Cuando era casi un chavalín, allá por los sesenta, se proyectaba en un cine de mi ciudad natal una película que se anunciaba con grandes carteles, titulada "Porgy y Bess". He olvidado lo que me sedujo de aquel título, pero me apeteció ir a verla. Confieso que me decepcionó profundamente, no esperaba que aquellos personajes no hablasen una palabra y que todo el metraje se lo pasaran cantando. Salí indignado y comentandole a mis amigos que aquella peli era una porquería. Mi enfado era ni más ni menos que bobería de la edad.
Muchos años más tarde tuve la oportunidad de ver y oir la ópera "Porgy and Bess" en numerosas ocasiones y en la actualidad poseo la más que maravillosa versión del Glyndebourne Festival Opera y el casi inencontrable vinilo con la BSO de la película que pretendo comentar. Quiero decir, que en aquella primera ocasión en la que escuché toda aquella escala de melodías que van desde el archiconocido "Summertime" hasta "O Lawd, I'm On My Way" debieron de calar en mi subconsciente de forma más profunda de lo que quise aparentar.
La historia de cómo se llevó al cine la más genuina de las óperas americanas es más que curiosa y la narra expléndidamente A.Scott Berg en su monumental obra sobre uno de los "tycoon" más influyentes de la historia del cine: Sam Goldwyn.
En 1957 (la primera representación de Porgy and Bess se realizó en 1935) le propusieron a Goldwin la realización de la película sobre esta obra. Por este tiempo la conciencia americana estaba despertando y muchos sectores estaban muy preocupados por la injusticia social que aún pesaba sobre la población negra de EEUU. Muchos productores se habían interesado por la historia del lisiado negro enamorado de una mujer que se ríe de él, entre ellos Hal Wallis, Mayer y Harry Cohn. Este último había pensado, de forma aberrante, utilizar actores blancos para los personajes negros. Nada menos que Al Jolson como Porgy, Fred Astaire como Sportin'Life y horror de los horrores, Rita Hayworth como Bess.
Afortunadamente fue Goldwing quien finalmente se hizo con los derechos de la obra por 650.000 dólares. Sobre la marcha intentó buscar al mejor guionista para el mejor guión. Muchos famosos rechazaron la oferta, pero el autor de "The Rainmaker", N.Richard Nash, aceptó hacer el guión de la ópera.
Goldwing barajó a varios directores, también buscaba lo más granado de Hollywood: Elia Kazan, Frank Capra o King Vidor. Finalmente se decantó por Rouben Mamoulian, quien había dirigido la primera versión operística de la obra en Broadway (que se mantuvo durante 124 representaciones).
El problema se presentó a la hora de escoger el reparto (íntegramente de color). Los actores negros, salvo en papeles secundarios o de figuración, habían estado prácticamente excluídos de los grandes estudios. Los únicos que habían podido saltar la línea en la aceptaciòn como actores de "primera clase" eran Lena Horne (sus papeles podían fácilmente cortarse cuando se proyectaba la película en los estados del Sur), James Edwards, que había destacado en "Tierra de Audaces" y sobre todo Harry Belafonte, que había destacado en "Carmen Jones" y "Una Isla en el Sol".
Sammy Davis Jr, que por entonces gozaba de una gran popularidad gracias al "Rat Pack" estaba loco por hacerse con el papel de Sporting'Life. Durante una fiesta en casa de Judy Gardland cantó varios de los números de la obra. En esa fiesta estaban presentes el propio Goldwing y Lee Gershwin. "Jura por tu vida que no le pondrás nunca" Le dijo Lee a Goldwing. "¿A quién?"- contestó éste-"¿A ese mono?".
El hecho de que todo el reparto fuera de actores de color provocó controversias violentas y no siempre del sector blanco. Finalmente, cuando Poitier aceptó el papel principal, varios se engancharon al carro del proyecto, aunque remoloneando. La primera fue Dorothy Dandridge la apasionada Carmen Jones y a pesar de la advertencia de Lee Gershwing, Sammy Davis Jr. se hizo por fin con el papel de Sporting'Life.
