Para el asentamiento oficial de mi sección, que trabajaré de forma esporádica, en este blog, he escogido a un autor de los llamados "hard boiled". A nadie mejor que a James Elroy le viene bien este adjetivo porque sus novelas son duras como el pedernal. No en vano se le conoce como "Demon dog of American crime fiction".
Cualquiera de sus novelas, creo que he leído todas las editadas en España, son un hervidero de violencia, pero te dejas la retina en todas ellas, no obstante mi gusto personal revuela por las cuatro que forman "El Cuarteto de L.A." formado por "La Dalia Negra", "El Gran Desierto", "L.A.Confidencial" y "Jazz Blanco" (Por cierto que ésta última se rueda actualmente. Dejo que la sección del cine se ocupe de ella.)
De este cuarteto "La Dalia Negra" me tuvo en vela varias noches, lo que motivó que mi compañero alegara "crueldad mental" en un conato de divorcio. Bromas aparte, este apasionante triller novelesco, es brutal, pero lúcido, y naturalmente representa el precedente lógico de la, en cierta forma autobiográfica, "Mis rincones oscuros", intento, por parte del escritor de reconstruir y llegar a la verdad del crimen de su propia madre, Geneva Hiliker, que fue asesinada en El Monte en 1958, cuando Ellroy apenas contaba diez años.
"Una vulgar noche de sábado acabó contigo. Moriste de manera estúpida y violenta, y no tuviste los medios para defender tu vida.
Tu huída a la seguridad fue un breve respiro. Me llevaste a tu escondite como un amuleto de la buena suerte. Te fallé como talismán; por eso, ahora me presento como testigo.
Tu muerte define mi vida. Quiero encontrar el amor que nunca tuvimos y explicarlo en tu nombre.
Quiero hacer públicos tus secretos. Quiero borrar la distancia que nos separa.
Quiero darte aliento."
Con este poema, Ellroy dedica a su madre, una prostituta de Sunset, el esfuerzo más sentido para recobrar el amor y la memoria, en unas páginas rebosantes de fuerza dramática.
En "La Dalia Negra" (cuya versión para la pantalla por parte de De Palma no me ha gustado) Ellroy toma como argumento el asesinato (al igual que el de su madre sin resolver) de Elizabeth Short, una chica que jamás llegó a aparecer en ninguna película. Había llegado a L.A. cegada por las grandes letras de Hollywood, como tantas otras chicas de toda América. Short era una mujer que tenía a gala lucir su espectacular figura enfundaba en ceñidos vestidos negros. Se adornaba el pelo con flores exóticas y su sonrisa iluminaba cualquier local donde entraba. Sus amigos comenzaron a llamarla la Dalia Negra, que era un referente a "La Dalia Azul" y a Veronica Lake.
Murió joven, a los 22 años, y se convirtió en un mito sangriento. Su asesinato, partida en dos mitades y su rostro deformado por una sonrisa de muerte, hizo correr titulares por todo el pais. Se hablaba de que el crimen lo había cometido un "hombre lobo".
La novela, cuyos protagonistas reales son dos policías de LA, es un viaje al infierno del submundo de Hollywood de la postguerra. Se tejen en ella las redes más oscuras de la pornografía y la prostitución. Da escalofríos el friso que nos presenta Ellroy del pozo oscurísimo de la pedofilia, establecido en la frontera con México.
Ellroy tiende a ser excesivamente denso en sus novelas. Los editores le han obligado a recortar muchos de sus manuscritos. "LA Confidencial" tenía en su origen 800 páginas y tuvo que recortarla a 621 y cada vez utiliza más un estilo casi telegráfico. "Jazz Blanco" es un ejemplo perfecto.
Hay un gran pecado en la vida de James Ellroy, fue votante de George Bush, lo que demuestra que muchas veces detrás de un gran escritor hay un individuo miserable. Dostoyevki, Balzac o Hammett son algunos ejemplos a vuela pluma.
