Thursday, November 19, 2009

WELCOME TO HOLLYWOOD, MR. EISENSTEIN!

No sabemos si alguna personalidad de Hollywood le dió esa calurosa bienvenida al genial realizador ruso, cuando en mayo de 1930 pisaba, por primera vez, el suelo de las Estados Unidos.
Lo cierto fue que Eisenstein recibió una invitación de Hollywood. Dicha invitación tuvo ciertas formalidades diplomáticas, en las cuales medió el polifacético artista británico Ivor Montagu.
Este hombre, británico de nacionalidad y amigo personal de Eisenstein, había propiciado, un año antes el encuentro en Paris entre Jesse L. Lasky, uno de los barones de la Paramount, y el director ruso.

La noticia de este encuentro apareció en la revista Regards Magazine por medio de un escrito del propio Esenstein al crítico de la misma y expresado en estos términos:
"Despues de realizar una película para la Paramount, tal vez completada en seis meses, nuestro equipo volverá a Moscú para nuestra nueva producción soviética. Después volveremos a Hollywood para un segundo film. Podríamos realizar una tercera o una cuarta película siempre que nuestro equipo pueda estar viajando desde la URSS a EEUU o al contrario. No obstante todo este proyecto puede llegar a no realizarse si el tema de las películas no nos convence o las condiciones del trabajo no sean las oportunas, en cuyo caso volveríamos a Moscú".

A la llegada de Eisenstein y su equipo a Hollywood, Montagu, que pasó a ser miembro del equipo de guionistas, alquiló una casa para todo el personal soviético e inglés en Cold Water Canyon. Era un lugar idóneo, donde reinaba la tranquilidad necesaria para trabajar relajadamente.

Es cierto que a principios de los treinta la gente peliculera de Hollywood era calurosa en el recibimiento a sus huéspedes. El propio Montagu escribe sobre este extremo: "Cuando alguien llega por primera vez a Hollywood todo el mundo se desvive por agasajarlo y lo convierte en el centro de todas las reuniones el lema es "tomate tu tiempo, descansa, respira hondo y goza de las atenciones que van a prestarte todas estas maravillosas personas". Y así pasó con Eisenstein. Una de las personalidades que hicieron más de lo que estaba en su mano por hacer verdad aquel lema fue Charlie Chaplin"

Y comenzó el proceso de elaboración del guión. Eisenstein tuvo una primera idea: "La casa de cristal". Un edifico realizado enteramente de cristal, donde viven y trabajan cientos de trabajadores. El meollo de la historia era que todas aquellas personas, a pesar de las paredes de cristal, no tienen idea de que podrían verse los unos a los otros, hasta que una circunstancia (la acción de un ladrón) de repente les sume en la desconfianza y toman conciencia de que existen unos vecinos pared con pared. La consecuencia es el estallido de un gran conflicto generalizado.
Este esbozo de guión dejó descolocados a los guionistas americanos, acostumbrados a un argumento palpable y no a vaguedades abstractas. Ni siquiera Eisenstein estaba convencido del todo de aquel esbozo pero no encontraba nada más concreto
Por aquellos días todos los escritores que recalaban en Hollywood no se distinguían precisamente por chirimías intelectuales. Se limitaban a realizar su trabajo lo más rápido posible, cobrar el máximo por ello y regresar a casa para gozar de lo ganado.
El director ruso quiso tomarse su tiempo para encontrar la idea adecuada para su guión, tratando de conocer la cultura americana. Asistió a lecturas en las Universidades de Harvard, Columbia y Chicago, y pasó unos días en Boston en compañía de H.W.L Dana el nieto del poeta Lonfellow.
Todo lo que vió y oyo le pareció muy interesante, pero sobre Hollywood y sus gentes tenía sus reservas y en una declaración posterior dijo lo siguiente: "...salvo escasas excepciones la mayoría de la gente de Hollywood es estúpida o de mediocre interés" .

