Joan Baez ha sido siempre una cantante que se ha mantenido en sus principios, por esa razón hoy casi nadie la conoce. Pero no es mi intención hablar de ella en este blog y si la menciono es, por la razón tangencial, que es la intérprete de la canción "Joe Hill" (letra de Alfred Hayes y música de Earl Robinson) y de éste personaje sí que voy a tratar de decir algo.
Joe Hill es un personaje difuminado, cuya lucha por los derechos del trabajador americano se ha deshecho en un mundo demasiado realista, donde el trabajador se ha convertido en un peón obnuvilado por el sueño consumista.
Joe Hill fue un poeta y un idealista, incluso hasta el último instante de su vida. Este fue su testamento:
"Mi deseo es fácil de decidir,
Porque no tengo nada que legar.
Mi piel no necesita ser llorada...
"el musgo no se adhiere a las piedras rodantes"
¿Mi cuerpo?: Si pudiera escoger
lo reduciría a cenizas
y dejaría que las brisas arrastrasen
mi polvo a donde crecen las flores.
Quizá alguna brotaría de nuevo,
volvería a la vida y florecería.
Ese es mi último y final deseo,
buena suerte a todo el mundo
(18 de Noviembre de 1915. Un día antes de ser ejecutado)
Las cenizas, en vez de ser exparcidas al viento, fueron enviadas por correo, en sobres cerrados, a diversas partes del mundo. Esta decisión, tomada por compañeros socialistas de Joe Hill, de seguro no hubiera sido aprobada por él.
La historia de este hombre comienza en Gävle(Suecia), donde ve la luz el 7 de Octubre de 1879. Es llamado Joel Emmanuel Hägglund y educado en el seno de una familia devota de la iglesia protestante. El joven Joel aprendió en la Iglesia a tocar el órgano, el piano, el acordeón, el banjo, la guitarra y el violín. Este amor hacia la música moduló su espíritu en la armonía y la sensibilidad.
Pero la desgracia familiar le hizo mirar hacia otros horizontes. Acompañado de su hermano Paul arriba a la Isla de Ellis- Nueva York en octubre de 1902. El joven, que conocía el idioma inglés, tenía una imagen muy idealizada de América. Creía que aquel pais era poco menos que el paraíso del trabajador y la tierra que daba todo a quien la trabajaba, pero la visión se quebró inmediatamente.
Trabajó en las minas, en la industria maderera y como estibador de muelles. Recorrió el país de costa a costa, donde poco a poco su ingenuo mito americano le mostró su verdadera cara. Las penosas condiciones en las que vivían los trabajadores inmigrantes y la explotación salvaje a la que éstos estaban sometidos.
Tras ocho años de ir y venir, ya en los trenes de carga , ya como polizón en los barcos, el joven Joel se establece en California, donde cambia su nombre por el que quedó para la historia: Joe Hill. En 1910 se afilia al Industrial Workers of the Work, los wobblies, convirtiéndose en uno de sus líderes más comprometidos. Durante un mitin en San Diego fué brutalmente apaleado.
Los dirigentes del sindicato aprovecharon las dotes musicales de Joe Hill para componer sencillas canciones, con estrofas pegadizas, que unían a todos los trabajadores en los mítines. El propio Joe decía que la fuerza de la música es un instrumento más de la lucha obrera. Entre sus muchas composiciones (muchas de ellas cantadas posteriormente por Woody Guthrie, de quien hablaré en un futuro post) destacan "Te preacher and the Slave" (El predicador y el esclavo)más conocida como "Pie in the Sky" y "Casey Jones, the union scab" (Casey Jones, el esquirol)
Lo que ocurrió a las 10 de la noche del 10 de Enero de 1914 no quedó suficientemente explicado en el juicio posterior.Un tendero, antiguo policia, de Salt Lake City y sus dos hijos, Arling y Merlin, cerraban su almacén, tras la jornada de trabajo. En ese momento fueron sorprendidos por dos hombres, que ocultaban su cara tras pañuelos rojos. Estos amenazaron a los tenderos y los forzaron a entrar de nuevo en el almacén. Uno de los intrusos gritó a Morrison el tendero, "Ahora te hemos cogido nosotros¡" y disparó sin más. Uno de los hijos trató de repeler la agresión y aunque logró herir a uno de los enmascarados fué también asesinado. El otro chico logró escabullirse mientras los dos intrusos escapaban.
