Thursday, March 5, 2009

CUANDO WILDER SE TOPO CON LA LIGA CRISTIANA


No he tenido más remedio que seguirles la corriente a nuestra amiga linternera Alicia, y al amigo Josep porque ambos en sus últimos posts han tocado un tema que creo nos apasiona a una inmensa mayoría de cinéfilos: la obra de Billy Wilder.

Yo, para mi particular homenaje al maestro, he escogido una obra, "Kiss me, Stupid" , que en su día fué llamada "menor". Hay que decir que en aquellos años muchísimos críticos andaban un tanto miopes y ofuscados por la "Nouvelle Vague", de forma que empezaban a considerar a Wilder y a muchos otros directores superados por las nuevas formas que imperaban en la gran pantalla. ¡Absurdo!, los propios cachorros cahieristas reconocían las virtudes y grandezas de los maestros americanos. Los críticos, ya lo decía OscarWilde, son personajillos que intentan borrar lo que ellos no son capaces de escribir

Cuando en diciembre de 1964 se estrenó el film en América, las críticas no se hicieron esperar. Tras la apoteosis de "Some Like It Hot" y "El Apartamento" los elogios de "El director de más talento y elegancia cinematográfica" fueron sustituídos por "una broma que parece haber extraído su humor triste y oscuro raspando el suelo de un garito nocturno".
Los primeros días de exhibición de "Kiss me, Stupid" en LA y NY no funcionaron del todo mal. No funcionaron del todo mal hasta que llegó la tempestad del "Consejo de Mujeres Católicas", "La Iglesia Unida de las Mujeres" y el "Movimiento de la Familia Cristiana". Wilder, al igual que nuestro caballero Don Quijote, se topó con la Iglesia Americana y por ende el desastre estaba servido. Boicot, mala prensa, y críticas hasta la exasperación que acabaron hundiendo la película en la más triste oscuridad.

¿Qué tenía "Kiss me, Stupid", para que el público "decente" americano protestara de forma tan feroz?

Billy, como todos sabemos, era un individuo con una mala uva, a la hora de hacer imàgenes, así que decidió pasarles por la cara a los espectadores toda la sórdida miseria de la América profunda. ¡Compañeros!, América no es sólo Manhattan, los barrios residenciales de San Francisco o la sede del gobierno de Washington. Nevada también existe. El guión de Diamond y del propio Wilder estaba repleto de escenas rijosas y por supuesto nada de doble sentido. Todo en "Kiss me, Stupid" era tan directo como una bofetada.
El crooner de Las Vegas Dino, (Dean Martin) es un tipo al que le sacuden las migrañas si no se corre al menos una vez al día (no importa con quien) y Orville J. Spooner (Ray Walston) es un celoso compulsivo que está casado con una mujer admirable que lo quiere con locura (Felicia Farr). La última pieza del cuarteto es Polly the Pistol, una prostituta que sirve el equívoco con el cuerpo de una estupenda Kin Novak.
En realidad la película va de la vida misma. Me refiero a la vida sórdida de la mayoría de la población de la América profunda. Está trufada de chistes muy explícitos sobre el sexo y por situaciones que reflejan la gran frustración de todas estas personas que pululan en los aledaños de Las Vegas. Los cactus gigantes se yerguen como penes erectos en el jardin de los Spooner. Son todo un símbolo del tema central que vamos a ver en toda la historia. En "Kiss me, Stupid" no hay nada sutil, el humor es tosco y directo, son las miserias cotidianas del ser humano. En una escena Dino soba a Zelda en la caravana de Polly y se queja del dolor de espalda: "Siempre he tenido problemas de espalda. Es una antigua lesión de fútbol". Zelda asombrada le pregunta: "¿Jugaba al fútbol?", "No-le contesta Dino- estaba viendo un partido por televisión y tenía a una chica sentada en el regazo...."

Creo que esta película nació descolocada y el tiempo le ha dado una solera y calidad que en su tiempo no fue apreciada. Incluso la banda sonora, que hoy nos resulta genial, en el 64 se consideraba anticuada. Estamos hablando de Gershwin.

