Grindhouse-Planet Terror, no tengo el más mínimo rubor en afirmar que Robert Rodríguez ha encontrado el verdadero pulso, que había modulado a la perfección en "El Mariachi". Bien es verdad que después se le fue la olla, aunque no tanto, con los experimentos "3D". Retomó las riendas en "Sin City" , que fue un experimento sobresaliente, aunque mucha gente no comprendió su absoluta fidelidad al comic de Miller.

Espero que nadie me crea un esquizofrénico cinematográfico, pero comprendan que yo no soy un frío cirujano de pelis, sino un apasionado peliculero que a veces acaricia a un clásico con nostalgia y otras me corro de placer con la pieza más joven del mercado.




Wednesday, August 1, 2007

LA ULTIMA PELICULA



Encabezo este pequeño trabajo con dos fotos, una de Bergman y otra de Antonioni, en las que aparecen relativamente jóvenes. En los años en que eran referentes de una generación, la de los años sesenta y setenta. Yo no se si tendrá validez o respuesta la pregunta que me estoy formulando estos días. ¿Qué pueden decirle estos señores a un espectador de cine del siglo XXI?.....La misma pregunta ha estado presente en muchas tertulias de gente frisando la treintena. Estos interlocutores, de formación universitaria o profesiones liberales, coinciden en afirmar que el cine de Bergman o de Antonioni, sin quitarle el mérito que pueda tener, les dice poco o nada. Es la misma reflexión que se hace un estupendo bloguero, de la misma edad, quien dice "..las pelis de Bergman han pasao por mi retina sin dejar poso" o refiriéndose a Antonioni dice "...sus pelis le abandonaron hace más de 20 años".

La gente que hemos vivido aquellos "brillantes años" nos resistimos a pensar que iconos cinematográficos, como los que acaban de dejar este mundo, digan tan poco o dejen insensibles las retinas de todos estos treintañeros. Conozco a gente de mi generación que se manda las manos a la cabeza y exclama con indignación: "¡Qué falta de sensibilidad¡¡Es horrible¡¡qué referencias tienen estos machangos, ¿lo simpson?".....Yo me callo porque no quiero discutir y me guardo mis sentimientos.

Hace muy poco compré los dos packs de la filmografía bergniana y tengo que confesar que lloré con algunas escenas de sus pelis. "Los Comulgantes" me parece una película memorable. Esta película sacudió mi conciencia en el Madrid de los últimos sesenta. "La Vergüenza" fue motivo de discusión acalorada en una cafetería de la Gran Vía hasta altas horas de la madrugada. "The Touch" y "Scenes from a marriage" entraban en la conversación sazonada de "maría" en el refugio de Brixton, donde a veces acudía Julie Christie, cuando se zafaba de Warren Beatty...en fin todo pura nostalgia, que también es aplicable a Antonioni desde su trilogía con la Vitti hasta "Zabriskie point" y "Blow up".

Despues del ataque cardíaco que sufrió el italiano cuando rodaba "El Reportero" en España, con la Schneider y Nicholson, Antonioni declinó irremisiblemente.
Sin embargo Bergman filmó su testamento cinematográfico con una obra maestra "Fanny y Alexander", que quizá sea lo más próximo a las generaciones de hoy.

Dicho todo lo anterior, estoy seguro de que el tiempo hará la labor que crea conveniente y al margen de hagiografías fariseas o de nostalgias vanas, estos dos señores, que para mí son cineastas de mi conciencia, estarán en el pedestal que les corresponde por derecho propio.
Que ambos descansen en paz y que la curiosidad de muchos hurgue en sus películas para que el cine continue con vida