(Reportaje enviado a Redacción a las 10.52 horas (H.Canaria) firmado por HILDY JOHNSON)
Cualquiera de sus novelas, creo que he leído todas las editadas en España, son un hervidero de violencia, pero te dejas la retina en todas ellas, no obstante mi gusto personal revuela por las cuatro que forman "El Cuarteto de L.A." formado por "La Dalia Negra", "El Gran Desierto", "L.A.Confidencial" y "Jazz Blanco" (Por cierto que ésta última se rueda actualmente. Dejo que la sección del cine se ocupe de ella.)
De este cuarteto "La Dalia Negra" me tuvo en vela varias noches, lo que motivó que mi compañero alegara "crueldad mental" en un conato de divorcio. Bromas aparte, este apasionante triller novelesco, es brutal, pero lúcido, y naturalmente representa el precedente lógico de la, en cierta forma autobiográfica, "Mis rincones oscuros", intento, por parte del escritor de reconstruir y llegar a la verdad del crimen de su propia madre, Geneva Hiliker, que fue asesinada en El Monte en 1958, cuando Ellroy apenas contaba diez años.
"Una vulgar noche de sábado acabó contigo. Moriste de manera estúpida y violenta, y no tuviste los medios para defender tu vida.
Tu huída a la seguridad fue un breve respiro. Me llevaste a tu escondite como un amuleto de la buena suerte. Te fallé como talismán; por eso, ahora me presento como testigo.
Tu muerte define mi vida. Quiero encontrar el amor que nunca tuvimos y explicarlo en tu nombre.
Quiero hacer públicos tus secretos. Quiero borrar la distancia que nos separa.
Quiero darte aliento."
Con este poema, Ellroy dedica a su madre, una prostituta de Sunset, el esfuerzo más sentido para recobrar el amor y la memoria, en unas páginas rebosantes de fuerza dramática.
En "La Dalia Negra" (cuya versión para la pantalla por parte de De Palma no me ha gustado) Ellroy toma como argumento el asesinato (al igual que el de su madre sin resolver) de Elizabeth Short, una chica que jamás llegó a aparecer en ninguna película. Había llegado a L.A. cegada por las grandes letras de Hollywood, como tantas otras chicas de toda América. Short era una mujer que tenía a gala lucir su espectacular figura enfundaba en ceñidos vestidos negros. Se adornaba el pelo con flores exóticas y su sonrisa iluminaba cualquier local donde entraba. Sus amigos comenzaron a llamarla la Dalia Negra, que era un referente a "La Dalia Azul" y a Veronica Lake.
Murió joven, a los 22 años, y se convirtió en un mito sangriento. Su asesinato, partida en dos mitades y su rostro deformado por una sonrisa de muerte, hizo correr titulares por todo el pais. Se hablaba de que el crimen lo había cometido un "hombre lobo".
La novela, cuyos protagonistas reales son dos policías de LA, es un viaje al infierno del submundo de Hollywood de la postguerra. Se tejen en ella las redes más oscuras de la pornografía y la prostitución. Da escalofríos el friso que nos presenta Ellroy del pozo oscurísimo de la pedofilia, establecido en la frontera con México.
Ellroy tiende a ser excesivamente denso en sus novelas. Los editores le han obligado a recortar muchos de sus manuscritos. "LA Confidencial" tenía en su origen 800 páginas y tuvo que recortarla a 621 y cada vez utiliza más un estilo casi telegráfico. "Jazz Blanco" es un ejemplo perfecto.
Hay un gran pecado en la vida de James Ellroy, fue votante de George Bush, lo que demuestra que muchas veces detrás de un gran escritor hay un individuo miserable. Dostoyevki, Balzac o Hammett son algunos ejemplos a vuela pluma.
(Reportaje enviado a Redacción a las 10.52 horas (H.Canaria) firmado por HILDY JOHNSON)
6 comments:
Muy bueno el título de la sección: muy cinematográfico, no cabe duda... .-)
Me abre ése comentario inicial las ganas de conseguirme, por lo menos, esas dos piezas llevadas al cine (la cabra, ya se sabe...) de las cuales una es excelente y la otra,,,, pasable sólo, aunque supongo que las novelas, ambas, son buenas.