El personaje de Orville J.Spooner, interpretado por el actor Ray Walston (uno de esos secundarios "olvidados" que comenta nuestro amigo Josep) era para Peter Seller, pero Peter se casó por aquellas fechas con la jovencísima actriz Britt Ekland.
Hay un divertidísimo comentario en la biografía del actor, escrita por Roger Lewis, en la que aludiendo a los celos enfermizos del actor hacia su mujer, que le llevaron al punto de colocar espías en el plató donde ella rodaba, decía: "Peter en lugar de interpretar a Orville J. Spooner, era Orville J. Spooner". (Los celos del personaje son el tema central de "Kiss me, Stupid").

El rodaje comenzó con piropos mutuos entre Wilder y Peter Seller. Este declaró a la prensa: Estoy encantado de rodar con Wilder, porque creo que él es uno de los mejores, si no el mejor, directores de comedia del mundo". Pero, pero, pero.....a los celos obsesivos del actor se sumaron dos ingredientes que precipitaron el desastre: la marihuana y el nitrato amílico. Ambos productos unidos a una fiesta de sexo con su mujer hicieron que éste ingresara en las urgencias del Hospital Cedars of Lebanon (un antro de cinco estrellas como lo calificó el actor). Le diagnosticaron un leve ataque al corazón, al que siguieron ¡nada menos que ocho!. A estas alturas Wilder había sustituído a Seller de un plumazo por el actor Ray Walston.

El rodaje de la película no fué precisamente una estancia en el paraíso. Wilder era muy duro y le daba una serie de instrucciones a Dean Martin y a Ray Walston hasta el punto de abroncarlos. Un día Dino, harto de tanta presión le plantó cara y le dijo: " ¡Por el amor de Dios Todopoderoso, menuda mierda! Quiero decir que, si querías un actor ¿por qué cojones me llamaste a mí?¿Por qué no te fuiste a buscar al jodido Brando?".

Mientras tanto Seller, dolido por haber salido de la película, largaba y largaba a la prensa toda clase de lidezas sobre el director y sus compañeros. Wilder no se quedó corto y respondió con una famosa ocurrencia: "¿Ataque de corazón? Se ha de tener corazón antes de poder sufrir un ataque".

Tampoco la actriz Kim Novak, famosa por su reputación de actriz difícil, se quedó atrás en cuanto a poner dificultades, no siempre por culpa suya. Nada más comenzar el rodaje se torció un pié y más tarde sufrió un dolor agudo por el que tuvieron que llevarla urgentemente al hospital. En este caso la actriz fue toda una profesional y aunque le prescribieron dos semanas de inmovilidad quiso volver al estudio tras pedirle al doctor que le recetara novocaína para el dolor.

La campaña publicitaria de "Besame tonto" era realmente original. En los avances proyectados en las salas una voz preguntaba "¿Recuerdan "Some Like It Hot" de Billy Wilder?" y aparecían las secuencias de la estación de tren con los planos de Monroe, Curtis y Lemmon. Una voz femenina respondía "¿Y quién no?. Volvía a hacerse otra pregunta sobre "El Apartamento" con la escena de Lemmon sirviendo spaguettis a Shirley MacLaine. "Genial, genial" responde la voz. Otra pregunta sobre "Irma la Dulce" con la escena de Shirley bailando sobre la mesa. "Desternillante"..."Pero ¿qué ha hecho (Wilder) ultimamente?" Entonces la voz femenina decía "¿Bésame tonto? Estás bromeando. ¿Y de qué podría tratar?.

Wilder, que había podido superar varios baches, algunos bastante duros, con la censura, creía ingenuamente que su visión panorámica en blanco y negro sobre lo más sórdido del sexo no presentaría mayores problemas. Pero se dió de lleno con lo más duro de la intransigencia.