Alrededor de las 11.30 de aquella noche Joe Hill llamaba a la puerta del doctor Frank McHugh para que le atendiera de una herida de bala en el pecho. Joe Hill explicó al médico que le había disparado un tipo, cuando discutían por una mujer. La bala le había traspasado el cuerpo sin tocar ningún órgano vital. El Doctor McHugh curó la herida y la bendó sin más. Durante esta operación un revolver cayó de las ropas de Joe, pero al doctor no le extrañó ya que el uso de armas era muy frecuente en aquella época. Una vez hecho su cometido el doctor acercó al herido a su casa.
Cuando al día siguiente la prensa dió cuenta de los crímenes y de que uno de los asaltantes había sido herido , el doctor denunció a la policía la visita de Joe Hill a su consulta.
Tres días más tarde el doctor se personó en casa de Joe Hill para administrarle algunos sedantes para el dolor. Cuando éstos comenzaban a hacer efecto la policía irrumpió en la casa. El joven sorprendido trató de levantarse del lecho donde se encontraba, pero un policía creyendo que iba a usar un arma, se le adelantó y le destrozó la mano de un disparo.
Desde el mismo momento de la detención Joe Hill tuvo la opinión pública en contra. La policía conocía sus actividades sindicales, y nada más fácil para las autoridades que relacionar la herida del joven lo relacionaba directamente con el asalto a la tienda. Delito que siempre negó Hill. Tampoco quiso defenderse dando el nombre de la mujer por la cual peleó, por no manchar su reputación, ya que era una mujer casada.
Merlin, el hijo menor del comerciante asesinado, testificó en principio , que el acusado no le parecía que fuese el asesino de su padre, pero más tarde rectificó y acusó a Hill del asesinato de su padre y de su hermano. Todos los demás testigos decían que sí, pero no con total seguridad.
Una de las evidencias más claras del caso, que era la bala que atravesó el cuerpo de Joe, jamás fué encontrada y tampoco se encontraron rastros de sangre en el almacén.
El veredicto se despachó en unas horas y obviamente Joe Hill fué declarado culpable y condenado a la pena capital.
Hill pasó 22 meses en prisión. Durante ese tiempo se pusieron en marcha campañas para salvarle y para revisar el juicio. Una de las campañas más intensas fue la promovida por Virginia Snow Stephen, la hija del Presidente de la Iglesia Mormona, que dió lugar a millares de cartas dirigidas a líderes políticos. El Embajador Sueco dirigió al presidente Woodrow Wilson un telegrama en el que le comunicaba que no creía que Joe Hill hubiera tenido un juicio justo. Este telegrama dió lugar a que el Secretario de Estado escribiera al Gobernador de Utah, William Spry, para que atrasara la ejecución, y se volviera a revisar la investigación.
Hellen Keller, conocida mundialmente por la superación milagrosa de sus múltiples carencias físicas envió el siguiente telegrama al Presidente de la Nación:
"Su Excelencia, yo creo que Joseph Hillströn no ha tenido un juicio correcto y en consecuencia creo que la sentencia es injusta. Yo apelo a usted, como padre oficial de todos los pueblos americanos para que haciendo valer su gran poder e influencia salve a uno de los hijos más desprotegidos de la nación. Detenga su ejecución para que de tiempo a investigar, y que se celebre un juicio, donde él pueda disponer de toda la justicia que dimana de este pais. Hellen Keller."
Ni los miles de cartas, ni siquiera la intervención personal del presidente consiguieron que el Gobernador Spry moviera un solo dedo por Joe Hill. Incluso se permitió contestar al propio presidente de los EEUU, diciéndole poco menos que se metiera en los asuntos de la nación y que dejara los asuntos de casa en manos de quien sabía manejarlos.