Este comentario no le había impedido fotografiarse con Walt Disney (cuyo trabajo admiraba), Marlene Dietrich, Von Sternberg y Rin-Tin-Tin.
King Vidor, por aquel entonces uno de los productores y directores más influyentes dijo sobre el director ruso:
"Una de las razones por las que me entrevisté con Eisenstein fue porque el había visionado mi último film "The Crowd" en Nueva York y el hombre andaba intrigado por algunas de las técnicas que yo había usado. Me dijo que una de las cuestiones que más le interesaban del cine americano eran nuestras técnicas precisamente. Me satisfizo enermemente acompañarlo por los estudios de la MGM y otros muchos lugares de localización de rodaje. A pesar de nuestras diferencias políticas e idiomáticas, estábamos hablando el mismo lenguaje".

Entretanto Montagu y Eisenstein continuaban buscando ideas para un posible guión. La idea inical se había desechado y también un guión basado en la novela francesa de Blaise Cendrars titulada "L'Or" y ambientada en la California de la "fiebre del oro". Por fin ambos encontraron un tema apasionante. Se trataba de la adaptación de la gran novela de Theodore Dreiser "Una tragedia americana". La novela tenía todos los ingredientes necesarios para entusiasmar a Eisenstein, la radiografía de la sociedad americana donde la lucha de clases y la ambición de un joven trabajador por llegar a los puestos más altos desemboca en crimen y tragedia.
Montagu escribió sus primeras impresiones sobre este tema: "Nos embarcamos en el guión con la firme convicción de que nos metíamos en terreno resbaladizo. Eramos un grupo de guionistas extranjeros, liderados por un director soviético y dos asociados también soviéticos, que iban a escribir para un film cuyo tema esencial era criticar a la sociedad americana. Pero cuando presentamos el escrito a la Paramount nos quedamos sorprendidos por la reacción. "Esto es un guión maravilloso" nos dijeron. No habían pasado más que unos días cuando recibimos la invitación de trasladarnos a Nueva York donde comenzaríamos a ocuparnos de la preproducción."
Tanto Montagú como Eisenstein pensaron que la película se rodaría en la costa este de Estados Unidos. Cuando llegaron a Manhattan fueron recibidos inmediatamente por Jesse Lasky quien sin mediar otra explicación les comunicó sécamente: "Lo sentimos, pero su contrato acaba de finalizar".

Tras este jarro de agua fría, y algunos piropos aparecidos en cierta prensa: "....un mensajero del infierno, un peligroso extranjero judío ha venido para envenenar a America.....un perro rojo...un sádico" aplicados a Eisenstein, entra en escena el escritor Upton Sinclair. Tanto éste como el ruso habían sentido admiración y simpatía mutua, así pues , el escritor americano le propone al director ruso rodar una película en México. Sería producida por el propio Sinclair, la esposa de éste, Mary Craig Kimbrough y algunos inversores mexicanos. Esta proposición dió lugar a una auténtica odisea , que se inició en noviembre de aquel mismo año de 1930.

Uno de los términos del contrato, estipulados por los inversores mexicanos, era que el film a realizar por Eisenstein no sería político y el coste del mismo no podía elevarse a más de 25.000 dólares. Otra de las condiciones era que el periodo de rodaje no podía exceder de tres o cuatro meses y la custión más importante era que todos los negativos y positivos del film rodado por Eisenstein en México serían propiedad de Upton Sinclair. Había un codicilo en el contrato en el que se decía textualmente "El Gobierno Soviético deberá permitir la visión íntegra del film en el territorio de la URSS".

