Thursday, January 8, 2009

UN CUADRO CON HISTORIA

"Cine Negro" es un concepto cinematográfico que se le escapa a la mayoría de los espectadores que acuden a los cines-de-centro-comercial. Para todos los que amamos el cine, este término es una consigna masónica con la que evocamos todo un mundo de imágenes; un mundo turbio de pasiones y crímenes.
Naturalmente en su día (hablo de los cuarenta ¡casi ná!) lo de "noir" se le escapaba también a los espectadores de entonces. Sencillamente se decía: "Hoy ponen en el Palace una de misterio". Está claro que los españolitos aun no conocíamos la famosa jerga de los muchachos del "Cahiers du Cinema".

A pesar de los muchísimo que se ha hablado, cantidad de blogueros han reflejado sus impresiones sobre "Laura" en sus respectivos blogs, me vais a permitir que yo también ponga mi granito de arena sobre este magnífico y aplaudido film de Preminger.
"Laura" es la quintaesencia de "cine negro". Tenemos en ella: intriga, giros repentinos en la acción, un detective despistado de Kentucky, enamorado para más inri de una muerta que en realidad está viva....todos estos ingredientes se mezclan en el sofisticado Manhattan de los cuarenta.

Lo primero que me seduce de esta película es el tema musical de David Raksin. Aparentemente lo compuso en un fin de semana inspirándose en un "dear john letter" (término intraducible que alude a la carta que envía una mujer cuando corta una relación para iniciar otra) que recibió de su mujer. También se nota el influjo de Duke Ellington y su pieza "Sophisticated Lady". Las notas se derraman generando sentimientos que se desplazan por los grises turbios de la trama.

"Nunca olvidaré el fin de semana que murió Laura. Un sol de plata brillaba en mitad del cielo como un enorme y magnífico cristal. Ese fué el domingo más caluroso que recuerdo. Sentía que yo era el único ser humano caminando por Nueva York. En el momento de la muerte de Laura yo estaba solo. Yo, Waldo Lydecker, fuí la única persona que de verdad la conoció" narra el magnífico Clifton Webb. ¿No es para llorar de emoción con este lírico arranque?

Si Laura con su belleza es la imagen del film, el corazón del mismo es sin lugar a dudas Waldo Lydecker, interpretado por un más que magnífico Clifton Webb, memorable en todos los sentidos. Muchas veces ha insistido nuestro amigo Josep en su blog sobre estos "actores secundarios" y lleva toda la razón del mundo en elevarlos al pedestal que se merecen. Aquí, junto a Clifton Webb, hay que destacar a otros dos puntales: Vincent Price, como Shelby Carpenter, el prometido snob de Laura, y naturalmente a la gran dama Judith Anderson, como la neurótica tía Ann.



Sin embargo, tanto Gene Tierney como Dana Andrews, su protagonismo les viene grande. Ambos resultan acartonados frente al trío de secundarios. Gene Tierney tiene la fotogenia más hermosa que imaginarse pueda y el personaje irá pegado a su imagen para siempre, pero tendreis que opinar conmigo que está un tanto fría y en ocasiones parece no creerse el papel que interpreta. A Dana Andrews le pasa tres cuartos de lo mismo. En muchísimas escenas se muestra de una rigidez supina y el tono de su voz surge sin modulación alguna. Pero ambos actores consiguieron auparse al estrellato con esta película.

En flashback se nos muestra la particular relación que ha existido entre Laura y Lydecker. Este actúa como una especie de Pigmalión para con ella. Se convierte en su asesor de vestuario, le hace cambiar de peinado, la presenta en sociedad a las personas indicadas y la publicita valiéndose de su influencia periodística en los medios más elegantes de la sociedad neoyorkina.

Una de las escenas más hermosas y extraordinarias de la película es cuando McPherson, el detective, entra por la noche en el apartamento de Laura, con el convencimiento de que ha muerto. No obstante toca sus prendas, huele el perfume y bebe del mismo vaso que supuestamente ella ha tocado. Se sienta frente al cuadro que representa a la mujer y la contempla absolutamente ensimismado. Su proceso de necrofilia amorosa es ya un hecho. Asiste a una cita con el fantasma de una mujer.

El cuadro de Laura era una fotografía a la que los técnicos del estudio simularon pinceladas, como si de una auténtica pintura se tratara. Como nota curiosa el cuadro volvió a reutilizarse en la película "On The Riviera" (En la Costa Azul), pero en esta ocasión a todo color. Este film estuvo dirigido por Walter Lang y protagonizado, obviamente, por Gene Tierney (de ahí la reutilización) y por Danny Kaye.