El abogado que trató de defender a Hill dijo: "El hecho que Hill pertenezca al IWW le hace culpable a la opinión pública a priori. Hill ha tratado de mantener al IWW fuera del caso...pero la prensa ha cargado las tintas precisamente ahí"
Joe Hill continuó escribiendo poemas y cartas en la prisión. Un artículo firmado por él en un periódico socialista el 15 de Agosto de 1915 escribía lo siguiente: " A pesar de las horrorosas fotos mías que se han publicado y a pesar de todas las cosas terribles que se han escrito de mí tengo que decir que solo he sido arrestado una vez en mi vida. Esto ocurrió en San Pedro-California. Por entonces los estivadores del puerto se habían declarado en huelga. Yo era secretario del comité así que estaba lo suficientemente ocupado como para no preocuparme de andar bien vestido, y esa fue la excusa para detenerme. Me tuvieron encerrado durante 30 días en la cárcel de la ciudad, acusado de vagancia. Ese es todo mi historial delectivo"....más adelante sigue manteniendo que no ha tenido nada que ver con el crimen, "Un Sueco, y lo peor de todo un IWW, no tiene derecho a vivir, en consecuencia es la cabeza de turco perfecta", "Si las personas del Estado de Utah deciden ejecutarme sin darme oportunidad de ejercer mis derechos, ¡adelante!, que traigan sus escuadrones de tiro y que apunten a mi pecho. Yo he vivido como un artista y moriré como un artista".
En la madrugada del 19 de Noviembre Joe Hill fue ejecutado en la patio de la prisión del Estado de Utah. La leyenda cuenta que el propio Joe Hill dió las órdenes de abrir fuego sobre él.
A su funeral acudieron 30.000 personas. De acuerdo con el Desert Evening News "Ninguna creencia o religión hizo servicio religioso alguno. No hubo plegarias ni himnos religiosos, pero una multitud cantaba las canciones de Joe Hill"
El periodista se preguntaba: "¿Qué clase de hombre era éste , cuya muerte se celebra con cantos revolucionarios y ante su féretro desfilan más dolientes que en el duelo de un principe o un potentado?".
Nunca se podrá aclarar del todo si Joe Hill fue un mártir o un asesino, pero tal como él dijo nunca morirá en la conciencia de la clase trabajadora ni en las gentes que creen en la justicia. En 1969 Joan Baez, en el festival de Woodstock, cantó para los jóvenes de entonces el poema de Alfred Hayes:
I dreamed I saw Joe Hill last night,
Alive as you or me
Says I, "But Joe, you're ten years dead"
"I never died" says he
"I never died" says he.
Joe Hill es un personaje difuminado, cuya lucha por los derechos del trabajador americano se ha deshecho en un mundo demasiado realista, donde el trabajador se ha convertido en un peón obnuvilado por el sueño consumista.
Joe Hill fue un poeta y un idealista, incluso hasta el último instante de su vida. Este fue su testamento:
"Mi deseo es fácil de decidir,
Porque no tengo nada que legar.
Mi piel no necesita ser llorada...
"el musgo no se adhiere a las piedras rodantes"
¿Mi cuerpo?: Si pudiera escoger
lo reduciría a cenizas
y dejaría que las brisas arrastrasen
mi polvo a donde crecen las flores.
Quizá alguna brotaría de nuevo,
volvería a la vida y florecería.
Ese es mi último y final deseo,
buena suerte a todo el mundo
(18 de Noviembre de 1915. Un día antes de ser ejecutado)
Las cenizas, en vez de ser exparcidas al viento, fueron enviadas por correo, en sobres cerrados, a diversas partes del mundo. Esta decisión, tomada por compañeros socialistas de Joe Hill, de seguro no hubiera sido aprobada por él.
La historia de este hombre comienza en Gävle(Suecia), donde ve la luz el 7 de Octubre de 1879. Es llamado Joel Emmanuel Hägglund y educado en el seno de una familia devota de la iglesia protestante. El joven Joel aprendió en la Iglesia a tocar el órgano, el piano, el acordeón, el banjo, la guitarra y el violín. Este amor hacia la música moduló su espíritu en la armonía y la sensibilidad.
Pero la desgracia familiar le hizo mirar hacia otros horizontes. Acompañado de su hermano Paul arriba a la Isla de Ellis- Nueva York en octubre de 1902. El joven, que conocía el idioma inglés, tenía una imagen muy idealizada de América. Creía que aquel pais era poco menos que el paraíso del trabajador y la tierra que daba todo a quien la trabajaba, pero la visión se quebró inmediatamente.
Trabajó en las minas, en la industria maderera y como estibador de muelles. Recorrió el país de costa a costa, donde poco a poco su ingenuo mito americano le mostró su verdadera cara. Las penosas condiciones en las que vivían los trabajadores inmigrantes y la explotación salvaje a la que éstos estaban sometidos.