Un tal Monseñor Little (muy a huevo el nombre por lo pequeño de su cerebro) planteó a la UA que reconsiderase la decisión de estrenar "Kiss me Stupid" en navidades por aquello de la celebración cristiana. Al tiempo, la cuchilla censoril estaba funcionando en horas extras. La revista Variety titulaba un artículo "Billy Wilder guarda silencio mientras se recorta "Besame , Tonto". Aquella historia absurda de dimes y diretes entre la autoridad católica, la productora y el propio Wilder alcanzó cotas, que hicieron posible la ruina del film. Esta fue la triste realidad.
Los rumores se hicieron graznidos y "Besame tonto" se convirtió en el símbolo de todo lo perverso y sucio, en la amenza para las familias cristianas y el hundimiento de la moral.¡¡¡el apocalipsis!!!
Los ingleses fueron mucho más inteligentes a la hora de valorar la película. El Times dijo: " En un mundo demasiado y obsesivamente contaminado por el culto al horroroso buen gusto, gracias al cielo por el señor Billy Wilder".
El único crítico americano que alabó la película fue Joan Didion del Vogue que con una graciosa y afilada frase sentenció: "Bésame, tonto muestra una película profundamente impactante, como puede verse por las numerosas personas que salen del cine durante su proyección" y seguía: "Sospecho que salen, porque perciben que Wilder lo quiere...El mundo de Wilder es el que se ve al amanecer con resaca, un mundo de juegos de palabras baratos, humo rancio y bebidas en las que el hielo se ha fundido: el verdadero pais de la desesperanza".

Y despues de toda esta parrafada no me resta sino aconsejarles encarecidamente que revisiten esta película. Comprobarán que, a pesar de toda la mala leche que rezuma el guión, hay una visión tan lúcida del ser humano como solo podía mostrarla uno de los maestros entre los maestros.

5 comments:

Josep Lloret Bosch said...

Estupenda reseña, Antonio, de una película que es mucho más interesante de lo que a primera vista parece.

El guión es fantástico por su complejidad: los personajes son gente de verdad, con ambiciones, deseos, frustraciones, una amalgama muy real.

Creo que nadie como Dean Martin hubiera podido recrear ese crooner y desde luego, prefiero a Ray antes que a Peter: ese hombrecillo ávido de fama que urde un despropósito es casi perfecto.

Contra la opinión de muchos, considero que ésta es una tragedia griega antes que una comedia sarcástica.

Si no fuera porque no tengo tiempo, me ponía ahorita mismo a repasarla... :-)

Un abrazo.

p.d.: desde luego, macho, tienes una base de datos cinéfilos impresionante...

alicia said...

No es la primera vez que Billy tuvo problemas con la censura, aunque probablemente esta película fue la más conflictiva, ya que eso de que una esposa por una noche se convirtiera en prostituta y una prostituta en esposa no era muy del gusto de la moralidad americana., hasta está el detalle del ombligo que tenían que tapar con un diamente con lo que consiguen que destaque más). Muy buena comedia e inteligente, como no podía ser de otra manera tratándose de Wilder.

ANRO said...

Parece que todos estamos de acuerdo en el tema Wilder. En el fondo todas las comedias del maestro tienen algo de tragedia, no en el sentido grandilocuente sino en el sentido cotidiano.
Agunas cosillas he amontonado a lo largo de los años, Josep. Lola se queja de que cada vez hay menos espacio en casa, pero solo lo hace con la boca pequeña. Mucho de lo que poseemos es contribución suya.
Un abrazote.

ANRO said...

La verdad es que el tipo se lo buscaba. En ocasiones salía a flote el cabeza cuadrada que era y sin mirar ni a derecha ni a izquierda iba directo al tope.
Pero también era un buen nadador que guardaba la ropa y gracias a ello podemos disfrutar de la doble naturaleza de sus trabajos.
Un abrazote.

J.A. Pérez said...

Me encanta esta película. No es de las más conocidas de Wilder, pero no es culpa del film sino más bien porque su director tiene otras que son mucho más populares.

Es de un sarcasmo y (por qué no decilo) una mala leche que no me extraña nada que no fuese muy bien recibida en su momento. La bienpensante sociedad norteamericana era incapaz de poder ver algo así sin escandalizarse... y si me apuras ahora tampoco.

Vista con el tiempo, tiene una mordacidad casi cándida, pero eso no la hace menos interesante.

Un abrazo.