André Previn fue contratado como Director Musical. Goldwing dejó enteramente en sus manos la música de Porgy and Bess. Naturalmente no todos los intérpretes estaban a la altura de la música por lo que Previn hubo de contratar cantantes "de verdad". La famosa soprano Leontyne Price fue tentada para las canciones de Bess, pero ella le dijo a Previn: "Si no hay cuerpo, no hay voz" y se quedó tan pancha.
Despues de diversos incidentes y múltiples desaciertos en decorados y vestuario, el escenario estuvo listo para rodar. Se trataba de uno de los platós más grandes de Hollywood y todo el material que allí había reunido valía más de dos millones de la época. Aquel martes, 1 de Junio de 1958 a las cuatro de la mañana se declaró un incendio que redujo todo aquel escenario a escombros. Afortunadamente no hubo desgracias humanas, pero todos lloraron las pérdidas irreparables por todo lo que había allí almacenado desde hacía 30 años.
Muchos años más tarde tuve la oportunidad de ver y oir la ópera "Porgy and Bess" en numerosas ocasiones y en la actualidad poseo la más que maravillosa versión del Glyndebourne Festival Opera y el casi inencontrable vinilo con la BSO de la película que pretendo comentar. Quiero decir, que en aquella primera ocasión en la que escuché toda aquella escala de melodías que van desde el archiconocido "Summertime" hasta "O Lawd, I'm On My Way" debieron de calar en mi subconsciente de forma más profunda de lo que quise aparentar.
La historia de cómo se llevó al cine la más genuina de las óperas americanas es más que curiosa y la narra expléndidamente A.Scott Berg en su monumental obra sobre uno de los "tycoon" más influyentes de la historia del cine: Sam Goldwyn.
En 1957 (la primera representación de Porgy and Bess se realizó en 1935) le propusieron a Goldwin la realización de la película sobre esta obra. Por este tiempo la conciencia americana estaba despertando y muchos sectores estaban muy preocupados por la injusticia social que aún pesaba sobre la población negra de EEUU. Muchos productores se habían interesado por la historia del lisiado negro enamorado de una mujer que se ríe de él, entre ellos Hal Wallis, Mayer y Harry Cohn. Este último había pensado, de forma aberrante, utilizar actores blancos para los personajes negros. Nada menos que Al Jolson como Porgy, Fred Astaire como Sportin'Life y horror de los horrores, Rita Hayworth como Bess.
Afortunadamente fue Goldwing quien finalmente se hizo con los derechos de la obra por 650.000 dólares. Sobre la marcha intentó buscar al mejor guionista para el mejor guión. Muchos famosos rechazaron la oferta, pero el autor de "The Rainmaker", N.Richard Nash, aceptó hacer el guión de la ópera.
Goldwing barajó a varios directores, también buscaba lo más granado de Hollywood: Elia Kazan, Frank Capra o King Vidor. Finalmente se decantó por Rouben Mamoulian, quien había dirigido la primera versión operística de la obra en Broadway (que se mantuvo durante 124 representaciones).
El problema se presentó a la hora de escoger el reparto (íntegramente de color). Los actores negros, salvo en papeles secundarios o de figuración, habían estado prácticamente excluídos de los grandes estudios. Los únicos que habían podido saltar la línea en la aceptaciòn como actores de "primera clase" eran Lena Horne (sus papeles podían fácilmente cortarse cuando se proyectaba la película en los estados del Sur), James Edwards, que había destacado en "Tierra de Audaces" y sobre todo Harry Belafonte, que había destacado en "Carmen Jones" y "Una Isla en el Sol".
Sammy Davis Jr, que por entonces gozaba de una gran popularidad gracias al "Rat Pack" estaba loco por hacerse con el papel de Sporting'Life. Durante una fiesta en casa de Judy Gardland cantó varios de los números de la obra. En esa fiesta estaban presentes el propio Goldwing y Lee Gershwin. "Jura por tu vida que no le pondrás nunca" Le dijo Lee a Goldwing. "¿A quién?"- contestó éste-"¿A ese mono?".