Tras ocho años de ir y venir, ya en los trenes de carga , ya como polizón en los barcos, el joven Joel se establece en California, donde cambia su nombre por el que quedó para la historia: Joe Hill. En 1910 se afilia al Industrial Workers of the Work, los wobblies, convirtiéndose en uno de sus líderes más comprometidos. Durante un mitin en San Diego fué brutalmente apaleado.
Los dirigentes del sindicato aprovecharon las dotes musicales de Joe Hill para componer sencillas canciones, con estrofas pegadizas, que unían a todos los trabajadores en los mítines. El propio Joe decía que la fuerza de la música es un instrumento más de la lucha obrera. Entre sus muchas composiciones (muchas de ellas cantadas posteriormente por Woody Guthrie, de quien hablaré en un futuro post) destacan "Te preacher and the Slave" (El predicador y el esclavo)más conocida como "Pie in the Sky" y "Casey Jones, the union scab" (Casey Jones, el esquirol)
Lo que ocurrió a las 10 de la noche del 10 de Enero de 1914 no quedó suficientemente explicado en el juicio posterior.Un tendero, antiguo policia, de Salt Lake City y sus dos hijos, Arling y Merlin, cerraban su almacén, tras la jornada de trabajo. En ese momento fueron sorprendidos por dos hombres, que ocultaban su cara tras pañuelos rojos. Estos amenazaron a los tenderos y los forzaron a entrar de nuevo en el almacén. Uno de los intrusos gritó a Morrison el tendero, "Ahora te hemos cogido nosotros¡" y disparó sin más. Uno de los hijos trató de repeler la agresión y aunque logró herir a uno de los enmascarados fué también asesinado. El otro chico logró escabullirse mientras los dos intrusos escapaban.
Alrededor de las 11.30 de aquella noche Joe Hill llamaba a la puerta del doctor Frank McHugh para que le atendiera de una herida de bala en el pecho. Joe Hill explicó al médico que le había disparado un tipo, cuando discutían por una mujer. La bala le había traspasado el cuerpo sin tocar ningún órgano vital. El Doctor McHugh curó la herida y la bendó sin más. Durante esta operación un revolver cayó de las ropas de Joe, pero al doctor no le extrañó ya que el uso de armas era muy frecuente en aquella época. Una vez hecho su cometido el doctor acercó al herido a su casa.
Cuando al día siguiente la prensa dió cuenta de los crímenes y de que uno de los asaltantes había sido herido , el doctor denunció a la policía la visita de Joe Hill a su consulta.
Tres días más tarde el doctor se personó en casa de Joe Hill para administrarle algunos sedantes para el dolor. Cuando éstos comenzaban a hacer efecto la policía irrumpió en la casa. El joven sorprendido trató de levantarse del lecho donde se encontraba, pero un policía creyendo que iba a usar un arma, se le adelantó y le destrozó la mano de un disparo.
Desde el mismo momento de la detención Joe Hill tuvo la opinión pública en contra. La policía conocía sus actividades sindicales, y nada más fácil para las autoridades que relacionar la herida del joven lo relacionaba directamente con el asalto a la tienda. Delito que siempre negó Hill. Tampoco quiso defenderse dando el nombre de la mujer por la cual peleó, por no manchar su reputación, ya que era una mujer casada.
Merlin, el hijo menor del comerciante asesinado, testificó en principio , que el acusado no le parecía que fuese el asesino de su padre, pero más tarde rectificó y acusó a Hill del asesinato de su padre y de su hermano. Todos los demás testigos decían que sí, pero no con total seguridad.
Una de las evidencias más claras del caso, que era la bala que atravesó el cuerpo de Joe, jamás fué encontrada y tampoco se encontraron rastros de sangre en el almacén.
El veredicto se despachó en unas horas y obviamente Joe Hill fué declarado culpable y condenado a la pena capital.
Hill pasó 22 meses en prisión. Durante ese tiempo se pusieron en marcha campañas para salvarle y para revisar el juicio. Una de las campañas más intensas fue la promovida por Virginia Snow Stephen, la hija del Presidente de la Iglesia Mormona, que dió lugar a millares de cartas dirigidas a líderes políticos. El Embajador Sueco dirigió al presidente Woodrow Wilson un telegrama en el que le comunicaba que no creía que Joe Hill hubiera tenido un juicio justo. Este telegrama dió lugar a que el Secretario de Estado escribiera al Gobernador de Utah, William Spry, para que atrasara la ejecución, y se volviera a revisar la investigación.