Una vez firmado el contrato Eisenstein inicia un viaje en tren por todo el país, acompañado de Alexandrov y Tisse, sus dos colaboradores. El film se llamaría "¡Que viva México! y se dividiria en seis partes a las que llamó "moving frescoes" en doble alusión al movimiento y la emoción en paralelo a los frescos pictóricos. Esta metáfora fílmica estaba inspirada en la admiración que le produjeron las pinturas de Diego Rivera y Frida Kahlo, a los que conoció en esas fechas.
Los problemas comenzaron cuando Stalin mandó un telegrama amenazador en el sentido de que Eisenstein estaba convirtiéndose en un desertor. Esto provocó la impaciencia del director y el enfado de Sinclair.
Se rodaron alrededor de 40.000 metros de película que se dividieron en tres partes: "Truenos sobre México", "Eisenstein en México" y "El día de los difuntos". Todo este material jamás pudo ser visto por Eisenstein que volvió a la URSS, donde ya no gozó del mismo status que antes de su desafortunada, y en parte fracasada, experiencia americana.






16 comments:

Josep said...

Muy interesante, como siempre, ese relato que nos regalas de la incursión de Eisenstein en tierras americanas, que desconocía por completo.

Es una suerte contar con este rincón para ir aprendiendo poco a poco.

Un abrazo.

ANRO said...

Anda ya, Josep!...No seas cabroncete. Lo que ocurre es que uno ya va teniendo más tiempo y Amazon tiene cosas muy golosas. Si todo va bien el domingo voy a inaugurar una nueva serie que a buen seguro te gustará.
Un fuerte abrazote, amigo

FATHER_CAPRIO said...

Interesante historia mezcla de cine y política, donde la creación artística sale un poco "tocada" Claro que, ¡como se le ocurre a Einsenstein tratar de meterles el dedo en el ojo a los americanos y en su propia casa! Quiso ser fiel a sus principios pero evidentemente la cosa no podía salir bien. Luego, la aventura mexicana, con un tipo como Sinclair del que recuerdo que ya hablaste algo.
Y por ultimo...los sovieticos llamando al orden.

Pregunto, ¿No acabaría Mr Eisenstein diciendo aquello de "Si lo se no vengo"?

Amigo se nota que "vas teniendo tiempo". Nos llevas al trote.

Un abrazo.

ANRO said...

Vale, vale, Father, voy a tener que darle al freno. Lo que ocurre es que me topé con esa historia tan interesante y no me quedò más remedio que meterle mano.
No conté todo porque hubiera sido demasiado largo, pero cuando Eisenstein volvió a la URSS hubo un tiempo en el que anduvo perdido y la reaparición tuvo lugar en un hospital, segun algunas fuentes de marcada especialidad psiquiátrica.
Toda una historia.
Durante el próximo mes estaré más perdido porque tendré mucho más trabajo.
Un abrazote.

pepa mas gisbert said...

Como dice Josep un relato entretenido e interesante. Me detendré en la frase de King Vidor: "A pesar de nuestras diferencias políticas e idiomáticas, estábamos hablando el mismo lenguaje". Creo que más que el hecho de que ambos dos fueran dos grandes cineastas (lo que nunca presupone coincidencia en lenguajes) lo que les unía era el reconocimiento y el respeto por lo bien hecho. He dicho, hala.

Un abrazo

ANRO said...

Desde luego, Alma, King Vidor no entraba dentro del calificativo que comentó el ruso sobre la gente de Hollywood. Ambos, efectivamente, "hablaban el mismo idioma", y por supuesto ambos eran muy inteligentes.
Te recomiendo muy especialmente que veas !Que viva México!. Se puede ver toda ella en You Tube y existe una edición en DVD magnífica, pero no se si se puede conseguir en España. Estoy seguro de que te gustará. ¡Es un absoluto poema cinematográfico!
Un abrazote.

Crowley said...

Interesantísimo, ahora mismo me ppongo a revisar El acorazado del... que me has abierto el gusanillo de Eisenstein. Y pensar que yo desconocía esta faceta Hollywoodiense.... No tengo perdón amigo Anro.
Saludos

Gloria said...

Pobre Einsestein, en la USSR no le dejaba trabajar a gusto Stalin y en los USA estaba sometido a la dictadura del dólar. Los artistas, ya se sabe, son gente incómoda.