"Laura" está lejos de ser una película perfecta. Algunos pasajes del guión tienen incongruencias de difícil aceptación pero todo aquel que la ha visto queda prendado de ella al igual que le ocurre al detective McPherson con la protagonista.
Es legendaria la historia que envolvió al productor Zanuck con los dos directores de la película: Rouben Mamoulian y Otto Preminger, que fué quien por fin se llevó el gato al agua.
El productor no quería de ninguna de las maneras que Preminger dirigiera "Laura" y eligió a Mamoulian. Cuando se visionaron los primeros materiales todos los que asistían a la proyección no tuvieron más remedio que reconocer que eran un desastre. Preminger apuntó que Laird Gregar (el actor que en principio interpretaba a Waldo) era una equivocación mayúscula, porque el público lo identificaría inmediatamente con Jack el Destripador, personaje que acababa de interpretar.
Preminger propuso a Clifton Weeb para el papel de Waldo. Zanuck se negó en principio alegando la homosexualidad del actor. El director insistio en hacer una prueba. Webb la superó, disipando todas las dudas del productor. Hay que estar completamente de acuerdo con esta sabia decisión que hizo decir al famoso crítico Roger Ebert: "...el film completo es una pieza maestra: artificial, amanerada pero aun así con una gran armonía en el balance de los pequeños motivos con el alto estilo. Lo que hace a la película grandiosa, quizá, sea el reparto. Los materiales de serie B son redimidos por Waldo Lydecker, caminando a través de todas las escenas como si tuviera miedo de tropezar con algo"

Zanuck no tuvo más remedio que transigir con Preminger y le dió portazo a Mamoulian. Este no se rehizo de esta debacle. Solo volvió a dirigir otros dos film, de los que también fué despedido. "Porgy and Bess", substituído también por Preminger y "Cleopatra" que finalmente firmó Mankiewick.

"Laura" no es el mejor de los films noir, pero sí uno de los que mejor expresa la dualidad turbia de este tipo de género. Personalmente creo que la película sigue emanando un peculiar perfume que te embriaga al compás de la inolvidable melodía.








6 comments:

Josep said...

¿Ves, querido Antonio, como yo tengo razón al usar la palabra "negro"?
¡Imagínate hablando de cine de "color"!

XD

Chanzas aparte, estoy convencido que Laura llegó al limbo de la misma forma que Casablanca. Dos películas de escaso presupuesto, que, por obra y arte de la inspiración (y un poco de suerte) nos emocionan cada vez que las vemos.

Preminger, además, en esa escena que enfatizas, sabe introducir un espléndido fundido que siempre nos permitirá pensar que el resto de la película pertenece al mundo onírico del enamorado Mark.

Esos "secundarios" de la película eran, ya, entonces, consumados ladrones (casi atracadores) de escenas: la Anderson como solterona enamorada del gigoló Vincent está impagable, tanto como su amado como sinvergüenza.

Si no fuera porque se me acumula la faena :-) me ponía a verla otra vez...

Un abrazo.

Manuel Márquez said...

Compa Antonio, qué maravilla de reseña: la peli la merece, desde luego, pero tú la has bordado; además, añadiendo información de referencia la mar de interesante. La he disfrutado enormemente; y la peli, que ví hace no mucho, pues habrá que revisarla: afortunadamente, es de las que sufren muy poco desgaste (la puedes ver cienes y cienes de veces sin problema alguno...).

Un fuerte abrazo, feliz año y buen fin de semana.

Anonymous said...

Josep, llevas razón cuando comentas que "Laura" tiene similar prestigio nostálgico entre los cinéfilos como lo tiene "Casablanca".
Se unieron una serie de factores que contribuyeron al fenómeno; naturalmente uno de ellos el "atraco" de los secundarios, impagable e inolvidable trío de ases.
Un abrazote.

ANRO said...

Manolo, me complace enormemente haber removido tus entrañas cinéfilas con esta maravillosa peli. Muchísimas gracias por tu comentario que me anima a continuar en la brecha y a seguir compartiendo este rinconcito de cine con este magnífico grupo de amigos, que sois todos vosotros.
Un abrazote.

alicia said...

Laura is the face in the mistic glow, decía una canción, y le va muy bien a la película. Clifton Webb está absolutamente genial e insuperable y Gene Tierny era una belleza de mujer, puede decirse que una rara avis de femme fatale.

ANRO said...

Querida Alicia veo que hay unanimidad de criterios en cuanto a Laura-Tierny se refiere, pero ¿no te parece que en "Que el cielo la juzgue" la Tierny sí que daba el do de pecho?
Un abrazote.