El hecho de que todo el reparto fuera de actores de color provocó controversias violentas y no siempre del sector blanco. Finalmente, cuando Poitier aceptó el papel principal, varios se engancharon al carro del proyecto, aunque remoloneando. La primera fue Dorothy Dandridge la apasionada Carmen Jones y a pesar de la advertencia de Lee Gershwing, Sammy Davis Jr. se hizo por fin con el papel de Sporting'Life.
André Previn fue contratado como Director Musical. Goldwing dejó enteramente en sus manos la música de Porgy and Bess. Naturalmente no todos los intérpretes estaban a la altura de la música por lo que Previn hubo de contratar cantantes "de verdad". La famosa soprano Leontyne Price fue tentada para las canciones de Bess, pero ella le dijo a Previn: "Si no hay cuerpo, no hay voz" y se quedó tan pancha.
Despues de diversos incidentes y múltiples desaciertos en decorados y vestuario, el escenario estuvo listo para rodar. Se trataba de uno de los platós más grandes de Hollywood y todo el material que allí había reunido valía más de dos millones de la época. Aquel martes, 1 de Junio de 1958 a las cuatro de la mañana se declaró un incendio que redujo todo aquel escenario a escombros. Afortunadamente no hubo desgracias humanas, pero todos lloraron las pérdidas irreparables por todo lo que había allí almacenado desde hacía 30 años.
Durante las semanas que seguieron a la reconstrucción de decorados Rouben Mamoulian manifestó su malestar por los cambios en la música y otros aspectos del guión y achacó a Goldwing su falta de visión artística. El magnate, que ya estaba más que harto de todos los inconvenientes que habían surgido con la película decidió prescindir del director. Le pagó íntegro todo su sueldo, que eran 75.000 dólares y contrató a Otto Preminger.
Mamoulian aupado por "Cahiers du Cinéma" a la categoría de "autor" se sintió humillado por Goldwing. Ayudado de un viejo actor negro, Leigh Whipper, convocó una rueda de prensa en la que atacaron por delante y por detrás a Preminger acusándolo de "enemigo de la raza negra" y de un hombre que no tenía respeto a las personas de color. Preminger que ya había dirigido "Carmen Jones" con actores negros fué el más sorprendido por el ataque. El final de aquella polémica quedó en agua de borrajas y el más perjudicado de todos fue el propio Mamoulian.
Cuando por fin comenzó el rodaje lo primero que dijo Otto Preminger fue: "Quiero que sepan que yo me crié en Europa. Para mí no hay ninguna diferencia entre personas blancas y negras. Por tanto si se portan mal, seré tan duro con ustedes como lo sería con unos actores blancos". El tipo fué fiel a su palabra, en cuanto a tirano. La Dandridge se pasó casi todo el rodaje llorando y en una ocasión Poitier se marchó tranquilamente del plató y se negó a volver hasta que el director se disculpara con él.
Todo el rodaje fue una tormenta continua, pero hubo momentos en los que el cielo pareció abrirse sobre el plató sobre todo cuando un día Goldwing invitó a los Gershwing para escuchar la banda sonora de la película. Durante cuarenta y cinco minutos las notas musicales se modularon a través del mejor aparato de alta fidelidad. Todos los presentes se sintieron conmovidos e incluso se derramaron algunas lágrimas de emoción.
"Porgy and Bess" en imágenes no resultó como hubiera podido ser. Duraba dos hora y media, un metraje dificilmente soportable para muchos espectadores, así que el fracaso era más que previsible. De los siete millones de dólares que costó se recuperó solo la mitad. En los estados del Sur no llegó a proyectarse por las revueltas de uno y otro bando.
Para colmo, la película no consiguió ninguna de las dos nominaciones menores a los oscar . Todos los premios de aquel año se fueron a "Ben Hur" y "El diario de Ana Frank".
Al día de hoy es un ejercicio interesante y placentero visionar "Porgy and Bess" en una buena pantalla de televisión. Su banda original obviamente es maravillosa y la dirección de Preminger, sin ser del todo buena, es más que aceptable.