De México le debió impresionar bastante su imagineria: tengo un libro de dibujos suyos en los que dibuja Vírgenes de los Dolores corazón acuchillado (¿que tendrán las vírgenes católicas, que le gustan tanto a los gays? ;D)

En cuanto a su filmografía, yo cuando vi "el acorazado que se llama como uno de los ligues de la imperial catalina" me quedé un poco por debajo de las expectativas... Más que nada, porque había estado prohibidísima y es lo que pasa muchas veces con una película que has estado deseando ver con locura (no, que no digo que sea mala, ni mucho menos... faltaría más)

Ojo... que luego vi la "bilogia" (el "Padrecito" no le dejó hacer una trilogía) de Ivan El terrible quedé pasmada de admiración: Dios que enormes películas... Y también me gusta mucho La Linea general, por su didactismo, su revolucionario montaje, la brillante cinematografia de Edouard Tissé, sus nada glamourosos, pero sanotes campesinos de cooperativa... y su lúbrica batidora de mantequilla.

Por cierto, Montagu fue, aparte de el productor de algunos de los mejores Hitchcock de la etapa británica, el primer director de cine que tuvo a Laughton a sus órdenes, en tres divertidos cortometrajes escritos por H.G. Wells y protagonizados por La Novia (la novia de Laughton, se entiende, heh), Elsa Lanchester.

Jack said...

Interesante y bien documentado artículo. Desde luego no era el mejor momento para hacerle carantoñas a un comunista en EEUU, después aparecieron las consecuencias.

ANRO said...

Aparte del acorazado, Crowley, puedes ver precisamente "Que viva México! enterito en You Tube, pero tampoco está de más una revisión del Potenkin.
Un abrazote y buen fin de semana.

ANRO said...

Pues sí Gloria, todos esos puntos los había dejado para no hacer excesivamente largo el post.
Efectivamente los dibujos de Eisenstein son como tú dices. Yo también los he visto y coincido contigo. Parece ser que las tendencias sexuales del maestro ruso viraban por los chicos, pero eso no cuadraba en el régimen soviético y lo casaron.
El acorazado es mítico por la prohibición a la que estuvo sometido. Es un superclásico pero a mí me gusta mucho más Alexander Nevski y la "trilogía" de Iván, que efectivamente el "padrecito Stalin" cuando vió por donde marchaba el asunto dijo que nones, que aquello se quedaba en un díptico y mucho era ¡faltaría más!
También estás ¡como no! muy bien informada sobre Montagu y sí, fue el productor de la primera etapa del gordito inglés.
Un abrazote.

ANRO said...

Me alegro que te haya gustado Jack. De todas formas en los primeros años treinta aun no se habían destapado todas las cajas de truenos contra los soviéticos. Un par de décadas más tarde sería el delirio.
Un abrazote.

Gloria said...

Antonio, no se si tienes las ilustraciones a mano, pero si no las tienes y las quieres utilizar algún día, localizo en qué estantería tengo el libro, y te puedo pasar escánners.

La verdad es que en el libro aparecen unos cuantos dibujos dedicados a San Sebastian, así que... bueno, en su obra gráfica, el mismo Einsestein da bastantes pistas a la posteridad ;D

ANRO said...

Hombre, Gloria, esos dibujos son todo un documento. Se podría hacer un buen reportaje en el futuro así que si no te causa ninguna molestia escanearlos y mandarlo por mail sería un puntazo.
(No se si aparece por ahí pero la dirección es antonio.rguez@gmail.com
Un abrazote y un buen fin de semanita.

Vivian said...

Interesantísimo artículo sobre el gran Eisenstein.
Leyéndote me dio por pensar en cuánto hemos perdido los cinéfilos en cuanto a películas que pudieron ser y no fueron, de mano de directores de la talla y el talento de Eisenstein.
Me gustó mucho esta entrada, descubrí un montón de detalles de su periplo por tierras americanas que desconocía…

Saludos

ANRO said...

Pues me alegro un montón Vivian. Llevas razón en el montón de pelis que nos hemos perdido. ¿Te imaginas cómo hubiese sido "Una tragedia americana" en manos de Eisenstein?
Un abrazote.