Los "pecados" de un buen escritor, como de cualquier artista, son, por suerte la mayoría de las veces, cuestiones que no afectan a su obra.
Y gracias por la información: ignoraba que Dostoyevski, Balzac y Hammet también hubieran sido votantes de la saga Bush... :-)
Y otra: ¿Desde cuando el nombre del mensajero importa? Máxime si es tan lento.... ;->
¡Muac! Saludos.
Uf, lo de que sea votante de Bush es un mal trago, pero se lo perdono por lo mucho que me ha hecho disfrutar este hombre.
Estoy de acuerdo con sus preferencias: la tetralogía de L.A. y la autobiográfica "Mis rincones oscuros" son sus obras maestras.
Un saludo!
Josep, me alegro que te guste el título de la sección. Trataré de estar a la altura.
Las novelas son muy buenas, pero cuidado porque están impresas en lija.
Naturalmente que el buen escritor suele anteponerse al mal individuo, pero a veces es muy difícil separarlos...entonces mejor no leerlo.
Lee, lee, la vida de esos tres escritores que pongo como ejemplo y verás lo buenos pintas que eran.
¿A qué mensajero te refieres....?
Un Besito. Hildy
Bienvenido a mi redacción Mr. Deckard. Me alegra que compartamos el disfrute de la lectura de Ellroy. Estoy segura, ahora que ha vuelto, de que seguiremos compartiendo opiniones sabrosas, por mi parte literarias y por parte de mi compañero, cinematográficas.
Un abrazo, Hildy
Siempre he tenido, Hildy, la costumbre de deslindar la obra artística de la vida propia del artista: así como me parece una necedad tomar en consideración las opiniones -por ejemplo, políticas- de cualquier actor dado a proselitismo barato, me importa un pimiento si un artista, del tipo que sea, es buena o mala persona, mientras su obra me complazca; si trata de convencerme de algo que no me gusta, simplemente, lo abandono y ya está.
Nunca me ha escandalizado saber que Tchaikovsky, por ejemplo, era homosexual: me importa un rábano, francamente; cada cual con sus ideas, pero cada cual currándose lo suyo.
¿Acaso el documental de Leni Riefenstahl sobre las Olimpíadas de Berlin 1936 no es cinematográficamente (la cabra, ya sabes...) superlativo? Pues eso.
Lo del mensajero, se refiere a que el post es remitido por un tal Antonio, y a una hora que no coincide en absoluto con la que consta en la crónica, al pie... :-)
Curioso....
¡Muac! Saludos.
Te has levantado muy peleón esta mañana, Josep...No seas tan malo y vamos a dialogar.
Claro que no tiene nada que ver lo que sea en su vida privada un escritor o un artista de la índole que sea, con su obra (al menos en líneas generales)
La obra y la vida son dos cosas completamente separadas, al menos de forma tangible.
Lo que ocurre es que muchas veces no puedes prescindir de la faceta personal del individuo y la obra entonces te chirría.
Naturalmente que el ejemplo que citas de Tchaikovsky no interfiere para nada en la valoración de su obra musical...es más, tal vez la enriquece.....Para nada juzgo la inclinación sexual de las personas.
Tampoco juzgo las ideas políticas, allá cada cual, siempre y cuando no infecten la obra literaria o artística. El caso de Leni Riefenstahl se puede explicar por la perspectiva que da el tiempo. Hizo una obra artística al servico de una idea política diabólica y ese sello quedó indeleble, al margen de otros meritos. Otro caso contrario sería el de Eisenstein, al servicio del stalinismo, o el de Griffith, absolutamente racista, en su "Bird of a Nation".....Claro que todos los pecados políticos de estos personajes se pueden lavar con sus obras artísticas....pero, pero siempre hay daños colaterales, querido Josep.....Campos de concentración, los archipiélagos Gulag, o los genocidios con la población negra, linchamientos y demás...Ten en cuenta que tras una bella imagen o una hermosa frase se puede esconder una poderosa espada.
Bueno, respecto al mensajero es totalmente cierto que lo remitió a la hora que señalaba. Te lo puedo asegurar, porque en ese momento estaba a su lado....(ejen)
Un besito, Hildy
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