Monday, March 16, 2009

TODOS LOS HOMBRES DEL REY

Anoche, cuando el domingo languidecía, hojeaba un cómic indolentemente sentado en el sillón de la sala de estar. Francamente no me apetecía ver nada porque Stan Sakai y su personaje Usagi Yojimbo (que sigo desde hace tiempo) me tenían enganchado. Por si no fuera poco mi compañera me había ofrecido un maravilloso guisqui escocés de malta, doce años viejo.....por ende, como os digo estaba vulgarmente apoltronado.
Como yo era un muro de silencio, mi compañera se dispuso a ver la tele. En ese momento, por uno de los canales de pago comenzaba la proyección de la película "All the King's Men", versión Steven Zailliam. A los pocos minutos de su comienzo el ronin-conejo Yojimbo yacía aparcado en la mesita y mi atención había quedado prendada de Sean Penn-Willie Stark.

Tengo que aclarar, que esta película del 2006, basada en la maravillosa novela de Robert Penn Warren no es buena, a pesar del despliege estelar de su reparto, pero decidí terminar de verla.

La novela, cuya lectura es obligada para todos los amantes de la literatura norteamericana, nos ofrece una visión terriblemente lúcida del dramático ascenso político como Gobernador de un estado del Sur (que no se nombra, pero que presumiblemente se asume que es Louisiana) del cínico Willie Stark (al que se le llama "the Boss"), originalmente llamado Willie Talos.
Willie Stark es uno de esos personajes desmesurados que valiéndose de su populismo (el relato original se centra en los años de la Gran Depresión) manipula maquiavélicamente a todos aquellos que le interesan para sus fines egoistas.
Sean Penn, creo que exagera el personaje central y por ende pierde fuelle a pesar de todos los fuegos artificiales interpretativo que pone en juego.

Todos sabeis que en 1949 se hizo la primera versión de esta novela (justamente el mismo año de su publicaciòn). En esta ocasión la producción corrió a cargo de Robert Rossen y el gran actor Broderick Crawford se metió en la piel del político William Stark, consiguiendo la estatuilla por dicho trabajo.

Me vais a tirar un pedazo de pantalla plana a la cabeza cuando confiese que no he visto esta versión. Es un pecado cinéfilo imperdonable pero bla, bla, bla y prometo que la voy a ver, si la mula lo permite, esta semana.

Volviendo a la plúmbea versión de Zailliam hay marcadas diferencias con el libro, algunas más que notorias para excusarlas.

En primer lugar la película, salvo en las escenas de flashbacks, se sitúa en los años cincuenta y no los treinta, como sería lo correcto. No se entiende este cambio de fechas teniendo en cuenta que la Gran Depresión es el gigantesco telón de fondo del drama.

"Sugar Boy" admirablemente retratado en el libro, como un gorila absolutamente hipnotizado por el magnetismo del Boss, a quien adora hasta el límite, se transforma en el film en un guardaespaldas silencioso y hermético sin personalidad alguna.

Naturalmente el personaje de Jack Burden (Jude Law) es muchísimo más complejo en la novela. Su papel de narrador está guiado por la extraña fascinación que ejerce sobre él Willie Stark. A pesar de todas las siniestras componendas del Gobernador Jack quiere apurar todos los acontecimientos para poder dar sentido a todo lo que ocurre en torno a este personaje "más grande que la vida".
Jack mezcla sus propias vivencias y su historia personal con la historia política del Gobernador Stark. Trenza con los dos relatos un espacio paralelo en el que aparentemente ambas historias se funden.

Los hermanos Stanton (hijos del anterior Gobernador) están interpretados en la película por Kate Winslet y Mark Buffalo. Este último es un burdo recorte del personaje de la novela. Su tremenda decisión final no queda del todo aclarada durante los breves momentos que aparece a lo largo del film.

El Juez Irwin es el caballero del Sur que ha sido un modelo para Jack desde su infancia. Más tarde sabremos que en realidad se trata de su propio padre. El espectro edípico juega en el interior de Jack hasta dar lugar al desenlace trágico que consumará el drama.

Siempre me ocurre, me imagino que también a vosotros, que tras leer una buena novela, en este caso excelente, ver su versión fílmica suele desilusionarme. En este caso concreto más aún. Creo que el guión de la primera versión era mucho mejor que el de la que comento. No en vano fué nominado al oscar. (Nuevo motivo para no seguir postponiendo el visionado)

Robert Penn Warren, autor de la novela, no puede negar que también era un gran poeta. El estilo de su prosa rezuma toda la atmósfera sureña. Asfixiante y exuberante. Siempre se especuló que el personaje de Willie Stark era el retrato novelado de Huey Pierce Long (1893-1935) Gobernador de Louisiana, pero Peen Warren lo negó siempre. El escritor sostuvo siempre ideas conservadoras en cuanto a la segregación racial y los derechos civiles. Digamos que esta es la nota negativa del personaje, que no de su obra.

Para terminar, y como nota curiosa, acabo de comprobar que existe una versión de esta novela realizada por la NBC en Mayo de 1958. Fue realizada nada menos que por Sidney Lumet y el papel de Willie Stark era interpretado por Neville Brand y en 1981 la Houston Grand Opera estrenó la ópera "Willie Stark" musicada por el compositor americano Carlisle Floyd. Podría ser una experiencia interesante asistir a una representación, aunque me temo que dada la poca repercusión de esta obra musical es muy posible que no tenga mayor interés.



4 comments:

Josep Lloret Bosch said...

¡Mecagüentooo!
¡Antonioooo!
¡Mecagüentooo!

Justo el sábado conseguí reunir las dos versiones para desbrozarlas. La primera la he visto un par de ocasiones, pero la segunda la desconozco.

He empezado a leer tu texto, y he parado: lo confieso.

Ahora estoy en el dilema de leerte u olvidarme y seguir con mi planificación a semanas vista.

¡Mecagüentooo!

¿Qué hago ahora?

Ya podías haber mirado el fúrgol... :-)

Un abrazo (de oso)

alicia said...

Pues sí que es casualidad, Antonio, ya que ayer precisamente la ví; no recuerdo la versión original, pero aunque la fotografía de esta es espléndida y el reparto es de lujo, se queda a medio camino y tanto flash back dentro de flash back lían un poco. Sean Penn creo que exagera sobre todo con los brazos cada vez que hace un discruso, pero creo que se puede ver y confieso que la escena final en blanco y negro acabada con los dos regueros de sangre que se juntan me gusta mucho.

ANRO said...

Ja, ja, ja, ¡qué coincidencia¡ Parece que tanto a tí como a Alicia os leí el pensamiento. Pienso que debo tener algo de brujo, ya que me muevo en tierras de eso.

Non ti preocupare. Haz la operación que tenías programada. Será estupendo que logres aunar los dos puntos de vista, aunque yo ya sé cual va a ser tu veredicto. Es decir, lo intuyo.

Pero por encima de todo hay que leer el libro. OK?

ANRO said...

Alicia, ¿por qué crees que me quedé enganchado? La peli seduce en principio, y la escena final está muy bien, pero tenía muy reciente la lectura del libro entonces en algunas escenas me quedaba descolocado y las veía inconexas y faltas de fuerza.
¿Viste el desastre que le provoqué al amigo Josep?
Si no has leìdo el libro te lo aconsejo encarecidamente. Está en la línea de los grandes.
Bueno a seguir teniendo buenas vibraciones, eso une a cinéfilos de pro.
Un abrazote.