Mamoulian aupado por "Cahiers du Cinéma" a la categoría de "autor" se sintió humillado por Goldwing. Ayudado de un viejo actor negro, Leigh Whipper, convocó una rueda de prensa en la que atacaron por delante y por detrás a Preminger acusándolo de "enemigo de la raza negra" y de un hombre que no tenía respeto a las personas de color. Preminger que ya había dirigido "Carmen Jones" con actores negros fué el más sorprendido por el ataque. El final de aquella polémica quedó en agua de borrajas y el más perjudicado de todos fue el propio Mamoulian.
Cuando por fin comenzó el rodaje lo primero que dijo Otto Preminger fue: "Quiero que sepan que yo me crié en Europa. Para mí no hay ninguna diferencia entre personas blancas y negras. Por tanto si se portan mal, seré tan duro con ustedes como lo sería con unos actores blancos". El tipo fué fiel a su palabra, en cuanto a tirano. La Dandridge se pasó casi todo el rodaje llorando y en una ocasión Poitier se marchó tranquilamente del plató y se negó a volver hasta que el director se disculpara con él.
Todo el rodaje fue una tormenta continua, pero hubo momentos en los que el cielo pareció abrirse sobre el plató sobre todo cuando un día Goldwing invitó a los Gershwing para escuchar la banda sonora de la película. Durante cuarenta y cinco minutos las notas musicales se modularon a través del mejor aparato de alta fidelidad. Todos los presentes se sintieron conmovidos e incluso se derramaron algunas lágrimas de emoción.
"Porgy and Bess" en imágenes no resultó como hubiera podido ser. Duraba dos hora y media, un metraje dificilmente soportable para muchos espectadores, así que el fracaso era más que previsible. De los siete millones de dólares que costó se recuperó solo la mitad. En los estados del Sur no llegó a proyectarse por las revueltas de uno y otro bando.
Para colmo, la película no consiguió ninguna de las dos nominaciones menores a los oscar . Todos los premios de aquel año se fueron a "Ben Hur" y "El diario de Ana Frank".
Al día de hoy es un ejercicio interesante y placentero visionar "Porgy and Bess" en una buena pantalla de televisión. Su banda original obviamente es maravillosa y la dirección de Preminger, sin ser del todo buena, es más que aceptable.
4 comments:
No me importaría darle un vistazo, aunque me quedo en la duda de saber quien hizo los cantables de Porgy y de Bess, porque no me imagino a Sidney ni a Dorothy capaces de hacerlo, y tú, puñetero, no dices nada, a pesar de saberlo.
Lo de la Leontyne es un puntazo, si señor.
Un abrazo.
Sr. Josep ahí va la información que solicita: A Poitier lo dobló Robert McFerrin; a la Dandridge, Adele Addison; Sammy David Jr. y Pearl Bailey doblaron sus propias voces.
La Dorothy Dandridge, que tenía una muy buena voz, intervino en las voces del coro femenino.
Sí, la verdad que Leontyne era mucha Leontyne.
Un abrazote
Soy más fan de las adaptaciones jazzísticas que hicieron gente como Louis Armstrong o, sobre todo, Miles Davis que de la pieza operística de Gershwin. De Otto Preminger me gustan, sobre todo, sus films negros, así que no sé si me gustaría mucho esta película. Me parece que destaca más por su importancia histórica que por su calidad cinematográfica, según se desprende de su estupendo post y de otros ártículos que he leído sobre ella.
Un saludo!
Es cierto que he comentado esta película por todos los avatares que la rodearon más que por su importancia cinematográfica. También es cierto que Preminger hizo cosas muy buenas, como "Anatomía de un Asesinato" o "Tempestad sobre Washington", solo por citar dos pelis muy buenas.
En cuanto a la version de Miles Davis sobre esta obra de Gerswing me parece un magnífico trabajo, no me cabe la menor duda porque tengo el Cd y la he escuchado varias veces, pero ¡claro, la música original es la de Gershwing!
Un abrazote.
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