Hellen Keller, conocida mundialmente por la superación milagrosa de sus múltiples carencias físicas envió el siguiente telegrama al Presidente de la Nación:
"Su Excelencia, yo creo que Joseph Hillströn no ha tenido un juicio correcto y en consecuencia creo que la sentencia es injusta. Yo apelo a usted, como padre oficial de todos los pueblos americanos para que haciendo valer su gran poder e influencia salve a uno de los hijos más desprotegidos de la nación. Detenga su ejecución para que de tiempo a investigar, y que se celebre un juicio, donde él pueda disponer de toda la justicia que dimana de este pais. Hellen Keller."
Ni los miles de cartas, ni siquiera la intervención personal del presidente consiguieron que el Gobernador Spry moviera un solo dedo por Joe Hill. Incluso se permitió contestar al propio presidente de los EEUU, diciéndole poco menos que se metiera en los asuntos de la nación y que dejara los asuntos de casa en manos de quien sabía manejarlos.
El abogado que trató de defender a Hill dijo: "El hecho que Hill pertenezca al IWW le hace culpable a la opinión pública a priori. Hill ha tratado de mantener al IWW fuera del caso...pero la prensa ha cargado las tintas precisamente ahí"
Joe Hill continuó escribiendo poemas y cartas en la prisión. Un artículo firmado por él en un periódico socialista el 15 de Agosto de 1915 escribía lo siguiente: " A pesar de las horrorosas fotos mías que se han publicado y a pesar de todas las cosas terribles que se han escrito de mí tengo que decir que solo he sido arrestado una vez en mi vida. Esto ocurrió en San Pedro-California. Por entonces los estivadores del puerto se habían declarado en huelga. Yo era secretario del comité así que estaba lo suficientemente ocupado como para no preocuparme de andar bien vestido, y esa fue la excusa para detenerme. Me tuvieron encerrado durante 30 días en la cárcel de la ciudad, acusado de vagancia. Ese es todo mi historial delectivo"....más adelante sigue manteniendo que no ha tenido nada que ver con el crimen, "Un Sueco, y lo peor de todo un IWW, no tiene derecho a vivir, en consecuencia es la cabeza de turco perfecta", "Si las personas del Estado de Utah deciden ejecutarme sin darme oportunidad de ejercer mis derechos, ¡adelante!, que traigan sus escuadrones de tiro y que apunten a mi pecho. Yo he vivido como un artista y moriré como un artista".
En la madrugada del 19 de Noviembre Joe Hill fue ejecutado en la patio de la prisión del Estado de Utah. La leyenda cuenta que el propio Joe Hill dió las órdenes de abrir fuego sobre él.
A su funeral acudieron 30.000 personas. De acuerdo con el Desert Evening News "Ninguna creencia o religión hizo servicio religioso alguno. No hubo plegarias ni himnos religiosos, pero una multitud cantaba las canciones de Joe Hill"
El periodista se preguntaba: "¿Qué clase de hombre era éste , cuya muerte se celebra con cantos revolucionarios y ante su féretro desfilan más dolientes que en el duelo de un principe o un potentado?".
Nunca se podrá aclarar del todo si Joe Hill fue un mártir o un asesino, pero tal como él dijo nunca morirá en la conciencia de la clase trabajadora ni en las gentes que creen en la justicia. En 1969 Joan Baez, en el festival de Woodstock, cantó para los jóvenes de entonces el poema de Alfred Hayes:
I dreamed I saw Joe Hill last night,
Alive as you or me
Says I, "But Joe, you're ten years dead"
"I never died" says he
"I never died" says he.
2 comments:
Muy interesante y documentado artículo, Lola, que me hace pensar que, por desgracia, muchas de las cosas que acontecieron a Hill se podrían repetir hoy mismo.
Cierto también que Joan Baez es una gran desconocida, aunque me temo que tanto como muchos otros artistas de su generación salvo excepciones momificadas que andan por ahí viviendo del recuerdo de una juventud que un día fue potente y vindicativa.
¡Muac! Saludos.
Aquí estoy de nuevo disparando, pero te confieso Josep, que no me encuentro demasiado motivada. Aparte de la nueva temporada, "annus horribilis" que se nos avecina, estoy enfrascada en un proyecto personal que me ocupa más que unos ratos, pero en fin, haré un esfuercito.
Un gran besote.
Post a Comment